Tiempo atrás... 

「 Primer celo de Felix 」

Felix tenía todo anotado, todo calculado y sabía exactamente cuándo es que debía comenzar a tomar los supresores. Sus hermanos mayores le habían ayudado a empacar todo por ende sabía que los supresores no era algo que le podía faltar.

Él mismo sabía que su aroma era más fuerte que la de los demás omegas, esa era una de las razones por la cual sus hermanos no querían que se vaya de su casa, pero estaba seguro de que podía controlarlo. O mejor dicho, que podía controlar bien a los alfas y sobre todo a sí mismo.

Antes de que su celo llegará, los alfas se comportaban un poco extraño. Felix sabía que era por su aroma, eso siempre le había causado ciertos problemas con los alfas que vivían cerca de su antigua casa. Pero estaban sus hermanos, y ellos siempre lo cuidaron.

— Hyung —Murmuró Felix entrando a la cocina y mirando a Chan

— ¿Qué... pasa Lixie? —Se volteó y miro al menor quien se acercó a él y coloco su cabeza en su hombro

— Hum... —Suspiró— Yo necesito comprar un par de cosas hyung, y quería saber si me quería acompañar —Chan lo miró y asintió

— Claro, no hay problema Lixie —Felix le sonrió

— Gracias hyung —Salió de la cocina y fue a su habitación para colocarse un par de cosas por "protección". No por estos alfas, sino, por los demás y la costumbre a hacerlo.

En cuanto salió de su habitación los ocho alfas estaban listos para acompañarlo, haciendo que se ponga contento por el cuidado que estaba recibiendo de parte de los alfas.

— ¿Felix por qué llevas eso? —Preguntó MinHo mirando el pañuelo que llevaba alrededor del cuello

— Oh, bueno... es segu- —Quedó en silencio al ver el rostro de los alfas

— No lo necesitas Lixie —HyunJin tomó el pañuelo y se lo quitó. Felix asintió.

Felix se sentía bastante seguro, sobre todo porque los alfas lo estaban cuidando y hacían que su animal interior se sintiera feliz.

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— Jeonggie —Murmuró Felix, entrando a la habitación del menor. Eran las dos de la mañana y no podía dormir

— ¿Qué sucede Lixie? —JeongIn encendió la luz de su lámpara y se sentó en su cama.

— No puedo dormir... —Jugó con sus dedos— ¿Puedo dormir contigo? —JeongIn soltó un poco de aire y asintió. No podría decirle que no a Felix, y mucho menos cuando se lo pedía con esa ternura.

Felix sonrió en cuanto vio que JeongIn le hacía un lugar en su cama, para luego acostarse y aferrarse al alfa, intentando dormir. Y esa fue la primera vez que Felix le pidió al alfa dormir con él, y al único al que iba cuando no podía dormir.

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— Hum... No —JiSung rió, ambos estaban en el sofá y Felix tenía su cabeza sobre sus piernas. Ambos hablaban y se preguntaban cosas— ¿Dejarías que te corte el cabello? —Preguntó el omega, haciendo que JiSung entre cerrará sus ojos

— Depende —Felix rió

— ¿De qué? —JiSung colocó una de sus manos sobre el cabello del menor

— De si sabes o no cortar el cabello —Felix rió y negó

— Pero quiero aprender —JiSung sonrió

— Entonces tal vez sí —El mayor comenzó a acariciar el cabello del menor, haciendo que el omega cerrase los ojos.

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Felix estaba sentado en la cama de ChangBin, mientras el mayor hacia un par de cosas. Felix de vez en cuando sonreía al ver que el alfa regañaba solo.

— Hyung —ChangBin lo miró— ¿Necesitas ayuda?

— Está bien Lixie, gracias —Felix frunció el ceño

— ¿Eso fue un sí o un no? —ChangBin rió

— No, gracias Lixie —Felix sonrió y asintió. Para luego comenzar a jugar con sus dedos

— Entonces... ¿Por qué estoy aquí hyung? —Felix hizo un leve puchero y frunció el ceño

— Porque los demás salieron, y tu aroma aún es demasiado fuerte como para que te quedes solo con todos los alfas estúpidos de este edificio —Felix rió

— ¿Inclusive JaeBum y Jackson hyung? —ChangBin rió y negó

— Sabes que ellos no, son los únicos alfas de los que no podemos decir nada —Felix asintió para luego gatear hasta el otro extremo de la cama y estar más cerca del escritorio del mayor

— ¿Qué haces hyung? —El mayor le enseñó un par de cosas, a pesar de Felix no entender asintió y sonrió cuando el mayor comenzó a explicarle.

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Felix rió al ver como SeungMin intentaba contar sus pecas, y en cuanto se perdía comenzaba otra vez.

— Yo sólo veo un lindo rostro —Finalizó cansado de perder la cuenta. Felix se sonrojo y lo abrazó

— Gracias —Murmuró acariciando con su mejilla el brazo del alfa, haciéndolo sonreír

— Yo no miento —Felix rió y ocultó su rostro de la vista del alfa