—𝗘𝗦𝗧𝗘 𝗧𝗥𝗔𝗕𝗔𝗝𝗢 me está devorando vivo, ya no puedo respirar. He pasado todos estos años intentado ser un buen chico, el hombre del sombrero blanco... No me estoy volviendo como ellos, soy uno de ellos...

—¡Oye! ¿Qué locura estás haciendo? –habló Alice, mirando confundida a su compañero mientras sostenía una pequeña libreta entre sus manos.

Ambos detectives se encontraban en la escena de un crimen, en una tienda de electrónica. Habían varios estantes vacíos y algunas cosas rotas en el suelo.

—Digo el mejor parlamento de Donnie Brasco, y... diez pantallas están diciendo el mejor discurso de Donnie Brasco. –respondió Jake. El chico hizo una pausa para mirar a las pantallas y proseguir diciendo "¿Qué tal?", bastante animado.

—Intenta comportarte, ¿De acuerdo? –suspiró y dirigió su mirada hacia el hombre calvo que se encontraba detrás del mostrador, quien era el dueño de la tienda– Así que... asaltaron la tienda hace unas dos horas, se llevaron principalmente un montón tabletas, computadoras, cámaras... –en el lugar se comenzó a escuchar una base de música electrónica de fondo a las palabras de la detective, por lo que la castaña miró por sobre su hombro a su compañero, queriendo asesinarlo allí mismo.

Luego de un par de segundos, el chico apagó aquel teclado que se encontraba sobre el mostrador de detrás, pidiendo disculpas, por lo que Alice continuó hablando.

—Me gustaría tener una lista de sus empleados, los que tengan acceso a la tienda, principalmente. Y también me gustaría disculparme por mi compañero... Sus padres no le daban atención de pequeño. –finalizó la asiática, comenzando a guardar la libreta en la que había anotado el testimonio del dueño del lugar.

—Detective Park. Ya resolví el caso. –la mirada de la muchacha fue una de molestia, esperando que su compañero dijera la verdad, ya había hecho muchas bromas por hoy– Buscamos a tres hombres blancos, y uno tiene los brazos tatuados. –Alice se acercó con un semblante sereno, aunque una sonrisa de incredibilidad se asomaba por su rostro de a poco.

—¿Cómo sabes eso? –preguntó cruzándose de brazos, esperando una respuesta convincente de parte de su contrario.

—Tengo un informante dentro. Lleva años aquí. Observando, aprendiendo... Esperando. –dijo el de ojos oscuros, mientras caminaba hacia atrás, dejando aún más confundida a la detective– ¿Su nombre clave? Fossy, el oso de peluche. Es una cámara de niñera. –dijo alegremente mientras le daba la vuelta al pequeño peluche que había tomado hacía unos segundos.

—Eso solo fue un golpe de suerte. –se quejó, negando levemente.

—No realmente. Llegué aquí cinco minutos antes que tú, y me imaginé que está gran tienda de electrónica tendría que tener por lo menos una cámara funcionando. –la castaña rodeó los ojos y le dió una pequeña sonrisa, antes de mirar hacia las pantallas que mostraban a los delincuentes– ¡Oh! ¡Hola, chicos malos! Lo hiciste bien, Fossy. Los atrapaste. Es hora de irse a casa. –el castaño colocó al oso de peluche frente a su rostro y comenzó a hacer un tono de voz más grueso al que habitualmente tenía– "No estoy seguro de que pueda. Llevo tanto tiempo trabajando encubiero, que he olvidado quien soy –una sonrisa se hacía presente en los labios de la detective, mientras miraba al oso fijamente–. He visto cosas horribles. No he sentido el tacto de una mujer en muchas lunas" –la castaña murmuró "No fastidies" molesta, mientras comenzaba a alejarse para abandonar el establecimiento– "¡Detective Park! ¡No se aleje de mi, por favor!"

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En la sala de reuniones, se escuchaban los festejos y risas al momento en el que Alice debía agregar un caso resuelto más en la lista de Jake.

Todos los demás oficiales y detectives veían como la asiática se levantaba de mala gana para poder ir a agregar un número un poco más elevado que el suyo en la pizarra, dejándola con una desventaja de dos casos no resueltos.

Recordar que si el chico ganaba la apuesta, ella tendría que salir con él, le causaba una sensación extraña en el estómago, aunque decidía no darle importancia. ¿Qué es lo peor que podría pasar? Alice tenía la respuesta, perder.

Luego de que los festejos cesaron, y todos se sentaron en sus lugares nuevamente, el Sargento Jeffords pasó al frente, mirando a toda su brigada y dando comienzo a la reunión.

—JP, ¿Hay novedades en el asesinato Morgenthau? –preguntó Jeffords, hablándole al castaño, el cual se levantó inmediatamente y caminó hacia él.

—¡Claro que sí! Buenas noticias, para los fanáticos de los asesinos. Hoy en la mañana alguien decidió disparar,y matar, al importador de comida de lujo Henry Morgenthau. La señora de limpieza encontró el cuerpo. –comenzó a explicar el caso a sus compañeros– Al interrogarla apliqué mis mejores técnicas de detective y deduje que tenía algo super asqueroso en su mejilla.

—Parece pus. –dijo Alice, un poco asqueada por las imagenes que aparecían en pantalla, mientras escuchaba los quejidos de sus demás compañeros.

—Yo creo que era flan. –habló Boyle, señalando con su bolígrafo hacia la imagen que era mostrada en pantalla.

—Ali piensa que es pus, Charles cree que era flan y yo digo que era pudín. –dijo Jake, señalando a sus amigos.

—Quizás solo era mugre de anciana. Los ancianos siempre tienen mugre. –habló esta vez, Rosa, quien se encontraba cruzada de brazos.

—Mugre de vieja, podría ser. –respondió Jake dándole la razón a su compañera.

—¿Qué tal si nos concentramos en el asesinato y no en lo que tenía la anciana en su mejilla? –dijo Terry, intentando volver al tema principal.

—Están investigando la escena del crimen. Volveremos cuando terminen. –dijo Santiago uniéndose a la conversación, mientras se acomodaba en su asiento.

—Muy bien, ocúpense de esto. Va a ser prioritario para el nuevo oficial al mando. –habló Terry mientras que todos se levantaban de sus lugares.

—Cuéntenos sobre el nuevo capitán. –interrumpió Rosa, haciendo que los demás dirigieran sus miradas al hombre calvo.

—El Capitán Holt está por llegar, y supongo que se presentará él mismo, Pueden retirarse.

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Alice se acercó hacia el escritorio de Jake, dejando una pequeña carpeta de informes sobre este. Tomó asiento en la azulada silla a un lado de la mesa, y miró al castaño.

—Estos son tuyos. –con su dedo índice acercó los papeles hasta la mano de Jake, para luego cruzarse de brazos, llamando la atención del castaño– ¿Sabes algo sobre el nuevo capitán?

—No, y no me interesa. Ojalá el Capitán McGintley no se hubiera ido, era el mejor. –Alice soltó una pequeña risa ante la respuesta de su compañero, negando levemente.

—Te agradaba porque te permitía hacer lo que querías, Jake. –dijo mientras le dedicaba una sonrisa pequeña, era imposible que alguien pudiese haberse encariñado con el antiguo Capitán del precinto, casi nunca estaba presente.

—Lo único que sé es que este nuevo tipo será otro aburrido y acabado al que solo le interesa seguir todas las reglas de la guía de la patrulla. –el rostro de la castaña reflejaba sorpresa y al mismo tiempo temor por el futuro de su compañero en el precinto.

Con sus manos le daba un par de señas para que dejara de hablar, pero su compañero no veía lo que su amiga hacía– "Bip mor zip. Capitán Robot, preparado" –dijo Jake, imitando el tono de un robot.

—¿Eso es lo que cree? –dijo el nuevo capitán detrás de él, mirándole con seriedad.

—¡Alerta, el nuevo Capitán! Usted debe ser el nuevo oficial al mando. Soy el detective Jake Peralta, un placer. –se presentó el de camisa, un tanto arrepentido pero mostrando una sonrisa nerviosa.

—No lo quiero interrumpir, usted estaba describiendo qué tipo de persona voy a ser. Me gustaría que terminara. –habló el hombre, con firmeza.

—No es necesario. –dijo Jake, pero la seriedad que reflejaba el rostro del hombre uniformado frente a él lo hizo hablar en pocos segundos– O tal vez... Podría hacer un breve resumen, sí. Déjeme ver, creo que hice una broma acerca de ser un... aburrido acabado.

—Por favor, quiero oír la voz de robot que estaba utilizando. La que usted estaba usando para decir que soy un robot que sigue las normas. La quiero oír de nuevo. –muy pocas personas estaban poniendo atención a lo que sucedía. Alice desvío su mirada hacia Amy, y notó que esta sonreía.

—"Seguir... Todas las reglas". —dijo rendido el castaño.

—Es una pésima voz de robot. –habló el hombre, recibiendo una afirmación por parte del castaño– La próxima vez que lo vea, quiero que tenga corbata.

—Bueno, de hecho, al último capitán no le importaba si usábamos corbata. –reprochó Jake.

—Bueno, a su nuevo capitán sí. Y lo más importante es que desea que sigan sus órdenes directas. –el hombre comenzó a caminar hacia su nueva oficina, antes de entrar volvió a girarse hacia todos los presentes en la comisaría– Atención a todos, soy su nuevo oficial al mando, el Capitan Raymond Holt.

—¡Ahí viene el discurso! –dijo Amy con emoción.

—Ese fue mi discurso. –respondió el hombre, mientras continuaba con aquella mirada seria.

—Fue corto y dulce, muy efectivo. –respondió Amy con una sonrisa, Jake solo puso los ojos en blanco.

—Sargento Jeffords, venga un momento. –llamó el hombre y entró a su oficina, siendo seguido con rapidez por el recién nombrado.

—Sí, señor.

—Me encanta ese hombre. –dijo Amy, luego de que el capitán entró a su oficina con el sargento.

—¡A mí también! –habló Jake, con sarcasmo.

—Es tan especial, ¿Nadie sintió una vibración un poco gay? –todos se mantuvieron en silencio, pensando en las palabras que había dicho Gina–, ¿No? Bien.

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—Sargento, usted estuvo conmigo en el 1-8 conmigo. Aunque estaba bastante más... –el hombre, mientras se sentaba en su silla, buscaba la palabra para describir a su contrario, en un intento de no ofenderlo.

—Gordo, señor. Me llamaban "Terry Grasa" Porque tenía mucha...

—Grasa, sí. Lo recuerdo. Y nunca me gustó ese apodo, aunque para ser justos, era apropiado. Escuché que está de licencia administrativa, ¿Por qué?

—Hace un año, mi esposa y yo tuvimos gemelas. Cagney y Lacey. –habló el más alto, mientras le enseñaba una fotografía de sus gemelas, la cual se encontraba en su billetera. Sonreía con bastante orgullo y felicidad.

—Tienen unas mejillas regordetas, adorables. —dejó de mirar la fotografía para pasar a mirar a su contrario, aunque su rostro siempre era mismo. Inexpresivo.

—Desde entonces, es como si me asustase resultar herido. Perdí mis habilidades, mi destreza. Hubo un incidente en unos grandes almacenes... –recordó aquel momento, mientras tomaba asiento frente al escritorio– Y aún no estoy bien.

—Bien, hábleme de su escuadrón de detectives. –dijo Holt, levantándose de su asiento y caminando hacia la ventana, siendo seguido a los pocos segundos por el hombre de camisa.

—Bueno, Scully, Hitchcock y Daniels. Son bastante inútiles pero hacen bien el café. –comenzó señalando a los tres detectives, dos hombres y una mujer. Los tres hablaban, sosteniendo una taza de café cada uno.

—Suena bien.

—Ahora los buenos. Rosa Diaz. Ruda, inteligente, indescifrable y muy aterradora. –ambos dirigieron su mirada hacia la latina, quien golpeaba un monitor con furia– Charles Boyle. Mueve los hilos. No es el detective más brillante pero trabaja más que todos. No es físicamente... muy habilidoso. Luego está Amy Santiago, tiene siete hermanos, así que siempre quiere demostrar que es ruda. Alice Park, es de una familia conservadora por lo que tuvo muchos problemas cuando decidió unirse al cuerpo de policías. Es audaz, trabaja duro, puede estar sola o en equipo, y siempre sobresale en lo que hace. Ella y Peralta apostaron para ver quién logra hacer más arrestos este año. Desde esa apuesta, sus cifras no han hecho más que subir.

—Hábleme de Peralta.

—Jacob Peralta, es mi mejor detective. Le gusta encerrar a los chicos malos y adora resolver problemas. El único problema que no ha resuelto... es cómo madurar.

—Muy buenas descripciones.

—He hablado mucho sobre Jake en mis sesiones de terapia obligatorias del departamento...

—Mire, usted conoce mi historia. Sabe lo importante que es esto para mí. La comisaría va bien, pero quiero que sea la mejor de Brooklyn. Y necesito su ayuda para eso.

—Por supuesto, señor. ¿Por dónde comenzamos? –nuevamente, la vista de ambos se dirigió hacia la ventana, en donde se podía ver como Peralta hacía un pequeño baile, mientras cantaba "Soy el mejor" hacia Park.

—Empecemos por él.

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—Bien, el criminal entró por la ventana, dejó la huella de barro rojo, y al parecer tuvo sexo con el escurre-platos. –habló Peralta, mientras mostraba todo a sus compañeros.

—Se encontraron cartuchos de bala. Dos disparos. Bang Bang. –respondió Alice, haciendo con su mano un arma.

—Buen trabajo, detective. Te ganaste una corbata. –sonrió lanzándole aquel accesorio de color azul oscuro a la chica, quién lo miró mal al momento en el que la tomó.

—Esa es mía. La tomaste de mis cosas.

—Correcto, Charles. Bien resuelto. Corbata para tí. –le lanzó otra corbata– Asegúrense de llevarlas puestas, porque es imposible resolver crímenes sin ellas.

—Deja en paz al capitán. Ese hombre va a ser mi rabino. –habló Amy, defendiendo al Capitán Holt.

—Escucha, cuando usas la palabra "rabino" sabes que me excito y es injusto en el entorno laboral. Segundo, tu rabino me molesta.

—Sí, es demasiado serio. ¿Tu qué opinas, Rosa? –preguntó Charles, retirando la mirada del refrigerador y observando a la detective que se encontraba a su lado.

—Me cae bien. –respondió sin darle importancia, leyendo su libreta.

—Sí, a mí también. Coincido. –habló el hombre dándole la razón a su compañera, y volviendo a lo que se encontraba haciendo.

—Se ve que el criminal robó una computadora, un reloj y un jamón ibérico que vale... ¿Qué? ¡Seis mil dólares! –dijo Diaz, leyendo el papel y riendo por lo que valía aquel jamón– ¿Seis mil dólares por un jamón?

—Es de España y sabe increíble. –dijo la asiática, llamando la atención de sus compañeros.– ¿Qué? Me gusta investigar sobre lo que ingiero...  –los miró esperando respuestas, pero el único que asintió ante sus palabras fue Charles, quien la miraba con una sonrisa.

—Siempre supe que eras genial, Ali. –comenzó a hablar el más bajo del grupo, dirigiéndose hacia la joven. Ella sólo sonrió levemente– En el funeral de mi tío había. No paré de comer en toda la noche. Estuve tres días constipado.

—Vaya, qué gran historia, Charles, gracias. –respondió Jake, haciendo que el mencionado a riera levemente– Muy bien, escuchen todos. Hay que contactar con el Capitán Holt para contarle de nuestra situación de corbata nivel diez. –en el rostro se Amy se dibujó una sonrisa de satisfacción.

—Hablando de corbatas, ¿Dónde está la suya? –habló el Capitán detrás de Jake.

—Estupendo. ¡Capitán! ¡Hola! Bienvenido al asesinato, ¿Qué está haciendo aquí? –dijo Jake mostrando una gran sonrisa, girándose hacia el hombre.

—Me gusta saber que hacen mis detectives. ¿Le parece bien?

—Sí...

—Vaya con Park puerta a puerta, a ver si los vecinos escucharon algo. –dijo el Capitan Holt, pasando su mirada de Peralta a la asiática, la cual asentía.

—¿Puerta a puerta? Es un desperdicio de tiempo. –habló Jake enojado.

—Diaz, Boyle, Santiago hablen con el forense. Reportense en una hora. —completó el Capitan, ignorando el comentario de Jake.

—Enseguida, señor. —respondió Amy emocionada, el Capitan abandonó la sala sin tomarle atención a la latina.

—Bueno, eso estuvo bien. —habló Jake, recibiendo una negación por parte del capitán.

—No, no lo estuvo.

—Tiene un súper oído. –se quejó Jake.

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Morgenthau's Building
Door Duty
1:45 PM

Jake golpea la puerta con suavidad, para luego cruzarse de brazos en la espera de que la puerta sea abierta. El rostro de un joven con lentes aparece en su campo de visión luego de unos minutos.

—Buenos días, ¿podemos hacerle algunas preguntas? –habló Alice, mirando como el chico observaba hacia sus lados, parecía bastante perdido.

—Por supuesto, sí. En realidad, estoy súper feliz de que estén aquí, chicos. ¿No huelen ese olor a hierba? –ambos detectives afirmaron con incredulidad en sus rostros– Es que... Un sujeto entró al departamento. Fumó hierba y se escapó –al finalizar de hablar, suelta una pequeña risa y observa a ambos detectives.

—¿Crees que sea el mismo tipo que dejó la pipa en el suelo? –dijo Peralta, aún cruzado de brazos. Ambos castaños observaron como el de lentes se giraba para ver la pipa y volver a verlos, respondiendo con un "Si" un tanto alargado.

Dejaron aquel departamento para dirigirse hacia otro. Jake tocó tres veces la puerta de madera oscura, anunciando en voz alta "Policía". Al ver cómo dicha puerta fue abierta, los dos pudieron divisar un rostro entre la oscuridad del departamento.

—Hola.. –dijo la castaña, extrañada por el rostro del hombre.

—Hola. –dijo el hombre con un tono de voz bajo y tranquilo.

—¿Su nombre, por favor? –habló la castaña, sacando su libreta y esperando a que el hombre perturbador del departamento le respondiera.

—¿Mi nombre? Mlepnos. –dijo mirando a ambos detectives.

—¿Podría... deletrearlo, si es posible? –dijo extrañada la chica.

—M... L... E... P... Clay. –habló el hombre.

—¿Dijo "Clay"? –preguntó aún más confundida la detective, mirando incrédula al pelinegro que tenía enfrente.

—Sí, el "Clay" es mudo. –respondió rápido su contrario. Jake sólo se mantenía en silencio, frunciendo el ceño por la actitud extraña de aquel hombre.

—Okey, lo tengo... ¿Conoce a este hombre? Anoche le dispararon. –suspiró la mujer mostrando una fotografía del asesinado. "Mlepnos" tomó la foto, soltando un gracias y se adentró nuevamente a su hogar, causando que la castaña entre en pánico.

—Y.. se la quedó. –habló Jake, divertido por la situación, mientras su amiga mordía su labio inferior con rabia.

Al volver al precinto sin ninguna pista o declaración de parte de los vecinos, los dos detectives se sentaron en sus respectivos escritorios. Los otros tres detectives se unieron a ellos, y a los pocos minutos llegó el capitán.

—Sin sorpresas del forense. Dos disparos, hombro y pecho. –habló Charles mirando los informes.

—Ninguno de los vecinos oyó ni vio nada. Y lo peor, Park terminó con un señor de 92 años. –dijo Jake, haciendo que todas las miradas caigan en la asiática, la cuál comenzó a negar con rapidez.

—Eso no es verdad, señor. –se excusó la detective, ante la acusación de su amigo.

—Espera, ¿Tuviste sexo con él? –volvió a hablar Peralta, ganándose una mirada de odio de parte de su amiga.

—Vayan a las casas de empeño, cubran el barrio. Y mientras esté fuera, cómprese una corbata. –habló el capitán Holt.

—Oh, en realidad, señor... Tengo una corbata puesta. –el castaño se levantó de su asiento, haciendo que todos miraran sus acciones. Este levantó su camisa dejando ver una corbata atada alrededor de su torso– Corbata secreta –sonrió mostrándole a todos su "creatividad".

—Antes que nada, creo que se está pasando con la depilación. –comenzó a hablar el de lentes, recibiendo un quejido pequeño por parte de Jake.

—Sí, lo sabía... Iba a pedirle consejos sobre si me estaba excediendo –murmuró el castaño, bajando su camisa y poniendo sus manos sobre sus caderas.

—Pero más importante aún, detective, ¿Por qué se niega a tomar mis órdenes con seriedad? –cuando las últimas palabras del capitán salieron de sus labios, los cinco detectives se quedaron en silencio– ¿Saben por qué me interesa que todos se vistan apropiadamente?

El silencio se hizo presente nuevamente entre los seis, el capitán esperaba respuestas pero ninguno de ellos logró responder.

—Cinco detectives bien entrenados, y ninguno puede resolver un misterio tan simple. Quiero que me informen de cualquier novedad. ¿Alguna pregunta? –todos negaron, aún en silencio dejando que el hombre fuera a su oficina.

┈┈─────────── ❛﹙📎﹚˚₊ ੭

—¿En verdad me va a mandar al cuarto de archivos? No sé para qué tenemos un cuarto de archivo. Ya inventaron las computadoras, ¿No? No lo soñé. –el castaño caminaba molesto entre los montones de archiveros y cajas, ante la atenta mirada de las dos detectives y el sargento.

—Tienes suerte. Ojalá me asignarán aquí a tiempo completo. No se puede estar más alejado de la acción. –dijo el sargento, de brazos cruzados mirando todo el lugar.

—Sargento, ya me conoce. Hago más arrestos que nadie. ¿Le puede decir al capitán lo estúpido que es encerrar a su mejor detective en un cuarto de archivos? –dijo Jake, recibiendo una mirada asesina de Santiago.

—El tercero mejor, querrás decir. –habló Santiago, haciendo que Alice sonriera con un poco de gracia.

—Te equivocas con Holt. Ese hombre ha olvidado más sobre ser policía de lo que tú sabrás en tu vida. En 1981, atrapó al "estrangulador disco".  –habló el sargento, captando la atención de los tres detectives.

—Vaya. –murmuró Jake, bajando la mirada.

—El hombre es un genio. Tienes que escucharlo. –el sargento abandonó el lugar, dejando a las dos mujeres con el chico en silencio.

—Va a ser difícil que ganes la apuesta si estás en el banquillo, Peralta. –dijo Santiago, con un tono burlesco en su voz.

—¿Sabes algo? He empezado una categoría nueva. –la asiática levantó un pequeño cuaderno en dónde se encontraba escrito: "Asesinos que dejamos huir: Jake 1 - Alice 0".

—Diviértete con tus archivos. –la latina abandonó el lugar con una sonrisa triunfante, junto con su compañera, la cual había dejado el pequeño cuaderno sobre el nuevo escritorio de su amigo.

Peralta sólo sonrió sarcásticamente, observando como las chicas se iban.

—Diviértanse con sus cara! –dijo con enojo, levantándose para cerrar la puerta con fuerza, aunque esta fue detenida por una pila de cajas– ¡Portazo! Fue un portazo..

———
¡BUENOS DÍAS, TARDES O NOCHES!

Estuve rehaciendo la historia, cambiando un par de cosas, sobre todo a la protagonista y cómo es ella! Espero que estos cambios los tomen a bien y que les gusten. :3

Si bien, hay muchas partes del episodio que fueron "cortadas" (o más bien salteadas) en el capítulo, es porque me quiero centrar bastante en la relación amistad/rivalidad entre Alice y Jake, pero no niego que en algunas ocasiones van a haber escenas separadas de ambos, porque sino es todo muy repetitivo!

También, como pudieron observar, en la historia van a haber muchas referencias con respecto a GLEE, ya que es una de mis series favoritas junto con B99 y me gustaba darle ese toque. No prometo que vayan a aparecer personajes de la serie, pero sí habrán menciones!

Si hay algún error de cualquier tipo, haganmelo saber, siempre y cuando sea con respeto. Muchas gracias <3

¡Nos vemos en el próximo capítulo!

— nana.