La espalda de Jisung chocó contra la pared, mientras que los labios de ambos chicos se movían con ferocidad.
Minho sujetaba sus mejillas con firmeza, pero sin llegar a ser brusco. Jisung no sabía qué hacer con sus manos, así que las ubicó en el pecho del mayor.

El menor soltó un jadeo involuntario cuando su labio fue mordido. Minho soltó las mejillas de Jisung y tomó las manos de este que se encontraban en su pecho, para ponerlas contra la pared y entrelazarlas ambas.
Jisung sentía que moriría por todas las sensaciones que estaban pasando por su cuerpo en ese momento, sobre todo cuando Minho se alejó de sus labios y comenzó a besar su mandíbula, para luego ir bajando por su cuello.

Otro jadeo escapó de los labios de Jisung, quien mordió sus propios labios para tratar de controlarse, pero le era casi imposible con Minho tocándolo y besándolo así.

Minho abandonó su cuello y los ojos de ambos se encontraron, para luego volver a unir sus labios. Lee soltó las manos del contrario para rodear su cintura con sus brazos, así que Jisung tomó a Minho de su camiseta.
Cuando sintieron que les faltaba el aire, se separaron jadeantes y con los labios hinchados.

—Creo que... Deberíamos detenernos ahora—A Jisung le costó pronunciar aquellas palabras debido a la falta de aire.

Minho asintió de acuerdo y tomaron una distancia prudente, acomodándose sus ropas y tratando de recuperar bien el aire.
Lee definitivamente no se esperó que Jisung se volviera a acercar a él y le acomodara el cabello, peinándolo con sus dedos.

—Me parece que fuimos muy rápido.

—¿No oíste lo que dije? Solo disfruta y pásala bien.

Algo que a Minho le encantó de Jisung fue su actitud despreocupada, desearía ser así igual, puesto que se la vivía preocupado hasta de las cosas mínimas.

Cuando el menor terminó de acomodarle el cabello, ambos se miraron con una gran sonrisa y luego dejaron escapar una risa tímida.

—Deberíamos volver a donde están todos.

—Sí, deberíamos...

Jisung le robó un besito más en el que sus labios apenas se tocaron y abrió la puerta para salir corriendo del lugar, Minho rió bajito y lo siguió, asegurándose de dejar cerrado con llave.

Al volver donde todos, se llevaron la sorpresa de que los grupos de amigos de ambos chicos estaban hablando animadamente entre todos. Al acercarse a ellos, todos los miraron con una sonrisa, como si supieran lo que habían estado haciendo.

—Así que, Jisung...—Comenzó hablando Felix, poniendo una mano en un hombro de su amigo—¿Minho es buen besador?

Sus amigos estallaron en carcajadas mientras que los dos aludidos se ponían rojos de la vergüenza.

—¡Jisung besó a Minho antes que yo!—Un Hyunjin en modo dramático se cubrió la boca, Lee miró a su amigo confundido.

—¿A qué te refieres?

—No le hagas caso, Hyunjin se quiere besar con todo el mundo.

El grupo de chicos decidió no seguir poniendo incómodos a los recién llegados, así que empezaron a hablar de otros temas como si lo de antes nunca hubiera ocurrido.

—Uhm, Minho...—Un tímido Jisung se dirigió hacia él, quien lo observó expectante—Ya me tengo que ir. ¿Podrías llevarme a casa, por favor?

—Claro—Respondió de inmediato—Yo igual me tengo que ir.

—Por accidente estrellé mi auto contra un árbol cuando venía hacia acá—Dijo soltando una risita—Supongo que no estaba prestando atención.

Minho abrió la boca con sorpresa.—¿Qué? ¿Y viniste así como si nada?

—Sí, no fue tan grave y además llevaba esperando este baile desde que fue anunciado, no me lo podía perder por nada en el mundo.

—Uhm, de acuerdo... Eh, chicos—Lee llamó la atención de todo el grupo—Con Jisung ya nos vamos, se nos hace tarde.

—¿Tú lo vas a llevar?

—Sí.

—De acuerdo—Todos les dieron una sonrisa pícara, las cuales los dos aludidos trataron de ignorar.

—¡Minho! Al menos llévate un cupcake, no comiste nada en toda la noche—Exclamó Hyunjin señalando una bandeja de cupcakes que estaba sobre una de las tantas mesas.

—¡Sí! ¡Están deliciosos!

—Bueno, llevaré uno—Dio un paso pero se detuvo casi al instante para observar a Jisung—¿Quieres uno?

—No, gracias.

Minho se dirigió a la mesa que Hyunjin le señaló y sacó un cupake, iba a volver con el grupo para luego irse con Jisung, pero otra cosa llamó su atención.
La decoración, como se había fijado apenas entró en el lugar, era muy bonita. Estaba lleno de globos y serpentinas colgadas, así que agarró unas no muy grandes y se las guardó para luego darle a Jisung para tener un recuerdo de aquel día.

Ambos se despidieron de su grupo y salieron del gimnasio bastante animados, había sido una buena noche.
Minho le abrió la puerta del lado del copiloto y Jisung se subió ahí, cerró la puerta y luego rodeó el auto para subirse en el lado del conductor.

—Vivo en Brady Road—Dicho esto, el mayor comenzó a manejar en esa dirección. Sabía donde quedaba, pero no ubicaba muy bien aquel sector.

—No conozco muy bien esa zona, pero sé donde queda.

—Es un vecindario muy lindo.

Y el camino se basó en Jisung hablando de sus recuerdos de la infancia y Minho escuchándolo atento.

—¿Por qué no me dejas aquí?—Jisung dijo de repente—El camino por delante está en muy malas condiciones, puedo caminar desde aquí.

Minho paró el auto y le extendió una serpentina a Jisung.

—Toma un poco, lo obtuve en el baile.

—Gracias—El menor le dedicó una gran sonrisa—Lo pondré en mi cabello—Y eso hizo.

—Para que te quedes con un recuerdo de este día—Minho también le sonrió y luego se relamio los labios algo nervioso por lo que iba a decir a continuación—¿Te gustaría salir algún otro día a ver una película o algo?

—Eso sería divertido—Jisung asintió varias veces con la cabeza y abrió la puerta del auto—Adiós, Minho.

—Adiós Jisung, ve con cuidado.

Después de irse de ahí, Minho se dio cuenta de que no sabía el apellido o el número de teléfono de Jisung; con el pensamiento de que el camino no puede estar tan malo, regresó.
Él manejó despacio por Brady Road a través de un espeso bosque, pero no habían señales de Jisung.

Al darle la vuelta a una curva, vio los restos de un auto. Se había estrellado contra un árbol y se había incendiado, el humo seguía saliendo de él.

Mientras Minho se dirigía al auto, pudo ver a alguien atrapado dentro, aplastado contra la columna de dirección.

A Minho se le fue el habla y sus ojos se abrieron en demasía, respirando con dificultad.

Era Jisung.

Y en su cabello estaba la serpentina que le había dado.