𓈃 01
“¿Acaso estoy en el cielo?, que cómodo.”
Yoongi se remueve en su lugar aferrándose a lo que sea que estuviera abrazando, era tan cómodo y suave que le generaban ganas de apretujarlo más, aunque su textura era algo extraña, era como si fuese piel humana...
Piel humana.
Abrió los ojos abruptamente aterrizando en la realidad, su mejilla estaba apoyada en el pecho y sus brazos enrroyados en la cintura de alguien que hasta el momento era desconocido, subió lentamente la mirada haciendo un recorrido en el rostro de aquella persona, empezó por sus labios regordetes, subió a su nariz y confirmo su identidad cuando vio sus ojos cerrados.
Oh no, esto era malo, muy malo.
Se trataba de Park Jimin, el hermanastro de Jungkook, o sea, su mejor amigo.
Y era un gran problema.
En cuanto cayó en cuenta de la cercanía y que sus manos todavía seguían en su cintura rápidamente se alejó cómo si de un químico radioactivo se tratara, nada más se podía ver la mitad del cuerpo desnudo del menor lo cual supuso que estaba igual y lo confirmó al ver por debajo de las sábanas.
—No, no, no, me va a matar — el mayor enredó sus dedos en su cabello con frustración, ¿cómo podría algo así ser posible? — ¿Que sucedió anoche?, ¿Cuánto bebí?
Mientras Yoongi se restregaba el cabello frustrado pensando en varias formas de evadir la situación el menor abría los ojos de a poco procesando en dónde se encontraba, soltó un pequeño gemido mañanero mientras se incorporaba, su vista se enfoco en aquella espalda pálida y levemente musculosa, entonces Yoongi soltó un gruñido y Jimin reconoció al mayor.
—¿Hyung?
El llamado de Jimin dejó paralizado a Yoongi quien no sabía que hacer; ser un hombre maduro y afrontar la situación o huir sin explicación.
Aunque ya no había tiempo para la segunda opción.
—¿Hyung, se encuentra bien?
—Y-Yo...
Yoongi se levantó y empezó a buscar sus pertenencias, su ropa estaba tirada en el suelo, ni una faltante.
—¿Y-Ya se va?
Yoongi se colocó el boxer y después el pantalón ajustándolo con el cinturon, sintió la mirada del menor en su espalda, perseguiendolo en cada movimiento — Esto... Esto no debió pasar Jimin — pasó sus brazos por las mangas y se colocó la camisa.
—Pero pasó, ¿Acaso se va a arrepentir?
—Por supuesto que si — Yoongi finalmente se dió vuelta encarando al pelirosa —eres menor de edad, te rebaso por seis años, lleva cárcel.
—Es solo un año lo que me falta Huyng y por la edad no tengo problema, además — Park sonrió con picardía — Si no hay crimen no hay condena.
Yoongi rodó los ojos con molestia, ¿Cómo es que él podía estar tan calmado?, ¿no le molestaba?
Finalmente se puso su chaqueta de cuero negra, hizo ademán de revisar sus bolsillos buscando los dos objeto faltante; su teléfono y llaves.
—¿Dónde...? — murmuró para el mismo.
—¿Me va a dejar aquí?, ¡Tengo que ir a la preparatoria!
—Entonces ve a casa, ¿que se supone que quieres que haga? — respondió con molestia mientras seguía en la búsqueda de sus cosas.
Escuchaba como el menor se quejaba de su comportamiento como un niño caprichoso mientras se movía a cada rincón de la habitación buscando su teléfono y llaves, su voz se volvía cada vez más irritante.
—Por fin — masculló cuando finamente encontró las llaves y el teléfono en el baño, se preguntaba cómo es que fue tan descuidado de dejarlo ahí.
—¡No está escuchandome!
—No hay nada que escuchar, ni hablar, ni nada de esas tonterías — sentenció demandante — Nada de esto pasó, ¿Quedó claro? y ni se te ocurra decirle nada de esto a Jungkook, se volvería loco.
Caminó hacia la puerta con la intención de abrirla y huir de aquella habitación.
—¿Piensas hacer como si nada hubiera pasado?
—Exactamente.
Y cerró la puerta con la esperanza de que todo acabará allí y siguiera su rumbo normal, después de todo, es lo que siempre pasa, un simple polvo.
Park Jimin no pensaba lo mismo, nadie en su vida lo había ignorado de tal forma, siempre cumplían sus caprichos y se hacían cargo de lo que él quisiera, de cierta forma se volvía aburrido, Min no había reaccionado de esa forma tan repetitiva y hastiante, él lo había rechazado de cierto forma, fue inesperado y eso le gustó, Jimin quería más y estaba seguro que desde ese día, Min Yoongi se volvería uno de sus caprichos y restos más grandes.
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