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CAPÍTULO 8: DESPEDIDA

Llegué a mi apartamento más cansado que de costumbre, salí de la empresa una hora antes ya que el dolor en mi pecho me estuvo atormentando desde tempranas horas. Sentía una punzada atravesar mi pecho a cada minuto, mi corazón latía frenéticamente sin razón alguna, definitivamente era un mal presentimiento el que me agobiaba.

Me quité mi saco, aflojé mi corbata, encendí la televisión y me dirigí a la nevera para sacar un poco de agua fría, saqué mi teléfono para llamar a Linda quien había regresado apenas hoy a Tailandia, quería saber si había llegado con bien, pues estaba consciente que este sentimiento no era en vano. De pronto mis manos empezaron a debilitarse y el dolor en mi pecho se volvía más fuerte, con mucha angustia busqué el número de Linda entre mis contactos, pero no lo encontraba.

En ese momento un reportaje de las noticias en vivo congeló por completo mi cuerpo, era una imagen aérea de un accidente de tránsito, al parecer una rastra había impactado a un Lamborghini negro, el pobre auto quedó destrozado mientras que la rastra solamente estaba volcada. Tomé asiento en el sofá de dos piezas de mi apartamento y escuché atentamente el reportaje, pues era extraño que transmitieran noticias internacionales aquí.

Traemos hoy hasta ustedes este reportaje de último minuto, en el centro de Bangkok se registró un trágico accidente automovilístico. El conductor del auto en cuestión ha sido identificado como Mew Supassit Joncheevevat, hijo del reconocido empresario Eidrien Suppassit, quien es dueño y presidente de la conocida disquera MSJ Entertaiment. El Suppasit menor sufrió un accidente luego de que su auto fuera gravemente impactado por una rastra de carga.

Los testigos afirman que el auto del jóven Joncheevevat fué el que se cruzó frente a la rastra debido a que anteriormente pudo esquivar el que hubiese sido el golpe contra otro auto que conducía sin control, pero tras evitar ese choque su auto quedó exactamente en el centro de la cruz calle en dirección horizontal de donde venía la rastra, sin siquiera darle tiempo al conductor de ésta de parar o de desviarse.

Se sabe que el joven Joncheevevat venía acompañado de otro chico, quien afortunadamente se encuentra en mejor estado que el heredero del imperio Suppasit, pues la rastra impactó directamente del lado del conductor. En estos momentos el jóven Joncheevevat se encuentra en el hospital en un estado grave, el informe de los doctores que lo atienden aún no ha sido revel--

Pude sentir como en ese momento el aire me comenzó a faltar y mi corazón amenazaba con salirse de mi pecho, las palabras de la presentadora de noticias pasaron a ser un ruido sordo al fondo de mis oídos. No podía creer lo que estaba escuchando, era imposible que mi pequeño estuviera en esta situación. Apresuradamente busqué mi teléfono, el cual se suponía que tenía en mis manos, pero estaba en el piso, marqué el número de Linda y no respondía, por lo cual; sin perder más tiempo llamé a mi secretaria y le pedí que cancelara todas mis citas por al menos dos meses o hasta que yo diera la orden de reactivarlas.

Tomando todas las cosas necesarias para salir inmediatamente, llamé a Tul, mi guardaespaldas, y le pedí que preparara mi jet privado porque saldríamos de Italia a Tailandia cuanto antes.

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[Pov: Gulf]

Grité y lloré lo más que pude hasta que una enfermera llegó y me anestesió nuevamente. Esto no podía estar pasando, no a Mew, no a mí, no a nosotros, simplemente me negaba a creerlo.

Poco a poco iba cerrando mis ojos debido al efecto de la anestesia, aunque quisiera luchar por mantenerme despierto y conciente, no podía hacerlo y aún en contra de todo, la anestesia terminó por vencerme por completo. De un momento a otro me encontraba inmerso en una terrible oscuridad, asustado, me dirigí hacia un rincón de ese lugar oscuro y me senté, llevando a esconder mi rostro en mis rodillas y comencé a llorar.

Mi corazón dolía, solamente quería que Mew despertara y pudiéramos huir juntos a otro lugar donde podamos vivir nuestro amor libremente. De la nada, me pareció escuchar que alguien caminaba lentamente hacia mí, cada uno de sus pasos hacían eco en aquella oscura soledad y en el silencio. Curioso, alcé mi mirada y busqué el origen del sonido, a lo lejos una luz comenzó a iluminar fuertemente mis ojos provocando que los cubriera con mi mano. Los pasos se detuvieron a una distancia prudente de donde yo me encontraba, fue entonces cuando me percaté de que era mi adorado Mew a quien tenía frente a mí y me veía con un gesto amoroso. De un solo salto me puse de pie e instintivamente me lancé a él para abrazarlo.

Despertaste, Mew... decía mientras lloraba —no sabes cuánto te extrañé. Mew solo correspondía a mi abrazo y acariciaba mi cabello con una mano, me aterraba que no dijera nada. Me separé un poco de él sin dejar de abrazarlo y lo miré fijamente, él solamente me sonreía. —¿Mew?... —lo miré fijamente a los ojos, tomó un poco de tiempo que me respondiera, pero lo hizo.

No llores más, Gulf limpió mis lágrimas —, yo siempre estaré contigo... siempre, siempre... —Sonrió tiernamente y besó mi frente, mis lágrimas no paraban de salir.

No quiero que me dejes, Mew. —Me aferré más a sus brazos.

Yo no te dejaré, cariño. —Besé suavemente sus labios y me escondí en su pecho. Me sentía en paz.

Te amo, Mew. —Con fuerzas lo abracé de la cintura.

También te amo, Gulf, pero tienes que ser fuerte pase lo que pase. Jamás dudes de lo mucho que te amo, mi pelinegro. — Sus palabras me asustaron y transmití eso al mirarlo, pero entonces pude darme cuenta de que su rostro estaba desapareciendo entre aquella luz. Mis lágrimas brotaron de nuevo, al igual que mis gritos pidiéndole que no se fuera, pero fueron en vano. Todo era en vano, pues aun entre gritos y llantos por verlo alejarse, él desapareció.

Desperté de nuevo entre aquellas blancas paredes, sentía húmedas mis mejillas así que llevé una de mis manos a mi mejilla y efectivamente pude sentir la humedad en ella.

Mild se acercó a mí en ese momento, tomándome por sorpresa, mi amigo aún conservaba sus ojos llorosos y rojos. No dije ni una sola palabra, tan solo di lugar a que mis lágrimas continuaran saliendo por sí solas. Mild me abrazó fuertemente y apoyó su cabeza en mi hombro, yo me mantuve inmóvil mirando al suelo. No podía parar de pensar en que el sueño que tuve había sido una despedida de Mew hacia mí, y eso dolía, dolía muchísimo.

Al cabo de unos cuantos minutos entró Yiwha a la habitación, se veía pálida, su semblante decaído y a leguas se notaba que había llorado mucho. Al verme salió corriendo y me abrazó con ímpetu, correspondí su abrazo y lloré en sus hombros hasta más no poder.

—¿Cómo está Mew? —Pregunté mientras secaba mis lágrimas.

—Igual, Gulf —Bajó su mirada —, en estos seis días no ha mejorado nada.

—¡¿Seis días?! —Repliqué asombrado, no había sentido el tiempo.

¿En qué momento comenzó a transcurrir tan rápido?

—Sí, Gulfie —Acarició mi mejilla —, tú despertaste tres días después del accidente, tienes una costilla rota y como ya te diste cuenta también tu pierna. Ese mismo día cuando recibiste la noticia te volviste sumamente histérico, tanto así que el hospital contactó a tu padre y fue él quien pidió que te dieran dos dosis de anestesia... por ello despertaste hasta hoy.

No lo podía creer, había sentido tan fugaz mi sueño con Mew, sentí que estuve ahí con Mew solamente fracciones de segundos. Pero habían pasado tres días como si nada y seis días desde el accidente. El accidente, pensar en ese trágico evento me llevó a recordar a la causante del mismo.

—¿Su madre ha venido a verlo? —Pregunté inquieto.

Tan solo recordar a esa mujer me llenaba de coraje y resentimiento, que Dios me perdone si mi pensar es malo, pero de no haber sido por ella esto no nos hubiera sucedido a Mew y a mí. Ambos debíamos estar en nuestras prácticas, ambos ese día debimos estar en su casa viendo películas todo el día o perdiendo el tiempo en una guerra de almohadas, o escuchar canciones hasta quedarnos dormidos. No aquí en el hospital con Mew luchando entre la vida y la muerte. Con mucha fuerza tragué el nudo en mi garganta y miré a mis amigos esperando una respuesta.

—Desde el día del accidente no se ha movido de aquí —dijo Mild —, pero... —Hizo una pausa.

—¿Pero qué? —cuestioné molesto.

—Trató de sacar a Mew de este hospital, dijo que no quiere que comparta el mismo hospital que tú, Gulf...—explicó frustrado —esa mujer está loca.

—Esa mujer no tiene amor en su corazón. —Apoyó Yiwha.

—¿Lo logró?

—No, el padre de Mew regresó a Tailandia al día siguiente del accidente, el día en que ella planeaba sacar a Mew de aquí. Discutió con doctores y enfermeras, ya que el estado de Mew es... —Pausó, sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Solo dilo, Yiwha... por favor.

—El estado de Mew es grave, recibió una cirugía al momento en que ingresó. El neurocirujano dijo que de milagro había podido salvarlo, luego fué operado de nuevo, tenían que sacarle los cristales que ingresaron a su cuerpo. El rostro de Mew está gravemente herido, Gulf, los cristales del parabrisas dañaron sumamente su rostro. En este momento tiene su rostro vendado, el padre de Mew al darse cuenta de esto contrató al mejor cirujano plástico de Tailandia, pero este solamente dijo que con el tiempo su rostro volvería a verse normal...

—...tiene dos costillas rotas y... su columna vertebral sufrió una fuerte lesión, es posible que no vuelva a caminar... entró en un coma grave al día siguiente del accidente. —Terminó, sollozando. Yo simplemente no podía creerlo, era mi culpa, Mew recibió la peor parte del impacto solamente por protegerme.

—Esto no puede ser —Sollocé, —¡¡NO PUEDE SER!! —grité impotente —Dime que es mentira, por favor. Dime que es una maldita mentira, Yiwha —grité histérico, como un completo loco. ¿Cómo podía aceptar esto?

—Cálmate, Gulf, por favor. Si sigues haciendo esto solo provocarás que nuevamente te seden. —Las palabras de Thorn lograron que me calmara.

—Tu padre llega mañana —anunció Yiwha  —, él sabe lo que pasó, Gulf.

—Créeme que no me importa —Con brusquedad limpié mis lágrimas —. Discusiones con adultos de mente cerrada son lo que menos quiero, ya que precisamente por una maldita discusión de esas es que MEW ESTÁ DONDE ESTÁ, LUCHANDO ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE. —Apreté mis puños, sintiendo el coraje y la impotencia apoderarse de mí. Era imposible que mis lágrimas se detuvieran, solo de recordar a mi castaño tirado en el suelo y sangrando, no podía, no podía soportar esto. —Él se despidió de mí, Yiwha... —Tomé su brazo —él me dijo que debía ser fuerte y que jamás me dejaría, pero yo no puedo, Yiwha. —Lloré aún más

—No se irá, Gulf... Mew es un chico fuerte, y te ama, debes creerlo... él luchará contra la muerte para regresar contigo.  —Limpió mis lágrimas y besó mi frente.

—¿Cómo han logrado saber el estado de Mew, si la bruja está todo el tiempo con él? —Pregunté dudoso.

—Yo la conocí mientras aún estaba en Francia, mi padre cerró un negocio con ella. Cho también la conoce, ambos hemos ocultado nuestra amistad contigo para que de ese modo nos permita saber de Mew. —Su semblante cambió. —Discúlpame, Gulf, pero sabía muy bien que cuando despertaras lo primero que querrías sería saber de él y por eso te dejé al cuidado de Mild y Thorn.

—No te disculpes, agradezco mucho lo que has hecho y por supuesto no me molesta que ocultes conocerme, de no ser por tí no sabría nada de Mew. —Nuevamente la abracé —Entonces, ¿ella aún te recuerda?

—Así es —Suspiró —. Llegué al hospital preguntando por ambos, cuando pedí noticias tuyas nadie respondió, pero cuando dije el nombre de Mew rápidamente me dijeron donde estaba y fue ahí que ella llegó hacia mí, al principio parecía que quería matarme, pero al verme creo que me recordó y cambió a su semblante amable. Fue entonces que ideé hacerme pasar por la mejor amiga de Mew y contacté con Mild para ir sabiendo de tí e irle informando de Mew.

—¿Dónde está él ahora?

—En cuidados intensivos, una sala vip en el cuarto piso.

—Llévame a verlo, por favor —pedí, con voz con suplicante.

—No puedo, Gulf —respondió, cabizbaja—, la madre de Mew se mantiene ahí 24/7, es casi imposible que pueda sacarla de ahí para que puedas verlo.

—Yiwha, por favor.—Supliqué.

—No puedo, Gulf, en verdad que no. Pero prometo que haré todo lo posible para quedar a solas con Mew y le pediré a Mild que te lleve, pero tú también debes cuidarte en este momento, y encontrarte con ella te hará mal. Entiende, Gulf, por favor.

Me limité a únicamente asentir, no porque me hubiera dado por vencido, claro estaba. Pero no llegaría a ningún lado si continuaba discutiendo con ella.

Al cabo de las 6:30 de la tarde, Mild y Thorn regresaron a sus casas después de que les insistí que volvieran ya que llevaban días en el hospital cuidándome, pero, antes de que Mild se fuera le pedí que llamara a una enfermera. Cuando dicha enfermera llegó le pedí que me ayudara a trasladarme a una silla de ruedas, con la excusa de que quería pasear por la habitación y prometiendo que le llamaría cuando quisiera dormir, esta salió dejándome en la silla de ruedas.

A las siete de la noche jugándome el todo por el nada, salí con dificultad de la habitación. Tratando de escabullirme de las enfermeras llegué al elevador, ingresé en el y una chica de aspecto agradable estaba adentro, entré como pude y ella me miró con un gesto amable.

—¿A qué piso? —Preguntó, sonriendo amablemente.

—Cuarto, por favor —respondí, arreglando las ruedas de la silla.

—¡Claro! — La chica tan gentil presionó el número cuatro y el elevador continuó su función.

Nos mantuvimos en un completo silencio hasta que el elevador anunció mi llegada al cuarto piso, muy amablemente me despedí de la chica y agradeciendo su ayuda, me dirigí por el pasillo frente a mí. En ese momento divisé a lo lejos a una enfermera, rápidamente me acerqué a ella.

—D-disculpe...

—Sí, señor, dígame, ¿qué se le ofrece?—Su rostro estaba completamente serio.

—Me.. —Dudé al instante, así que decidí llamarlo por sus apellidos —Suppasit Joncheevevat, ¿en qué habitación se encuentra?

—¿Es usted familiar del señor Joncheevevat? —Preguntó pedante.

—Amigo de la familia, ingresé aquí hace unos días. —Mordí mi labio por la mentira.

—Cuidados intensivos, habitación tres —respondió mientras miraba en su tabla, sin más, se retiró y me dejó ahí completamente solo.

Moví mi silla y avancé un poco hasta llegar a la habitación número tres. Al estar frente a la habitación en la cual se encontraba Mew, sentía que mi desesperación por verlo incrementaba con cada segundo que pasaba. Mi amado estaba ahí dentro y yo me sentía morir por esta angustia. Estando completamente decidido a abrir la puerta comencé a empujar lentamente, pero en ese mismo instante una voz me detuvo, sentí mi corazón acelerarse y todo mi cuerpo temblar.

Con temor giré lentamente mi cabeza junto a la silla, para al final quedar frente a una figura masculina de casi dos metros, cabello castaño como el de Mew, también tenía un parecido idéntico a él, ojos grises y parecía estar entre sus cuarenta y siete o cincuenta años, los que por cierto, su físico no mostraba.

—¿Necesitas algo en esta habitación? —El tono de su voz fue grave, haciéndome estremecer. Tragando grueso intenté contener mis nervios y encontrar mi propia voz para responder.

—Y-yo... —Realmente no sabía qué decir.

—¿Tú?... —Replicó él, un poco más serio que antes —¿Eres amigo de mi hijo? —Cruzó sus brazos a la altura de su pecho.

—S-sí, señor —Musité —soy quien venía con él en el auto —Mis palabras borraron todo rastro de severidad en sus rostro, sus ojos se agrandaron para luego estudiarme detenidamente.

—Cuanto lo siento, muchacho —Su respuesta llegó después de algunos segundos, y al mismo tiempo la expresión en sus ojos se apagó —. Lamento tanto lo que pasó, ¿estás bien? —Me miró detenidamente —¿O al menos dentro de lo que cabe?

—Sí, señor, estoy bien. Gracias —Me sentí más tranquilo. —Quería ver a Mew, señor —Sentí que mi corazón estaba a punto de salirse de mi pecho.

—Claro, muchacho, adelante. —Abrió la puerta de la habitación de Mew —Pasa.

Me sorprendió que este inmenso hombre de pronto tomara la silla de ruedas y comenzara a empujarme para ayudarme a entrar a la habitación, seguidamente cerró la puerta tras nosotros, dejándonos en total privacidad con su hijo. Avancé un poco hasta quedar frente a la camilla de Mew, mis ojos rápidamente se cristalizaron y comencé a llorar, por un momento olvidé que el padre de Mew estaba ahí y tomé la mano de Mew y la acaricié suavemente, depositando un suave beso sobre ella. Me partía el alma verlo en ese estado, quería gritar y llorar aún más, pero recordé que su padre estaba ahí al lado, así que me contuve.

De pronto unos sollozos me distrajeron, me giré para ver y era el padre de Mew quien lloraba estando a unos pasos lejos de la puerta, ni siquiera me di cuenta cuando se acercó. Sin pensarlo mucho también me acerqué un poco a él.

—Es fuerte, estoy seguro que saldrá de esta.

—Eso espero —dijo él, mientras lloraba —. Tengo miedo, ¿sabes?

—¿Miedo, señor?

—Escucha, eeeh...

—Gulf. Me llamo Gulf Kanawut —La presentación llegó tarde, pero llegó.

—Escúchame, Gulf. Quizás te parecerá tonto que me abra de esta manera con un extraño, pero...

—Dicen que contarle tus problemas a un extraño, es mucho mejor que contárselo a tus conocidos. —El señor rio triste, yo intenté corresponder con una media sonrisa.

—He dejado solo a Mew desde que tenía seis años... soy dueño de una disquera. MSJ Entertaiment. La creé cuando apenas tenía 18 años, triunfé en la vida y mi disquera salió a flote, pero nunca me sentí tan feliz como el día en que nació Mew. —Sonrió nostálgico, yo también sonreí de tan solo imaginar a Mew como un bebé. —Todos decían que era mi vivo reflejo, eso me llenaba de orgullo. Un muchacho guapo e inteligente, no me despegaba de él desde que nació, jugábamos casi las veinticuatro horas del día, Linda se molestaba mucho por eso, siempre lo llamaba "mi pequeño", y él me llamaba "Gigante". —Su sonrisa triste adornó su rostro, acompañada de algunas lágrimas.

—Al cumplir sus seis años mi empresa comenzó a tener problemas, un idol que patrociné se vió involucrado en problemas de drogas y se formó un gran escándalo, MSJ empezó a necesitar más de mí y fue entonces que tuve la idea de buscar socios internacionales —Pausó —. Desde entonces comencé a viajar a varios países durante meses e incluso años, fué así como me descuidé de mi hijo poco a poco. Al principio le llamaba todas las noches sin falta, pero de pronto perdí la noción del tiempo y me sumergí tanto en mi trabajo que, jamás volví a hacerlo, sabía de él por medio de Linda.

—Me perdí su primera clase de piano, su primera clase de guitarra, sus primeras canciones, me perdí de todo lo que mi pequeño amaba hacer. Él ama la música y aún así, Linda lo obligó a estudiar economía, llegó a pedirme ayuda y yo me negué... —Un sollozo escapó de su boca. —a diario patrocino el sueño de muchos chicos que aman la música... pero el de mi propio hijo yo mismo lo trunqué. —Sus sollozos incrementaron. Me quedé sin palabras al escucharlo todo, y mi corazón se llenó de más melancolía.

—Mi padre hizo lo mismo conmigo —Coloqué mi mano sobre la suya —. Es dueño del bufete de abogados más reconocido de Estados Unidos: Kanawut y Asociados. Dejé de verlo desde los doce años... por momentos vuelve, pero se queda en hoteles. Mi madre es con quien más frecuento, pero ella también viaja por negocios. —Me miró confundido. —¿Sabe por qué le digo esto, señor?

—No, Gulf —respondió él, mirándome con ese pálido rostro y sus ojos hinchados de tanto llorar.

—Lo hago porque mi padre también me abandonó por trabajo desde muy pequeño, así como usted a Mew, pero yo no lo odio. A pesar de su ausencia yo amo a mi padre, así mismo; estoy seguro de que Mew también lo ama. Es usted su mayor ejemplo, si usted levantó una disquera es porque ama la música y si su hijo ama la música es por usted... él lo heredó de usted. —Sonreí.

—Tengo miedo de que no despierte del coma y no pueda disculparme, tengo miedo que me odie por haberlo dejado, Gulf —Su voz fue entrecortada por la poca fuerza que había en ella, y sus sollozos.

—Mew despertará, señor. —Mi voz de igual manera se desestabilizó. Yo también tenía miedo, cada que le decía a él que Mew despertaría, trataba de convencerme a mí mismo de que sí lo haría. —Despertará y entonces usted tendrá la oportunidad de enmendar sus errores. —Sonreí con suavidad.

Él apretó mi mano y tuvo intención de responderme, pero una voz fuera de la habitación nos interrumpió.

Eidrien, cariño...

Mi corazón se paralizó y sentí como mis nervios incrementaron, reconocería esa voz donde fuere. Era la madre de Mew quien estaba a punto de ingresar a la habitación.



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¿Linda podrá ver a Gulf?
¿Cuál será su reacción al encontrar a Gulf con su esposo en la habitación de su hijo?
¿Logrará Mew despertar del coma?


Sigamos leyendo esta historia para saberlo.

Oigan, en otras noticias: me acabo de llevar el susto del siglo pues vengo de publicarles el capítulo 4 de The Dark And Gloomy Detective, pero como este capítulo fué el que escribí primero, lo guardé para actualizar juntas ambas historias, pero éste ya no me salía 😳. Me asusté re-feo, créanme 💔, pero pude recuperarlo después de algunos intentos jaja, así que espero lo disfruten así como yo disfruto tanto escribirlo.

Denle mucho apoyo a este y al otro fic porfis. 🙏❤️

Sin más que agregar, nos leemos a la próxima. Bye.

Cuidense mucho.

[Publicado: 26/05/21
Corregido: 14/08/23]

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