
CAPÍTULO 19: REVELACIÓN
Ninguno de los presentes podía dar crédito a lo que veían. ¿Realmente estaba sucediendo? Un silencio ensordecedor se instaló en la iglesia en ese momento, se podría decir que eran capaces de escuchar hasta el crickear de un grillo. Todos se encontraban atónitos sin poder creer aún quien yacía frente a ellos, Mew no daba fé a lo que sus ojos veían, pero ¿cómo podría no creerlo si estaba frente a él?
Linda, quien se encontraba en la primera fila de bancas del frente, sentía como si sus ojos fuesen a salirse de sus cuencas debido a tanto asombro. ¿Qué diablos es lo que ocurría? No es como si se pudiese regresar de la muerte a la vida, ¿verdad?
Mew sintió su corazón paralizarse en el momento en que aquella persona empezó a caminar con leves pasos hacia él, llevaba consigo un bastón de madera pulida, barnizado de un café claro que lo hacía lucir muy luminoso. Al principio sus pasos eran pequeños pero luego se volvieron grandes, como si quisiese romper cuanto antes la distancia en segundos y llegar hacia él lo más pronto posible.
Los ojos de Mew no solamente estaban cristalinos, su rostro era bañado por sus incesantes lágrimas. Su padre estaba caminando hacia él en este momento, ¿cómo era eso posible? Su padre al que lloró meses atrás, en este momento estaba frente a él. Mew no sabía lo que sentía realmente en ese momento, alegría, asombro, agradecimiento, enojo, resentimiento. Sentía de todo un poco, un torbellino de emociones se apoderó de él.
¿Hasta cuándo el destino se apiadará de su persona? ¡Su padre se encontraba frente a él en este momento, ¿cómo mierdas era eso posible?! ¡Dios! Sentía que iba a morir.
—¿P-pa... padre? — Se acercó a Eidrien y con su mano acarició su mejilla, tenía que asegurarse de que fuese real —¿Padre,... de verdad eres tú? —Sollozó, su cuerpo temblaba mientras que su corazón latía a mil por hora. ¡Es que era simplemente increíble!
¿Su padre había vuelto de la muerte a la vida? Imposible.
—Soy yo, mi querido hijo, mi pequeño —respondió Eidrien, con lágrimas bajando por sus mejillas. Bastaron esas palabras para que Mew se lanzara a su padre y se aferrara a él. Su padre había vuelto, ¡Dios! No entendía lo qué ocurría, pero ¡su padre estaba frente a él!, y eso era todo lo que importaba.
—Te extrañé tanto..., padre. Perdón... — Entre sus sollozos su voz a duras penas era entendible.
—Perdóname tú a mí, Mew, lo siento tanto, pequeño. — Eidrien apretó más el abrazo con su hijo —Perdóname,... prometo que te diré todo después, pero por favor necesito que me perdones —pidió, con voz suplicante.
—Lo único que me importa es que esto no es un sueño, y que tú estás de nuevo conmigo, padre. — Con una triste sonrisa, lentamente se separó del mayor.
Fue entonces, que Mew pudo darse cuenta que su padre iba acompañado nada más y nada menos que de... ¿Sean? Y también... ¿La policía? ¿Pero qué tendría que ver la policía en esa situación? ¿Ya se habían dado cuenta del secuestro de Gulf?
Eidrien caminó un poco más hacia donde Linda se encontraba, deteniéndose frente a ella le sonrió ladinamente. —Sorpresa, cariño — La última palabra la dijo con un leve tono de sarcasmo e ironía.
Linda no sabía cómo actuar, ¿cómo debería reaccionar si su esposo al que vió morir meses atrás estaba frente a ella en este instante? Acomodó su cabello y sonrió.
—Ci-cielo...—habló por fin, Eidrien sabía que su actuación comenzaría en este momento —¡esto es un milagro! —exclamó, acercando sus manos al rostro de Eidrien intentando tocarlo.
—¡Ni siquiera te atrevas, no me toques! —gritó con furia, provocando que todos en la iglesia se confundieran aún más —. Dime, cariño, ¿que sientes al verme de nuevo frente a tí, eh?... ¿Qué es lo que sientes al darte cuenta de que tu plan no funcionó? — Sus palabras iban todas llenas de ironía, rencor, decepción y tristeza. —Estás molesta, ¿verdad? ¡La gran Linda Jongcheveevat fracasó en su tan elaborado plan! —vociferó, burlándose de su esposa.
"Maldito seas, Eidrien, ¡Maldito!” pensó Linda, pero no pensaba caer tan fácilmente. —¿De qué hablas, cielo?—intentó continuar con su actuación.
—Ya basta, Linda, no pierdas el tiempo. No te humilles más haciendo esto. — Linda lo miró con seriedad. —Es hora de que pagues por lo que hiciste, porque aunque no lograste asesinarme, sí lograste robarme.
—Padre... —intervino Mew —¿de qué hablas?
—Mew... mi querido hijo... hay muchas cosas que aún no sabes de tu madre... — Eidrien miró a Mew y luego a Linda —esta mujer es capaz de cualquier cosa por salirse con la suya. — La mirada que el Suppasit mayor le dedicaba a la mujer iba cargada con mucho resentimiento y dolor.
Linda se reincorporó y suspiró. Ya no tenía caso seguir fingiendo.
—Así es, y nunca había fallado. —Se cruzó de brazos —¿Cómo diablos es que estás con vida? — Sus palabras lograron dejar a todos los presentes con la boca abierta, a Mew más que cualquier otro.
¿Su madre había intentado asesinar a su padre?
—Sorpresa, —Encogió sus hombros —digamos que solamente seguí tu plan incluso antes de que tú misma me lo confesaras.
—N-no... no comprendo nada. —Frunció el ceño.
—Es simple, querida. Engañar al que engaña es doblemente entretenido, — Le guiñó un ojo —y digamos que yo nunca estuve en tus manos, más bien... todo este tiempo fuiste tú quien estuvo en las mías. —Sonrió triunfante.
—Maldito —masculló ella. Ante la confusión y sorpresa de la mujer, Eidrien entendió que ya era hora de darle a Linda su segunda sorpresa, así que, haciéndose a un lado dió paso a quien había permanecido oculto detrás de él todo este tiempo.
—Hola, querida madre. ¿Me extrañaste? —cuestionó retórico aquel chico que todo este tiempo había permanecido detrás de Eidrien y un poco oculto tras los policías.
Linda sintió como su piel se erizó y su cuerpo se tensó al escuchar aquella voz y reconocerla de inmediato. Debido al susto de ver a Eidrien frente a ella nuevamente no había prestado atención al chico que había acompañado a su supuesto difunto esposo. Sintió cada parte de su cuerpo crisparse.
—Lu-Lu... — Ni siquiera podía articular palabra, ese mismo día dos personas ¿habían vuelto de la muerte a la vida? Dos personas a las cuales ella había asesinado.
—Lushino Vernnothi... ahora mejor conocido como Sean Suppasit. —Sonrió, mirando al castaño que yacía atónito a unos pasos suyo. —Soy tu hijo, madre. ¿Acaso no te alegras de verme? ¿No te alegra saber que a diferencia de tí, mi padre si me quiere?
Mew sentía que todo esto se volvía cada vez más enredado y confuso, no podía entender nada de lo que sucedía. Su padre estaba vivo, su madre era un monstruo, ¿y ahora tenía un hermano? Sintió como su cabeza se volvía un nudo de cuestionamientos mientras que un dolor fuerte en ella comenzaba a agobiarlo.
—Sean... quiero decir... ¿Lushino? ¿Qué es lo que ocurre? —preguntó, demasiado confundido ante la situación. Sean y Eidrien lo miraron de inmediato.
—Hijo, prometo que te explicaré todo después, pero ahora tenemos que hacer que Linda pague por todo. Llevensela — ordenó Eidrien a los policías que lo acompañaban.
—¡No, no!—gritaba Linda, oponiéndose —¡Mew... Mew, por favor, no dejes que me lleven, hijo! ¡Por favor! ¡Mew, tú sabes que no te conviene! —continuó forcejeando con los policías.
—¡E-esperen! —Interrumpió el castaño —Padre, por favor, no pueden llevársela. —Tomó a su madre del hombro y la acercó a él.
—Hermano, por favor apártate —pidió Sean, había esperado mucho tiempo para poder llamar de esa forma a Mew. Todo este tiempo solo había podido cuidarlo bajo la figura de un amigo cercano de su padre. —, esta mujer debe pagar por todo lo que nos ha hecho. — Había resentimiento cargado en sus palabras.
—N-no... —titubeó sollozante —no lo entienden. No se la pueden llevar, ella es--
—Mew, hijo, por favor. —Interrumpió Eidrien —Confía en mí, tu madre no es la persona que crees.
—Confío, pero, padre, por favor. Ella es la única que sabe dónde está Gulf —dijo Mew por fin, con lágrimas y pesar en su corazón, ese mismo que desde meses atrás parecía ser una célula más de su cuerpo.
—¡¿Qué?! ¿Gulf...? —repitió Eidrien, recordando a ese pelinegro chico que tanto le había ayudado.
—Diles que me suelten y que no me sigan si quieren ver a Gulf con vida de nuevo —amenazó Linda.
—Mamá, por favor no le hagas daño —suplicó Mew, aferrándose al brazo de su progenitora.
Lushino se acercó a su hermano y lo abrazó alejándolo de ella, durante todos estos años no había tenido la oportunidad de estar al lado de su hermano menor, pero esta vez no dejaría pasar esa oportunidad que el destino le daba en este momento. Protegería a Mew de quien fuera, inclusive de su propia madre, le mostraría a él y al mundo lo que es ser un buen hermano mayor.
[No sé ustedes, pero yo amo a Lushino.🤧🥺]
—Patético —Se burló Linda al observar la protección de Lushino hacia su hijo.
—Por favor, madre, no le hagas nada, por favor. Te lo suplico.
—Si quieres que ese tipo continúe viviendo, no me sigan. —Señaló a Eidrien y a Lushino, y sin perder más tiempo salió del lugar.
Eidrien apretó sus puños lleno de impotencia, Lushino se preguntaba cuánto más daño tendría que hacerles esta mujer. Mientras que Mew... Mew tan solamente rogaba que Gulf estuviera bien.
—¡¿No piensan seguirla?! —reprochó Tul molesto a los policías.
—No podemos hacerlo, tiene un rehén y en estas situaciones debemos buscar negociar —respondió uno de los policías.
—Yo iré, a mí no podrá hacerme daño —dijo Mew.
—¡¿Estás loco?! —intervino Tharn —Mew, piensa bien las cosas.
—Phi, por favor entiende, si fuese Type quien estuviera en esta situación tú también harías lo mismo. Lo sé, tú y yo nos parecemos mucho, así que, por favor entiéndeme. Entiendanme... — Se dirigió a su padre y a sus amigos —no puedo permitir que algo malo le pase.
—No lo entiendes, Mew, ella es capaz de cualquier cosa. Como ya te diste cuenta, también soy su hijo,... y ni siquiera se tocó el corazón para darme en adopción, y cuando me reencontró me mandó asesinar —dijo Lushino, tratando de hacer entrar en razón a su hermano menor.
—Debemos ir nosotros, —propuso Tul —la policía puede pedir refuerzos, puedo pedirle a Nina que venga, señor.
—¿Nina? —preguntaron Mew y Kaownah al mismo tiempo.
—Es una de mis mejores guardaespaldas — respondió Eidrien —. Podemos llamarla, por supuesto, pero recuerda... —Miró a Lushino —que así como Linda, nosotros también tenemos nuestro as bajo la manga. —Sonrió.
—¿El cual es? —cuestionó Mew, la desesperación lo estaba matando poco a poco.
—Maxiin —respondió Eidrien, lleno de orgullo.
—P-pe... pero...— Tul no podía ni siquiera decir una sola palabra.
—Sigo con vida gracias a Maxiin y a Gulf —confesó Eidrien, dejando aún más sorprendidos _si es que era posible_ a Mew y a Tul —... y por supuesto tampoco puedo olvidar que Tharn, Type, Cho, Yiwha, Thorn y Mild ayudaron también. —Sonrió divertido observando a los amigos de su hijo y su yerno.
Al parecer los únicos que no sabían nada eran Mew y Tul.
“¿Gulf supo que mi padre estaba vivo todo este tiempo? ¿Por qué nunca me dijo nada?, se preguntaba Mew.
¿Maxiin era inocente? ¿Él realmente había rescatado a Eidrien al contrario de asesinarlo? ¿Por qué nunca me lo dijo?, se preguntaba Tul
—Nuevamente prometo explicarles todo después, pero ahora llamaré a Maxiin. Seguramente él se encuentra con Gulf en este momento —dijo Eidrien.
Los invitados ya se habían marchado, en la iglesia solamente se encontraban los relacionados con todo el problema, todas aquellas personas a las que por una u otra razón el destino había reunido para que ese día en específico se encontrasen ahí apoyándose unos a otros.
Transcurridos alrededor de quince minutos Lushino llegó con la dirección que Maxiin le había enviado por mensaje, confirmando que Linda había llegado minutos antes. La información que Maxiin les brindó decía que Linda retenía a Gulf en la azotea del antiguo edificio que alguna vez fue la empresa de su padre, por lo cual éste era de su propiedad. Nadie nunca había estado ahí, ese precisamente fué su nido de amor con Dimitri cuando esta le era infiel a Eidrien.
Mew, que a un costado escuchaba la "estrategia" que planeaban su padre, su hermano, Tul y los policías, no podía parar de pensar en Gulf. Estos tres días sin él habían sido un completo tormento. Al escuchar la dirección no fué necesario investigar dónde exactamente era, pues su madre de pequeño lo llevó ahí algunas veces, él era el único que sabía dónde exactamente se encontraba ese lugar. Debía ir por Gulf, debía ir a salvarlo.
Pero... él no puede conducir.
Poco importaba, la vida de Gulf corría peligro y él no permitiría que algo malo le pasara. A escondidas de todos se puso de pie y se dirigió en silencio hacia la salida, estando próximo a llegar a la puerta Tharn y Type lo detuvieron colocándose frente a él y obstruyendo su paso.
—¿A dónde crees que vas, Mew? —regañó Tharn.
—Por favor, p'Tharn, déjame ir a salvarlo, soy el único que sabe dónde está, por favor...
—Mew, tú no puedes conducir, recuerda que por tu accidente tú--
—¡No me importa!, por Gulf haré lo que sea... solo quiero salvarlo... —Miró a Tharn, luego a Type suplicante —ayúdame. —Le pidió a este último.
—Yo los distraigo, te daré una ventaja de veinte segundos para pedirles que te sigan —respondió Type fríamente, tirándole las llaves de su auto, Mew asintió rápidamente y las tomó en el aire, sin perder ni un solo segundo más corrió hacia la salida.
—¡Type, ¿se puede saber qué rayos estás haciendo?! —preguntó Tharn furioso.
—Yo también haría lo mismo por tí, Ai'Tharn... y sé que tú también lo harías por mí. — Le dedicó una mirada punzante, pero a la vez empática y llena de amor, un sincero amor. —Así que no digas más y mejor ayúdame a contar veinte segundos. —Tomó a su novio del brazo y lo llevó nuevamente hasta las bancas.
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Mew se encontraba frente al auto, la maquinaría que desde meses atrás se había vuelto su némesis, su peor miedo, le aterraba entrar a este y revivir ese accidente tan horrible, pero la vida de Gulf valía más que cualquier cosa y que cualquier miedo o trauma.
Cerró sus ojos para bloquear su vista de ese auto que parecía su gigante enemigo en este instante, y armarse de valor, suspiró pesado y lentamente abrió la puerta del auto. Se ubicó en el asiento del conductor, se colocó el cinturón de seguridad y al llevar sus manos al volante esos terribles recuerdos atacaron su mente nuevamente.
<<El auto yendo hacia ellos, él esquivando el auto.>>
Cerró sus ojos, apretó sus manos en el volante y encendió el auto.
<<La rastra color azúl oscuro que iba a impactarse contra su auto.>>
—V-vamos, Mew, tú puedes... —Se dijo así mismo —¡tú puedes! ¡Aaagh! — Y arrancó.
—¡MEW, DETENTE. HIJO, ESPERA POR FAVOR! —Escuchó la voz de su padre llamarlo, temblorosa y temerosa, pero desistió.
Apretó con más fuerzas el volante y continuó conduciendo, con sus manos como gelatina debido al miedo que sentía justo ahora. Sus lágrimas bañaban su rostro, estaba asustado, tenía miedo de tener otro accidente otra vez, tenía miedo de que su pesadilla se hiciera real, pero su mayor miedo era perder a Gulf para siempre. Su cuerpo temblaba, sus manos sudaban, su rostro pálido y su corazón que se le saldría del pecho.
"Espérame, Gulf, ya voy por tí," dijo internamente a su novio, sabía que no lo escuchaba, pero le hablaba para recordarse a sí mismo que no debía ceder ante ese miedo a conducir, no debía ceder porque tenía que rescatar a su amado.
El terror se apoderaba de su cuerpo cada vez, su vista se nublaba con las imágenes del accidente que venían una y otra y otra vez a su mente, le llegaban como baldadas de agua fría en el peor momento. De pronto sintió como una punzada de dolor atacó sus sentidos, dejando en un profundo oscuro su vista durante unos segundos, y luego...
<<¡Auch!, pero que cabeza tan dura.>>
<<L-lo si-siento...>>
Su cabeza empezó a doler con más intensidad, sus ojos ardían, pero no lo podía creer. ¡Sus recuerdos estaban volviendo, ¿verdad?! ¡Increíble!
Después de tanto tiempo, se le presentaba la oportunidad de recordar su pasado, no quería evitarlo, pero el dolor en su cabeza al recordar lo obligaba a querer detenerse, los recuerdos, el miedo, el dolor, el pánico, su trauma... todo. Todo se le había unido, ¿Cómo se supone que debería manejar con eso? Estaba asustado, muy asustado. ¿Y si chocaba debido a los fuertes y dolorosos flashbacks de sus recuerdos?
<<Soy Mew.>>
<<Mucho gusto, Mew, soy Gulf.>>
—Gulf —replicó en un susurro. El momento que tanto había esperado, la duda que había querido aclarar durante tanto tiempo, el recuerdo por el que más había luchado para recuperar, había vuelto por fin a su memoria. Gulf estaba en su pasado, y ahora estaba seguro de ello.
<<Así que estudias aquí, P'Mew.>>
<<Sí, me transferí este año.>>
<<Me alegra mucho, phi, eso significa que podremos vernos más seguido.>>
<<Eso espero, Gulf, así podría conocerte más.>>
Los recuerdos continuaban volviendo sin parar, como si de escenas de películas se tratase los pequeños flashback con fragmentos de su pasado inundaron su mente. Recordó todo, como conoció a Gulf y la sensación que este le causó desde esa primera vez, desde el choque de cabezas que lo llevó a conocer a ese cabeza dura. Mew continuaba conduciendo mientras que la película de su vida se seguía reproduciendo en su mente, dolía, sentía que su cabeza explotaría, con una mano apretaba su cabeza por fracciones de segundos mientras que maniobraba el volante con la otra.
<<Pero... es... creo que... me gustas. Tú me gustas Kao.>>
¡¿Qué?! Tuvo que maniobrar perfectamente el volante para evitar otro accidente, pero el asombro había sido demasiado. ¿Le había gustado Kao en su pasado?, ahora comprendía el por qué su amigo le parecía muy diferente al Kaownah que él recordaba.
<<Yo lo siento, galán, no quiero que nuestra amistad se arruine por sentimientos tontos.>>
Poco a poco había dejado de sentir aquel temor al ir al volante, pero su cuerpo aún temblaba. Se concentró en continuar conduciendo de forma segura, aún faltaba mucho por llegar, y sus recuerdos seguían volviendo, no lo soportaría un poco más, si seguía así posiblemente se desmayaría, pues en su estado no era bueno recordar todo a la vez, pero tal parecía que la situación lo había obligado a recordarlo todo en el momento menos oportuno.
<<Duerme conmigo, p'Mew.>>
<<Gulf... el beso me gustó.>>
Pudo sentir el leve rubor en sus mejillas ante esos recuerdos, así mismo fue testigo de como su corazón se detuvo. ¡Lo sabía!, él sabía que Gulf era más que su mejor amigo, su corazón se lo decía, se lo dijo desde la primera vez que lo vió, se lo dijo desde que quiso protegerlo aquella vez que le vió con su semblante triste, se lo dijo todas las ocasiones en que lo descubrió llorando y quiso consolarlo, se lo decían esas ganas irreparables de querer protegerlo contra quién fuera.
No pudo evitar llorar, lloró de alegría y de tristeza a la vez, había recordado a Gulf y ahora sabía que su amor venía desde hace mucho tiempo, pero lloró de tristeza porque no estaba seguro de lo que su madre sería capaz de hacerle al amor de su vida, a su pequeño girasol, su Bi, su pelinegro cabeza dura.
“Voy por tí, mi girasol, solo aguanta un poco más, por favor.”
<<Te amo, Mew, y esa canción es para tí, amor.>>
Ahora había recordado el momento en que su pelinegro le había dedicado una de sus canciones favoritas, recordaba como mezcló la letra de season of you con sus propias palabras, ese mismo día le entregó los brazaletes. Ese brazalete que siempre le había visto puesto a su pelinegro.
Recordó la vez que le preguntó lleno de celos el por qué no se lo quitaba, y Gulf le respondió que era debido a que ese brazalete lo unía a una persona especial, pero cuando Mew preguntó quién era esa persona especial, Gulf se negó a responder.
El castaño sonrió entre lágrimas."Idiota, sentiste celos de tí mismo."
De pronto sus recuerdos se volvieron oscuros, esa misma oscuridad que veía en sus pesadillas, su corazón se estremeció y de nuevo el miedo desesperante combinado con la impotencia, lo embargaron.
<<¡¿Ma-m... mamá?!>>
Recordó como su madre lo abofeteó aquel día, el temor extremo que sintió no precisamente por él, sino por Gulf. Ahora comprendía todo, el chico de sus sueños había sido Gulf, el chico al que su madre veía con un infinito odio era Gulf. ¡Dios! Todo este tiempo él permitió que Gulf estuviera cerca de su madre, ahora comprendía por qué su madre ni siquiera soportaba la presencia de éste, por inercia su miedo incrementó al pensar que el rencor de su madre hacia Gulf venía desde hace tiempo atrás, e inevitablemente temió aún más de lo que su madre podría hacerle al pelinegro.
Pero esta vez habría una diferencia, esta vez él lo protegería, lo protegería sin importar nada más.
—¡Maldito! —gritó Linda a Gulf que yacía amarrado de pies y manos en una silla frente a ella —Tú arruinaste todo desde que llegaste. ¡Maldito seas! — Maxiin miró al chico indicándole con un gesto que todo estaba bien, seguidamente salió de ahí dejándolo a solas con Linda.
—Yo no arruiné nada, me alegro de que Eidrien haya vuelto por fin. Hubiera pagado por estar en primera fila para disfrutar de su reacción al ver de nuevo a las dos personas que en el pasado creyó matar. —Sonrió, orgulloso y provocador.
—¡T-tú...!— Dejó ir un golpe a su rostro con el arma que sostenía en sus manos —¡¿Cómo sabes eso?! —Bufó furiosa. Gulf escupió la sangre que le causó la herida en su boca, y sonrió, no pensaba ceder ante la intimidación de esta mujer. No otra vez.
—Es fácil persuadir lo que una persona necesitada de atención y poder, como usted, puede hacer.— Linda lo miró furiosa, pero confundida por sus palabras. —¿Quiere que le dé una sorpresa? Su amado yerno, o sea yo...—Sonrió autosuficiente y orgulloso.
—¡Cállate! — Gulf rio, haciendo caso omiso de sus palabras, y manteniendo la calma. Lo cual no hacía más que enfadar aún más a Linda.
—Fuí yo quien descubrió que usted envenenaba a Eidrien, por supuesto, las dosis que le daba en la oficina. — Linda le miró con asombro y sin poder creer aún lo que escuchaba.
—¡Cállate, maldito!— Lo golpeó nuevamente, Gulf únicamente jadeó por el dolor, pero volvió a sonreír. —Por más que lo hayas descubierto no te hace ver como un rival ante mí... y peor aún como la pareja de mi hijo. Total, ya los separé una vez, no me costaría nada hacerlo una segunda. —Sonrió ladinamente.
Gulf sintió como un escalofrío atravesó toda su espina dorsal, su cuerpo entero se tensó y su corazón latió acelerado preso del miedo que sintió, del miedo que esa mujer le provocaba, pero recordó las palabras de Eidrien. Él le había enseñado que no debía flaquear ante nadie, ni siquiera ante Linda.
—M-Mew me a-ama..., y-yo lo amo...— Por más que trató de evitarlo, su voz salió quebradiza, haciendo a la mujer alzar una ceja —y no hay nada que usted pueda hacer ante eso. —Levantó su rostro, encontrando el valor necesario para encararla. —Aunque me mate, no cambiará el hecho de que seré por siempre la persona que Mew Suppasit ama.
—¡No digas semejante idiotez!, mi hijo solo hace esto por rebeldía hacia mí, y yo s--
—¡Mew ya no es un niño! —La interrumpió—Mew es todo un hombre. Un muy buen hombre! — Lo último fue dicho con un evidente doble sentido y un tono lleno de malicia y provocación para enfadar aún más a la mujer.
—¡Cállate! ¡Cállate!
—¡¿Por qué le molesta tanto que su hijo ame a un hombre?! ¿No le parece que se ha quedado estancada en el tiempo? En pleno siglo XXI eso se ve como normal —reprochó molesto —. O es que... ¿acaso usted también...--?
—¡Jamás! — Se adelantó ella, impidiendo que Gulf continuara —Me enamoré de Dimitri, pero él me dejó por un hombre. —Su voz fue cargada de pesar y decepción.
—¿Y por culpa de su mala elección tenemos que pagar Mew y yo? — Ella lo miró, fijamente. —¿Acaso eso a usted le parece justo, Linda? — La aludida tuvo la intención de responderle, pero la inesperada voz de su hijo la interrumpió.
—Madre...— La voz del castaño resonó en aquel lugar —déjalo ir. No permitiré que le hagas daño —expresó, con voz fuerte y seria.
—Hijo... no espero que lo entiendas ahora mismo, pero sé que más adelante comprenderás por qué lo--
—¡Te equivocas, mamá! ¡Jamás comprenderé el por qué has hecho todo esto! — Ella tragó grueso, observando con ojos bien expandidos y llenos de dolor a su hijo —Intentaste asesinar a mi padre, tu esposo, diste en adopción y luego también intentaste asesinar a tu hijo primogénito. ¿Cómo esperas que comprenda eso?
—¡Yo también he sufrido, Mew! ¡También llevé una miserable vida al lado de un padre machista, y luego perdí al amor de mi vida a causa de otro hombre!
—¡Pero eso no justifica absolutamente nada de todo lo que has hecho, madre! —El menor sollozó. —Lamento tanto todo lo que sufriste, lo dura y difícil que fue tu vida, pero no te da el derecho de hacer todo lo que hiciste. No te da el derecho de querer asesinar a alguien, ¡de quitarme mi felicidad! Y déjame decirte que no me alejaré de Gulf, lucharé por estar a su lado aunque eso implique que tenga que hacerlo en tu contra. —exclamó con firmeza.
—¡¿Acaso estás loco?! H-hijo... e-estoy segura que lo que sientes pronto pasará, ese sentimiento no es real —balbuceó un tanto aturdida y desesperada.
—Es más real que cualquier otro que haya sentido en mi vida, puedo jurartelo, madre. No espero que tú lo comprendas, me queda claro que tú jamás has sentido amor. Si quieres hacerle algo... debes pasar por mí primero.
—¡N-no... no! No, Mew, por favor. Vete, mejor vete, por favor —pidió el pelinegro, de manera desesperada e impotente. Él sabía que Linda podría ser capaz de hacerle daño a Mew, ya había intentado asesinar a un hijo, ¿qué le impedía hacerlo con Mew también?
—No te dejaré, Gulf, jamás volveré a dejarte solo... — Yendo hacia el menor, se arrodilló para desatarlo bajo la intensa mirada de su madre. Linda lloraba mientras que no podía creer lo estúpido que era su hijo.
—Ese amor no les durará tanto, Dimitri también juraba amar de esa manera al idiota del que se enamoró, y ve,... ¡años después volvió a mí porque fuí a quien amó de verdad!
—Dimitri nunca te amó... —habló Eidrien, desde las sombras. El Suppasit mayor iba llegando acompañado de Tul, Lushino y Maxiin, habían dado con el lugar gracias al GPS del auto de Type —regresó a tu vida porque necesitaba dinero. Demian tiene leucemia y él necesitaba dinero, ¿por qué crees que su única condición para volver contigo era que te volvieras la dueña de MSJ? —Linda lo observó confundida y a la vez incrédula. —Dimitri estaba dispuesto a sacrificarse a estar contigo para pagar el tratamiento de la única persona a la que amó de verdad. Querida, la única que nunca superó su relación fuiste tú,... porque él sí lo hizo.
—M-mentira... ¡Eso es una mentira, una maldita mentira! ¡Tú no sabes nada! ¡Nada!
—¿En casa de quién crees que se ocultó Lushino al fingir su muerte? —continuó Eidrien.
—¿Q-qué...? —titubeó Linda.
—Dimitri es el suegro de Lushino, mi hijo descubrió su aventura contigo y a la misma vez descubrió que seguía con Demian, Lushino se ofreció a pagar el tratamiento de Demian a cambio de que te traicionara, ¿y qué crees? Así lo hizo. Lushino decidió fingir su muerte, ayudado nada más y nada menos que por Dimitri y Julien. —Concluyó.
—¿C-cómo ? —cuestionó, mirando con un marcado odio a su primogénito.
—¿Te refieres a cómo fingió su muerte o a como logré sobrevivir después de lo que me hiciste? —preguntó Eidrien.
—¡A todo! ¡Me refiero a todo, maldita sea! ¡Yo te ví morir! —vociferó frustrada.
—Fingir mi muerte fue muy fácil... —intervino Lushino —tú esperabas que Easton fuese, me asesinase y luego fingiera que había sido suicidio, pero no contabas con que Easton y yo fuimos compañeros de orfanato, luego de secundaria y así sucesivamente. Easton es mi mejor amigo, trabajaba para tí porque no tenía opción debido al préstamo que su padre adoptivo tenía contigo, el cual al morir su padre pasó a ser responsabilidad suya. Julien siendo mi novia no se negó en actuar, después de todo no en vano ha triunfado en su carrera como actriz, ¿no te parece? —Sonrió.
—... — Linda continuaba escéptica ante todo lo que escuchaba, ante todas las verdaderas que se continuaban revelando.
—¿Por qué crees que en los medios jamás se filtró alguna foto de mi muerte? Fácil,... —Encogió sus hombros —nunca morí. Ahora dime, querida madre, ¿no estas orgullosa de lo inteligente que es tu hijo mayor? —Enarcó una de sus cejas, autosuficiente —Deberías estarlo, después de todo viene de mis genes. —Volvió a sonreír.
Linda rechinó sus dientes llena de ira. Era simplemente imposible, en la vida nunca le había fallado un plan, ni siquiera cuando cortó los frenos del auto de su tío o la vez en la que envenenó a su padre. ¡Nunca! Nunca había fallado en algo, pero lamentablemente los nunca siempre se llegan, y nos guste o no, siempre habrá una primera vez para todo.
Las mentiras que ocultemos, tarde o temprano serán reveladas porque para cubrir una mentira hay que decir siete más, y mientras más mientes, más pierdes a tu verdadero tú, tu integridad y tu persona. Mientras más mientes, más te atas, te atas a un infierno repleto de mentiras y falsedades, llevando una vida de la cual hasta tú mismo dudas de que sea real.
—¿Y tú? —cuestionó a su ex difunto esposo.
—Yo...—suspiró Eidrien, por más fuerte que estuviera siendo en este momento, su corazón no dejaba de doler pues para bien o para mal, para desgracia o para fortuna, él se había enamorado de Linda desde que la vió. Él siempre se sintió afortunado de tenerla y luego aún más cuando Mew llegó a sus vidas, porque no importaba que Mew fuera hijo de Dimitri, su padre siempre sería él, y eso ni Linda, ni nadie se lo quitaría. —tal como tú me dijiste ese día, yo descubrí que algo raro pasaba así que entré a tu cuarto y revisé todo. Encontré el polvo platino que vertías en mis bebidas, dejé de tomarlas y comencé a sentirme mejor, decidí que ya no bebería en casa, pero me negaba a creer que estuvieras intentando asesinarme...
—Eso no explica cómo sobreviviste, te continúe envenenando en la empresa —soltó, con un total descaro.
—La chica a la que creyó haber comprado en la empresa para envenenar a Eidrien, es nada más y nada menos que mi prima PuiFai. Descubrí que usted a menudo la visitaba, al seguirla me di cuenta de como le entregaba ese polvo platino, investigué acerca de lo que eso causa y fue así como logramos saber lo que posiblemente eso causaría en Eidrien. Claro que ésto lo tratamos con él antes, yo insistí en encararla, pero aún no era tiempo así que Eidrien insistió en seguir tomando las bebidas con esa sustancia,...
claramente PuiFai no administraba la dosis que usted le había indicado, vertia en la bebida solamente un poco para permitir que el desarrollo de la enfermedad cardíaca fuera lento —explicó Gulf, mirando cohibido y temeroso a Mew, el castaño únicamente trataba de evadir su mirada, en el fondo sintiéndose orgulloso a pesar de todo.
—El doctor al que creiste chantajear para que me diera aquellas pastillas que en vez de ayudarme me empeoraban, no era nada más y nada menos que Type, el senior de Mew —dijo Eidrien. Otra sorpresa más para el castaño.
—¿Estás diciendo que aún así decidiste dejarte envenenar por mí? Que patético —Rió sarcástica.
—Sí, debía hacerlo si quería que tú continuaras actuando libremente sin sospechar nada.
—¿Alguna otra cosa? —cuestionó retórica, sin embargo obtuvo respuesta.
—Maxiin nunca estuvo de tu lado... —añadió Eidrien —siempre trabajó para mí.
—...— Ahora era Tul quien permanecía inmóvil sin poder creer lo que escuchaba.
—Tú creíste que fué fortuna el hecho de que él llegara en el momento preciso ese día, pero la verdad es que desde que despedí a Maxiin jamás lo hice porque tú me lo hayas pedido, lo hice porque descubrimos el desfalco de dinero que hacías cada mes en la empresa, y fue por ello que "te obedecí" y "lo despedí". Descubrí que lo necesitaba más pendiente de esa situación, que de mí. El día que me viste "morir", él estaba observando todo desde la cámara que yo ubiqué en el estudio, el micrófono estaba bajo el escritorio. Tengo grabada toda tu confesión, Linda.
—¿O sea que ese ataque lo fingiste? —preguntó resignada.
—Hubiera querido..., pero no fue así, todo ese dolor... lo sentí —Suspiró pesado —. En ese momento ni siquiera yo sabía que la muerte de Lushino había sido fingida, tampoco que tú estabas tras ello y mucho menos que Lushino era mi hijo... y Mew no. —El cuerpo de Mew se tensó, sintiendo como un escalofrío recorrió todo su cuerpo —esas impresiones sí me provocaron el ataque al corazón. Después de todo, por más pequeñas que fueran las dosis de aquellas sustancias, continuaban siendo muy fuertes, y por consiguiente afectaban mi corazón —finalizó con pesar.
Los ojos de Mew se cristalizaron al escuchar toda la verdad revelada. ¿Cómo que él no era su hijo?
—P-padre, ¿a qué te refieres con eso? —Frunció el ceño al mismo tiempo en que presionó sus manos. Aquella verdad tan solamente la conocían Eidrien, Maxiin y Lushino.
—Mew... — La mirada de Eidrien fue profunda, llena de un cristalino sentimiento de culpa, pero también llena de amor, un sincero amor. —yo lo supe el día que tuve el ataque, pero... escúchame bien, tú siempre serás mi hijo. Siempre lo serás, eso no lo cambiará una prueba de paternidad o algunos genes, tú siempre has sido y siempre serás mi hijo.
Con lágrimas en sus ojos abrazó a su hijo, aferrándolo a su pecho, haciéndole saber que no volvería a dejarlo solo nuevamente, y que sin importar lo que una prueba de ADN dijera, él jamás dejaría de ser su padre. Porque así era, nadie jamás iba a poder ser capaz de decirle a Eidrien lo contrario, Mew siempre sería su hijo.
—¡Mew es mi hijo!, jamás ha sido tu hijo —reprochó Linda, de forma desquiciada —. Ahora dime, ¡¿cómo rayos sobrevivíste?!
—Cuando tú te fuiste y le dijiste a Maxiin que él ya sabía lo que tenía que hacer, así fue, él ya lo sabía. Maxiin tenía que sacarme de ahí cuanto antes, y tú facilitaste eso al irte de inmediato. Me sacó de la mansión con ayuda de Tharn que conducía la ambulancia, mientras que Type me ayudaba a regresar con una carga de volteos. Minutos bastaron para que mi corazón se estabilizara nuevamente, luego de ello me oculté en casa de Cho. Yhiwa iba y cuidaba de mí junto a Gulf. Mild y Thorn ayudaron a Maxiin con el acta de defunción y Gulf junto a Tharn consiguieron las cenizas que estarían en la urna aquel día. — Eidrien miraba con pesar y culpa a su hijo.
Mew se encontraba sin poder digerir todo, había sido mucho para él. Sus recuerdos habían vuelto, su padre estaba vivo, su madre era un monstruo, tenía un hermano, y ahora más secretos se revelaban ante él.
—¿Por qué tu abogado nunca llegó a leer tu testamento? Tú me firmaste la propiedad de la empresa.
—Esa es otra cosa en la que se equivoca —dijo Gulf —. Yo mismo me encargué de que el testamento de Eidrien junto a los papeles de propiedad de la empresa, fueran resguardados con la mejor seguridad posible en el mejor bufete de abogados, que por cierto, está fuera de su alcance.
—Los papeles que te firmé fueron unos documentos falsificados que Maxiin dejó en tu escritorio, mi testamento y el documento real de propiedad de mi empresa están bajo el cuidado de Thomas Kanawut, el padre de Gulf —reveló Eidrien.
—Por eso viajaste a Estados Unidos —siseó Mew.
—S-si... —respondió Gulf, temeroso y lleno de culpa. Estaba asustado de que luego de todo esto Mew no le perdonara por haberle ocultado algo tan importante y dejarlo sufrir tan dolorosamente durante casi un año.
—Lushino contactó a Maxiin y fué así como nos encontramos nuevamente. Ahora es todo un Suppasit —comentó orgulloso.
—¡Malditos sean todos ustedes! ¡Esto no se quedará así! — Tomándolos a todos por sorpresa apuntó a Gulf con el arma, directamente hacia su frente.
—¡Madre, por favor no le hagas nada! —Suplicó Mew, cubriendo a Gulf con su propio cuerpo. No importaba lo que sucediera, esta ocasión protegería a Gulf del daño de su madre.
—¡Pueden irse todos al infierno! ¡Pero escúchame, Eidrien, tú jamás podrás quitarme a mi hijo! ¡Mew es mi hijo! ¡¿Entendiste?! —giró de un lado a otro, apuntando a todos para que nadie si quiera pensara en acercarse.
—¡E-está bien, madre! Estoy contigo, yo iré contigo, ¿de acuerdo? Pero, por favor baja el arma, mamá. —Intentó calmarla.
—Mew,...—Sollozó —todo esto lo hice por tí... mi niño. Eres la única persona a la que he amado siempre... — Mew cerró sus ojos, buscando la fuerza que le faltaba, con sus recuerdos recuperados le dolía tanto el corazón de ver a su madre así.
—Está bien, madre. Vámonos, pero suelta esa arma.
—N-no... ¡no! Entiende que debo matarlos a todos para que tú y yo podamos ser una familia felíz, ¡para que ninguno se atreva a buscarnos!
—Por favor, mamá, no digas eso. Entiende que todo esto no está bien, tu no eres así — Con su rostro humedecido por las lágrimas, Mew intentaba acercarse a ella, pero tal parecía que Linda había perdido la razón por completo, y que la poca cordura que algún día conservó, la había abandonado por completo.
—¡Si tú tampoco me apoyas...! —Empujó a su hijo—¡Tendrás que morir también! — Seguidamente le apuntó con el arma y sin siquiera dudarlo... disparó.
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¿Habrá Linda sido capaz de asesinar a Mew?
¿Qué planes tendrá el destino después de esto?
¿Qué final habrá preparado nuestro querido destino para los chicos?
Nos vemos en el capítulo final para descubrirlo.
Buen día, espero que les haya gustado el capítulo de hoy, créanme que yo sentí todo ese suspenso y esa tensión al escribirlo. El siguiente capítulo ya será el final, ¿pueden creerlo?🥺 Yo no💔😭
Espero sus comentarios, siempre los leo🥰☝️ espero me consuelen porque estoy melancólica debido a que se me acaba mi primer historia 🥺 estoy feliz y a la vez triste 🤧.
Sin más que decir, nos leemos a la próxima.🤧
Bye🥺
[Publicado: 10/07/21
Corregido: 22/12/23]
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