________Corazón de Héroe

Le sonreí y me dirigí a mi asiento. De mis bolsillos saqué mi móvil junto con unos auriculares, dispuesta a escuchar música, hasta que Kaminari captó mi atención con lo que decía.

—Pero los que más cambiaron o pasaron por más fueron ustedes cuatro, ¿no? —dijo Kaminari con  una sonrisa.

—Sí, el asesino de héroes —respondió Sero, siendo colgado por Bakugo.

—Me alegra que estén bien. En serio —añadió Kirishima, también siendo colgado por Bakugo.

No les presté mucha atención y me puse los auriculares. No tenía muchas energías gracias al resfriado.

...

Nos encontrábamos afuera, en el patio de entrenamiento de la U.A., con nuestros trajes puestos.

—¡Vamos a empezar! —exclamó All Might con su característica energía—. Es el entrenamiento básico. ¡Cuánto tiempo, chicos y chicas! ¿Cómo están? Como acaban de volver de sus prácticas, para este entrenamiento básico tendremos una carrera de rescate.

A lo cual Iida levanta su mano, tan recta y rígida como siempre, y All Might le da permiso para hablar.

—Si vamos a hacer entrenamiento de rescate, ¿no deberíamos ir a USJ? —pregunta con su tono tan autoritario.

—Ese lugar es para entrenamiento de desastres. ¿Recuerdan lo que dije? ¡Sí! ¡Esto es una carrera! ¡Este es el campo Gamma! —responde All Might con entusiasmo.

Miro a mi alrededor, observando el campo Gamma. Es un área llena de estructuras metálicas y tuberías, diseñada para simular un entorno urbano complejo. Sin embargo, mi entusiasmo habitual está ausente. Me siento agotada, y lo único que realmente deseo es estar tumbada en mi cama, calentita y descansando. La idea de correr y competir en este momento no me resulta nada atractiva.

—Un área llena de fábricas como un complejo de laberintos. Se separan en grupos de cinco para hacer el entrenamiento. Cuando envíe una señal en alguna parte, todos irán a la vez desde las afueras. ¡Es una carrera para ver quién me rescata primero! —continúa All Might con su entusiasta voz.

—Claro que deben mantener los daños al mínimo —dijo All Might mientras señalaba a Bakugo lentamente, haciendo que una sonrisa se esbozara en mi rostro.

—Tch, no me apunté.—murmuró Bakugo con enojo.

—Bien, primer grupo, en sus lugares —dijo All Might dando comienzo a la actividad.

El primer grupo consistía de Izuku, Mina, Sero, Ojiro, y yo.

...

Empecé a estirarme lentamente, intentando mantener la calma y concentrarme.

Mientras lo hacía, reflexioné sobre si usar mis alas de energía para ver desde arriba sería una buena idea, pero descarté la opción porque apenas las había usado una vez y no tenía mucha práctica.

Entonces, recordé cómo me moví con rapidez  durante mi entrenamiento con Endeavor y Shoto.

Un alarmante sonido se apoderó del campo, dando inicio a la carrera.

Salté de la tubería en la que anteriormente estaba estirando. Formé energía en mi mano, moldeándola en un látigo brillante azul. Comencé a balancearme sobre todos los tubos que veía, intentando adelantar a Sero lo más rápido posible.

Estaba a punto de alcanzar a Sero, así que canalizé energía hacia mis pies como si fueran cohetes y salí disparada adelantándolo rápidamente.

Pero mi momento no duró mucho. Un destello verde se adelantó, revelando a Izuku. Me sorprendió verlo, ya que no parecía afectado por sus heridas y saltaba como Bakugo. Sin embargo, distraído como estaba, no miró por donde iba y se resbaló al aterrizar.

No me detuve y traté de ir rápido, Sero me pisaba los talones, así que intenté usar energía en mis manos, pero no ayudó mucho porque Sero me sobrepasó y ya estaba a punto de llegar. Me esforcé y aceleré lo más rápido que pude para intentar alcanzarlo.

Aceleré todo lo que pude para alcanzarlo, pero fue frustrante que el movimiento que practiqué durante las pasantías no apareciera para ayudarme. Mis esfuerzos fueron en vano, ya que Sero llegó allí sin problemas.

Estábamos en el vestuario, entre el murmullo de las compañeras que se preparaban para volver a clases después del entrenamiento agotador. Me sentía cansada, incapaz de mantener los ojos abiertos mientras luchaba contra la fatiga.

—Himari-chan —dijo Uraraka suavemente a mi lado.

—Dime, Uraraka —respondí con una sonrisa leve, aunque mis ojos revelaban mi agotamiento.

—Te veo algo cansada —continuó Uraraka con ternura—, y no creo que podamos hacer lo que me prometiste. ¿Qué te parece si lo atrasamos un poco?

Su preocupación me conmovió. Sonreí, esta vez de verdad, agradecida por su comprensión. Me abalancé hacia ella en un abrazo cálido, sintiendo cómo sus caricias en mi pelo me reconfortaban.

La ternura de Uraraka era justo lo que necesitaba en ese momento de agotamiento.

Podíamos escuchar los gritos del otro lado de la pared que daba al vestuario de los chicos. Podíamos escuchar todo, incluso los vulgares comentarios de Mineta.

—¡Las grandes yaoyatetas de Yaoyorozu, la cintura delgada de Ashido, el gran trasero de Himari, las bragas flotantes de Hagakure, el Urarakacuerpo de Uraraka, las inesperadas tetas de Asui!

Este acto fue detenido por Jirou con su Jack.

—Gracias, Kyoka, no sé qué hubiéramos hecho sin ti —agradecí sinceramente.

Mis compañeras también la agradecieron. Me vestí rápidamente, cogí mi mochila y salí para ir a casa.

Salí de la U.A. caminando, con los auriculares puestos mientras observaba el cielo anaranjado del atardecer. El cansancio me estaba agotando, pero decidí tomar un atajo que conducía a un callejón tranquilo. Mientras caminaba, tarareaba al ritmo de "Primadonna" de MARINA intentando distraerme de la fatiga.

De repente, escuché un sonido rápido que me hizo quitar los auriculares para asegurarme de que no fuera yo misma o alguien más. Un segundo ruido resonó como si algo se estuviera golpeando. Me acerqué curiosa hacia el origen del sonido y encontré una caja vieja abandonada en el suelo del callejón.

Dentro de la caja, vi a dos pequeños gatitos. Eran de pelaje gris y blanco, con ojos brillantes y curiosos que me miraban con cautela. Al principio, temblaban y se movían nerviosamente en mis brazos al levantarlos, pero unas caricias suaves y tranquilizadoras los calmaron rápidamente.

Justo cuando comenzaba a sentirme reconfortada por la dulzura de los gatitos, percibí una presencia detrás de mí. Giré rápidamente con sorpresa, encontrándome con unos ojos morados familiares que me hipnotizaban.

En cuanto Himari vio a Shinso, a quien no había visto desde el festival deportivo, sintió cómo su corazón comenzaba a latir más rápido. Estaban muy cerca, y el sonido de la respiración de Shinso rozando su cara la hizo sonrojar, retrocediendo tímidamente. Shinso permanecía en silencio, sus ojos se posaron en los adorables gatitos que Himari sostenía en brazos.

—¿Te gustan los gatos? ¿Quieres llevar uno? Mis padres no me permitirán quedarme con ambos —dijo Himari, tratando de romper el hielo. Shinso se tocó la nuca con una sonrisa leve.

—La verdad es que me gustan. Creo que tener uno no estaría mal —respondió Shinso, acercándose a Himari y tomando con cuidado uno de los gatitos. Mientras lo acariciaba suavemente, los ojos de Himari brillaban con un brillo especial.

Al darse cuenta de que había estado observando a Shinso fijamente, Himari se sintió un tanto avergonzada. Antes de partir, se despidió del felino con cariño:

—Adiós, mi bebé. Papá cuidará de ti, espero que lo haga bien —dijo Himari, lanzando una mirada a Shinso, quien se veía sonrojado por la situación. Luego, le dio un beso en el hocico a uno de los gatos y salió del callejón con el otro en brazos.

Mientras observaba a Himari alejarse, Shinso sintió un cosquilleo en el estómago, una sensación cálida y agradable que no había sentido en mucho tiempo. Era como si algo en su interior despertara, recordándole lo mucho que había extrañado la presencia de Himari, aunque fueran encuentros cortos y aparentemente insignificantes, para él era lo mejor que le podía ocurrir.