Intentando hacer mi camino en este lugar
miro hacia atrás y te encuentro.
No has cambiado en absoluto.

Te veo, pero no puedes reconocerme
Y es normal, porque sé que nunca me imaginaste de esta manera.

Suspiro y te analizo con nostalgia.
Esa inocente sonrisa sigue dibujada en tus labios,
tus ojos brillan con ganas de descubrir el mundo,
te emocionas cuando ves algo que te llama la atención,
haces pucheros cuando algo no te gusta.

También veo las personas que te rodean,
son muchas.

Eres tan pequeña,
que te envidio.
No te imaginas las ganas que tengo de estar en tu lugar,
pero tengo que conformarme con no poder hacerlo
porque desgraciadamente es imposible volver atrás en el tiempo.

Desvío la mirada e intento organizar todo lo que tengo por delante,
pero tu risa me desconcentra.

Te vuelvo a mirar,
es hora de que te deje ir.
Tranquila, me quedaré con los buenos momentos,
los guardaré para siempre.

No creas que voy a olvidarte,
solo que no puedo aferrarme más a ti
si quiero seguir caminando hacia adelante

Pero,
¿Porqué me duele tanto hacerlo?