013. Lluvia cálida
一¿Estará bien? 一Preguntó el pelinegro al castaño en un tono bajo.
El más alto de los dos evaluó la situación, llegando a una conclusión sencilla luego de tres segundos observando al sujeto en investigación y antes de responder:
一No 一regresó su mirada hasta Beomgyu mientras se recostaba del borde de la mesa detrás de sí一. Perdió su celular, está a punto de entrar en un colapso.
La vista de ambos estudiantes se enfocó de nuevo en el pelirrojo que ocupaba uno de los viejos pupitres en mal estado del aula al tiempo que movía su pierna sin cesar, de arriba abajo en un ritmo insistente y ansioso. Sus codos se apoyaban de la mesa, sus manos entrelazadas sostenían el peso de su frente al mismo tiempo que mordisqueaba el borde interno de su labio hasta casi saborear el hierro de su sangre.
Como de costumbre, había un grupo reducido de estudiantes ocupando el aula 17-B, tres de los cuatro que conformaban el club se hacían compañía, uno de ellos agonizaba en dramatismo mientras que los dos restantes pensaban en una solución para la situación. El cielo ya no estaba tan gris como a la hora de la entrada, cuando parecía que llovería en cualquier momento, aunque el sol aún no era visible en su totalidad.
Brisa fresca se colaba por una de las ventanas rotas del aula, la luz solar era suficiente para ver cada mínimo movimiento del afligido pelirrojo, muchos estudiantes ocupaban su hora libre para hacer cosas de provecho, ya fuera estudiar, dibujar, oír música, charlar un rato o desayunar. Las primeras dos clases del día pasaron en una tortura para el pelirrojo que pareció haber desarrollado una obsesión hacia el aparatico del demonio que le sacaba más canas que a cualquier persona mayor de cincuenta que viera a su nieto con uno de ellos.
Desde que notó la desaparición de su teléfono, Taehyun no había dejado de estar intranquilo, inquieto y ansioso a un punto insano que le impedía prestarle atención al de igual forma aburrido docente de física.
Estaba en un estado de angustia simplemente increíble.
一¿Cómo esperan que esté bien? 一Inquirió Taehyun en un murmullo, intentando mantener la poca calma que le quedaba.
一Ya hablamos con la mujer de objetos perdidos 一comentó Soobin一, encontraremos tu teléfono.
Con escepticismo, el pelirrojo soltó una risa irónica.
一No deberías preocuparte tanto 一dijo Beomgyu一. Si es por las pruebas, entonces no hay de qué preocuparse, todas están en el grupo y Kai hizo un respaldo.
En un gesto escalofriante, Kang alzó su cabeza solo lo suficiente para que los otros dos presentes alcanzaran a ver sus profundos ojos oscuros que los señalaban como si llevaran un filo con ellos.
一No es por eso 一gruñó el pelirrojo, volviendo a su posición inicial一 ¿Tienen idea de la cantidad de cosas cuestionables que hay ese celular? Son suficientes para que me intenten sacar de la nación.
Lo último de su oración salió en un susurro que el mayor de los presentes contestó con un carraspeo algo incómodo, sabiendo a lo que se refería. Beomgyu, por otra parte, tomó cada lado del asiento de su silla y lo levantó sin ponerse de pie por completo para desplazarse como un pato hasta quedar a un lado del menor, quien no lo miró a pesar de saber del movimiento en su zona de espacio personal.
一Lo vamos a resolver 一aseguró Beomgyu en un intento por aliviarlo al menos un poco一. Piensa ¿No puede ser que simplemente lo dejaste en casa?
一O en el autobús 一añadió el castaño de lentes.
Taehyun dejó ver su rostro por completo al levantar la cabeza, sus manos aún entrelazadas cayeron hacia adelante para permitir una mejor vista del panorama. Estaba pálido, su expresión se describía en ojos oscuros que se percibían apagados, cejas gruesas fruncidas con molestia y todo en un conjunto que lo hacía parecer enfermo además de irritado, lo más cercano a estreñido.
一Ni siquiera tomé el autobús 一respondió tajante el estreñido.
Beomgyu eliminó la idea de que la expresión de Taehyun era de estreñimiento y volvió a prestarle atención.
一Tal vez un ladrón te vio mirando gatos en Youtube y te robó.
La mirada filosa de Beomgyu hacia Soobin fue suficiente para que el castaño decidiera cerrar la boca.
De la nada, un cuarto personaje irrumpió en el lugar.
一¡Lo tengo! 一Vociferó Huening Kai mientras entraba en el salón de clases, golpeando la puerta contra la pared por su abrupta aparición para sobresaltar a sus compañeros.
一¡¿Mi teléfono?! 一Exclamó Taehyun con esperanza, levantándose de su asiento de inmediato.
一¿Qué? No 一contestó Kai con su ceño fruncido que cortó la poca emoción de Taehyun一. Hablo de la clave del Wi-Fi de la cantina ¡Al fin se la quité a Giselle!
Un incómodo silencio secundó la mirada de “cállate” que el castaño le dirigió al pelinegro más alto.
一Imbécil 一musitó el pelirrojo para después dejarse caer en su silla tras un bufido frustrado.
Choi Beomgyu era un chico realmente empático. Cada que se encontraba en situaciones como esa se daba cuenta que realmente lo era, porque es algo claro que no todo el mundo merece empatía, sin embargo, no recordaba una vez en la que le hubiera negado ayuda a alguien en apuros.
No era su naturaleza, incluso cuando él estaba peor que los demás.
El Choi de cabello negro miró con lamento al pelirrojo en una expresión compasiva que contrastó con la expresión de desaprobación que Soobin le dedicó al ignorante medio americano que tenían como el miembro menor del grupo.
一¿Me perdí de algo? 一Le preguntó Kai a Soobin, este último tomó una silla y la dejó a su lado para que se sentara.
Mientras el mayor en el grupo le relataba a Kai lo que había ocurrido en su ausencia, el pelinegro siguió intentando calmar al cerebro en las operaciones del grupo.
No estaba seguro de cuál era su propia motivación, de cualquier manera, no le gustaba mirar al pelirrojo en ese estado de desesperación contagiosa que lo tenía hasta la coronilla en cuestiones de paciencia, tal vez porque era el único regularmente estable y lo necesitaban o solo porque no le agradaba tanto ese aspecto ansioso que tenía.
Le recordaba a sí mismo y no era muy lindo eso.
一¿Qué tal si llamamos al número? 一Sugirió Beomgyu de repente一 quizás contesten.
一Si me lo robaron obviamente no van a contestar, Beomgyu 一respondió Taehyun a su sugerencia con un timbre más corrosivo de lo normal.
Increíble, tres horas sin celular y ya actuaba como un perro rabioso.
一Pero si solo está extraviado y alguien lo encontró por casualidad te lo podrían devolver 一alegó el mayor en un tono similar一. No seas cabeza dura y llama a tu estúpido número.
El más bajo miró al contrario con cierta duda, una tensión particular se creó entre ambos por ese extraño contacto visual que estaban sosteniendo como único método de discusión silenciosa. Al final el momento fue cortado por un suspiro resignado por parte de Taehyun, quien extendió su mano hacia el pelinegro poco después y con su vista perdida en otro lugar.
一¿Me prestas tu teléfono?
(...)
Para destacar, Yeosang era un chico feliz.
Tipo, se sabía que era un infeliz, pero estaba feliz.
Con un nuevo teléfono celular abierto perfectamente para él, no había nada que fuera capaz de perturbar la felicidad desbordante plasmada en su amplia sonrisa, tan pero tan amplia que era... Irritante.
Muy irritante.
一Me pregunto de dónde sacará la idea de que realmente todo está en ese teléfono 一se preguntó Felix en voz baja.
Desde que fue salvado por el bajo rubio que resultó ser un prodigio en la tecnología, el castaño no hacía más que sonreír y murmurar lo exitoso que sería a partir de ese momento, actuaba como si hubiera ganado la lotería, lo cual no sabía ni Felix ni Hyunjin, que prácticamente sí había ganado millones.
Millones de pruebas para hundir al pelirrojo que lo tenía mareado.
一Creo que está haciendo mucho escándalo para nada 一comenta Hyunjin, quien iba caminando junto con el peligris a cierta distancia de Kang.
一No sabes nada, Hyunjin-ah 一dijo Yeosang, manteniendo la misma aura de antes一. Realmente no sabes nada.
El rubio chasqueó su lengua con cierto fastidio para después ignorar al contrario quien ni se inmutó por su gesto, en su lugar continuó su exploración por el objeto obtenido recientemente.
¿Qué debería ver primero?
Era tan emocionante.
Quiso ir por algo suave, había que guardar lo mayor para cuando estuviera en la comodidad de su habitación, con su laptop y un par de golosinas que sirvieran para deleitarse con las maravillosas ideas que tuvo Kang Taehyun como para guardarlas en su celular. Así fue como decidió entrar primero a los mensajes de texto.
Cómo lo imaginaba, no habían muchas conversaciones en realidad, sllo cinco de ellas: un chat con su madre, uno con Kai, otro Soobin, uno con él y el último de un número sin registrar, la cual también era la conversación más larga. Gritó victoria para sus adentros cuando corroboró el tesoro en sus manos, quedó en revisarlo luego, por lo que se salió de los mensajes para entrar a su nuevo destino: la galería.
Sin embargo, antes de que pudiera siquiera acabar de abrirla, una llamada entrante en medio de la pantalla sacudió el teléfono en las manos del castaño.
El tono irritante a todo volumen captó la atención de un par de estudiantes a la distancia y aún más la de Felix y Hyunjin, quienes no aguantaron el acercarse para mirar.
一¿Quién llama? 一Preguntó el de cabello gris con curiosidad a la vez que se acercaba de nuevo junto a Hyunjin.
Yeosang fue el primero en leer lo que mostraba la pantalla.
Nombre de contacto: Choi Beomgyu.
Una risa en forma de un bufido escapó por parte de Kang, Lee se mostró neutral mientras que Hwang se encogió de hombros, fastidiado de tanta atención al celular de un modelo pasado hace dos años.
一Ni crean que soy tan idiota 一murmuró el castaño antes de cortar la llamada y apagar el teléfono.
El mayor guardó el aparato en su bolsillo y se retiró del lugar en compañía de sus secuaces, mismos que lo siguieron con expresiones aburridas antes de conversar entre ellos sobre temas triviales, ignorando lo que ocurría en la mente maquiavélica de Kang Yeosang.
(…)
Es obvio que la tecnología ha avanzado cada vez más al pasar los años.
En la actualidad, la sincronización de cuentas, dispositivos y archivos dentro de una nube ha sido la salvación de más de un joven desesperado, un trabajador sobreexplotado o, en este caso, de Kang Taehyun, ese estudiante que le agradecía a todos los dioses por la invención de la función “encuentra mi teléfono” que le proporcionaba su correo electrónico.
一Gracias por eso, Hwanwoong hyung.
一No es nada 一respondió el aludido con una sonrisa cordial一. Espero encuentres tu teléfono.
一Muchas gracias 一agradeció el pelirrojo una vez más.
El rubio respondió con una reverencia pequeña antes de seguir su camino hacia la salida para irse a casa.
La hora de la salida había llegado por fin, estudiantes y maestros se retiraban en grupos pequeños para dirigirse a casa y disfrutar del resto del día, aunque en realidad eso no aplicaba para todos.
Desde que su número quedó apagado tras cuatro repiques, Taehyun estuvo empeñado en encontrar su teléfono sin importar si tenía que acabar llamando a la policía o el SNI.
Y no era una exageración, en realidad fue tan insistente que se obligó a recordar el nombre de todas las personas posiblemente útiles para encontrar cualquier dispositivo electrónico hasta dar con Hwanwoong, el chico de los años superiores que arreglaba teléfonos como trabajo de medio tiempo y mismo que fue de gran ayuda al darle la solución más sencilla y eficaz de todas.
一Tu teléfono estuvo aquí hace una hora 一comentó Soobin.
Taehyun asintió, Beomgyu se dio cuenta que estaba pensando demasiado y al parecer Kai también, por lo que el más joven se apresuró a decir:
一Eso funciona mientras esté encendido 一dijo Kai, recordando las instrucciones del rubio一, tal vez ya se habrá apagado.
一Quiero creer que está por aquí 一dijo Taehyun a la vez que miraba el registro de su correo en el teléfono de Beomgyu con él y el castaño a cada lado suyo, mirando también一, lo buscaré.
Cabe mencionar cómo es que Kang Taehyun comparte un rasgo inevitable con su familia y los personajes protagonistas en series de policías: cuando se desespera es demasiado necio para escuchar fuera de su cerebro.
A simple vista era obvio, cuando pasabas tiempo con él se hacía cada vez más intenso.
De golpe, el de cabelleea brillante se levantó, tomó su bolso y estuvo a nada de ponerse en marcha para comenzar su búsqueda.
一No deberías quedarte hasta tarde 一recomendó Soobin de inmediato.
一En la mañana dijeron que lloverá 一añadió Kai en un intento más por convencer a Taehyun de irse a casa.
一Esto dice que mi teléfono sigue por aquí, debo buscarlo 一insistió el pelirrojo en tono firme como de costumbre.
El chico castaño del grupo hizo una expresión que demostraba su desacuerdo que iba al punto en el que casi le reclamaba, pero Beomgyu reaccionó rápido y habló:
一No te preocupes, me quedaré con Taehyun y cuando salgamos le avisamos.
Soobin frunció su entrecejo con desconfianza, Kai lo miró sorprendido.
"Estaremos bien" dijo Beomgyu sin sonido alguno, solo moviendo sus labios.
Aunque en un inicio se mostró reacio, con ayuda del niño grande y un soborno a futuro, Soobin acabó aceptando, aún sin estar de acuerdo del todo.
一Está bien 一murmuró Soobin一. Nos vemos mañana.
Tras una despedida informal, tanto Soobin como Kai se marcharon, separándose de la dupla "negro-rojo" que iba en sentido contrario con Taehyun al frente y Beomgyu siguiéndole de cerca con la esperanza de conseguir el teléfono e irse pronto a casa.
Dos y media, comenzó la búsqueda.
(...)
C
uatro y diez, se comprobó que como cazarecompensas se morirían de hambre.
Luego de haber pasado por, como mínimo, doce de los trece salones por los que Taehyun había pasado en la mañana y el día anterior, el equipo de investigación se encontró en un laberinto absurdo en donde no encontraban nada sin importar dónde buscaran.
Pupitres, mesas, escritorios, estantes... Todos los lugares en los que podría caber un teléfono fueron inspeccionados hasta casi desbaratar casa mueble, pero aún así no aparecía, y para ese momento el azabache estaba tan cansado que ya estaba casi dispuesto a rendirse.
"Casi" por no decir que ya lo había hecho y solo estaba siendo solidario.
Estando de pie a cierta distancia de Kang y tras mirar la hora en su propio celular, a Choi le pareció que era momento de parar.
一Taehyun, es tarde 一dijo Beomgyu mientras que el aludido revisaba unos cajones. Al no recibir respuesta luego de unos segundos, añadió一. Debemos irnos.
Otra vez fue ignorado.
一Taehyun.
Un bufido frustrado escapó por parte de Taehyun.
El pelirrojo se levantó del suelo y haló su cabello con fuerza, maldiciendo mientras se contenía de estrellar su cabeza contra el escritorio para castigarse por ser tan idiota. Su teléfono era la cosa más preciada que tenía, como también podía ser el veneno que lo llevaría a la tumba, y simplemente lo perdió.
Eso no era algo posible, pero había pasado.
Era un idiota.
Sería mentira decir que no se sentía mal por trae a Beomgyu consigo ¡Claro que se sentía mal! Por dentro creía ser una escoria humana ¿Pero qué podría hacer? Necesitaba salvarse y salvarlos, necesitaba poder dormir esa noche o al menos saber que el dispositivo fue reseteado y vendido en la terminal de Incheon, muy lejos de donde pudiera causar problemas.
Eso quizás le haría sentir mejor.
Otra vez pensó en atentar contra sí mismo, sin embargo, se le hizo un poco más fácil ignorar la tentación cuando Beomgyu colocó su mano sobre su hombro en forma de consuelo.
El contacto sin aviso previo hizo que el menor se quedara estático en su lugar antes de mirar al pelinegro que le dedicaba un rostro neutral, tal vez empático si se detallaba con más calma de la que podría tener el en ese momento.
一Vamos a casa.
Y decir que el pelirrojo no sintió una agradable calidez arropando su pecho cuando Beomgyu le sonrió con calma, transmitiéndole toda la confianza necesaria como para seguirlo sin rechistar, sería la mentira que sentenciaría su muerte.
Entonces se sintió mal.
Una disculpa fue musitada por Beomgyu a la vez que retiraba su mano, coincidiendo así con la mente del pelirrojo que decía lo mismo. Para la fortuna de ambos, ninguno tuvo que pensar tanto en eso gracias al estruendo que provocó una oscura nube en el cielo que fue el preámbulo a las primeras gotas de lluvia de las que hablaban en el clima esa mañana y que desvió por completo su atención.
Qué suerte.
一Está lloviendo.
Al salir al pasillo, el frío los golpeó en un viento helado que cerró la puerta detrás de ellos fuerza. Beomgyu dio un brinco porque casi pudo sentir como si su brazo se hubiera quedado atrapado entre la puerta y su marco, Taehyun se abrazó a sí mismo.
一Diez de diez, naturaleza 一musitó el pelirrojo con sarcasmo cuando pudo ver como el agua caía más y más rápido en las áreas libres del instituto.
一Volvamos adentro 一dijo Beomgyu decidido.
Al terminar de hablar se volteó sin esperar reacción de su acompañante e intentó girar la perilla de la puerta, pero sin tener que hacer mucho esfuerzo fue capaz de notar que la puerta se había trabado.
一Bueno... Tal vez deje de llover pronto.
Para contradecir las palabras del pelirrojo resignado, dos espesas nubes oscuras dejaron caer mucha más agua que dos segundos antes, nublando la capacidad de vista entre la lluvia y casi creando agujeros en la tierra por la fuerza con la que caía cada gota.
一O tal vez no.
Un suspiro seguido de sus palabras fue el preámbulo a la propuesta aleatoria que Beomgyu se permitió dar entre el sonido de la naturaleza bañando la ciudad.
一¿Quieres oír algo de música?
Silencio fue su respuesta.
Un minuto después estaban sentados uno junto al otro en el pasillo, escuchando canciones de la larga lista de reproducción en el teléfono de Beomgyu a la vez que miraban la lluvia caer.
Los audífonos rojos de Beom crearon un ambiente en cuestión de segundos. El auricular izquierdo lo llevaba Taehyun, el derecho lo tenía Beomgyu.
Una canción lenta se puso desde el aleatorio, era de uno de los artistas favoritos del mayor. Sin problemas se dejaron llevar por la melodía, esperando pacientes por el descanso de la lluvia y gastando la poca batería que le podría quedar al mayor, mismo que mecía su cabeza de un lado al otro al ritmo de la batería al fondo de la pista, inmerso en la vibra de la canción que calzaba tan hermosamente con el ambiente frío.
一¿Deberíamos hablarle a los muchachos? 一Preguntó Beomgyu en un susurro tranquilo.
一Solo esperemos a que la lluvia pare 一respondió el menor.
El pelinegro suspiró. Faltaban horas para el anochecer, pero el clima daba la sensación de que sería en unos minutos de tal forma que no dejaba de coincidir con la melodía en ningún momento.
El agua que caía y se deslizaba por el techo inclinado acababa mezclándose con los grandes charcos en el suelo, salpicando de vez en cuando, a veces antes del estruendo de los truenos o en otros momentos después que los relámpagos cegaran al pelinegro que se negaba a dejar de mirar el horizonte descubierto, a diferencia del menor, quien clavaba su atención en las mangas de su uniforme o la punta de su zapato.
Una guitarra acústica hizo aparición en el pre-coro, Beomgyu se sintió observado, creyó que era el sentimiento que la canción le provocaba, pero al mirar hacia un lado se encontró con la mirada de Taehyun, quien quedó helado en su lugar tras quedar expuesto.
El silencio entre ambos permaneció.
¿Y ahora qué se supone que debía decir? ¿”Lamento haber estado mirándote”? Tal vez debería hacer como en los dramas y solo mirar a otro lado en silencio, evitarlo, quizás debería ignorarlo… Ignorarlo como lo había estado haciendo con todas sus otras emociones inútiles y tan inconvenientes. Dejar a Choi confundido y huir, eso sonaba a un buen plan.
Los tres segundos que transcurrieron resultaron una eternidad. Beomgyu no decía nada y Taehyun no se movía, ninguno de los dos parecía dispuesto a dar el primer paso para romper el momento, cosa que los mantuvo firmes hasta que una centella cayendo a cientos de kilómetros retumbó en los oídos de ambos, espabilándolos y asustando al pelirrojo que aunque estaba en la plenitud de sus diecisiete años, jamás había logrado superar su miedo al escándalo que provocaban las tormentas.
Una expresión preocupada apareció en Beom cuando notó el temor en Taehyun.
一¿Estás bien? 一Preguntó el mayor con suavidad, el menor asintió de inmediato con sus ojos cerrados, giró su rostro a otra parte y pasó el susto en un suspiro.
El silencio regresó, Kang tuvo su cabeza gacha para concentrarse en las betas de la baldosa bajo sí mismo en lugar de su pulso irregular que buscaba regresar a la normalidad. Por otra parte, el azabache mantuvo su mirada confundida sobre él hasta que otro trueno lo volvió a sobresaltar.
La cosa fue que, en esta ocasión, el destello brillante de un relámpago que surgió poco después creó un mayor impacto en Taehyun, al punto que acabó aferrándose al brazo del pelinegro a su lado.
El cielo retumbó de nuevo y sus miradas se encontraron luego de seis largos segundos.
Taehyun miró a Beomgyu.
Beomgyu miró a Taehyun.
Y la canción terminó.
Los ojos oscuros y brillantes de Kang Taehyun estaban bañados en una mezcla entre temor y algo que Beomgyu no logró descifrar ni siquiera mientras los veía. Había pasado tiempo desde la última vez que compartió un espacio tan reducido con alguien, supuso entonces que su corazón saltó por la sorpresa, solo por eso.
Para sus ojos, Taehyun parecía ser un temerario, de esos que vivían de sus impulsos y no podían tener miedo por algo, pero viéndolo de cerca, en ese momento parecía también un gato asustado, pequeño y vulnerable... Sin embargo, eso no era suficiente para sorprenderlo.
Por supuesto que no lo era.
Una tensión se creó por el tiempo en el que duraron mirándose y la burbuja en la que se metieron sin tener idea se reventó por el sonido de un mensaje entrante.
[ C.L.C ]
Kai
Oigan, vine a buscarlos jaskdjkds.
4:58 p.m.
Corran a la salida, los espero en el auto de mi hermana mayor.
4:58 p.m.
Entonces, con un sonrojo avergonzado en sus rostros y la lluvia apenas calmándose un poco, Taehyun y Beomgyu corrieron a la salida del instituto para ser convenientemente rescatados del frío por Huening Kai y su hermana mayor.
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