⸻ O14
𔔀 GOT ME ! 🍷 cronos & percy.
by ©xelsylight. 2024.
⚔️▐ feliz navidad, asesino
───── ( comentar & votar.
Es Navidad.
Por fin el día más mágico y alegre del año había llegado, ni siquiera me podía creer que hubiera sido capaz de convencer a Cronos de venir conmigo. Parecía un sueño hecho realidad.
Si bien desde que lo conocí a finales de octubre, su belleza extraterrenal así como su nombre único fueron lo que en un primer momento me habían llamado su atención. Después fue saber su triste historia —que tanto me recordaba a Luke, por no mencionar que ambas madres se llamaban igual— y su falta de contacto humano con otros—, me rompieron el corazón en mil pedazos.
Cronos era una persona difícil; por un momento podía estar tranquilo y realmente disfrutando de las cosas. Pero en cuestión de segundos, eso podía cambiar y se volvía esquivo y reservado; odiaba verlo de esa manera, sobre todo porque me recordaba a mí mismo, a esa edad de doce años y cuándo creí haber perdido a mi madre. Muy malos recuerdos.
Sacudiendo la cabeza, sintiendo el roce de mis rulos rubios, saqué nuestras maletas del taxi y le pasé la suya, emocionado. Incluso más que eso; nuestro equipaje era ligero, realmente solo unas cuantas mudas para pasar unos pocos días.
Era la primera vez que iba a pasar las navidades en compañía de otra persona que no fuese Annabeth, quien ahora estaría con su familia. Nico se había despedido alegremente de nosotros—mas de mí— en el Arco del Campamento y ahora, finalmente, estaba delante de mi casa.
La casa hogareña de Paul Blofis, actual esposo de mi madre, no era para echar florituras pero sin duda era mucho más acomodada que los viejos pisos en los que había estado con mi madre de pequeño. La nieve caía del cielo, empañándonos de su frío y clavándose en nuestros ojos. Cronos carraspeó a mi espalda y mientras se marchaba el taxi tras pagarle, suspiré para darme fuerzas.
Todo tenía que salir bien hoy, por él y por mí.
—¿Estás seguro de que quieres que vaya contigo? De verdad, que puedo devolverme —volvió a sugerir mi amigo, como quinta vez desde que estábamos empacando las cosas en la mañana.
Sonreí, rascándome la nuca y aferrando mi mano libre sobre el mango de mi maleta raída azul.
Cronos deslumbraba bajo la luz de media tarde; con su mata de cabello algo larga y oscura, casi llegándole a los hombros y sujeto por una goma de pelo verde; con sus ojos ocres brillantes y su sonrisa centelleante; con su camisa de cuello largo de lana negra y su gabardina también oscura. Removía sus botas de cuero altas hasta las rodillas, en el asfalto con repetidos movimientos.
No lo pensé dos veces hasta lanzarme a sus manos, recubiertas por guantes de lana. Mis dedos atraparon los suyos de la mano derecha, apretando un poco. Cronos pareció flaquear, mordió sus labios y sentí un retortijón en mi estómago.
Otra vez, esa necesidad de colmar todos sus deseos. Esa necesidad que sólo había sentido en compañía de una sola persona.
—Todo va a ir bien, ¿me oyes? —Intenté buscar su mirada perdida, en compañía de una sonrisa—. Les va a caer genial.
Dicho y hecho, entramos en la casa con mis llaves de repuesto. Dentro olía a glaseado, azúcar y sabría que mi madre tendría hecho un hermoso repertorio de galletas azules y otro tipo de dulces. Yo no era muy goloso, pero esperaba que Cronos sí, o tendríamos mucha comida por semanas.
—¿Mamá? ¡Ya he llegado!
Una voz sorprendida se escucho desde la sala de la cocina y momentos más tarde, salió ella: Sally Jackson, mi madre. Vestía una ropa casual, de jersey y vaqueros, pero ocultos por un delantal azul. Su cabello oscuro y algo entrecano salió a relucir sujeto en un rodete y sus mejillas tenían algo de harina en las mejillas. Mis brazos la atraparon de inmediato y sentí que me rodeaba con los suyos; luego, me apretó el cabello con cariño.
Como la había echado de menos.
—Percy, qué alegría verte, mi niño... ¿Y este es el chico que me mencionaste? —Los ojos de mi madre saltaron de inmediato a Cronos, que esperaba al pie de la puerta con las manos sujetando todavía su maleta. Reconocí su siguiente tono, como avispado—: Es mucho más guapo de lo que me dijiste por teléfono.
—¡Mamá, por favor!
Sentí que los colores me escalaban a grandes velocidades para cubrir mis mejillas; luego, a Cronos le pasó igual. Pero ambos sacamos esa idea de la cabeza, y mi amigo se adelantó elegante como acostumbraba a verle desde que nos conocimos para estrechar una mano con mi madre.
Pero ella, como siempre de lanzada, lo estrechó en sus brazos, para sorpresa de Cronos. Yo me dediqué a cruzarme de brazos, detallando la forma en la que Cronos superaba a mi madre. Por supuesto, en los últimos meses, había dado otro estirón. Yo también, pero seguía superándome.
—Mamá, por favor, ya déjalo —pedí, aprensivo, al descubrir la forma en la que Cronos no sabía cómo reaccionar ante eso.
Mi madre lo hizo, disculpándose y tomando distancia; por supuesto, tanto ella como Blofis sabían de la pérdida de mi amigo por cuenta mía. Así que eso evitaría crear silencios incómodos y evitaríamos por, cualquier lado, indagar sobre ese tema.
—No pasa nada, es un placer conocerla, señora. Soy Cronos, por si su hijo no se lo ha mencionado... —y ella lo interrumpió a media palabra.
Con las manos en jarras y el rostro fruncido.
—Por favor, Cronos, no me seas tan formal que no soy tan mayor. Puedes decirme Sally, como me dicen todos —explicó con esa amable sonrisa, antes de decirnos que fuéramos despachando nuestras cosas en mi vieja habitación, para luego tomar hueco en la mesa del salón.
Porque era la hora de cenar.
—¿Y no podemos ayudar en algo? —pregunté, peor ella negó, para recalcar que éramos invitados.
Luego desapareció por la esquina de un pasillo, y miré a Cronos, totalmente nervioso. Respiré hondo y dándole un golpe bajo un hombro, señalé escaleras arriba.
—Vamos, te enseño mi habitación.
Después de acomodar nuestras mochilas y agradecer en silencio a Paul por agregar otro dosel de cama para mi amigo, nuestras maletas ya estaban abiertas con mudas de ropa desperdigadas por todas partes. Se suponía que teníamos que acomodar nuestras ropas en mi armario, pero con la cena presente, era fácil suponer que lo dejaríamos para más noche.
Sacudí mi cabello, mirando a Cronos de refilón que parecía estirarse un poco el cuello de la camisa. Sus ojos se removían por toda la habitación, quizás reparando en cada cosa personal que no me había llevado a la cabaña del campamento.
Habían posters de mis grupos favoritos de música, de algunas series y sobre todo, comics por todas partes. Me dio algo de vergüenza verlo pasearse de aquí para allá, con curiosidad, pero traté de tomar las cosas con normalidad.
—Ya estarás acostumbrado a dormir conmigo, así que eso no es un problema, ¿no? —Él negó, riéndose por lo bajo.
Dejo un cómic de Spiderman en su hueco de la estantería, para mirarme con esa intensidad que me ponía muchas veces con los pelos de punta.
—Tenías razón, tu madre huele a golosinas y a dulces. Es... agradable.
Después, solo soy consciente de estallar en carcajadas, hasta el punto de agarrarme el vientre bajo. Ni en un millón de años habría supuesto que recordase esa vieja conversación en la que se lo mencioné, pero sirvió para relajarme por completo.
—¿Qué? ¿He dicho algo gracioso? —Pero su sonrisa traviesa me dejaba en claro que lo sabía muy bien.
—Anda, vamos, o mi madre se enfadará con nosotros. —Bajamos al piso de abajo.
Un rato más tarde, después de una gran cena, preguntas incesantes sobre nuestra vida en el campamento y dirigidas especialmente a Cronos por la gran curiosidad de mi padrastro, finalmente ahora descansamos bajo la hoguera del salón.
Sally y Paul se están dando sus propios regalos, después de haberme dado uno para mí —unos calcetines y un nuevo volumen de Spiderman— y para Cronos unos calcetines negros. Mi amigo lo tomo con toda la sorpresa clavada en su rostro y, también, algo avergonzado porque no había tenido nada que darles. No había preparado nada, pero nadie le culpaba.
Paul le había dicho «Es una época para recibir, y a nosotros ya nos has dado un regalo acompañando estas navidades a Percy», y dios. Hasta yo lo había mandado callar.
Mientras comíamos unas magdalenas cerca de la chimenea, algo más alejados de mis padres para darles privacidad, veo a Cronos, sentado con toda la espalda rígida pero los hombros mucho menos tensos que antes, terminando la suya. Tenía varias migas en las comisuras de sus labios, y me resultaba tierno verlo así.
Sobre todo después de verle hace un par de meses, darle una buena tunda a Clarisse.
—Gracias por invitarme, Percy... Todo esto es, bueno, algo que le hubiera gustado a mi madre. Estoy seguro —añadió con una minúscula sonrisa y dios, me derretí.
—Pues eso no es todo, mira, para ti —dije, mientras sacaba de un bolsillo de mi vaquero una pequeña caja azulada oscura, que contenía mi detalle para él—. No es mucho, pero es mi regalo de Navidad.
Cronos se quedó helado por unos segundos, luego sonrío casi sin creerlo y limpiándose las migas de su boca, me tomó la caja de las manos. Inevitablemente, me incliné casi sin darme cuenta para verle todo con detalle.
—No hacia falta que me dieras nada, percebe. —Yo volteé los ojos ante su apodo y lo insistí a abrirlo.
Segundos más tarde, lo tenía abriendo la caja y casi sin mostrar nada en su rostro, al sacar el pequeño colgante con el nombre "May" grabado en bronce celestial; una pequeña ayudita para crearlo fueron los hijos de Hefesto. Cronos siguió sin reaccionar, dándole vueltas entre sus dedos y me quedé más nervioso que antes, preguntándome si había hecho algo mal.
Solo había conocido a la madre de Luke, que causalmente se llamaba igual, pero a lo mejor... a lo mejor se escribía diferente.
—¿No te gusta? Puedes no aceptarlo...
Pero la sonrisa que me mostró a continuación, fue suficiente para tranquilizarme. Se lo colocó sobre el pecho con rapidez y mordí mi lengua, incapaz de ser capaz de expresar con palabras lo perfecto que le quedaba.
—No, es perfecto, Percy. Muchas gracias, de verdad.
Y sentí que se me quitaba un peso de encima, cuando entonces lo vi levantarse sin borrar esa expresión feliz, con música navideña de fondo, me pregunté para que me extendía su mano, ahora desnuda y dejando plena vista de esa piel tostada que me encantaba admirar.
—¿Bailamos?
Y después, bien caída la noche, mis padres se han ido a descansar. Tenemos las luces bajas encendidas y apostados en la chimenea, codo con codo, con dolor de pies, lo veo pedirme disculpas para subir al piso de arriba.
—¿Qué pasa? ¿El pastel de frambuesa te ha sentado mal?
Pero Cronos negó, alegando que era una sorpresa para mí.
Eso me hizo enarcar una ceja, sin creerme que me tuviese un regalo. ¿No que no había preparado nada?
Mientras lo esperaba abajo, las flamas del fuego parecieron acentuarse bajo mis ojos y abrazándome los hombros, me di cuenta de repente de todo el frío que hacía dentro de la casa. Quise echarle más leña al fuego, pero me detuve al darme la vuelta y ver a Cronos detrás de mí, con esa misma sonrisa amable, mi colgante sobre su cuello, pero... algo distinto brillando en su mirada.
Por alguna razón, me eché hacia atrás, casi imperceptiblemente.
Algo que jamás me había pasado a su lado y desechando las tonterías de mi cabeza, lo veo entregarme esa caja enorme de regalo. Es negra, con un lazo dorado.
—¿Y cómo has ocultado esto en las maletas? —Me río, haciendo la broma y me extrañó que Cronos no la siguiera.
Parecía de repente impaciente, por ver la sorpresa y mientras deshacía el lazo, para abrir la caja, lo escuché decir: —Feliz Navidad, asesino.
Y lo siguiente que soy consciente es de soltar la caja con un ensordecedor grito, ya que lo que menos esperaba era ver la cabeza cortada de Luke Castellán dentro. Los ojos salidos, una sonrisa grapada en la boca. Sentí que la comida se me devolvía.
Me tropecé con mis pies, caí al suelo y me eché hacia atrás, buscando instintivamente a mi querida Anaklusmos, mientras algo repetía en mi cabeza que esto no podía estar pasando, que era una pesadilla, que no era real.
Que este no era mi Cronos.
La habitación cambió de golpe; ahora estaba en un campo nevado, con cuervos sobrevolando mi cabeza pero Cronos está ahí, como antes, aunque ahora blandiendo una espada bañada en bronce celestial. Es larga, algo gruesa pero cuándo me apuntó con ella, saqué a Contracorriente de acto reflejo.
—¡No eres tú, Cronos! ¡No puedes serlo!
Pero Cronos sonríe y con un movimiento de mano rápido y desgarrador, mi espada salió volando de mis manos. Se acercó con una sonrisa escalofriante, atravesando las gruesas capas de nieve, mientras decía:
—Siempre fue esta mi misión.
Y cuándo su espada brilló con reflejos dorados, así como sus ojos casi divinos, balaceándose sobre mi yugular, me levanté gritando sobre la cama.
—¡No, Cronos! —Había sido una maldita pesadilla.
Me estrujé la cabeza sobre la cama. Revisé mi calendario con movimientos erráticos, para darme cuenta de que todavía estábamos a 25 de octubre. A finales, y que todo sólo había sido una terrible e inventada pesadilla.
Comencé a reírme en la cama, casi sin creerlo, repasando mentalmente las imágenes sobre mi cabeza. Anoche discutí con Cronos, habló de sus sentimientos, de la pérdida de su madre y mientras la luz de mañana me daba de golpe en la cara, no recordé en que momento me dormí.
Había una laguna, pero secándome el sudor de la frente, busqué a Cronos con la mirada. Su cama estaba vacía, arreglada y me daba a pensar que no había estado en toda la noche. De repente me sentí algo mal, porque lo había presionado, pero... enormemente aliviado de que lo que había visto, había sido producto total y completo de una pesadilla.
¿O visión?, me mordí las uñas, incapaz de pensar en esa opción.
No había vuelto a tener visiones desde la última guerra, desde la pérdida de Luke y todos los que cayeron..., Las pesadillas eran recurrentes, pero no... Negué con la cabeza, seguro que había sido una tontería. Todo eso.
Me levanté de la cama, dispuesto a buscar a mi amigo y a pedirle disculpas; dispuesto, sobre todo, a dejar esa pesadilla atrás y regresar a mi realidad.
Sin embargo, algo rondaba por mi cabeza. Algo que me parecía haber oído, o quizás lo había imaginado...
¿Qué significaba la palabra "Dormiens"?
🪼🪸. ELSYY AL HABLA (!)
muchas gracias por vuestro apoyo a esta historia.
omggg nueva actu, perdonen por la falta de actualizaciones pero con las fiestas que hemos tenido el tiempo se me había echado encima. les deseo un feliz año y que mejor regalo que un pov desde percy y este especial de navidad, que si bien hubiera querido subirlo antes, mejor tarde que nunca, ¿no?
¿se la creyeron, a que sí?
los amo, pronto veremos que estaba haciendo cronos y la captura a la bandera.
nos vemos pronto, mis mestizos <3
🪼🪸
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro