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Estaría muy feliz si me dejan comentarios, me motivarian mucho a seguir con este fanfiction. Gracias por leer <3.

Soobin no dejaba de ver al omega quien temblaba levemente ante el frío. Tiritando mientras sacaba a sus cachorros de la madriguera. Soobin quiso acercarse pero el omega le gruñó.

Yeonjun tomó primero a Heeseung, después a Sunoo y por último a Riki, los bebés empezaban a despertar sintiendo el frío en apenas su piel crecer y no encontró más manera que abrazarlos.

— Dejame ayudarte... No me acercaré, solo... Espera un momento. —Dijo Soobin llevándose una mirada de sorpresa cuando se adentro al bosque.

Yeonjun miró hacia todos lados asustado. No confiaba, realmente estaba aterrado. Atrajo más a sus bebés a sus brazos pensando lo peor, ¿Y si ese cazador traía a sus trabajadores o amigos? ¿Y si lo asesinaban a él y a sus crías?

Tenía millones de dudas y cero respuestas. Solo espero lo peor para si mismo. No tenía a dónde ir, su esposo y alfa, Hueningkai, había muerto. Su manada, no sabía nada de ella, ni siquiera si había sobrevivientes.

Mordió su mejilla con dolor y sintió su cuerpo tensarse una vez captó un sonido entre los árboles de coníferas. Se puso en posición de defensa y espero para atacar.

Soobin por otra parte iba corriendo con la piel de venado en su mano, la cual trajo de su hogar a unos tres minutos de donde estaba el omega. Visualizo sus pisadas en la nieve y las siguió, por que de no ser así, ya se hubiera perdido en el inmenso bosque.

Soobin no sabía por qué ayudaba a aquel híbrido, más bien, jamás pensó ver uno en su vida, eran muy extraños y él pueblo los consideraba leyendas. Obviamente la familia de Soobin, cazadores ejemplares, había descubierto que eran más que simples animales, eran humanos que tenían aquella habilidad para sumerjirse en pieles. Es por eso que su familia ya no caza Zorros rojos quien en su mayoría eran Híbridos, sino ahora se dedicaban a la caza de liebres y aves, como también unos cuantos peces.

Llegó hacia donde Yeonjun, el omega le miraba con recelo apretando a los pequeños kits en sus brazos. Soobin llevó un amuti hacia la vista del omega. El zorro le miró confundido y rodeo a Soobin quien empezó a verse morado del terror que le provocaba la mirada filosa.

— Me gustan los conejos, pero tú hueles a fruta, también me gustan las frutas.

¿Qué? Ah sí.

Ahora soobin recordaba que en su bolsillo llevaba una bolsa de ciruelas moradas que junto cuando cazaba las liebres. Él omega debía de tener un olfato agudo.

— OK, pero primero ponte esto en la espalda y y-yo pondré a tus bebés dentro de la bolsa, para que así no les dé él aire frío. —Soobin comentó.

Yeonjun gruñó de nuevo alejándose. — ¡No!

Él alto suspiro y trató de ser paciente con el omega. — No te haré nada, lo prometo... Solo déjame... — Se acercó un poco, Yeonjun lo noto cuando extendió sus brazos.

¿Podría confiar? Se preguntó de nuevo Yeonjun.

Soobin porfin tomó a los tres pequeños en sus brazos, los bebés recargaron su pequeña melena en sus brazos, eran tiernos y bonitos, pequeñitos. Prácticamente recién nacidos.

Soobin tuvo mucho cuidado y Yeonjun no despegó su vista del alto, maravillado, por cierto, mientras ponía la bolsa sobre su espalda.

— OK ahora date la vuelta —Ordenó Soobin.

Yeonjun levantó una de su ceja. — ¿Por qué? —Su mirada expresaba aún desconfianza.

— Pondré a tus bebés dentro de la bolsa, para eso necesito que te des la espalda. Ya te lo prometi. Confía en mi, yo no soy como ellos. —Dijo, haciendo que el omega aligerara su ceño y se rindiera, dándose la vuelta ligeramente, aún sin despegar la vista de Soobin.

Él alto ajusto a los pequeños zorritos dentro de la bolsa, las orejitas era lo único que sobresalia de ellas. Sonrió con ternura, la verdad jamás había visto cachorros de zorro tan lindos, es más, jamás había visto.

Ahor miró a yeonjun quien al sentir el peso en la bolsa se dio la vuelta y cubrió su cuerpo con sus brazos.

Soobin se sacó la melena que cubría su cuerpo y cubrió a los cachorros y al omega frente a él, haciendo que el de una estatura pequeña se sonrojara.

— Ahora, vamos a mi cabaña, les daré de comer... Aquí es peligroso, así que apuremos el paso.


Yeonjun camino alrededor de tres minutos. A unos cuantos metros de llegar a una cabaña la cual se veía muy acogedora y calentita, había un lago de agua fría.

Las mejillas del omega se sonrojaron cuando trató de seguir el paso del alfa entre las piedras y casi resbalaba. Agradecía mucho al alto que lo sustuvo de su brazo y lo llevó a su pecho caminando lentamente hasta porfin cruzar el río.

Soobin camino junto a Yeonjun un metro más y llegó a su hogar. Acogedor y grande. Una cabaña de madera con olor a cedra de pino. Afuera una hamaca y una mesa en forma de círculo. En una esquina de la puerta, una silla mecedora donde el solía sentarse para cuidar su hogar de cualquier animal salvaje como osos.

Dejo el brazo de YeonJun y abrió la puerta del picaporte. Miró hacia el omega y con un ademán le dijo que entrará. Yeonjun aún no confiaba, pero para estos tramos el ya debía de haberlo hecho aunque sea un poco. El extraño sí era verdaderamente extraño.

Yeonjun dio suaves pasos hacia adentro. Miró la casa, grande por dentro como por fuera. El olor a pino, cada mueble bien acomodado, un candelabro en el techo, las acogedoras mantas en los sillones y aquella fogata, realmente no sabía cómo le llamaban los humanos a todas estas cosas, jamás en su vida había visto cosas de "humanos" su manada se mantenía muy ignorante respecto a esto, por miedo.

— Puedes dejar a los cachorros en... Mi habitación, ya luego puedes subir y darles leche.

Yeonjun negó. — Ellos son primero...

— Pero tú...

Antes de que Soobin volviera a hablar, Yeonjun se quito la melena de la espalda y la dobló frente a Soobin. Después se quito el bolso en su espalda y lo dejó al frente viendo a sus cachorros ahora abrir sus pequeños ojitos, tenían hambre.

Lo que fue un chillido del pequeño Sunoo despertó sus instintos y tan rápido como pudo sacó a los tres y los puso en la alfombra de una melena muy cómoda haciendo que los cachorros se retorcieran ante la calidez. Yeonjun miró a Soobin a los ojos y se sonrojo cuando simplemente se dejó caer y se transformó en un bonito zorro de color rojo.

Soobin se asustó y su espalda pego contra la pared del pasillo. Era un zorro pequeñito, pero aún así le tenía un respeto inmenso pese a que tenía colmillos, muy filosos.

Miró como él zorro se acomodo, dejándose caer aún costado y los cachorros que no podían ver aún simplemente buscaron con su naricita la comida. Apenas podían levantarse, así que, aún así soobin tenía miedo del feroz zorro, quiso ayudar.

Con el miedo a que Yeonjun le mordiera la mano, tomó a uno por uno de los cachorros y los dejó a los laterales del omega donde tomaron los pezones del mismo. Los tres cachorros ahora estaban comiendo mientras Yeonjun recargaba su cabeza contra la alfombra.

Fue un acto demasiado tierno... O tonto... Soobin no sabía que lo hizo querer tocar las orejitas del omega, ganándose un pequeño sonidito de satisfacción, no muy diferente a un ronroneo.

Realmente tenía una visión muy estereotipada de los zorritos como para haberles tenido miedo por toda su vida.

¿Qué les pareció el capítulo?

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