𝟢𝟣. 𝗻𝗼 𝘁𝗶𝗺𝗲 𝘁𝗼 𝗱𝗶𝗲
❝ Say you were tryna make me laugh. And nothing has to change today. You didn't mean to say: I love you ❞
JIN HO-RAM ESTABA PRESA UNA JAULA DE ORO cuya llave fue resguardada por su madre y a día de hoy, por su hermana mayor. En esos momentos, con la presión sobre Ho-gyeong para que buscará un esposo y trajera al mundo una heredera para Jinyowon tal como Ryu Dan-seo y su esposa se lo dieron a Baekban, Ho-ram se convertia en el fantasma de su hermana, habitando las sombras en búsqueda de alguien realmente digno de ser parte de su familia.
— ¿Qué pensamientos se atormentan el día de hoy, mi rosa azul? — la voz de seda de su amante logro sacarla de su frustración. El chico se había colado en el hogar de su amada en el jardín secreto que había presenciado tantas tardes y noches su amor.
— ¿Qué tanto mal puede traer una sola persona a este mundo? — le pregunto al joven mientras el tomaba asiento a su lado en uno de los múltiples rincones olvidados de Jinyowon — ¿Incluso antes de nacer, podemos ser una persona de oscuridad?
El joven se lo pensó y suspiro — Se nace libre de pecado, de dolor y de caminos, pero son los otros quienes marcan tu destino. Villano, héroe, primogénito, campesino o ladrón, al final lo único que hacemos es tomar las riendas de nuestra vida en base a los caminos que otros eligieron para nosotros.
— ¿Saldrías de esos caminos por mi, Jun-seo? — los ojos negros de Ho-ram estaban fijos en el cielo, ansiosa por escuchar la afirmación de amor que su amante le daba cada en cada encuentro solo para recordarle que eso no era otro de sus sueños.
Los encuentros entre los hermanos menores de dos grandes familias de Daeho empezaron en Songrim hace al menos un año, cuando pasaron de los prejuicios que se enceñaban en sus familias para descubrir que eran más parecidos de lo que podrían esperar. Tenían una visión similar del mundo, añoraban la libertad y disfrutaban el solo mirar el atardecer para olvidarse un momento de sus preocupaciones. Los encuentros en Songrim se detuvieron abruptamente el día que el Gwanju Jang Kang estuvo a nada de atraparlos, haciendo que los amantes eligieran un sitio aún más peligroso para encontraste.
— Recorrería mil caminos y senderos por ti, Ho-ram — tomo las manos suaves y blancas de su amada entre las suyas, llenas de cicatrices por el duro entrenamiento con su difunto padre — Cuando tu hermana se case, le voy a pedir su aprobación para casarme contigo, así los dos estaremos juntos en un nuevo sendero.
A él no le gustaba la idea de esperar tanto, pero su rosa azul insistió en que la líder Jin debía tener a un buen hombre a su lado antes de que ella se fuera, alguien que la acompañará cuando su hermana partiera de casa.
— ¿Y que haremos si no lo aprueba? — la voz de la joven estaba bañada en duda y miedo. Todos en Daeho conocían la enemistad de Baekban y Jinyowon, los hogares de las reliquias derivadas de la piedra de hielo hace más de cien años.
Ho-ram no solo temia la negativa de la líder Jin si no al rechazo de su propia hermana, quién pasaba los últimos días maldiciendo al hermano mayor de Jun-seo, el caótico Dan-seo. Ellos habían superado los prejuicios implantados de raíz en sus familias, pero sus hermanos mayores eran otra historia. Ho-gyeong era la única familia que le quedaba tras la muerte de sus padres, y le aterraba el ganarse su odio por algo que fue tan inevitable como el amanecer.
— Estoy dispuesta a dejar todo atrás por ti — le juro el con sus manos aún entre las suyas — Puedo vivir con el rechazo de mi hermano.
— Pero yo no podría — murmuro ella, decepcionada de su propia fragilidad — No podría vivir si Ho-gyeong me odiara.
El la atrajo a su pecho en un abrazo de consuelo. Jun-seo sabía que no podría reemplazar a la primera persona en el corazón de su amada, la que le enseño todo lo que sabía y la guío por el mundo cuando su madre no pudo. El era la luz en la oscuridad, pero la mayor de las Jin era ese consuelo que acompaño a Ho-ram en esa oscuridad los primeros veinte años de su vida.
— Tengo que irme — le dijo ella, aún hundida en el pecho del joven y con el corazón al compás del suyo — Ya casi es hora de que mi hermana regrese.
Jun-seo no respondió, en su lugar tomo suavemente el rostro de su amada por la barbilla y le dio un beso casto y lento en los labios.
— Hasta que el destino vuelva a reunirnos, mi rosa azul — su voz fue firme pero suave, algo que ella amaba.
— Estaré esperandote, chico de fuego — Ho-ram le robo un último beso antes de salir corriendo en dirección a su habitación y buscar algún pretexto para su acelerado corazón.
Mientras Jun-seo volvía a escalar para salir de Jinyowon, Ho-ram se acercó con prisa al pequeño balcón donde su hermana admiraba el cielo, tan sumida en sus pensamientos que paso por alto la apariencia desaliñada de la menor.
— Creó que, finalmente lo encontré — dijo la líder Jin sin moverse.
La menor tardo un momento en acallar su corazón y saber de qué hablaba su hermana. La boca de Ho-ram formo un óvalo casi perfecto antes de llenar a su hermana con miles de preguntas; cual era el nombre de afortunado, dónde se conocieron, de dónde venía, si era un hechicero poderoso y a qué familia pertenecía.
La última pregunta provocó un vuelco amargo en la boca de Ho-gyeong, quién miro a su hermana de una manera que nunca había hecho. Ella le estaba pidiendo ayuda a su hermanita, pues por primera vez no sabía que hacer.
— Se llama U-tak, es realmente encantador. Estoy segura que serían buenos amigos - murmuro la mayor con los ojos ya cristalinos. Toda su vida, su título y su preparación podrían arruinarse por algo asi. Ho-gyeong podia ser la líder de Jinyowon, pero era joven y en el fondo temía al poder de las otras familias — El no es de ninguna familia importante, Ho-ram. Nuestra madre estaría tan decepcionado de mi...
— ¡No digas eso Ho-gyeong! — exclamó la menor, horrorizada por el pesimismo de su hermana — Sabes que nuestra madre se casó por amor, ella deseaba lo mismo para nosotras. Estoy segura de que si el también te ama serán muy felices juntos.
La mayor de giro para quedar cara a cara con su hermana. Ho-ram se sintió egoísta al pensar que si bien su amor era algo que podría traer conflictos, también sería la gran unión de dos familias poderosas, mientras su hermana sufría al pensar que su amor podria dañar la reputación y el estatus de Jinyowon solo por los origenes de su amado.
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
— ¿Dónde te habías metido? — le pregunto Min-seo, su única hermana entre los varones Ryu — Tu hermano está como loco. Ordenó un encierro y los mejores lujos para Dam-i. ¡Prácticamente arranco a Myung-dae de los brazos de su madre!
Jun-seo la miro sorprendido. Cada que Min-seo se enojaba con su hermano mayor ella negaba su parentesco hasta que se pasará la furia o Dan-seo se disculpara, cosa que nunca ocurría. El menor de los hermanos se adentro en Baekban en busca de una respuesta a su principal incógnita dejando sola a su hermana. En el hogar de su familia las paredes casi tan rojas como la sangre y resaltaban al alba y el atardecer, cuando la luz del sol parecía más fuerte y uno podría pensar que se encontraba atrapado en un río de sangre.
— ¿Sabes dónde está mi sobrino? — le pregunto a una joven sirvienta que iba pasando en dirección al mercado a buscar un encargo para su señora, Ryu Dam-i.
— El joven amo se encuentra con la sirvienta del amo Dan-seo, amo Jun-seo — explico la joven sin levantar la cabeza al saber el impacto de sus palabras en el menor de los hermanos.
— Maldito idiota... — dijo entre dientes — Puedes irte, gracias.
La joven prácticamente salió corriendo, temerosa de la irá del dragón de fuego de la familia Ryu.
— Tranquilo, ya me encargué de eso — como siempre y por arte de magia, Min-seo se adelantó a los planes de su hermano menor — Myung-dae está con la señora Lee en mi habitación. Lo habrías sabido si me hubieras escuchado un momento más.
— ¿Acaso no se da cuenta que Dam-i podría salir lastimada si se entera? — el realmente no lo entendía. Su hermano decía haberse casado por amor, pero ahora ignoraba a su esposa y dejaba a su único hijo bajo los cuidados de su amante, una simple criada.
— Cada día es peor — la joven suspiro y luego lo miro seriamente — Aún no me dices donde estabas.
— Por ahí — su respuesta la dejo insatisfecha, pero no tenía tiempo para eso.
— Tengo que hablar con el líder Park, no hagas una locura — la menor de los Ryu lo miro amenazadora — Ve a ver a Dam-i, a mí no me dejaron pasar.
El la miro extrañado — ¿Al líder Park?¿Recuerdas que esta enamorado de Do-Hwa, no?
— Cierra la boca — hizo un puchero y le dio un pequeño golpe en el brazo — Tengo algo importante que hablar con el, nada de eso que tu piensas.
La menor se fue y el se dirigió a lo más profundo de su hogar, la habitación principal que daba directo al gran bosque. El cuarto de su cuñada, Dam-i, tenía tonos claros desde los años de las primeras cuatro estrellas y el maestro Seo Gyeong, algo que irónicamente encajaba con la personalidad dulce y paciente de la actual esposa del líder de Baekban.
— A un lado — les ordenó a los guardias puestos en la puerta — ¿No me oyeron? Largó.
Los dos hombres se miraron y se hicieron a un lado, conscientes de que la única persona capaz de igualar a Ryu Dan-seo era su propio hermano menor.
— ¡Gracias al cielo! — exclamó la mujer en cuanto lo vio pasar — Pensé que mi única compañía estos meses serían Dan-seo y Mi-suk.
Suspiro y murmuro — ¿Por qué la tratas tan bien? — negó con la cabeza y se sentó a su lado, en el balcón con vista al bosque — ¿Qué locura se le metió a mi hermano como para encerrarte así?
— Bueno, — la sonrisa en el rostro de Dam-i se hizo más grande y Jun-seo no pudo evitar sonreír también — ¡Estoy embarazada! Tengo apenas unas seis semanas.
Jun-seo no dijo nada, solo se limito a abrazar a su cuñada con un remolino de felicidad y furia en el estómago y la mandíbula tensa.
— ¿Es verdad? Por tu reacción imagino que lo es — mascullo la mujer y suspiro, rompiendo su esperanza de que los rumores dentro de Baekban fueran solo mentiras en el viento.
— No te mereces nada de esto Dam-i — consoló el menor de los varones Ryu — Mi hermano es un idiota.
— No digas eso — ella le dio un pequeño golpe juguetón y se trago sus lágrimas.
Los dos sabían muchas cosas de Ryu Dan-seo, pero solo uno de ellos lo amaba a pesar de todo lo que hizo y haría.
— Imagino que mi hermano ya lo sabe y por eso ordenó todo esto.
Ella rió por lo bajo, pensando en el chico delicado y dulce del que se enamoró hace años — El maestro Heo dijo que sería algo delicado, y Dan-seo quiso tomar precauciones.
El chico bufó, seguro que su hermano encontró la excusa perfecta para que Mi-suk y Dam-i pasarán tiempo juntas gracias al maestro Heo.
El sabía que su hermano no siempre fue así, que en algún momento amo con locura a Dam-i y solo tenía ojos para ella pero los celos y el rencor que sus padres le inculcaron contra la familia real fue lo que lo llevo a tomar lo único que el hermano del rey anhelaba más que nada en el mundo, a una joven de la fortaleza norte que llegó a Daeho para conocer a un buen hombre y casarse. Todo a pesar de que Dan-seo estuvo dispuesto a renunciar a la joven Ko Dam-i para que ella tuviera una vida llena de lujos y placeres que podría darle ser de la realeza.
El líder de Baekban pareció perderse entre profecías, mitos y leyendas en el momento que su primogénito fue declarado como el que controlaría los vientos por la asamblea unánime. Quién diría que dentro de unos meses las locuras de Dan-seo se harían realidad, dejando nada más que ceniza en su hogar ancestral y dolor en el alma de Jun-seo, quién no tendría tiempo para morir con tal de dejar el destino de su familia asegurado, a costa de su amada y su vida.
eclippwze PERDONAME ME TARDE MUCHO
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro