"Hoy era sábado y estaba emocionada.

No sé si tú lo recordabas, pero era nuestro sábado de karaoke. 

Antes salíamos al "DC's Karaoke", pero después tuviste la genial idea de comprar uno para evitar salir, para quedarnos en casa y pasar el tiempo a nuestro gusto. Aún recuerdo la primera vez que estrenamos el karaoke para casa, todo fue sonrisas, abrazos, risas y besos.

Fue lindo mientras duró.

Poco a poco inventabas más excusas para faltar a nuestro día "especial", más bien el único día el que te podía ver sin que te desaparecieras de casa.

Hoy, me prometiste que vendrías.

Preparé de todo con la ilusión de que este día vuelva a ser como antes, tenía muchas expectativas en este día, quería verte así sea por unas cuantas horas.

Pero lamentablemente mis expectativas bajaron a un cero rotundo a recibir tu mensaje.

"Bebé, hoy no llegaré. Tengo mucho trabajo y mi jefe me asignó más. Perdóname, te lo compensaré el próximo sábado."

¿Trabajo?

Los sábados solo trabajabas medio día, y eran las seis de la tarde. Siempre la misma excusa, hasta ya empezaba a acostumbrarme.

Sinceramente dudo mucho que haya un próximo sábado.

Pero, Nay. Me lo prometiste, y me duele que lo hayas echo cuando sabías que ibas a faltar.

Empecé a tirar las cosas por todos lados, estaba enojada y triste al mismo tiempo. Agarré una botella de wiski y la abrí para tomar su contenido.

Me acosté en el sofá, sentía como mis ojos empezaban a nublarse gracias a las lágrimas.

Me dolía Nayeon.

Me dolía que hayas prometido algo y no lo hayas cumplido.

Supongo que es hora de acostumbrarme, ¿verdad?"