La mañana se mostraba cálida, con un sol saliente y alguna que otra nube blancuzca contrastando con el color del manto (ahora) rosado-naranja del cielo. No había autos dando vueltas, por lo que los trinos mañaneros de los pajaros eran algo espectacular de oír.

En el porsche de una casa que tenía girasoles a las orillas, un omega somnoliento miraba hacia el oeste a ninguna parte, abrigado hasta la cabeza, apoyado en el barandal.

Un pajaro voló bajo, casi tocando el suelo. Sonrió mirándolo, segundos luego, elevar su vuelo hasta un árbol no tan lejos y repetir otra vez sus acciones; estaba alimentando a sus pichones con lombrices, y en el nido, el otro pájaro se encargaba de cuidar a las pequeñas criaturas.
Aquello de cierta forma le produjo tristeza, su mente desde que se había levantado daba vueltas sobre el mismo tema.

Se sentía usado y desechado después de pasar mucho tiempo creyendo que podían ser una familia feliz desde el momento en que se enteró de que serian padres. Recordaba las palabras del que era su novio desde los quince, oia su voz cada noche en su cabeza que le repetía lo inútil, inservible, ingenuo e asqueroso que era. El alfa hasta se atrevió a insultar a la cachorra que aun no nacía, llamándola un error en cada una de sus dolorosas frases.

Cuando Park regresó del pueblo esa mañana del sábado (luego de pagar la luz de su casa, con lo que le quedaba de dinero compró un poco de mercaderias y tambien algunas cosas de regalo para el otro omega), se encontró con un YoonGi que lloraba en silencio mirando el cielo, echando su peso de lleno entre una columna de la construcción y el barandal. Inmediatamente dejó las bolsas en el suelo y se acercó a envolverlo en un abrazo, susurrandole al oído un «Estoy aquí contigo» que provocó que el chico también lo abrazara y llorara con más fuerza.

Poco a poco, con el pasar de los minutos sintiendo las caricias del otro chico en su cabello y espalda, YoonGi se fue tranquilizando. Su respiración volvió a ser más pausada, su pulso se normalizó, y avergonzado salió corriendo al interior del baño. Al mirarse en el espejo se dio cuenta de que era un desastre, y se arrepentía de que Jimin lo hubiese visto en ese deplorable estado.

Decidió que una ducha seria mejor y más relajante, así que sin pensarlo demasiado abrió los grifos y dejó que la bañera se llenara hasta arriba con agua. Aprovechando que su bebé dormía plácidamente en su cama desde las ocho de la mañana y teniendo la certeza de que no despertaría hasta más tarde, tenía un buen rato para relajarse.

Jimin no reaccionó en el momento en el que Min salió corriendo, le tomó un par de segundos, pero aun así no lo siguió. Prefirió darle su espacio, aunque sentía muy dentro de sí la necesidad de preguntar qué le había ocurrido.

Tomó las dos bolsas que había dejado en las escaleras y entró a la vivienda. Al rededor de media hora le llevó poner cada producto en su respectivo lugar, y cuando se levantó del suelo luego de guardar unas latas en la alacena bajo la mesada, se encontró con la mirada oscura del otro muchacho bajo el umbral.

—¿YoonGi? ¡Wow,  te ves... te ves muy lindo!—no pudo esconder su asombro ante tan hermosa presencia. El omega llevaba el cabello hacia atrás, sujetado con una vincha blanca con orejas de conejo, vestía un mameluco celeste y sus pies eran cubiertos por un par de pantuflas negras; todo esto, haciendo que Min luciera tan bonito y mimable.

—Gra-gracias.

—Te compré unas cosas... y a la cachorra también. Espero no te m-moleste.

—No hacía falta—murmuró mientras se acercaba a husmear las bolsas sobre la mesa. Park disfrutaba al ver las diferentes expresiones que YoonGi hacía, la mayoría de sorpresa—. Oh, Jimin, por dios ¿de verdad me compraste ropa para omega?

La ropa para omega llevaba ese nombre porque, obviamente, era unica y especialmente para los omegas hombre. La prenda se asemejaba a una Bikini de mujer para meterse a la piscina, solo que ésta simplemente se ponía debajo de la ropa "normal", y tenía  algunos cambios en la parte inferior para mayor comodidad del omega; en cuanto a la parte superior, no se trataba nada más que de un sostén. Los omegas generan mucha leche para el cachorro y el no usar ropa para omega genera mucho dolor de espalda e incomodidad.

Jimin se avergonzó al instante, sintiendo como el calor se apoderaba de su rostro. Quizás se había pasado un poquito, y sentía que Min reprobaba su atrevimiento con la mirada y los brazos cruzados.

—Lo-lo siento. Es que yo...—el dueño de casa se le acercó peligrosamente—, m-mi padre s-solía decirme que es ne-necesario cuando estas amamantando. Yo creí...

Contra todo pronóstico, YoonGi besó la mejilla de Park y le mostró una sonrisa tímida.

—Es lindo de tu parte que te preocupes por mí y mi bebé, alfa.

—¿Alfa?—levantó una ceja con diversión mientras el mayor se alejaba riendose a la mesa—. Oh, está bien, seré tu alfa de aquí en adelante.

—Ese es el sueño de todos los que me ven pasar—alardeó antes de escabullirse en dirección al piso de arriba.