Las saladas y abundantes lágrimas recorrían su tibio rostro, rodeando sus mejillas que estaban coloreadas de un ligero tono carmesí. No podía creer que la había perdido para siempre, se culpaba una y otra vez, creía que todo esto era su culpa y la desataba autolesionándose, puesto que su pecho estaba siendo golpeado por ella misma a puñetazos.

No podía creer que frente a sus orbes color café estaba el cuerpo desfallecido de quien juró proteger con todas sus fuerzas, había roto su promesa y eso la destrozaba. Las lágrimas amenazaban con salir cada vez más, al punto de llegar a la comisura de sus labios y ser probadas por su cálida lengua.

Lamió sus labios aun con las lágrimas en ellos, y se dirigió hacia aquel cuerpo para tomarlo entre sus delgados brazos mientras sus delgadas manos acariciaban las hebras de su cabello corto.

Acercó su rostro hacia el cuerpo y empezó a dejar pequeños besos alrededor del rostro contrario que se encontraba inconsciente y con los ojos medianamente cerrados.

ㅡ San...

ㅡ No, shhh... ㅡ habló la de orbes cafés mientras seguía acariciando el cabello de la criatura que tenía entre sus brazos. ㅡ No tienes que decir nada pequeña. Perdóname tu a mí.

ㅡ Sana, levántate...

La confusión abundó en el organismo de la nombrada, quien, luego de ver el rostro de la contraria vio todo a su alrededor oscurecerse.

ㅡ Sana, despierta.

Su cabeza dolía, trató de parpadear para poder recobrar un poco de campo visual hasta lograrlo y darse cuenta que estaba en un automóvil. ¿Qué estaba haciendo aquí?

ㅡ Ey, Sana, baja del auto.

Vio a su mejor amiga bajar del vehículo, y la siguió. Su cabeza aún no recobraba la conciencia absoluta, por lo que no se habría dado cuenta que estaba frente a su casa si no fuera porque su mirada se topó a su gato blanco sentado en la ventana.

ㅡ Sana, ¿todo bien? ㅡ esta vez fue Momo ㅡ Abre la puerta por favor que hace mucho frío.

La nombrada sacudió su cabeza, tenía mucha confusión mezclada con tristeza. Ese sueño, no; era una pesadilla, y aquello era lo que la estaba agobiando. Hizo caso a la petición de la híbrida e introdujo sus delgadas manos dentro de los bolsillos de su chaqueta para disponerse a sacar las llaves y poder abrir la puerta de su hogar.

La cerradura rechinó mientras la puerta era abierta y dejaba pasar a las tres presentes.

ㅡ Ey, Sana-chan, ¿segura que todo bien? ㅡ habló Dahyun tomando entre sus blanquecinas manos el rostro de la japonesa. ㅡ Te ves pálida y asustada.

Sana asintió con un poco de dificultad, pues ella misma sabía que no se encontraba del todo bien pero no quería preocupar a su amiga. ㅡ Si, todo bien Dubu, solo tuve una pesadilla mientras estábamos en el auto.

La chica de blanquecina piel soltó el rostro de Sana y se dispuso a acompañar a Momo, quien se encontraba sentada en el sofá.

ㅡ Es raro no ver a Jeongyeon por aquí. ㅡ soltó Momo ganándose un golpe con el codo de Dahyun y una mala mirado por parte de la chica, al haber dicho un comentario tan imprudente.

ㅡ No me lo recuerdes, por favor. ㅡ respondió Sana con un tono notablemente triste en su voz.

La japonesa se dirigió a la cocina, sentía su garganta y cuerdas vocales secas, tenía la gran necesidad de hidratarse. Se dirigió hacia la refrigeradora y la abrió topándose con la helada brisa que provenía del frigorífico que empapó su rostro, refrescándola. Dio una mirada rápida en el interior, tomando entre sus manos una lata de bebida energizante, al sacarla su mirada se dirigió hacia una jarra con líquido en su interior, acompañado de rodajas de limón y trozos de fresas. Sus labios esbozaron una sonrisa al recordar que a su Jeongyeon le encantaba prepararse esa bebida. Cerró el frigorífico y camino hacia el sofá donde se encontraban las otras dos chicas.

Una vez que la japonesa tomó asiento a lado de Momo y Dahyun. La hibrida que estaba en la sala se dispuso a hablar.

ㅡ Ya que Sana está aquí, podemos empezar a crear el plan que vamos a seguir para el rescate de Jeongyeon.

Sana asintió lentamente, mientras se cruzaba de brazos demostrando atención al plan que proponía la híbrida de mapache.

ㅡ Bien, en el transcurso a la casa de Sana, recordé que el laboratorio general se encuentra al sur del país, por lo que sería un viaje largo si planeamos ir hasta allí. Por otro lado, el cuartel general de Suho también se encuentra en el sur, pero está alejado del laboratorio. Si queremos ampliar nuestra investigación, debemos separarnos y buscarla en los dos lugares. Pero, quiero advertirles algo... ㅡ el rostro de Momo cambió a uno totalmente serio, modulando entre dientes con un tono de voz seco ㅡ Si decidimos inmiscuirnos en esos lugares, estaremos en constante peligro. Y peligro, me refiero a peligro de muerte, por lo que no debemos estar incomunicadas, aunque nos separemos.

Dahyun estaba atenta y asintiendo en todo momento al escuchar las palabras de Momo. Sin embargo, Sana se quedó totalmente pensativa y procesando la información.

ㅡ Yo iré al cuartel de Suho ㅡ habló la japonesa al hacer contacto visual con la híbrida. Momo la miró con el ceño fruncido, puesto que ella tenía planeado hacer todo lo contrario. ㅡ Lo digo, porque tú conoces el laboratorio de pies a cabeza y puedes buscarla más rápido con la ayuda de Dahyun.

ㅡ Debo admitir que tienes razón. ㅡ bufó la híbrida. ㅡ Pero de todas maneras, tendrás que tener cuidado.

Por supuesto que iba a tener todo el cuidado del mundo, no planeaba irse de ahí sin rescatar a su híbrida, así eso signifique el costo de su vida.

ㅡ Y que va a pasar si Sana encuentra a Jeongyeon, o nosotras la encontramos, ¿cómo vamos a reunirnos? ㅡ formuló Dahyun.

ㅡ Para eso está la comunicación mi querida Dubu, si alguna de nosotras encontramos a Jeongyeon, debemos comunicarnos inmediatamente, ya sea por llamada o mensaje de texto, cualquier cosa sirve. Mientras más seamos en un punto, más rápido podremos sacar a Jeongyeon del lugar en el que se encuentre. De igual modo, tendremos que ser cuidadosas y saber escabullirnos, si nos encuentran podría terminar en fatalidad...

Mientras la híbrida seguía explicando los diferentes puntos del plan, la mente de Sana no pudo evitar pensar en que estado se podría encontrar Jeongyeon en este momento.

¿Estará bien? ¿Habrá comido? ¿Tendrá frío? ¿Estará herida? ¿Tendrá dónde dormir?

Esas y más preguntas atormentaban la frágil mente de la castaña.

Sus parpados dolían al igual que sus extremidades, las cuales se encontraban atadas con una soga hacia una silla de manera. Su pánico aumento al saber que tenía una venda tapando sus orbes y forzándola a ver todo en negro.

ㅡ ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí? ㅡ moduló con un tono de voz inmerso en el miedo y pavor que estaba sintiendo.

ㅡ Tú, tú insignificante criatura. Eres la que provocó todos mis problemas.

Su organismo quedó congelado al oír esas palabras, y sobre todo aquella voz.

Gente, si les gusta el 2yeon, les invito a pasarme por mi perfil y si pueden seguirme, estoy desarrollando otros fics en base a ese lindo ships.

¡Gracias por leer!