— No me molesto Hannie, sólo que no entiendo porque crees que puedes molestarme o que me moleste que te quedes aquí, yo te quiero aquí, y te lo he dicho —JeongHan se sentó y miró al mayor acomodando levemente sus orejitas, por alguna razón el híbrido creía que quizás MinGyu también se cansaría de él y lo dejaría, y eso le dolía en su corazón.

— No quiero que tenga problemas —MinGyu negó y tomó al menor y lo sentó en sus piernas, haciendo que este moviera su colita levemente.

— No tendré ningún problema, ese hombre te dejó solo JeongHan, dijo que no te quería más. Entiende que eso no es cariño, amor, ni nada parecido —JeongHan asintió y abrazó al mayor.

— Yo lo quiero hyung —MinGyu sonrió— Sólo por favor, no se canse de mi.

El mayor frunció el ceño y tomó el rostro del menor entre sus manos, notando que los ojos del híbrido estaban llenos de lágrimas. MinGyu sintió una inexplicable sensación en su pecho al verlo así, durante todo ese tiempo que lo había conocido si bien había sentido un poco de tristeza nunca habia tenido esa sensación en su pecho.

— Nunca me cansaré de ti, lo juro, estarás conmigo el resto de mi vida —Murmuró, haciendo que el menor moviera sus orejitas y al mismo tiempo un par de lágrimas escaparan por sus ojos.

— ¿Me lo promete? —Susurró mientras se ocultaba en el cuello del mayor para que esté no lo viera llorar.

— Lo prometo Hannie, lo prometo de corazón —Acarició la cabeza del menor.

JeongHan nunca había creído que con su dueño anterior se sentiría tan solo a pesar de que estuviera allí, y le sorprendía que con MinGyu fuera completamente diferente, se sentía querido y por primera vez no se sentía solo y eso le gustaba, por lo que no quería dejar de sentirse de ese modo.