𝗗𝗘𝖴𝖷
La primera ves que JungSu vió a HyeongJun fue cuando este se mudó a su nuevo departamento, el pequeño estaba en su forma animal temblando fuera de la puerta de la casa de su dueño —según creía JungSu— para luego ver cómo el hombre abrió la puerta y lo empujo más lejos, haciendo que el pequeño conejito sólo se alejara levemente.
En ese momento JungSu no hizo nada, le daba un poco de miedo meterse en problemas con ese hombre, pero luego de ver que habían pasado alrededor de dos horas y el conejito continuaba afuera se acercó a él y pequeño solo dejo que el mayor lo acariciara, algo que hizo que el corazón de JungSu doliera un poco, ¿por qué ese hombre trataba de esa forma a un animal tan bonito y cariñoso?
JungSu no quería que el dueño se molestara con él, por lo cual solo le dejó algo de comida y agua y volvió a su departamento. Definitivamente JungSu no conocía ni quería conocer a ese hombre, pero eso no quitaba que no quería que se moleste con él por darle comida a su mascota.
Luego de un par de horas JungSu oyó un leve golpe en la puerta de su departamento, haciendo que en un comienzo se sintiera confundido, pero luego se acercara y abriera la puerta, allí afuera estaba al pequeño conejito mirándolo esperando que lo dejara entrar. Salió y tomó las cosas en las que le había dejado comida al conejito y las entró a su departamento junto con pequeño.
Para que JungSu se diera cuenta de que JunHan era un híbrido pasaron un par de meses, en los cuales él había estado cuidando del menor mucho tiempo. Al parecer a su dueño no le interesaba donde estaba el pequeño cuando desaparecía por una o dos semanas.
— Hyung —Murmuró el menor, estando con su cabeza apoyada en las piernas del mayor. Desde que se habían conocido y el pequeño presentado en su forma humana tenía una pequeña mala costumbre de dejar que el mayor acariciara sus orejitas.
— Dime —Miró al pequeño, haciendo que el minino moviera levemente sus orejitas y tomara aire.
— No quiero molestarlo hyung —Apretó sus labios— ¿En serio puedo quedarme aquí? —JungSu frunció el ceño— No se moleste hyung. —Hizo un pequeño puchero, haciendo que el mayor simplemente acariciara el rostro del menor intentando buscar las palabras adecuadas para que el menor sintiera que él realmente adoraba que estuviera allí.
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