♡˚۪ꦿCapitulo 13៹
—Ugh — Soltó un quejido Mingyu abriendo sus ojos al despertar, teniendo una dificultad para respirar, frunció el ceño y notó que lo que estaba provocándole aquello era tener a wonwoo durmiendo encima suyo, la nariz del rubio estaba escondida en su cuello y lo abrazaba tiernamente. Mingyu sonrió enternecido y aquella sensación cálida regreso a él. Acarició suavemente la espalda de wonwoo hasta que esté comenzó a removerse poco a poco despertando por los suaves toques en su espalda.
—Buenos días — Dijo wonwoo con su voz roca mañanera, mientras se enderezaba y acomodaba aún lado de él.
—Buenos días — dijo mientras se estiraba y se sentaba en la cama. —Al parecer dormiste bien.
—¿Uh? Sí... — Wonwoo se sonrojó haciéndolo lucir más tierno.
—Bien, hay que ducharnos que tenemos una cita programada para hoy.
Al terminar de ducharse wonwoo, Mingyu ingreso y ambos cuando ya estaban listos bajaron a desayunar encontrándose solo con quien no paraba de felicitarlos por su "Relación". Mingyu le había pedido una cita ya que al día siguiente tendrían que volver a sus hogares. Mingyu y el planearon que harían este último día en Seúl.
—¿Y si vamos a un parque de diversiones? — preguntó wonwoo —O mejor a ¡las maquinitas! — dijo entusiasmado.
—¿Eres un niño? — preguntó dándole un sorbo a su café.
—Eres un amargado — Se cruzo de brazos —. Es divertido, woongyu y yo amamos ir a los parques de diversiones — comentó —Hazlo para que pueda perdonarte y las cosas queden de maravilla entre nosotros.
—¿Pero no estábamos bien ya? — Preguntó y al ver el tierno puchero y ceño fruncido de wonwoo. —Bien ¿Qué quieres que haga para que me perdones?
—Tienes que decirme si a todo. — wonwoo sonrió travieso.
—Acepto, pero con una condición.
—¿Qué condición? — preguntó.
—Luego yo elegiré un día y deberás decirme si a todo.
—Eso suena justo, está bien — Ríe.
—Perfecto, ¿A dónde quieres ir?
—¡De compras! — dijo —Vamos de compras, querido jefecito. — dijo listo para su cita con el mayor.
—No debiste molestarte en comprarle tantos juguetes a mi hijo — levantó las bolsas que llevaba en sus manos, en un principio wonwoo solo fue por un par de juguetes para su pequeño, pero Mingyu al final termino por comprarle carritos, legos, figuras de acción e incluso ropa. Al final termino aceptando todo y agradeció con una sonrisa apenada.
—Está bien, yo quise hacerlo. — Le da una ligera sonrisa y lo ayuda a guardar las bolsas en su auto, luego de eso Mingyu propuso cenar juntos.
Luego de unos cuantos minutos, encontraron una feria, donde había muchos puestos de comida al parecer de muchos países. wonwoo adoraba aquello, pero mingyu miraba como cocinaban al aire libre con una expresión de desagrado.
—Bien, comeremos aquí. — wonwoo miró la cara de disgusto de Mingyu y con más razón comerían ahí. No morirá por comer algo que no proviene de un restaurante de cinco estrellas.
—Ah, se me fue el apetito.
—Mingyu, sí a todo, sí a todo. — wonwoo pidió tacos al final.
—Moriré intoxicado — Mingyu pago la comida y wonwoo sonrió entregándole su taco, se veía delicioso a los ojos de wonwoo.
—Come, come, no te hagas el fino aquí — wonwoo devoro sus tacos, mientras Mingyu tardo más en comerlo —¿Y bien? ¿Te gustó?
—Es pasable... — dijo mientras miraba a wonwoo de reojo y este le estaba viendo con una sonrisa tierna, tanto que le causo un sonrojó al mayor.
—Eso me alegra — empezó a caminar, ya había anochecido, Seúl era un lugar muy iluminado, el lugar estaba lleno de atracciones, ya daban las nueve de la noche.
—Mira allá están los jodidos juegos que querías — dice y wonwoo sonríe —. Vamos — Mingyu le toma de la mano y wonwoo estaría mintiendo si decía que no le gusto aquel gesto del mayor.
Ambos tomados de la mano empezaron a recorrer la feria mirando algunos puestos y juegos, la vista de wonwoo cayó en un puesto de insertar aros en las botellas, pero eso no fue lo que en sí le llamo la atención, si no aquel bonito peluche de Pororo, quería ese peluche, quería ganarse ese peluche para su pequeño, wonwoo sabía cuánto adoraba woongyu a ese personaje animado.
Mingyu se dio cuenta de ello y jaló a wonwoo hasta ese puesto, una amable señora les dio las indicaciones y le entrego a Mingyu aros que debía insertar en las botellas.
—Necesito ese peluche de Pororo — señala aquel tierno y esponjoso peluche de pingüino.
—Eres un mañoso — Mingyu no se iría de allí sin conseguir el maldito peluche para wonwoo. Lanzó el primer aro y entro en la botella, el menor empezó a dar saltitos de alegría.
—¡Vamos Gyu! ¡Ese peluche tiene que ser nuestro! — lo alentó y el mayor sonrió victorioso al ver cómo inserto todos los aros en las botellas. La señora le felicito y le entrego el peluche.
—Soy un ganador. — Miró a wonwoo con una sonrisa victoriosa y le entrego el peluche, un pequeño brillo en sus ojos destacaban y con eso Mingyu se dio por satisfecho.
Wonwoo le agradeció al mayor y luego de aquello caminaron a la salida ya era tarde. Mingyu tuvo la iniciativa de tomar la mano libre de wonwoo, ya que con la otra cargaba el peluche que había ganado para él.
El camino de regreso fue tranquilo, una vez bajaron del auto, Mingyu continuó contándole una anécdota de hace unos años, pero wonwoo simplemente se encontraba mirándolo completamente hipnotizado por la alegría que el mayor trasmitía.
Se sentía afortunado de poder conocer a ese lado de Mingyu, el que probablemente, la mayoría de las personas con las cuál él ha salido no conocían. Wonwoo no quería ser uno más de su lista, quería ser especial y no veía nada malo en eso. Pero a su vez tenía miedo de que todo sea una ilusión.
Por el lado de Mingyu, el ambiente que le daba wonwoo lo hacía sentir como en casa, aunque él no tenía claro lo que significaba tener un hogar ya que de pequeño el único amor que recibió fue el de su hermana y nada más.
Wonwoo algo tímido le agradeció por la cita, y se dirigió a su habitación. Una vez entro a ella se dirigió al gran ventanal, tratando de ahuyentar los malos y negativos pensamientos que rondaban en su cabeza.
—wonwoo, no te ilusiones, no te ilusiones, no te ilu... — No pudo seguir susurrando cuando sintió unas manos firmes tomar su cintura rodeándolo y pegándolo hacia él.
—No voy a negarte que esperaba que me pidieras una típica cita romántica y que yo te besara apasionadamente en cuanto terminara — susurraba en su oído —. Pero realmente está fue la mejor cita de mi vida, sin beso, pero me diste recuerdos felices que no podré olvidar nunca. Gracias por eso dulzura y perdón por ser un jodido idiota contigo. Seré un buen hombre para ti, lo prometo.
Espero y les guste.
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