[Bloody Mary]

Allison Argent y Lydia Martin se encontraban hablando en los casilleros, hasta que algo llamó la atención de ambas. La llegada de unos gemelos cautivó a la mayoría de los presentes, usaban chaquetas de cuero y llevaban unos cascos en sus manos, señalando que conducían motocicletas.
Lydia estaba segura de que había encontrado a alguien con quien divertirse.

De pronto, toda la atención fue alejada de ellos y llevada hacia una hermosa joven que se encontraba de pie en la entrada de la escuela, se había quedado mirando el suelo con una expresión indescifrable, pero luego levantó la cabeza y sonrió, avanzando a paso confiado.
Su caminar hizo que muchos se quedaran hipnotizados, mirándola atentamente.

Lydia y Allison quedaron boquiabiertas al verla, la primera pensando que sí o sí debían ser amigas.

Scott Mccall y su mejor amigo, Stiles Stilinski, iban caminando por los pasillos, hasta que el segundo mencionado se quedó helado en su lugar, observando un punto fijo.

—¿Y ella quién es?—cuestionó con los ojos bien abiertos, haciendo que Scott siguiera su mirada.

Ahí estaba ella, caminando por los pasillos hasta llegar a su casillero seleccionado. Al pasar al lado de ambos chicos, los miró de reojo, esbozando una sonrisa ladina.

—No lo sé...

—Amigo, creo que me enamoré—comentó Stiles sin aliento, pero Scott parecía demasiado concentrado en otra cosa.

—Es algo extraño... Siento otra presencia, pero no es de hombre lobo—dijo con el ceño fruncido y su mejor amigo lo observó confundido—No entiendo qué es ni de donde viene.

Sin saber qué decir, Stiles simplemente siguió observando a aquella chica que se había llevado toda su atención.
Chaqueta de cuero negra, un top y unos jeans del mismo color con un cinturón. Su cabello era de un color castaño y tenía unas ondas en él.

—Tiene demasiado estilo—susurró el chico Stilinski.

La campana sonó y todos se dirigieron a sus salones.
Allison había estado tratando de evitar a su ex, pero el único lugar libre que había en la parte de delantera era adelante de él, por lo que tuvo que hablarle de todos modos.

De manera repentina, los teléfonos de todos los presentes sonaron con notificaciones, haciendo que con confusión lo sacaran para verlos.

—El mar estaba cubierto por una densa faja de nubes negras y la tranquila corriente qué llevaba a los últimos confines de la tierra fluía sombríamente bajo el cielo cubierto, parecía conducir al corazón de las inmensas tinieblas—una mujer se adentró en el aula, leyendo el mensaje que le había enviado a todos los alumnos—Esta es la última línea del primer libro que vamos a leer, también es el último mensaje que leerán en esta clase. Apaguen sus teléfonos, todos.

Mientras que los demás hacían caso ante las palabras de la profesora, otra  figura femenina apareció por la puerta, haciendo que todos la miraran.
Scott, Stiles, Allison y Lydia alzaron una ceja al verla. Era la chica del pasillo.

—Ah, tú debes ser Roseanne—la profesora sonrió al verla y le hizo una seña para que avanzara—Chicos, ella es su nueva compañera, Roseanne Norwood. Espero que le den una buena bienvenida.

Roseanne levantó su mano derecha e hizo un gesto de saludo. En su dedo índice había un precioso anillo.
Sin pensar bien lo que hacía, Stiles imitó su acción, haciendo que la mirada de la chica cayera sobre él y soltara una risita.

—Por favor, Roseanne, toma asiento.

La mencionada agradeció por lo bajo a la mayor y se dirigió al único asiento que se encontraba libre, el cual estaba más al fondo del aula.

Los minutos pasaron, Scott tuvo que irse por un llamado importante y la clase ya había comenzado, hasta que un fuerte ruido hizo que los presentes se sobresaltaran. Un cuervo había chocado contra el gran ventanal.
Roseanne observó todo en silencio, viendo como una bandada de cuervos volaba en su dirección.
Todos chocaron contra los vidrios y éstos pronto se rompieron, los cuervos se adentraron en el aula y se formó un caos tremendo.

—¡Al suelo! ¡Al suelo!—gritó la profesora y todos se lanzaron al suelo, mientras que los cuervos volaban por la sala y los lastimaban.

Stiles se apresuró en proteger a Lydia y observó de reojo en donde Roseanne se encontraba. La chica igual se había lanzado al suelo para protegerse, pero no se veía alterada, cosa que lo extrañó.

Cuando las cosas se calmaron y llegó ayuda para revisar lo que había pasado, Stiles se acercó a paso lento hacia Roseanne, quien estaba cruzada de brazos en una esquina.
Su cabello estaba algo desordenado, pero aún así se veía bien, y lo raro era que no tenía ni un solo rasguño.

—Hey—Stiles llamó su atención y los oscuros ojos de la chica se posaron sobre él—Tienes...

Y el chico extendió su brazo para sacarle una pluma del cabello a Roseanne, haciendo que ella abriera la boca y luego riera.

—Vaya, gracias—comentó agarrando la pluma qué Stiles le había extendido y la observó—Curioso... Esto es muy extraño.

—¿También lo crees?—cuestionó Stiles intrigado y Roseanne asintió con la cabeza.

—Por supuesto. He visto que los animales se han estado comportando muy extraño últimamente y siempre me han dicho que cuando eso pasa, es porque algo se aproxima.

Los ojos de Stiles brillaron al oír eso. Así que ella creía lo mismo que él, fascinante.

—¿Y qué crees que se aproxima?—indagó aún más. Quería saber lo que Roseanne pensaba de todo eso y enterarse si es que ella sabía algo.

Roseanne llevó una mano a su barbilla, haciendo una mueca pensativa.

—Uhm, bueno... Suelen decir que es cuando pasan terremotos o cosas así, pero yo no estoy muy segura de qué pensar.

Stiles asintió y soltó un suspiro, pero se quedó quieto cuando se percató de que los ojos de Roseanne lo observaban fijamente.

—Uh... ¿Ocurre algo?

—No, es que tienes...—Roseanne alzó mano para guiarla hacia el rostro de Stiles, tocando su frente. El chico la miró confundido, hasta que vio la sangre en sus dedos.

—Oh, sí. Me hice daño al proteger a Lydia de los cuervos—respondió esbozando una sonrisa orgullosa, pensando que había sonado como un héroe o algo por el estilo.

—Ya veo—Roseanne sonrió, observando la sangre en sus dedos—Eso es muy heroico de tu parte.

Stiles abrió sus ojos en demasía, casi parecía que ella le había leído la mente.
Una sincera sonrisa se formó en sus labios, feliz de escuchar esas palabras.

—Gracias, Rose.

La mencionada alzó una ceja con diversión.

—¿Rose?

El chico se alteró al ver su expresión y trató de excusarse.

—D-Digo, es un apodo que te puse, espero que no te moleste—balbuceó con nerviosismo y Roseanne rió.

—Está bien, no te preocupes—sonrió ella—Me gusta.

Stiles le sonrió una vez más antes de despedirse de ella y darse la vuelta.
Cuando nadie la estuvo mirando, Roseanne llevó sus dedos con sangre a su boca y los chupó, sonriendo de lado.

☾︎

Allison y Lydia estaban en los casilleros, discutiendo sobre lo que había pasado, hasta que una chica se acercó a ellas, lucía algo alterada.

—¿Dónde está Scott Mccall?—preguntó ella—Eres Allison, ¿cierto?

La mencionada frunció el ceño, confundida.

—Sí, ¿cómo sabes...?

—¿Dónde está Scott?

—Tuvo que irse, se suponía que regresaría a clases...—y antes de poder seguir hablando, la contraria la tomó fuertemente por la muñeca. Lydia la miró molesta.

—Oye, más te vale no hacer contacto físico.

Pero lo mismo ocurrió con ella, la otra chica las tomó a ambas por la muñeca con fuerza.

—Disculpen, ¿sucede algo?

Las tres voltearon a ver a Roseanne, quien se les había acercado, mostrándose preocupada por lo que había visto.

—Es mejor que no las agarres tan fuerte—le dijo la chica Norwood agarrando los dos brazos de la de tez morena, dejándola sorprendida, pero no pudo decir nada ya que algo a lo lejos llamó su atención.

Los gemelos se encontraban mirándola fijamente, así que decidió no decir nada y simplemente trató de librarse del agarre de Roseanne, pero no pudo.

—Oye, ¿podrías soltarme? Debo irme, por favor—le pidió desesperada y Roseanne alzó una ceja.

—De acuerdo, pero no vayas por ahí haciendo lo mismo.

Luego de dejarla libre, la contraria salió corriendo de inmediato, dejando el lugar. Roseanne volteó hacia Lydia y Allison con preocupación.

—¿Están bien, chicas?

Lydia guió su mirada hacia su muñeca, viendo que le habían quedado unas marcas.

—No, me lastimó...—respondió mostrándole su brazo a Roseanne, quien miró con atención. Al escuchar eso, Allison observó su propio brazo, viendo que le habían quedado las mismas marcas.

—A mí también.

—La gente de hoy en día es muy agresiva—refunfuñó Roseanne y Lydia soltó una risita.

—Hablas como una anciana—se burló, pero luego le sonrió con sinceridad—Gracias por tu ayuda. Soy Lydia Martin, es un gusto.

Allison se sumó a la charla, también sonriéndole a Roseanne.

—Sí, muchas gracias por ayudarnos. Yo soy Allison Argent.

—¿Argent?—se interesó la castaña y Allison asintió, confundida.

—Así es... ¿Por qué?

—No es nada, es un lindo apellido—le restó importancia, esbozando una sonrisa hacia ambas—Un gusto conocerlas, chicas. Son muy lindas.

Las sonrisas de Lydia y Allison se ampliaron al oír eso. Apenas conocían a Roseanne y ya les agradaba mucho, tenía estilo y su actitud era genial.

—Hay que sacarlas a las dos de aquí, la escuela puede esperar un día—un hombre mayor de bigote y barba se acercó a las chicas, pero se quedó observando a la cara que desconocía—¿Eres amiga de mi hija? Creo que no nos conocemos.

—Bueno, nos acabamos de conocer, pero su hija ya me agrada—sonrió—Soy Roseanne Norwood, es un placer.

—Chris Argent, padre de Allison—se presentó el hombre y Rose enarcó una ceja—¿Norwood? Nunca había oído ese apellido por aquí en Beacon Hills.

—¿En serio? Supongo que no somos conocidos—Roseanne hizo una mueca de tristeza y Lydia soltó una risita. Chris simplemente la miró divertido.

Luego de eso, Lydia y Roseanne le dieron su espacio a Chris y Allison para que pudieran tener una charla de padre e hija.
Cuando ambos se acercaron a las dos chicas, Chris sugirió que Roseanne se fuera con ellos y ella aceptó, entonces los cuatro salieron de la escuela.

☾︎

—Este es perfecto.

Lydia comentó decidiendo por un tono rosado, pero Allison no se veía convencida. Roseanne las observaba cruzada de brazos.

—No lo sé, aún creo que sería mejor un tono azul—discutió su mejor amiga y luego ambas voltearon a mirar a la tercera.

—¿Tú qué piensas, Rose? Eres el voto decisivo.

Pero no recibieron respuesta alguna, Roseanne se encontraba mirando fijamente algo frente a ella. Las chicas siguieron su mirada y ambas se sorprendieron al ver que las marcas de sus brazos se complementaban, parecía significar algo, o al menos, eso pensó Allison.

—Hay que ir a buscar a Scott.

Roseanne frunció el ceño, confundida.

—¿Quién es Scott? ¿Por qué lo buscan a él?—cuestionó la castaña y Allison se quiso golpear a sí misma. Había olvidado ese pequeño detalle.

—No es nada... Deberías volver a casa, Rose. Mañana nos veremos en clases.

Lydia miró confundida a su mejor amiga y luego regresó su mirada hacia Roseanne, quien se mostró normal.

—De acuerdo, nos vemos mañana.

Roseanne se despidió de ellas y se fue. Cuando quedaron solas, Lydia y Allison intercambiaron miradas.

—Eso fue rápido.

—Y extraño.

Saliendo del lugar, la sonrisa de Roseanne se convirtió en una maligna mientras que sus ojos se tornaban de un color rojo.