Los golpes a la puerta hicieron que se despertara de inmediato, no podía creer que aquella persona fuera tan insistente, y se preguntaba de quién se trataba la visita.

A Taehyung lo que menos le gustaba era que lo molestasen un viernes por la mañana y sobretodo si se trataba de algo que no fuese de importancia. Mucho menos era agradable que lo molestaran justo el día que planeaba no asistir a la universidad y quería descansar solo por un día por que ya había entregado todo lo que le hacía falta.

Pero parecía que la persona afuera no quería dejar de fastidiar.

Taehyung se incorporó de mala gana, sentándose en la orilla de su cama y sintiendo como el frío de la mañana abrazaba su cuerpo.

Los golpes aún seguían insistentes, por lo que resopló molesto, y con el ceño fruncido y los pies descalzos se dirigió a la puerta de su dichoso departamento.

—¡¿Quién carajos toca a las cinco de la mañana?!—gritó molesto cuando estaba a punto de abrir la puerta, ¿quién dem—y la pregunta se disipó por completo.

Se quedo en silencio, allí no había absolutamente nadie. Por unos instantes el enojo y la rabia estaban a un segundo de llenar todo su cuerpo, pensaba que seguramente había sido Jung Hoseok su vecino de enfrente quien lo había molestado, pues a ese vecino suyo le gustaba hacer a veces pequeñas bromas. Tenía que hablar con él y decirle con su mejor sarcasmo lo mucho que le encantan sus bromas, pero antes de que pudiera ir a reclamar un pequeño estornudo lo saco de su extrema furia, haciéndolo sentir desconcertado.

Su mirada fue a dar hacía el suelo y allí fue cuando se sorprendió, una pequeña canastilla blanca, y dentro de ella mantas de color celeste y rosa pastel.  Esas suaves mantas cubrían a una hermosa pequeña que lo miraba a los ojos con mucha curiosidad, no comprendiendo nada del mundo que la rodeaba.

Taehyung dedicó un par de minutos a apreciarla. Sus cabellos apenas crecían y eran azabache como la noche, sus ojos brillantes y completamente negros, no tenía dientes y aún así parecía querer darle una sonrisa. Era una bebé muy bonita que le había robado en un instante el corazón.

Un segundo.

¿Quién deja a una bebé en frente de la puerta del departamento de un chico universitario como Kim Taehyung?

—¿Hola?—le preguntó y, por razones demasiado obvias la bebé no contestó, más no tardó en darle una elevación de sus comisuras que el chico tomó como respuesta.

El peli castaño miró por el pasillo, pero nada. No había rastros de que hubiera alguna persona alrededor, y claro ¡era viernes!, y algunos también planeaban no asistir a clases al igual que él.

Pero aquí el dilema era aquella bebé que aún lo miraba con esos profundos ojitos obscuros.

—¿Quién te dejo aquí pequeñita?—Taehyung era un omega muy dulce, o eso decían sus amigos. Y aunque no sabía el porqué, esa pequeña estaba despertando su instinto maternal, algo que no pasaba mucho—. No veo alguna nota...

Se puso de cuclillas y levantó el canastillo con la bebé dentro que aún lo miraba curiosa mientras se chupaba sus pequeños dedos de la mano. Se percató de que la nota se encontraba en el suelo por lo que con sumo cuidado de no dejar caer a la pequeña la tomó con una mano para poder así leerla.

«Por favor cuida de ella, no puedo hacerlo yo, ni mi pareja. Te la dejo en tus manos, su nombre es Nateon. Te lo pido de todo corazón, cuídala bien, sé que estará en buenas manos»

Taehyung termino de leer y suspiró.

—Tendré que hacer algo—miró a la bebé—, ¿crees que quieran adoptarte, pequeña?

Y así comenzaría una pequeña aventura para Kim Taehyung.

©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5