❍ Capítulo 9
De normal dormía bastante bien, sin problema alguno, aunque en esta ocasión era un poco más diferente, no solo porque la puerta de mi habitación estaba abierta, que de normal está cerrada, sino que mis padres estaban hablando un poco fuerte y por el tono, les notaba preocupados.
Podía entenderlo, al desaparecer casi un día entero, ellos estaban paranoicos y les daba un poco igual que me hubieran salvado los monstruos, ellos seguían porque se repetían una y otra vez que no todos iban a ser buenos.
Suspiré cansada, haría mi función de escuchar más o menos lo que decían, pero estaría centrada en otras cosas como desayunar, vestirme y hablar con mis amigos en el grupo que teníamos creado. Ahí era más interesante la conversación, sobre todo porque Carol y Zen la habían liado.
Meditación (Zen)
A ver, sé que nos dijisteis de no ir.
Pero nos la sudó un poco la verdad
Enviado a las 10:05 a.m
Carolina
No me culpéis de nada, la idea es de este
idiota.
Enviado a las 10:05 a.m
Me quedé sorprendida, la verdad me lo esperaba un poco de ellos dos, porque eran muy curiosos y les encantaba explorar y conocer todo lo desconocido. Por otro lado, me di cuenta de que no fui la única que descubrió algo nuevo, que poco habían tardado en moverse para descubrir algo de los monstruos.
Dejaría el móvil a un lado para preparar la mochila y, una vez lista, volvería hablar por el grupo.
Bueno, entonces ¿vamos allí? o qué
Enviado a las 10:15 a.m
Carolina
Ok
Enviado a las 10:16 a.m
Meditación (Zen)
OK
Enviado a las 10:20 a.m
Carlos
Voy ya
Enviado a las 10:20 a.m
Elena
Sipi
Enviado a las 10:21 a.m
Trampas (Maria)
Es la tercera vez que me dormí en cama, ya
puede valer la pena ir allí
Enviado a las 10:23 a.m
La idea era llegar a las diez y media, pero conociendo a algunos del grupo que les encanta perder el tiempo, entretenerse o dormirse incluso, era normal que llegaran a menos cuarto, es por ello que llegué la primera y me sentaría en un banco, cerca de su barrio, para estar con el móvil y esperar a mis amigos.
¿Era buena idea estar sola en un barrio de monstruos? Capaz no, capaz mi confianza por aquellos chicos era muy alta y me estaba dejando llevar un poco, pero no sentía miedo, lo que si me sentía era vigilada y bastante.
De vez en cuando miraba hacia atrás, me sentía un poco preocupada, realmente no es que tuviera miedo como ya dije, pero no negaba que a lo mejor una humana por este sitio no era aún bien visto porque recién habían llegado y no estaban listos para las visitas.
Distraída, el móvil caería de mis manos, lo que me haría despertar de mis pensamientos y ponerme al buscarlo, pero no estaba, había desaparecido por completo, como por arte de magia.
-Genial, ahora ya no solo estoy sola, sino que incomunicada - Susurré algo molesta, aunque también sorprendida, ¿había desaparecido por arte de magia? ¿O acaso desapareció por culpa de un monstruo que usa magia?
-Buenas Ursula - Giré un poco mi cabeza para ver a Carlos, suspiré de alivio, al menos ya no estaba sola. -. Puntual, como de costumbre.
-Me alegra verte, justamente mi móvil desapareció por arte de magia... Solo se me cayó y no lo encuentro, o sea, es estúpido porque tendría que estar aquí y...
-Estamos en una zona de monstruos - Me recordó Carlos. -, es posible que nos estén viendo y hayan robado tu móvil a posta.
-Ah... También pensé en eso.
-Tranquila, estoy yo - Se sentaría a mi lado. -, cualquier cosa que ocurra, se las tendrán que ver conmigo - Ante su comentario, me quedé un poco confusa.
-No pienses que van a pegarnos o algo así, tipo, si quieren estar aquí, lo menos que buscaran es violencia, si no, no estarían aquí - Expliqué con calma.
-Bueno... Capaz que si puedan robar, como tu móvil - Explicó Carlos.
-... Pues... Mi móvil no tiene contraseña - Carol puso la mano en la cara.
-Eso si es un problema.
-¡Buenas, buenas!
Elena saludaba con alegría y paso ligero, llevando una mochila azul en la que estaba muy segura que tendría varios medicamentos u objetos de medicina, siendo ella, era muy posible. Al estar a nuestro lado, comentaría los pequeños descubrimientos que había hecho sobre sus estudios y pequeños documentos sobre los monstruos.
No iban a tardar mucho en llegar Carol y Zen, siendo la última Maria que era la que más dormida estaba, despeinada y una ropa algo holgada, bostezaría en frente de nosotros y nos miraría con cara de pocos amigos, molesta, cruzándose de brazos.
-Bueno ¿vamos? - Preguntó rápido.
-No podemos entrar así como así al barrio como si fuera entrar en nuestra casa, no sé si entiendes - Hablaría Elena con calma.
-Ya... Bah - Respondió cansada para tumbarse parcialmente en el banco.
-Os tenemos que comentar lo que nos pasó y luego Ursula, así podemos analizar un poco la situación ¿no creen? - La idea de Carol no era del todo mala.
-Entonces empezad, somos todo oídos - Diría con atención Carlos.
Asgore, cuando dijeron el nombre nada más empezar la historia fue cuando puse bastante atención, porque según lo que dijeron, era el rey del cual estuvo casado, aunque actualmente andan divorciados, igual que con Toriel. Tenía la confianza que ellos dos estaban involucrados.
Al describirnos el lugar, me quedaría muy sorprendida e intentaba hacerme una imagen en mi cabeza, debía de ser precioso y les envidiaba, por no decir que tenía ganas de ir al lugar.
Y ahora me tocaba explicar, lo mío no era muy interesante, aunque podía ver su interés, a excepción de Maria que posiblemente se había dormido de vuelta, sea como sea, cuando terminé de explicar todo, me di cuenta de que Maria empezaría hablar con cierta vagancia en sus palabras.
-Bueno conocéis al rey y a la posible reina de los monstruos, ¿qué mejor comienzo puede ser? Podemos entrar y si nos dicen algo, les contestamos con "somos amigos del rey" es como si dices que eres vip en un local, ¿entienden?
-No podemos abusar de eso - Contestó Carlos molesto.
-Me da igual, queréis entrar ¿no? Pues ya está - Se pondría bien en el banco, sentándose con calma para mirarnos aun con ese cansancio. -. ¿Nos movemos?
-No, no vamos a decir eso, vamos a entrar y vamos a ser educados - Contesté algo molesta, María me miró con seriedad y vagancia.
-Pues como queráis, yo os seguiré igual.
-En el caso de los veamos, pues nos presentamos y así conocemos el barrio acompañado por ellos ¿no? - Preguntó Elena curiosa.
-Chicos, recordad esto, Alphys, la profesora, también habló de nosotros, capaz quieran conocernos y vernos - Diría Carol mientras ponía la mano derecha en su mentón.
-O simplemente podéis entrar y ya.
Una voz grave nos llamaría la atención a todos, girándonos de golpe para ver un monstruo, este era distinto a los que había visto. Era un esqueleto, mostraba una sonrisa amplia, vestido con una sudadera azul larga con unos pantalones cortos negros con unas líneas blancas verticales en los lados del pantalón, no solo eso, era muy gracioso ver unas pantuflas rosadas cubriendo sus pies.
-Dime que no estoy fumada - Susurró Maria con una ceja arqueada. -. Tío... Que es real, que es un esqueleto con sudadera azul y pantuflas rosas.
-Sois el primer grupo de humanos que veo y es lo más curioso que he visto en mi vida - Comentó el esqueleto mirándonos de forma curiosa. -. Una es una vaga, otro parece luchador, dos hermanos emos y dos chicas bastante calmadas y amables
-¿Lo de emo iba por nosotros? - Preguntó Carol sorprendida.
-Me ha dicho vaga, que sorpresa- Soltó Maria sin darle importancia a lo que ocurría.
-Bueno ya sabe que lucho - Susurró Carlos.
-Me imagino que si estáis aquí es para conocer el barrio y sus habitantes - Comentó el esqueleto con calma. -. Pues lo siento mucho, el barrio cierra los fines de semana - Todos nos quedamos sorprendidos. -. Es una broma, pero no os sorprendáis que estén la mayoría dormidos aún.
-Ja, ya duermen más que yo - Se molestó Maria, poniendo las manos en la parte trasera de su cabeza.
-¿Entonces podemos entrar? Simplemente es por curiosidad, hemos conocido algunos de ellos y...
-¿Eres Ursula? - Preguntó el esqueleto, interrumpiéndome. Afirmé con mi cabeza. -. Ahhh... Sí... Nos hablaron de ti... Varios, de hecho, ya te hiciste famosa.
-¿Famosa? - Pregunté incrédula.
-Un gusto conocerte, nos hablaron varios de ti y de tu grupo, podéis entrar sin fallo - Comentó con calma. -. Por cierto, mi nombre es Sans, un gusto - Este daría la mano con calma con una sonrisa amplia.
-El gusto es nuestro - Respondería con calma y, a punto de darle la mano, Maria aparecería de golpe para impedir el apretón de manos y sacar de la mano del esqueleto un cojín de pedos. -. Ah... ¿Qué?
-¿A ti te gustan las bromas? - Preguntó Maria con cansancio. -. Esas bromas las hacía yo, pero veo que no soy la única.
-Je, al fin me descubren, me temo que tendré que cambiar mis métodos - Podría ver en aquel esqueleto una sonrisa amplia.
-A mí me gustan esos juegos y he de decir que eso ha sido de principiante - Confesó Maria... ¿Sonriendo un poco? -. Ya me entró curiosidad... Soy María, un gusto.
Se mirarían por un momento los dos, literalmente los dos estaban en la misma posición, postura relajada, manos en el bolsillo... Demonios parecían ir vestidos casi igual, era sorprendente como parecían ser la misma persona, pero de distinta raza.
-Bueno, chicos, ¿nos movemos? Me está llamando la atención este barrio - Pidió Maria con una sonrisa calmada.
-Tu eres una cara dura, que remedio, eres de lo peor Maria - Contestó Carlos algo molesto, cruzándose de brazos, a lo que Maria se reiría con calma y yo sonreiría con suavidad.
Todosnos podríamos en marcha, siguiendo aquel esqueleto misterioso en el que nosenseñaría el barrio, comenzando por unas pocas casas en nuestro alrededor en laque veríamos algunos vecinos curiosos mirándome. Si bien todo era muy calmado yparecía ir todo bien, aun no me olvidaba del móvil, que esperaba encontrarlo over al culpable
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