❍ Capítulo 20
Me levantaría a una hora decente por la mañana y al levantarme de la cama estaría nerviosa y preocupada, fue en lo primero que se me pasó por la cabeza, el subsuelo, estaba ya temblando mientras pensaba más en ello, hoy teníamos que ir todos con cuidado.
Flowey se levantaría a la vez mirándome con seriedad para luego ponerse algo nervioso, sí, estaba igual de nervioso que yo, aunque era normal, tenía miedo de que nos ocurriera algo horrible en cualquier momento, estaba nervioso y todo el rato estaba atento por si no ocurría algo.
No sería capaz de desayunar por la mañana y mis padres notarían esto, preguntándome que me pasaba, no les había dicho nada hasta sobre la quedada y ahora era el momento de explicárselo, sino me matarían.
-He quedado con mis amigos - Su cara sería relajada. -, por la noche, a las 10 - Y ahora se mostraban rostros molestos.
-¿A las 10? ¿Tan tarde? - Preguntó mi madre.
-Sí, es que iremos a casa de Carol y Zen, es una fiesta un poco...
-¿Friki? - Terminó mi padre mientras se cruzaba de brazos.
-Sí, algo así, es una fiesta friki, todos estaremos hablando de temas distintos y nos quedaremos en su casa para que no nos pase nada - Expliqué con calma.
-¿Y por qué no nos avisaron sus padres? - Preguntó mi madre. Sí, ellos se comunicaban con las demás familias de mis amigos o los que podía, porque Elena vivía sola por un tiempo ya que su madre tenía trabajo en el extranjero.
-Bueno capaz que se les olvidó - Puse como excusa. -. Aunque me dijeron Carol y Zen que vendrían para explicaros.
-Más les vale, no te irás a no ser que nos lo expliquen bien - Diría mi padre con seriedad.
Nada más dar la vuelta e ir a mi habitación, enviaría un mensaje a mi grupo de que necesitaba ayuda para que me sacaran de casa, explicándoles la situación. Carol y Zen no tendrían problema para ayudarme y Elena también vendría, ya que para mis padres ella era una figura de quien tomar ejemplo.
Sería por la tarde casi noche, a las ocho exactamente, cuando vendrían los tres llamando la puerta de mi casa y que les dejaran explicar toda la situación sobre la fiesta que harían en la casa de los hermanos. Mis padres prestaban atención a la explicación de Carol mientras que a veces Elena intervenía para intentar que sonara más convincente y no sospecharan. Zen no hablaba, porque si lo hacía, todo iría mal.
-¿Y por qué tu hermano no habla? - Preguntó mi madre. Metomentodo...
-Me duele algo la garganta - Explicó Zen antes de que lo hiciera su hermana. Su voz era un poco ronca y jodida, algo que le sorprendería a mi madre, aunque no solo a ella. -. Lo siento si no hablo mucho.
-¿Pero haréis una fiesta estando él mal? - Preguntó mi madre preocupada.
-A ver, están mis padres, no vamos a tomar alcohol ni nada, será una noche de frikadas, ya saben, juegos de rol, cartas y a lo mejor estar relajados viendo alguna película mientras comemos algo -Respondió Carol.
-Entiendo... ¿Necesitáis algo para esa noche? - Preguntó mi madre preocupada. parecía que ella si la habíamos convencido.
-No, tenemos todo, nos hemos asegurado bien todos y, aún a malas, tenemos la casa de Carlos para poder pillar alguna cosa de urgencia - Respondió Carol con una sonrisa suave.
-Ursula, apúrate entonces, toma el pijama, tu cepillo de dientes y lo que necesites, la fiesta empezará en poco ¿no? - Diría mi madre.
-Quiero que nos envíes un mensaje cada hora, si es posible - Exigió mi padre.
-Papá... A lo mejor me duermo en medio de la fiesta - Le expliqué un poco nerviosa.
-¿Entonces para qué vas si te duermes? - Preguntó molesto.
-Para estar con mis amigos... - Respondí algo nerviosa, pero también molesta por el interrogatorio que intentaría hacer.
-Oh vamos, cariño, déjala que disfrute, no creo que pase nada - Intentó convencer mi madre.
-Bien... Pero mientras sigas despierta, un mensaje - Exigiría igual mi padre.
-Vale, sin problema...
Miraría a Elena y Carol y ellas con su mirada y gesto me dejarían en claro que preparara las pocas cosas que necesitaba, así pues, recogería lo importante en una bolsa, llevando también a Flowey quien se escondería en la bolsa. Una vez guardado todo, saldría de mi habitación, tomaría el cepillo de dientes y me reuniría con los demás.
Nos despediríamos con educación, cerrando la puerta un poco y alejándonos lo suficiente para luego chocarnos las manos con unas sonrisas en nuestros rostros, ya que habíamos conseguido convencerles sobre la fiesta de mentira. Eran aún las 9 de la noche y llegaríamos todos pronto cuando fuera el momento, por ello Carol ya estaba avisando de quedar antes para ir al subsuelo.
Maria sería la última como de costumbre, la chica se había dormido casi toda la tarde para tener energía por la noche, que sería el momento más importante para todos y que tendríamos que estar atentos. Por culpa de eso, se tendría que ir a la misma hora que se había planteado, las 10. Una vez que la chica llegara, la miraríamos algo molesta.
-Mira, si es una hora, luego no la cambiéis, no me toquéis las narices - Se defendió molesta Maria.
-Lo que sea, si estamos todos listos, nos moveremos ya, ¿vais armados con algo? - Preguntó Carol. Todos afirmaron. -. Bien, en marcha entonces.
Nos moveríamos con cierta ligereza para llegar al subsuelo, por donde iríamos sería el mismo sitio por donde salieron los monstruos, ya que por el principio no era viable por la gran caída que tenía. Ya cerca del lugar, cada uno de nosotros iríamos "armados", comenzando con Elena, que tenía su mochila con sus vendas, bisturís y demás, Carlos con unas vendas bien atadas en sus puños, Carol una sartén, Zen un bate de béisbol, María un palo grueso que se encontró por el camino y yo, aunque tuviera a Flowey, me llevaría una libreta gruesa y grande.
-No sé cómo atacarás con eso Ursula - Me diría María sorprendida.
-Tu ni siquiera llevabas algo - Me defendí.
-Cierto... - Y soltaría una pequeña risa. Qué remedio de chica.
No sería difícil llegar al lugar, era en lo alto de una montaña y una vez allí empezaríamos a bajar con cuidado por la salida del subsuelo, permaneciéndonos juntos en todo momento para evitar hacernos daño, caernos y a la vez estar atentos de cualquier situación. Sorprendentemente tampoco sería tan difícil como pensaba y pronto llegaríamos a un pasillo largo que a lo lejos veríamos flores amarillas.
-Aquí a la izquierda - Indicó Carol. La seguiríamos por el mismo sitio que ella iba hasta que tendríamos que frenar de golpe. -. Dejarme comprobar algo, aquí supuestamente está el rey del subsuelo.
-Ve con ojo - Pidió Zen preocupado. Carol movería su cabeza en afirmación y se marcharía.
-Todo está muy calmado por el momento - Susurró Flowey a mi oreja derecha. Ah, sí, él se subió a mi hombro derecho y se escondería detrás de mi cabello con tal de comunicarse conmigo. -. ¿Tú estás bien? - Afirmé con mi cabeza.
-Esta libre - Aparecería con rapidez Carol. -. He mirado por encima, no vi nada raro, podemos entrar.
Dentro las cosas me dejarían un poco en shock, comenzando con que la habitación donde entramos estaba repleta de flores amarillas y en medio de estas una lona blanca que cubría un trono, o al menos nos dijeron Carol y Zen. Me quedaría embobada por el lugar, aunque no era la única.
Siguiendo con nuestro camino, podríamos ver el exterior del castillo, viendo a lo lejos varias ciudades lejanas y casas elegantes en las que Elena y yo nos quedaríamos sorprendidas y embobadas, pero no por mucho ya que nos exigirían rapidez. En un momento de lucidez, miraría mi móvil y aun tendría algo de cobertura, por lo que enviaría un mensaje a mi padre para que no se preocupara.
-¿Cómo tienes cobertura? - Preguntó Flowey sorprendido. Moví mis hombros sin saber el porqué. -. Si que son potentes...
-Supongo - Susurré.
Aun con la caminata, tendríamos que bajar por un ascensor todos juntos, nos preocupó que este parara de golpe por el peso que llevaba encima, aunque no ocurrió nada y eso si nos sorprendería, sí que debía aguantar una buena cantidad de peso para que no se rompiera. Una vez fuera, estaríamos en el interior de una casa, algo que me sorprendería.
-Es como la de Toriel - Solté sorprendida, provocando que todos me miraran.
-Esto solo hace que piense que Toriel y ese rey fueran pareja - Soltó Carol pensativa.
-Podemos curiosear si quiere - Sugirió Maria.
-No nos tendríamos que...
-¡¡Vamos a curiosear!! - Zen, sin hacer caso a nada, empezaría a moverse por la casa. Carol suspiró molesta para ir a por su hermano.
Todos estaríamos un poco sorprendidos por esto, pero era normal en ellos por lo que los esperaríamos, aunque en mi caso me acercaría hacia el pasillo donde estaban las habitaciones, viendo si alguna estaba abierta, que no parecía, por lo que me quedaría en el pasillo, mirándome en el espejo para arreglar mi cabello.
-Así creo que está bien - Dije al terminar de arreglar mi cabello, mirándome de un lado a otro para luego sonreír con calma.
-¿Ursula? - Preguntó en susurro Flowey, como si se hubiera asustado. -. ¿Qué te ocurrió en tus ojos?
-¿Cómo? - Me fijaría más en mis ojos, pero no podría ver nada en mi rostro, aunque si, en una esquina podría ver a alguien, como un ser de rostro blanco que en sus ojos derramaba un líquido negro, al igual que su vestimenta. Asustada, me giraría, pero no vería nada. -. Que... ¿Qué fue eso?
-¿El qué? - Preguntó Flowey sorprendido. -. Yo solo te veía a ti con ojos distintos, como que todo el rato cambiaba de color.
-¡¡Eh!! ¡Ursula ven aquí! - El grito de Carol me asustaría, yendo hacia ellos corriendo para no perder el tiempo y avanzar con nuestra aventura.
-Flowey - Susurré en bajo. -. Esto no me está gustando.
-Créeme que no eres la única.
Bajando por otro ascensor, llegaríamos a lo que era un escenario, todos nos quedaríamos sorprendidos por tal cambio de escenario, provocando que nos miráramos confundidos para luego seguir avanzando. Carol y Zen estaban empezando a disfrutarlo y acelerar el paso, al principio no sería un problema, pero luego si le pediríamos aflojar la velocidad.
Y era normal que se emocionaran, acabábamos de llegar lo que parecía ser el interior de un volcán del cual estaba industrializado, encontrándonos con escenarios de lo que parecía ser un programa de televisión, rompecabezas y trampas desactivadas entre otras cosas. Si Frisk tuvo que pasar por aquí antes, me sorprende que lo haya conseguido, porque no parecía fácil.
-¡Eh! ¡Mirad a lo lejos! - Exclamó Zen.
Todos miraríamos al lugar, viendo lo que parecía un laboratorio, iríamos todos corriendo hacia el interior para no sentir el abrumador calor en nuestros cuerpos y poder respirar mejor. Dentro, aparte de que estaríamos mucho más cómodos, nos quedaríamos quietos por unos segundos.
Ciertamente no se si ellos sintieron lo mismo que yo, pero al menos sentí que había abierto algo, como un escudo que protegía una zona y que, al entrar nosotros, lo habríamos destrozado con tan solo nuestra presencia, provocando que mi pecho me doliera bastante, aunque no era la única.
Maria y Elena serían las que más les afectaría, cayendo al suelo de golpe por el dolor que sentían. Pedirían un descanso, algo que haríamos ya que este lugar nos había dejados muy agotados y sin apenas aire, por lo que nos sentaríamos en el suelo, aunque no todos, Zen y Carol mirarían el lugar.
-¿Y esto que será? - Preguntó el chico. Flowey al verle se pondría nervioso.
-Toca el suelo, Ursula - Exigió la flor. Hacer esto provocaría que enredaderas cortaran el paso a Carlos.
-¡Mierda! - Gritó el chico asustado, pero se recompondría para intentar romperlas.
-¡Frena, frena! - Le pedí, sin poder moverme del sitio. - Carlos, creo que ese sitio no parece muy seguro si ya el propio lugar te ha prohibido el sitio.
-Ese lugar - Me susurró Flowey. -. Hay seres experimentados con determinación de los cuales no han salido bien, todos están ahí, no sé si Alphys ha seguido cuidándolos, espero que no - Escuchar esto me dejaría la sangre helada.
-¡¡Chicos!! ¡¡Si nos movemos en el próximo lugar hay mucha agua para beber!! - Gritaría Carol, quien había salido del lugar para explorar.
-¿Enserio? - Preguntó Maria con una sonrisa, algo agobiada. -. Que milagro, estoy sedienta.
-¡Sí! ¡Venga, moveros, ¡anda! - Y eso haríamos, aunque algunos ya estaríamos muy cansados por la situación.
-No sé qué tan bebible es esa agua, pero bueno - Susurró Flowey un poco sorprendido. -. No vayáis allí, por favor, Carlos parece que tiene ganas de ir de nuevo, intenta convencerle de lo contrario.
-Recibido - Susurré.
Moviéndonos por fin llegaríamos a la zona que había dicho Carol, una más bonita, fresquita y relajante del cual todos bajaríamos la velocidad de nuestros pasos, caminando al lado de las flores azules y de los ríos de los cuales Maria no había tardado en beber. Según dijo ella, el agua estaba muy buena, pero no me fiaba de ella para nada.
Aquellas flores azules al parecer repetían frases de aquellos que se pusieron hablar enfrente o cerca de ellas, por lo que podríamos escuchar los deseos de varios de los jóvenes o mayores que caminaban por este lugar. Distrayéndonos, nos podríamos a escuchar una flor distinta y la verdad era muy agradable y adorable ya que muchos de los pequeños decían muchas tonterías o expresaban sus sentimientos.
En una de las flores, me sentaría a su lado a escuchar, pero esta no diría nada, algo que me sorprendería, a lo mejor era una flor que nadie se había puesto a hablar y decirle nada, por lo que, emocionada, intentaría ser yo la que enviara al mensaje. A nada de hablar la boca, una voz distorsionada y fuerte sonaría en mi cabeza de golpe.
☞︎🕆︎☜︎☼︎✌︎ 👎︎☜︎ ✌︎✈︎🕆︎◻︎
Tal voz me dejaría aturdida al igual que mis amigos, quienes nos miraríamos asustados y preocupados, viendo como poco a poco nos íbamos desapareciendo. Agobiados, nos levantaríamos para darnos las manos para evitar separarnos, pero esto no funcionaría, porque en un abrir y cerrar de ojos, estaría en un lugar completamente nevado.
-¿C-Chicos? - Pregunté asustada.
-Ursula, estoy aquí - Respondería Flowey, quien se había agarrado con fuerza a mi brazo, dejándome una marca notoria en esta. -. Lo siento si te hice daño, no quería separarme de ti, pero tus amigos...
-Flowey, ¿conoces perfectamente este lugar? - Pregunté con seriedad.
-Sí, claro.
-Vamos a buscarlos, no voy a dejarles solos por nada en el mundo - Mis palabras fueron lo suficientemente decididas y claras para él, lo que le sorprendería mi actitud. -. ¿Dónde vamos primero?
-No sé si alguien estará atrás, por lo que iremos por allí - Me indicaría con una de sus enredaderas. -. Hay que ir con cuidado, no se quién era, pero su idioma es más distinto al nuestro y no sé si nos hará daño en algún momento.
-Me da igual, nos prometimos no separarnos, por ello voy a por mis amigos - Hablé molesta para luego empezar a correr por el terreno nevado. Esto iba a ser muy complicado, pero tampoco iba a rendirme como si nada, mis amigos estaban en peligro y teníamos que encontrarnos ya, sino las cosas iban a ir a peor.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro