Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2.11

A la mañana siguiente pude escuchar varios ruidos molestos que me hicieron despertar algo gruñona, mirando a mi alrededor con cierta dificultad porque mi vista aun era borrosa. intenté despejármelos como mejor pude hasta que al fin pude ver, observando como Papyrus estaba preparándose el desayuno con calma.

Bostecé con fuerza cuando me levanté del sofá, estiré mis brazos durante un rato para sentir como mis huesos crujir, cuando este ruido se hizo, moví un poco mi cuello y mostré una sonrisa calmada, aunque no por mucho tiempo porque recordé lo que tenía que hacer.

Era difícil de asimilar que el mismo que me cuidaba era a quien me tenía que enfrentarme para poder tener mi libertad. Suspiré con cierta vagancia mientras me levantaba para ir a la cocina, vi como Papyrus ya había preparado un desayuno para mi, un vaso de lecho con unas tostadas. le sonreí con calma y se lo agradecí.

Intenté ser lo más amable posible con él para ver si lograba olvidar su misión, pero por desgracia su objetivo era lo más importante porque me lo recordó cuando comía con calma en el sofá. Le miré de reojo de forma sigilosa, soltando un largo suspiro.

-Está bien - Murmuré con calma.

-¡TE ESPERARÉ A FUERA, CERCA DE MI CASA! ¡ESPERO CON ANSIAS EL ENFRENTAMIENTO!

Y de golpe salió de la casa dando un portazo, esto me dio un pequeño susto, dando incluso un salto del sofá. Le miré por la ventana, veía como corría con gran alegría y determinación, tenía su misión muy clara y yo estaba preocupada porque no sabía que tan peligroso podía ser.

-Tranquila, no es difícil, si es lo que piensas - Habló Sans a mis espaldas. Le miré girando un poco mi cabeza.

-¿Seguro? - Le pregunté sorprendida.

-Simplemente no te dejes confiar mucho, por lo demás lo tendrás fácil, aparte, tu has tenido una batalla más difícil con Toriel, ¿no es así? - Me preguntó con calma.

¿Le habré dicho eso? Creo que no - Intenté recordar.

-S-Sí... Claro - Me rasqué la cabeza nerviosa. -, veré... Si puedo convencerle de lo contrario - Murmuré, aunque mi intención era susurrar o pensarlo para mi sola.

-Seguro que podrás, te veo como una chica con buenas intenciones, aunque no se si podrás aguantar su insistencia positiva - Comentó con una ligera risa.

-Seguro que sí - Respondí con calma.

Aparte, se como lidiar con la gente muy pesada, no por nada una de mis amigas lo era con sus trucos de magia - Pensé para mis adentros con una pequeña risa.

Me levanté del sofá para dejar el desayuno que Papyrus me hizo, me despedí de Sans con calma y me dirigí al lugar donde me indicó el mayor. Abrigada y preparada, podía ver a lo lejos a Papyrus con una posición segura mientras me observaba, él estaba más que listo, yo no, menos cuando mi visión cambio un poco.

Vamos a jugar un poco, muy tranquila te he visto estos días - Murmuró una voz en mi cabeza. Intenté callarla, pero esta gritó tan fuerte que me dejó con un gran dolor de cabeza.

Estaba mareada, me costaba ver bien a Papyrus, más aún me costaba escucharle y eso que hablaba con fuerza y seguridad, pero sus palabras fueron imposibles de comprender para mi. Le intenté hablar, pero poco sirvió cuando por fin el escenario cambio de una forma que no me gustaba para nada.

No me importaba que el escenario cambiara con seres que me encontraba en mi camino, sean animales adorables, primordialmente perros en este lugar tan nevado y bonito. Contra ellos sabía bien que hacer, darle caricias y cariño era lo que más les gustaba y muchos ya me daban muchos besos cuando si quiera había dicho algo o hecho algo. Era ciertamente adorable.

Aunque aquí la situación era muy distinta, si bien intenté hablar con Papyrus como mejor pude e intenté llevarme bien con él, su insistencia en convertirse parte de la guardia real era demasiado. Hoy tenía que hacer frente a ello, razonar con él y que se relajara, pero con mi cuerpo siendo controlado era difícil.

Chara se estaba burlando de mi, sentía como mis brazos se movían con dificultad a la orden que Chara quería, pero me negaba por completo, soltando un grito para mis adentros, comenzando a llorar de forma desesperada. Así pues, cuando pude recuperar la visión, pude ver como Papyrus me miraba con mucha preocupación.

-¿HUMANA? - Me preguntó sorprendido.

No pude responderle de vuelta, logré levantarme del suelo e intenté mantenerme de pie, mi mano derecho se dirigía hacia un arma filosa que había tomado. Lo pude ver de reojo y no comprendía de donde lo había sacado, pero la preocupación, el miedo y la ira me abordaron en este momento.

Retomé el control una vez más, puse mis manos en mi cabeza de golpe, dirigiendo la mirada al cielo para intentar calmarme, vi por un momento como varias estrellas celestes me rodeaban por un momento hasta adentrarse en mi cuerpo. Respiré hondo con gran calma, me recompuse poco a poco, viendo que el arma que tenía en mi bolsillo eran unas cartas.

-¡¿TRANSFORMASTE UN CUCHILLO EN CARTAS?! - Preguntó sorprendido. - ¡SI QUE ERES FUERTE!

Esas cartas no eran en vano, estas me recordaban a María, era ella, de eso lo tenía muy claro, pero no entendía porque aquella aura celeste creó eso por mi. Tragué saliva nerviosa porque pensé que mi amiga había muerto y por eso sus cartas estaban aquí, pero eso no tenían sentido, ¿verdad?

Me agaché para tomar las cartas, fue entonces cuando pude ver como la voz de mi amiga resonaba en toda mi cabeza. Temblé y luego pude escuchar como Papyrus deseaba pelear contra mi. Le miré y acepté, aunque seguía aún asustada.

No me hagas más eso, Chara - Pensé molesta. La voz no me contestó. -. Ahora, Maria... Repíteme las frases una vez más.

Cuando juegues contra alguien, debes hacer se confíe. Hazte la tonta

Pude ver como Papyrus efectuaba su primer ataque, sus poderes se basaban en crear huesos que se podían saltar, pero algunos eran azules y estos me hacían daño, cosa que no comprendía del todo. Papyrus soltó una risa confiada, como si fuera un genio.

A veces el contrincante puede vacilar, pero está bien. Lo importante es tener paciencia.

Cuando la última palabra resonó, pude comprender que hacía ese hueso celeste, por ello cuando me volvió atacar con ese mismo poder, me quedé quieta en el sitio, logrando así evitar el daño y poder sobrevivir en ese momento.

Tu paciencia suele molestar a los demás y a la larga se pueden cansar, pero estamos hablando de un juego de cartas y a ti te interesa ganar.

¿Qué me quieres decir con eso, Maria? - Pensé sorprendida.

Ahora toca hacer las pequeñas trampas.

Cuando me volvió atacar, pude ver que era uno bastante injusto, un hueso enorme iba directo hacia mi con la intención de derrotarme, al parecer Papyrus no tenía mucha paciencia y quería llevarme hacia Undyne para ser parte de la guardia real. Por ello, cuando vi este ataque frente mía, una carta aparecería de repente en frente de mi mano derecha. La estiré frente al hueso y decidí hablar.

-¡Juego sucio! - Grité decidida.

Me sorprendió ver como aquel hueso impactó de golpe en el cuerpo de Papyrus, no recibió daño, pero si impactó de golpe al suelo, moviendo sus brazos de forma nerviosa. Me preocupé tanto que corrí hacia él para sacarle de ahí.

-¡AH! ¡WOAH! ¡ESO HA SIDO INCREÍBLE, HUMANA! - Gritó sorprendido. Logré sacarle de ese hueso. Le miré de arriba abajo para asegurarme de su estado. -. ¡ERES INCREÍBLE! ¿NADI HIZO NADA IGUAL!

-¿Estás bien? - Le pregunté preocupada. Él me miró algo nervioso.

-¡S-SÍ, PERO QUIERO QUE CONOZCAS A UNDYNE! ¡A ELLA LE SORPRENDERÁ MUCHO TUS CAPACIDADES! AUNQUE BUENO, ESO SI TU QUIERES, YO HE PERDIDO Y NO PUEDO OBLIGARTE A NADA - Explicó esto último con cierta pena.

Me senté al suelo con sorpresa, respiré algo nerviosa porque yo tampoco me podía creer lo que acababa de ver. miré a mi alrededor para ver como unas pocas cartas me rodeaban para luego desaparecer en mi bolsillo derecho. Miré hacia Papyrus una vez más mientras una voz me hablaba.

Recuerda hablar con Elena, no será la única vez que te encuentres con ella... Y con varios más

¿Qué estáis tramando? - Pensé sorprendida.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro