08
JIMIN
Jimin resopló aburrido jugueteando con el lápiz, estaban escribiendo el libreto de la escena o al menos él intentaba hacer eso, se encontraban a cada extremo de la mesa porque el pelinegro se negaba a estar junto a Jimin.
Tonto.
Tomó su teléfono que se encontraba a unos centímetros de la hoja y chismoseo en él, notó que tenía notificaciones de mensajes nuevos y rápidamente fue a verlos.
Chico desconocido:
Puedo soportar cualquier cosa.
Excepto a mi papá, claro.
Y tengo la certeza de que tú también.
¿O no?
*sticker de gato pensativo*
A Jimin se le escapó una sonrisita y rápidamente dejo el lápiz a un lado para contestarle.
—¿Podrías dejar de utilizar el teléfono?, estamos trabajando — le escuchó a su compañero quien se quejaba con molestia.
Jimin bufó rodando los ojos.
—Solo lo tomé un ratito.
—Ni siquiera has iniciado — refunfuñó el pelinegro.
En ese instante el teléfono de Yoongi vibró en la mesa avisándole que había recibió una nueva notificación, lo prendió para saber, quizá su padre le había enviado mensaje, pero, era el chico desconocido al que él le llamaba chico maravilla, tenía tres mensajes de él.
Iba a contestar sin embargo Jimin carraspeó y lo miró de forma divertida.
—¿Podrías dejar de utilizar tu teléfono?, estamos trabajando — remedó Jimin a Yoongi de forma dramática, sentió un fresquito satisfactorio cuando Yoongi lo miró mal y dejo el teléfono justo donde estaba.
Yoongi asintió derrotado.
Sin decir una sola palabra volvio a lo suyo, está vez tratando de ser un poco rápido para poder irse.
Jimin suspiró y observó la hoja frente a él, finalmente tomó el lápiz, saco su libro de historia y se ubicó en el capítulo de Mitologías.
Después de media hora aún se encontraba aburrido, miró por el rabillo del ojo observó a Yoongi, él estaba concentrado escribiendo en lo suyo, traía puestos sus audífonos, se veía tan tranquilo, ¿Cómo es que no se aburría?
—Estas volviendo a hacerlo.
Jimin se sobresaltó y rápidamente volvió sus ojos a la libreta frente a él y fingió escribir algo para pasar desapercibido.
—No se de qué hablas.
—Creí que el tema te gustaba, ¿Porque no has hecho nada?—preguntó el pelinegro dejando el lápiz sobre su libreta y observando a Jimin con un ceño fruncido.
—Ah, pues...— Jimin se mordió el labio inferior avergonzado — es que estoy un poco aburrido.
Yoongi rodó los ojos — No te comprendo.
—Si hiciéramos algo divertido podríamos avanzar más — propuso Jimin con un puchero.
—No podemos...
Yoongi cayó en cuenta de algo, un pequeño detalle que no había notado cuando llegó, es que aquella casa se encontraba muy sola, sin un solo ruido, incluso el perro estaba silencioso al lado de su pierna.
Por alguna razón el perro no quería separarse de él.
—¿Dónde están tus padres?
—¿Eh?
—Tus padres, ¿Vives solo?
Jimin reaccionó a la pregunta y finalmente la comprendió.
—Oh, bueno ellos no están aquí.
Yoongi abrió los ojos sorprendido.
—¿Fallecieron?
Jimin levantó la mirada rápido de sus dedos con los que jugueteaban con un lápiz y notó como el chico pelinegro frente a él lo miraba con atención.
Se le hacía divertida su expresión de asombro que casi soltaba carcajadas.
—¿Que?, ¡Por Dios!, ¡No!
Jimin soltó una carcajada y Yoongi a frente a él relajo su rostro en uno amargado.
—Pero dijiste que no estaban aquí — refunfuñó mostrando su desagrado.
—Si, pero no me refería a este mundo, trabajan en Seúl, sus trabajos les impiden visitarme asi que vivo con mi hermanastro — Jimin explicó con simpleza encogiéndose de hombros.
—Oh, bueno, tienes suerte de que aún sigan juntos — dijo Yoongi con un tono de voz disimuladamente triste y volvió a lo suyo.
Jimin lo observó confundido, se preguntaba que había querrido decir con aquello, sin embargo no se sentía con la confianza de preguntarle, así que al igual que el pelinegro volvió a sus libros, pronto terminarían.
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