03
YOONGI
El pelinegro esperaba impaciente en uno de los sillones frente al escritorio del director, esperando a que finalmente llegara, se preguntaba si en algún momento pensaba ir puesto que ya se había tardado más de quince minutos en llegar desde que el profesor Choi lo sacó de clase.
Esto es una perdida de tiempo.
Pensó Min con molestia y cuando estaba maquinado en su mente varias formas de escapar de allí escuchó como la puerta detrás suyo se abrió, los pasos de zapatos se escucharon contra el piso detrás de el director paso por su lado hasta llegar a su escritorio y sentarse.
—Min Yoongi — habló con voz severa mientras apoyaba los codos sobre el escritorio.
—Papá.
El Director Min se quitó los anteojos y se masajeó la sien con cansancio.
—¿Te das cuenta que está es la tercera vez en está semana que te llaman a la oficina del director?, ¿Acaso quieres que te expulse? — le preguntó a su hijo irritado.
Su padre no comprendía el porque de su comportamiento, los anteriores años no era así, era un chico disciplinado y muy obediente.
Yoongi por primera vez desde que llegó el Sr Min levantó la mirada y se quedó en silencio.
—No comprendo, se que el hecho de que tú madre y yo nos hayamos separado te afectó un poco, pero...
—No quiero estar aquí, quiero estar con mamá — sanjó el adolescente sin más.
Él sabía que su comportamiento estaba siendo muy inmaduro, quizá como el de un niño, pero es que no soportaba seguir viviendo bajo el techo de su padre, aunque él lo escondiera muy bien, sabía que cada noche traía una mujer diferente a casa y era sumamente incómodo, él no pensaba en como se sentiría Yoongi al ver eso, por eso intentaba no estar mucho tiempo en casa con su padre.
Pero eso no dejaba de ser molesto.
—Sabes que no puedes ir con ella por ahora — el hombre se recostó en el espaldar de la silla restregandose los ojos con cansancio, como si ya lo hubiese explicado muchas veces — ella está... con su nueva pareja.
Oh es cierto, sus padres se habían separado por culpa de los dos, su madre estaba enamorada de un hombre que había conocido en Seúl en su último viaje de negocios y su padre había tenido varios amores a escondidas de su esposa, los dos estuvieron de acuerdo con el divorcio y su madre decidió viajar a Seúl en busca de su amor, todos los días lo llama para saber cómo está, pero para él eso no es suficiente.
¿Estaba siendo egoísta al querer que su madre regresara?
—No te pido mucho, solo quiero que no te metas en problemas — se masajeó la parte inicial de la nariz mientras suspiraba — este es tu último año de preparatoria, Yoongi.
Se quedó en silencio, no porque no tuviera que decir, sino porque no quería hablar, solo quería salir de allí lo antes posible.
Su padre notó que Yoongi no hablaría y que el tiempo estaba corriendo, así que solo suspiró y se incorporó en su asiento, tenia que ser mano dura con él si quería ver cambios en su hijo.
—No están permitidos los aparatos electrónicos en clase, mucho menos de esos — se señaló los audífonos de casco que colgaban del cuello del menor — por tanto la próxima vez que los vea yo o algún profesor serán decomisados.
—Bien, ¿ya me puedo ir? — preguntó con pereza mientras se cruzaba de brazos.
—Limpiaras tu salón antes de irte a casa, me aseguraré de que un profesor me avise si lo hiciste o no — hablo con severidad, como lo haría un director — ahora si, puedes volver a clases.
Yoongi asintió sin mucha importancia y se levantó para irse, durante el lapso que estaba dentro de la oficina de su padre se preguntaba si sería buena idea hacerle saber lo que había notado durante estos días.
Pensó un poco y finalmente decidió que se lo haría saber.
—Me he dado cuenta que llevas mujeres extrañas a la casa — fue directo y lo miró de una forma amarga — crees que no me doy cuenta pero si lo hago.
Su padre lo miró sorprendido, él se había esforzado porque su hijo no presenciará la entrada de mujeres a la casa, pues solo había una razón para la que iban, no quería que él se enterara y le afectara, después de todo era un adolescente y él no entendía sus necesidades.
—Yoongi, yo...
Sin dejar que su padre dijera algo más caminó hacia la puerta, la abrió y salió.
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