does she know i'm the other?
(她知道我是另一个吗？)

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-02/06/2014;

Había caminado tanto ese día, aunque hayan pasado años todavía puedo sentir lo adoloridos que se sentían mis pies, sentía cómo mi nariz poco a poco iba perdiendo la facilidad de transportarse oxígeno debido al extremo esfuerzo que hacía para respirar. Estaba lloviendo ese amargo lunes, yo con la desesperación por llegar a la estación de trenes, ya que mi mejor amigo había tenido un accidente y me necesitaba.

Pero estaba empapado, mis músculos se tensaban demasiado, hacia tiempo que había dejado de hacer tanto esfuerzo físico. La lluvia no parecía estar contenta con empaparme por mi tonta culpa de no llevar sombrillas ese día. Sino que se empeñaba en alargar mi sufrimiento. Corrí a más no poder, pues los trenes que yo debo de tomar pasaban en extremo horario y si no quería esperar mojado hasta el alma con miradas sobre mi por las siguientes 2 horas debía de apresurarne más.

Cuándo al fin alcance a llegar a la estación, de mi apuro al tomar el varandal de las escaleras tropecé, cayendo estrepitosamente sobre un hombre, él me sujetó con un brazo y con el otro se ayudo para apoyarse llegando al piso, cómo manteniendo la seguridad.

— ¡D-disculpe por favor! — exclamé sin levantar la vista, sus blancas manos lentamente se separaron de mi cuerpo, la calidez que desprendía me parecía tan agradable en ese instante en el cuál yo estaba completamente empapado y con un frío, levanté la vista muy despacio a la par que me ponía de pie — en serio me disculpo por mi torpeza — dije ahora si topándome con una mirada oscura, llena de misterios, su piel pálida era finísima, sus labios eran de un rosa pálido y se formaba una mueca.

— Ten más cuidado. — me respondió girando sus ojos hacia los angares de dónde partían esas máquinas, volvió a posar su mirada en mí, sentí muchos nervios, sus orbes eran intimidantes, de alguna manera parecía cómo si quisiese leerme, o algo peor —. ¿Nos conocemos? — lo miré sorprendido.

—N-no lo sé... podría ser — respondí algo nervioso — usted es el nuevo socio de Namjoon-hyung ¿no? — agregé sonriendo, al asintió tranquilo — qué manera más tonta de cruzar las primeras palabras ¿no?— reí.

— Si — adjuntó rápidamente — ¿Porqué estas empapado? — me miró reprobatoriamente

Balbucee algunas palabras tontas cómo unos "es que corrí", "mi mejor amigo esta mal", "el tren que me lleva a casa pasa cada dos horas". En realidad no sé como terminamos ambos en su automóvil.

Ese día conocí a Min Yoon Gi, mi problema más grande, me llevó a casa de TaeTae, de ahí comenzamos una relación de amistad muy buena. Conocí a su novia, él a mis amigos.

Nada fuera de lo normal, trabajábamos para la misma compañía, yo era uno de los coreógrafos junto a uno de mis mejores amigos que era Hoseok, él a su vez era uno de los productores. En realidad no había muchas cosas extraordinarias en nuestros primeros meses de amistad. Sólo pequeñas risas, roces, secretos. Nada fuera de una estúpida amistad.

Hoy había despertado muy tarde, era domingo, por lo que nada me impedía estar un día tumbado sin hacer nada, en realidad había planeado pedir comida y volver a dormir, TaeTae había viajado junto a Kookie y Hobi por temas laborales y tampoco tenía tantos amigos cómo para decir que podía llamar a alguien para pasar el día y dormir no me parecía malo.

Pero sentí que alguien tocaba a mi puerta, me levanté desganado ¿quién vendría a tocar a estas horas y más un domingo?

—Veo que estabas muy cómodo — esa voz me estremeció, siempre lo hizo —¿puedo pasar Jiminie?— siempre que me decía así mis latidos corrían apresurados cómo queriendo que mi corazón saliese de mi cavidad torácica.

—Yoonie... — susurré — pasa — le sonreí y él me besó en la mejilla — ¿qué haces aquí?.

Lo miré a la par que se ponía cómodo en el sofá, palmeó pocas veces el mismo cómo invitandome a sentarme a su lado, lo cuál hice gustoso.

— Necesitaba verte Jiminie-ah.

— ¿Paso algo malo Yoongi hyung?.

— ¿Debe pasar algo malo para venir a verte mocoso?.

— N-no pero...

— Ya, es un día muy bello para quedarte encerrado y ya que se que Tae y el resto han viajado decidí venir a llevarte a algún sitio que quisieras.

Lo miré emocionado, asentí rápidamente.

— Iré a prepararme hyung, espere aquí.

— Siempre te esperaré mi Jiminie — me sonrió levemente a lo que yo lo besé en la comisura de sus labios. Luego de que el negara con una sonrisa en su rostro fui a mi cuarto.

El día había pasado muy rápido sin notarlo estábamos en un restaurante muy lujoso, la verdad yo no estaba muy cómodo, no me gustaban los lugares así. La verdad prefería lugares más pequeños e íntimos, también tranquilos, pero Yoongi había querido venir aquí y seria de muy mala educación negarme luego de que el me llevo a todos los lugares que yo había elegido.

Él tomaba finamente de su copa de vino a la par que miraba el menú, estábamos en la parte más alejada, miré entre las paredes de vidrio cómo la luna brillaba. Sentí una leve presión sobre mi mano y sonreí al ver que eran las palmas de Yoongi quién dibujaba garabatos imaginarios sobre mi piel.

—Jiminie ¿alguna vez te he dicho lo precioso que eres? — sentí cómo mis mejillas se encendían — Eres tan bello que las palabras no llegan al 0.1℅ de tú majestuosidad, la manera en que tus mejillas se tornan rosas, la manera sutil en la que sonríes. Tus perfectas imperfecciones te hacen la pieza de arte más valiosa, ni los mismos poetas podrían calcar en papel tú belleza, porque envidia sienten los que saben que Park Jimin el ángel, esta cenando con el para nada importante Min Yoongi.

Mi corazón latía muy rápido porque Yoongi era así, me decía cosas tan románticas de la nada, hacia malabares con mis emociones jugando con mis pensamientos, moviéndome a su antojo por lo perdidamente enamorado que estaba de él.

En medio de todo lo elegante del lugar estaba yo, quién no encajaba, yo no era elegante, no lo era. Pero por Yoongi si, él era elegante, romántico, él era perfecto.

Mi único problema .

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2062017