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𝟎𝟏. ❛ 𝗁𝗎𝗋𝗋𝗂𝖼𝖺𝗇𝖾 𝖺𝗀𝖺𝗍𝗁𝖺 ❜

𝐍𝐀𝐑𝐑𝐀 𝐎𝐋𝐈𝐕𝐈𝐀:

Me froté los ojos cuando entraron unos pocos rayos de luz por mi ventana y miré el reloj de mi mesilla, que marcaba las ocho y media de la mañana.

Bufé en voz baja, escondiéndome de nuevo bajo mis sábanas. A penas había podido dormir la noche anterior por culpa de la tormenta y lo último que me apetecía era despertarme tan pronto, pero una vez despierta no pude volver a dormir.

Acepté mi destino y salí de la habitación.

―Buenos días, chicos. ―saludé entrando al salón. JJ estaba tirado en el sofá, aún medio dormido, y John B salía de la cocina con las manos vacías.

―¿Quién diría que esta vieja choza sobreviviría a un huracán? ―comentó el castaño dando un suave golpe a la pared de madera.― ¿Jj has salido a la calle?

―Tengo la polio, tío, no puedo andar.

Tanto mi hermano como yo salimos al exterior. Estaba todo hecho un desastre, había un árbol arrancado y cientos de ramas sobre el Mrs. Pogue.

―¿Qué mierda? Esto pinta mal, muy mal.

―Agatha se ha cebado, ¿eh? ―murmuré viendo el destrozo.

Me acerqué a John B y juntos quitamos los escombros que había sobre la lancha. Al mismo tiempo, Jj salió al exterior con una cerveza en la mano y observó a John B, que ahora miraba a la nada.

―¿En qué piensas?

―En que la tormenta habrá arrastrado los cangrejos al marjal. Los peces irán a por ellos. ―explicó el castaño sin apartar la vista del mar.

―¿Y lo de protección de menores? ―preguntó el rubio― ¿No era hoy?

―Ahora no cogerán un barco. ―aseguré. Podían ser muy pesados, pero no se acercarían tras la tormenta, no les importamos tanto como dicen.

―Tío escúchalo, ―comenzó John B girándose para mirarnos― Dios nos dice que pesquemos.

Mientras los chicos preparaban el Mrs. Pogue, yo entré al Château y me cambié rápidamente, poniéndome un bikini blanco, unos shorts y una camiseta ancha, que no estaba muy segura de quién era.

Atravesamos el puerto, donde, igual que en nuestra casa, estaba todo hecho una mierda. Saludamos a un par de locales hasta que llegamos a nuestra parada.

―Fíjate que tenemos por aquí.

El rubio hizo un sonido intentando imitar un walkie-talkie y habló― Reunión de seguridad. Asistencia obligatoria.

―No puedo, mi padre no me deja salir. ―explicó Pope, que llevaba un delantal y una escoba en la mano.

―¡Venga hombre! Tu padre es una nenaza, corto. ―dijo repitiendo el sonido.

―Te he oído, cabroncete. ―gritó Heyward saliendo de su casa.

―Queremos a su hijo.

―Sí, son reglas. Después de un huracán es día libre.

―¿Quién coño se ha inventado esas reglas? ―preguntó enfadado.

―Pues el pentágono, creo. Tenemos autorización. ―mintió de nuevo Jj.

―Lo haré mañana, ―se excusó el moreno― lo prometo.

―Sube, vamos. ―insistió John B en voz baja.

Mientras su padre le amenazaba, el moreno comenzó a correr hacia la lancha tirando el delantal y la escoba cuidadosamente al suelo.

―Te prometo que lo hare mañana. ―aseguró.

―¡Cuando vuelvas, vas a limpiar gambas y pescado!

―¡Tenga un buen día, señor Heyward! ―grité a medida que nos alejamos.

Seguimos navegando hasta que llegamos a unas escaleras donde esperaba Kiara con una neverita.

―Buenos días, chicos. ―inquirió levantándose y guardando su móvil en su bolsillo.

―¿Qué llevas ahí? ―preguntó Jj curioso.

―Pues unos yogures, palitos de zanahoria... ―la ayudé a subirse al barco mientras enumeraba lo que traía.

―¿Y zumos de los qué me gustan? ―cuestionó el rubio refiriéndose a la cerveza.

―Claro.

Pasamos la mañana en el Mrs. Pogue, bebiendo, dándonos baños y simplemente pasando el rato.

―¿Queréis ver un truco? ¡Pope, acelera un poco por favor!

Otra vez no, porfavor.

―No funciona, has intentado esto mil veces. ―me quejé.

Pope hizo caso al rubio y comenzó a acelerar. Jj intentó beber la cerveza a distancia, aunque fue en vano, ya que terminó derramándola prácticamente entera sobre el barco, y sobre nuestras cabezas.

De la nada, frenamos bruscamente, causando que el rubio saliera disparado desde la proa.

―Joder, Pope. ―murmuró Kie agarrándose la cabeza.

―¿Estás bien, Jj? ―pregunté asomándome desde el barco.

―Creo que he tocado la nuca con mis talones.

―¿Todo bien, O? ―cuestionó John B, revisándome con la mirada. Yo respondí levantando mi dedo pulgar, lo cual fue suficiente para calmar sus preocupaciones.

―¿Qué ha sido eso? ―preguntó la morena, mirando a su alrededor.

―Probablemente un banco de arena. ―supuso el castaño.

Aún seguíamos un poco aturdidos, ayudé a Jj a subirse al barco, dándole la mano, y una vez en el Mrs Pogue, le revisé con la mirada.

Parecía estar todo bien, y no tenía ninguna herida visible, lo que significaba que había tenido suerte, ya que esa caída podría haber sido muy peligrosa. Levanté la mirada y choqué con sus ojos.

Siempre me habían encantado.

―Chicos, creo que hay un barco ahí abajo. ―susurró Pope, sacándome de mis pensamientos y obligándome a mirarle.

―Una mierda. ―inquirió John B, pensando que era mentira.

―No, enserio. Hay un barco. ―repitió, esta vez más alto para que nos acercáramos todos.

Miramos desde el costado del Mrs Pogue, y como había dicho Pope, un barco se escondía bajo el agua. Acto seguido saltamos al agua para averiguar más.

Respiré hondo y sumergí mi cabeza bajo el agua. Abrí los ojos y comencé a nadar más y más profundo, no podía ver con firmeza, pero cuando llegué al barco pude diferenciar que era demasiado caro para estar ahí.

El pitido en mis oídos se volvió notable, y la falta de oxígeno me agobiaba un poco más cada segundo que pasaba, vi a John B subir a la superficie, y le seguí, impulsándome en el casco de la nave.

Respiré profundamente cuando llegué hasta arriba, recuperando el aire perdido.

―¿Habéis visto eso? ―inquirió Kie incapaz de esconder su sonrisa a medida que subíamos al barco de nuevo.

―Eso es un grady-white, ―añadió Jj― cuesta como 500 000 euros fácil.

―Ese es el barco que vi cuando surfeamos, igual se chocó con el embarcadero.

―¿Surfeaste? ―preguntó la morena, notablemente molesta.

El castaño respondió mirándola y levantando los hombros, a lo que Kiara resopló con desaprobación.

―¿Sabemos de quién es ese barco? ―preguntó Pope cambiando de tema.

―No, pero vamos a averiguarlo.

John B cogió el ancla y se la pegó al pecho, colocándose de espaldas al agua.

―Esta muy hondo. ―susurró la Kiara.

―Solo si eres un flojo. ―animó Jj sin pensar dos veces― A bucear.

A continuación, el rubio empujó a mi hermano. El castaño comenzó a hundirse hasta que su silueta desapareció en el agua.

Pasaban los segundos y John B no subía. El ambiente era tensó, y cada vez estaba más preocupada. Estaba apunto de saltar a por él cuando una cabeza apareció en la superficie. Suspiré aliviada cuando le vi de nuevo.

Los cuatro estábamos asomados impacientemente por estribor, pero el primero en hablar fue Pope.

―¿Qué has encontrado?

―¿Un cadáver? ―cuestionó Jj curioso.

―No, he encontrado una llave de motel. ―se podía ver como las caras de ambos cambiaron.

―Chicos, deberíamos reportarlo a la guardia costera, ―sugirió Kiara― igual nos recompensan.

―Y así no trabajamos en el verano. ―celebró el rubio.

Seguimos la sugerencia de la morena y emprendimos nuestro camino, con las esperanzas por el cielo.

Cuando llegamos estaba lleno de turistas que pedían cosas insignificantes, todo el mundo gritaba y se empujaba para ser atendidos antes.

El rubio se coló entre la gente, y yo le seguí, agarrándome de su mano para no perderme.

Comenzó a hablar, pero fue ignorado, al igual que muchos. Bufó y se dio la vuelta, dónde estaba yo parada.

Me miró molesto durante un segundo, parecía un niño pequeño. Puse mi mano en su hombro, con intención de consolarle y le guíe hacia donde estaban nuestros amigos.

―Bueno eso ha ido bien. ―dije sarcásticamente.

―Creo que sé como podemos averiguar de quién es el barco. ―inquirió el castaño mirando específicamente al moreno.

―No. ―negó Pope al instante― No sabemos de quien es la habitación, podría ser de cualquiera.

―Yo vigilaré. ―dijo Kie levantándose.

―Solo serás cómplice. ―animó el rubio.

―Vamos Pope...

𝐍𝐀𝐑𝐑𝐀 𝐉𝐉:

Cuando llegamos al motel, estaba todo destrozado.

―Y nos quejamos del Château. ―bromeé.

―Menudo antro. ―comentó Olivia por lo bajo.

Al instante la miré de reojo, estaba muy guapa y llevaba mi camiseta, que no era suficientemente larga para taparla entera.

―¿Antro o laboratorio de drogas?

―Tu decides.

―No es el sitio para un dueño de un Grady White. ―pensó John B en voz alta.

―No, es el sitio donde matarían a un dueño de un Grady White. ―contrastó el moreno, que aún desaprobaba el plan.

La castaña se bajó y amarró el barco, yo la seguí, bajando después con un pequeño salto.

―Oye, ―empezó Kiara con su voz de madre preocupada― no dejes que haga nada estúpido.

―Oh, lo haremos. ―aseguré.

―John B, ―continuó― tened cuidado.

Vi a Olivia dedicarle una mirada curiosa mientras nos alejábamos. Cuando estuvimos lo suficientemente apartados miré al castaño.

―Ten mucho cuidado John B ―dije manoseándole― ¿A que venía eso?

―No sé, querría que tuviéramos cuidado.

―Vamos tío, desde que te han amenazado con el exilio está como: Ten mucho cuidado John B... ―inquirí con voz de chica, intentado imitar a Kiara― ¿Cuándo vas a darme esa John D?

―Eres asqueroso Jj. ―comentó O desde atrás.

Estuve a punto de decir una guarrada, pero tuve que contenerme.

―Vamos, todos lo vemos. ¿Cuándo vas a lanzarte?

―Sabes las reglas, no líos entre pogues. ―dijo encogiéndose de hombros, a lo que respondí con un bufido.

Llegamos a la puerta y nos quedamos los tres en silencio. Teníamos que asegurarnos de que no hubiera nadie dentro, así que hice lo único que se me ocurrió.

―Servicio de limpieza. ―grité con voz aguda llamando a la puerta.

Recibí una mirada de desaprobación por parte del moreno, pero tras unos segundos de silencio abrió la puerta.

―Buscad algún nombre. ―inquirió John B mirando a su alrededor.

Al entrar a la habitación, me dirigí al baño directamente, rebusqué en el único neceser que había y me quedé un peine muy chulo.

Salí mientras me lo guardaba en el bolsillo, pero Olivia me pilló. Me regañó con la mirada y a regañadientes lo devolví a su sitio.

John B rebuscaba en el armario, hasta que encontró una caja fuerte.

―Ey, prueba esto. ―sugirió la castaña entregándole un papel que había cogido de la mesilla de noche.

Se agachó a su lado, y no pode evitar mirar su culo. Vamos, lo estaba haciendo aposta. No era mi culpa, yo no podía controlar estas cosas.

La voz de John B me devolvió a la realidad.

―Jj, esto te interesa. ―me acerqué, borrando a O de mis pensamientos, y centrándome en la pistola que estaba en el interior de la caja.

La cogí en cuanto la vi― Es una Sig Sauer, una pipa carísima.

―Deja la pistola. ―ordenó el castaño― Déjala. ―repitió al ver que no le hacía caso.

―Solo hazme una foto. ―pedí.

―¿Una foto? ―preguntó Olivia.

―Sí, así.―dije posando como si fuera un Ángel de Charlie.

―¿Quieres una foto con posibles pruebas incriminatorias? ―la miré como si la respuesta fuera obvia, pero antes de que pudiera responder sonó algo en la ventana.

Los tres nos asomamos, corriendo la cortina. Pope y Kiara hacían señas para que saliéramos lo antes posible, acto seguido se escuchó como alguien llamaba a la puerta.

Era la poli.

Abrí la ventana y los tres salimos, apoyándonos en un pequeño tejado. Olivia fue la última y le di la mano para ayudarla, dejándole un hueco delante de mí.

Sentí como el castaño nos dedicó un par de miradas, pero O no las notó, y yo las ignoré.

La tenía completamente pegada a mí, mis brazos estaban apoyados en una tubería que estaba detrás de su espalda, así que básicamente la estaba abrazando.

Me asomé un poco y vi a los polis coger dinero de la caja fuerte y repartírselo.

Se lo estaban quedando.

Intenté recolocarme, pero la mano que tenía en la tubería se resbaló, y perdí el equilibrio. Pensé que caería al suelo, pero las manos de la castaña me agarraron justo a tiempo, sin embargo a consecuencia de ello, la pistola se cayó de mi bolsillo al suelo lo suficientemente alto para que los polis lo escucharan y se asomaran por la ventana.

Pope y Kie, que observaban toda las situación, disimularon mirando a otro lado, al menos lo mejor que pudieron.

Como acto reflejo, me pegué más a Olivia, que ahora tenía los ojos cerrados. Miré sus labios, que se encontraban a pocos centímetros de los míos, y cuando levanté la mirada, me miraba con una sonrisa burlona.

Me ama, yo lo sé.

Cuando los policías salieron de la habitación, volvimos al barco.

―Eso ha sido divertido, pero podríais habernos avisado un poco antes. ―dije subiéndome a la lancha.

―Lo habríamos hecho, pero Pope estaba en el club de mates. ―explicó la morena.

―¿Estabas en el club de mates? ―preguntó O sentándose a mi lado.

―Los polis se llevaron todo como si fuera una escena del crimen, ―inquirió Pope, cambiando de tema― ¿habéis encontrado algo?

Van a flipar.

―¿Qué si hemos encontrado algo? No sé... ¡Ah sí! ―dije sacando la pistola y un fajo de billetes que me había llevado.

―¡Ostia puta Jj!

―¿Te has llevado eso de una escena del crimen?

―Mejor yo que los polis. ―me justifiqué encogiéndome de hombros.

―Voy a perder mi beca... ―susurró el moreno negando con la cabeza.

Cuando llegamos al muelle, vimos como se llevaban un cuerpo en una camilla― ¿Quién es ese? ―preguntó John B a una chica rubia que estaba a nuestro lado.

―Es Scooter Grubbs. ―contestó― Le pilló la tormenta.

¿Casualidad? Lo dudo.

―¿Qué barco tenía?

―No sé como, pero ese cabrón tenía un Grady White. Todo el mundo lo está buscando. ―nos miramos entre nosotros atando los cabos y volvimos al Château.

Kie estaba sentada con la cabeza de O en su regazo, yo estaba tumbado en un sillón, en frente suyo. John B estaba sentado en una silla con la cabeza enterrada entre sus manos, a saber en que estaba pensando. Pope había salido a tomar el aire, el pobre estaba estresado.

De la nada, entró acelerado por la puerta ―Vale, no hemos visto nada. No sabemos nada.

―Pope tiene razón, ―inquirí señalándole― por primera vez.

―No podemos quedarnos ese dinero. ―opinó Kiara.

Al oír sus palabras, Olivia se incorporó― ¿No?

―Tenemos que dárselo a Lana Grubbs, si no es mal karma. ―argumentó.

―Mal karma por estar implicados en un delito. ―recordó Pope― Hay que callarse.

―Si eso significa que nos quedamos el dinero, me parece bien. ―comenté colocándome en mi sitio.

El silencio tras mis palabras sugería el final de la discursión, hasta que John B se levantó y tomó la palabra― A mi no me parece bien.

―Solo pensarlo. Estamos hablando de Scooter Grubbs, un tío que compraba cigarrillos sueltos. Una vez lo vi pidiendo dinero en un aparcamiento para pagar la gasolina. Estamos hablando de un pringado que nunca ha tenido más de diez euros en su cartera. ¿Y de repente tiene un Grady White? Ahí lo dejo. ―inquirió levantando los brazos.

Salimos fuera, a reflexionar sobre las palabras del castaño, o más bien a convencer a Pope de que había algo más en esta historia que no sabíamos.

―Piénsalo. ―inquirió John b― ¿Cómo consigue un tío así un Grady White?

―¿Prostitución? ―respondió inseguro.

―Drogas. ―le corrigió― Pasaba desapercibido, no había vigilancia aérea... Durante un huracán se suspende toda esa mierda. ¿Qué significa eso Jj?

―Contrabandismo. ―contesté seguro.

―Contrabandismo. ―repitió― Y estoy seguro que ese barco está lleno de mercancía de contrabando.

Volvimos a dentro del Château, el moreno estaba al caer, solo necesitaba un empujón para entrar en razón.

Estábamos en la habitación de John B, mirando a Pope impacientes, esperando su opinión.

―Si realmente es un barco contrabandista, con sustancias ilegales dentro, probablemente son de otra persona, lo que significa que podrían ir a por ello. Robarla sería una estupidez catastrófica.

―Si bueno, las cosas estúpidas siempre tienen buenos resultados. ―inquirí enseñando el fajo de billetes que habíamos conseguido― Ahora mismo solo tenemos que averiguar como abrir la bodega de ese barco, hasta entonces actuamos con normalidad.

―¿Y cómo hacemos eso?

―¿Una fiesta?



















por fin tenéis el primer cap publicado!!!!

intentaré publicar más a menudo, aunque justo voy a empezar exámenes ahora... (que alguien me mate porfi)

en fin, qué opináis??? aún no se ha visto mucho sobre la relación de jj y olivia, pero poco a poco descubriréis más

espero que os haya gustado, no os olvidéis de votar y comentar, nos vemos prontito!

os amo <3

(2701 palabras)

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