𝖮𝟣⏤
⏤Alguien ha estado usando la sala diez.
⏤¿La que está en el lado abandonado del edificio dos? ⏤preguntó una de las personas presentes.
⏤Sí, lo sé porque cada vez que cierro la cerradura al día siguiente está sin seguro.
⏤¿Alguien tiene la otra llave? ⏤Una chica se unió al caso.
⏤El único que debería tenerla es Minho.
⏤Pero él no vino hoy a la escuela.
El chico que estaba de pie con los brazos cruzados, dejó escapar un suspiro; dándose por vencido de resolver el problema ese mismo día y volvió a sentarse.
⏤Tendremos que esperar hasta mañana para preguntarle.
⏤¿Quién lo hará?
Todos comenzaron a mirarse entre sí, excepto el chico de anteojos que estaba organizando algunos documentos en la otra esquina de la mesa y lejos de lo que estaban hablando.
⏤¿Quién está en la misma clase que él?
⏤Felix. ⏤Dijo inmediatamente la chica que tenía un broche decorativo con el nombre "Danielle" en su camisa de la escuela.
El mencionado dejó de ordenar los papeles que le había entregado uno de los profesores de la escuela y miró a todos los que estaban reunidos viéndolo atentamente.
⏤¿Qué...?
⏤¿Podrías preguntarle a Minho sobre la llave de la sala diez?
⏤¿Por qué... yo? ⏤confundido. Se arrepintió, pues al parecer su pregunta pareció más un reproche ya que todos los reunidos lo miraron más confundidos que él a ellos. ⏤Bueno, ¿por qué no lo hace alguien más?
⏤Están en la misma clase, ¿no?
Asintió.
⏤Entonces Felix le preguntará mañana a Minho y Danielle y yo nos encargaremos de vigilar el área. ⏤el que inició el caso organizó.
⏤¿Tú y yo? No, la última vez que trabajé contigo mis padres casi me castigan por quedarme hasta tarde en la escuela, ¡hice todo el trabajo por los dos!
El chico resopló.
⏤You spent all your time playing video games, Jake! / ¡Pasaste todo el tiempo jugando videojuegos, Jake! ⏤le miró enojada al quejarse en su idioma nativo.
⏤I asked you if you wanted to play! / ¡Te pregunté si querías jugar! ⏤le contestó con el mismo idioma.
⏤No sé que tonterías están diciendo. ⏤susurró Jihyo.
El chico de anteojos se levantó de su asiento, haciendo que la silla crujiera para interrumpir la discusión que comenzaba a darle dolor de cabeza. Se puso los audífonos antes de hablar.
⏤Si eso es todo por hoy, me voy. Nos vemos.
Los demás se despidieron antes de que la puerta se cerrara detrás de él.
Salió de la sala del consejo estudiantil, caminó por los pasillos, se dirigió a la biblioteca y escuchó música con sus audífonos a todo volumen. Aunque no prestaba mucha atención a las reuniones porque casi siempre estaba ordenando documentos como títulos, certificados o currículos de estudiantes, iba a la biblioteca cuando terminaba el consejo, es decir, iba allí cada día para estudiar o leer.
Y es que, Felix era un fanático de los libros; de todo lo relacionado con la literatura. Incluso solía escribir algunos escritos. Así que, después de mucho trabajo -estrés- en el consejo, iba a relajarse un poco.
Entró a la biblioteca quitándose uno de los audífonos de la oreja y bajó el volumen de su reproductor de música, saludó a la chica detrás del escritorio con una pequeña sonrisa como de costumbre y se dirigió a la sección de filosofía.
Tomó uno de los libros de su escritor favorito, le echó un vistazo y finalmente se decidió a leerlo, se dirigió a la mesa donde solía sentarse en todas sus sesiones de lectura, la que estaba al fondo de la sala. Pero se disgustó al ver una escena desagradable en su mesa habitual.
Eran dos chicos, una chica sentada en la madera de la mesa con las piernas abiertas; donde estaba incorporado el otro chico, muy cerca de ella. Su expresión de horror se hizo más grande al notar los besos obscenos y las manos del chico recorriendo los muslos de la contraria.
Agradeció que solo pudiera ver la espalda del chico y las piernas de la chica a la distancia, quién sabe lo que estarían haciendo de frente. Sin embargo, en esa posición no podía ver sus rostros, pues era el vicepresidente del consejo estudiantil; se supone que tenía que avisarle sobre esto a un profesor.
No fue así hasta que alguien llegó.
⏤Felix, you're here! I was looking for you everywhere. / ¡Felix, estás aquí! Te buscaba por todos lados.
La voz femenina de Danielle intervino en la escena de la pareja y distrajo a Felix de lo que estaba viendo hace un momento. El chico de cabello castaño se sintió un poco extraño cuando sus ojos hicieron contacto con los del chico que había abandonado su momento con la chica al escuchar el escándalo.
Felix miró el broche, leyendo el nombre "Hyunjin" en letras Hangul. Había oído hablar de él antes, pero nunca lo había visto de frente. Escuchó a las chicas de su clase hablar de él; lo insultaban porque las rechazaba o dejaba de tener contacto con ellas y al mismo tiempo lo elogiaban por tener un atractivo influyente.
Mas nunca se había topado con él, frente a frente. Ahora que lo tenía delante, no entendió porque todos estaban locos por él, ni siquiera tenía educación alguna.
Borró su expresión cuando el chico llamado Hyunjin sonrió de lado al descubrirlo, mientras que la chica se escondía avergonzada detrás de él.
⏤W-what is this? / ¿Q-qué es esto? ⏤le susurró a Felix al notar la misma escena que él.
El pecoso giró a ella.
⏤What happens? / ¿Qué ocurre?
⏤Oh ⏤tomó concienda de la razón por la que corrió detrás de él. ⏤, you dropped this in the meeting room. / Oh, se te cayó esto en la sala de reuniones. ⏤le mostró un documento de los que él estaba ordenando hace un rato.
⏤Gracias. ⏤lo tomó.
Dió una última mirada, volvió a conectar su mirada con el pelinegro, éste aún con una sonrisa ladeada. Le dió algo de coraje porque no estaba teniendo nada de dignidad dentro de la escuela haciendo eso con la otra chica, a parte, ¿cómo se le ocurría hacer algo así dentro de una escuela pública?
Se fue, pues aquel momento le amargó el día.
El bullicio de la cafetería escolar era como un zumbido molesto para los oídos de Felix. Odiaba el ruido y más cuando se encontraba comiendo. Usualmente comía con su madre en silencio, no uno incómodo, era todo lo contrarío. Sin embargo, a veces omitían aquello cuando se preguntaban cómo fue su día de escuela y trabajo.
Pero en esta ocasión, Felix rodeado de ruidosos estudiantes mientras almorzaba era odioso hasta cierto punto de querer irse de ahí sin comer. Si no fuera por los dos profesores que estaban vigilando en la entrada. Nadie salía de ahí hasta que terminase el tiempo de almuerzo -con quince minutos establecidos- y que los profesores lo indicaran.
Cuando Felix logró terminar su almuerzo -digo logró porque pudo soportar el escándalo de los otros estudiantes mientras comía-, observó a sus alrededores, a cada una de las personas que se encontraban en cada mesa del lugar. Todos los comedores estaban ocupados por grupos de amigos o a veces de personas que no tenían amigos y no tenían otra opción que sentarse al lado de otros desconocidos, como ese era el caso de Lee.
Miró a un grupo de estudiantes que lucían cercanos, riendo por algún chiste que hizo uno de ellos. A veces le costaba decir que le daba algo de envidia ver estudiantes compartir la hora de comer juntos, conversando de algún tema interesante, divirtiéndose, hacer o decir cualquier tontería que les causara risa. Qué va, Felix preferiría comer solo que convivir con gente torpe.
Siguió observando aquel grupo, analizando a cada uno de los integrantes. Se detuvo al ver a uno en específico.
Hwang Hyunjin.
Hizo una mueca de disgusto al ver que el antes mencionado estaba acariciando el muslo del chico que estaba a su lado por debajo de la mesa.
¿Ese chico no tiene dignidad? ¿Al menos algo de discreción?
Negó mentalmente, bebiendo de su malteada sin despegar la vista en aquellos descarados movimientos que le estaba haciendo Hyunjin al chico de ojos pequeños. El último parecía disfrutarlo, pues actuaba con neutralidad con sus amigos mientas conversaba con ellos y de vez en cuando frotaba sus propias piernas contra la mano del pelinegro.
Ese chico estaba hace unos minutos con una chica, también haciendo toqueteos obscenos y besándola en un lugar público donde cualquiera los podía ver. Esta vez era con un chico, pero sin besos ni movimientos tan más allá de lo normal -eso quería creer- como antes.
Una vez que los profesores abrieron las puertas, todos se levantaron, dejaron la charola de comida en la mesa que estaba cerca de la salida y fueron saliendo.
Felix hizo lo mismo, dejó su recipiente sucio y salió. No sin antes recibir un pequeño golpe que le hizo casi tropezar. Volteó hacia atrás, encontrando un montón de sospechosos que salían de la cafetería y que entre todos ellos solo había un culpable. Pero, ante tener miles de estudiantes que pidieron haberlo empujado, tuvo que darle menor importancia, porque tenía mejores cosas de que ocuparse.
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