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     Mientras una cegadora luz roja le quemaba la vista no podía dejar de pensar en cómo había llegado hasta ese punto, literalmente, ni siquiera recuerda como llegó tan rápido a la casa de la pareja si ni siquiera tiene auto.

     Bueno, si dejamos lo irrelevante de lado, podemos caer en la conversación de unos minutos atrás que tuvo Hyunjin con los chicos, cosa bastante importante porque sino no entendería por qué carajos hay una luz roja en una habitación supuestamente normal.

     Lo habían sentado en el salón apenas llegó, mirándole con una expresión extraña, como si no supieran qué hacer con él y su presencia. Tuvo ganas de reír, si ni siquiera ellos estaban seguros de lo que hacían... ¿cómo esperaban que él no estuviera a punto de sufrir un ataque cardíaco? No es que deseara exagerar en aquel momento, pues de verdad sentía el corazón saliéndose de su pecho a la hora de escucharlos.

     ─ Hyunjin...─ comenzó Minho, parado a un lado de Felix que no dejaba de sonreír─ Es posible que después de esto la forma en que nos veas a ambos cambie, cosa que sería bastante normal pero nos queremos asegurar de que entiendas la situación─ el pelinegro simplemente asiente─ puedes irte apenas te sientas fuera de lugar...

     ─ ¿Cómo ahora?─ bromea.

     ─ Imbécil─ el otro rió ante el insulto. ─ Como te decía, si te sientes demasiado incómodo solo tienes que levantarte e irte, nosotros no lo tomaremos de mala forma, ¿esta bien? porque no somos tan vainilla como esperas.

     Hyunjin repasó las palabras con cuidado.

     ¿De verdad estaba bien con todo esto?

     Cuando los miró y vio los brillos de emoción en sus ojos, se decidió que esto sería lo más fácil si es que quería escribir una buena escena.

     ─ Entiendo.

     ─ Otra vez, no es necesario que nos toques ni nada, puedes quedarte en el sofá que está a un lado de la cama─ apuntó al cuarto, como si desde donde estaban se pudiera ver el mueble. ─ Claro... en el caso que no desees participar.

     Oh, mierda, el tono de Minho había bajado notoriamente de nivel ante lo dicho, tanto así que le erizó el vello del cuello con rapidez, tal como la vez que Felix insinuó algo parecido.

     Ahora no tenía dudas de que esta pareja quería mucho más que un simple oyente.

     ─ No sé nada de esto y tú piensas que podría manejar estar con dos personas a la vez, ¿eres idiota?

     ─ Es solo una invitación... tú decides─ interrumpió el rubio, alternando la mirada entre su pareja y el dulce chico sonrojado en el sofá. ─ Entendemos que solo estés aquí para ganar un poco de inspiración, ¿cierto, bebé?─ pronunció hacia Minho. En algún punto de la conversación Felix se movió detrás de Hyunjin, tomando sus hombros con un agarre firme que le hizo temblar.

     ─ Totalmente.

     La respuesta afirmativa del castaño hizo pensar al más pálido. Claro que quería ser parte de la acción, aunque se estaba obligando a tener una mente profesional para recolectar bien la idea y esencia de lo que estaba por venir.

     Juego de palabras.

     Como sea, la cosa es que ahora estaba en aquel sillón que Minho había nombrado, con la espalda derecha y los hombros tensos porque no sabía en qué momento saldrían sus amigos del baño.

     ¿Acaso ya habían comenzado un juego previo ahí dentro? Debería agregar eso a su historia, por lo que buscó algo para anotar y al no encontrar nada se decepcionó, pues su libreta había quedado olvidada en su hogar después de partir volando a este encuentro.

     Se sobresaltó cuando de pronto vio a Felix sobre la cama, de rodillas y erguido mientras lo miraba atentamente.
¿Tan distraído estaba que no notó su presencia en frente suyo? No perdió el tiempo para mirar al rubio, mirando la camiseta que le cubría el pecho y los bóxer que se asomaban bajo la tela de la misma.

     Basta.

     ─ ¿Y Minho?─ preguntó, sin necesitar una respuesta verbal cuando este apareció por la puerta del baño, justo detrás del rubio. Hyunjin conocía al castaño desde hace mucho tiempo, le había visto desnudo después de los entrenamientos en la escuela y muchas veces al cambiarse de ropa, no tendría que ser diferente ahora, sin embargo, el rubor se extendió por su rostro al verlo con una simple toalla rodeando su cadera... con las gotas de agua cayendo por su pecho hasta esconderse en...

     Mierda, no debería estar pensando en esa clase de cosas cuando Felix tenía su mirada clavada en su cara, sin perderse detalle del calor que emanaba su expresión.

     El rubio le dedicó una sonrisa ladeada y el pelinegro solo tragó duramente saliva tras apartar sus ojos.

     ─ ¿Estás listo, Hyunjin?

     ─ Si me lo sigues preguntando voy a salir corriendo.

     ─ Lo tomaré como un sí─ con cuidado el menor se acomodó de espaldas sobre la cama, jugueteando con su propia camiseta mientras esperaba a que Minho tomara el primer paso.

     El mayor no esperó mucho más para subirse en la cama, dejando a un lado la toalla que, por la salud mental de Hyunjin, solo había estado cubriendo unos bóxer. Sin demorarse trepó por Felix, acorralando su cuerpo contra las sábanas desordenadas que se atrevían a acariciar las piernas desnudas del rubio, las mismas que fueron sujetadas por su pareja en cuestión de segundos, apretando y subiendo por estas a la altura de sus muslos.

     El pálido se sobresaltó al ver como sus labios se habían unido en un lento beso, tal como su historia indicaba al principio, para luego progresar en chasquidos vulgares y húmedos que escuchó con detalle.

     Al mismo tiempo, Lix se encontró retorciéndose bajo las manos del castaño, las mismas que se repartieron las tareas para acariciar su miembro y uno de sus pezones, todo sobre la ropa. Los jadeos salían sin vergüenza entre los espacios que sobraban en el beso, dejándole el suficiente tiempo para volver a tomar un poco de aire y continuar con ello.

     Ahora Hyunjin no podía dejar de pensar en que no lograba ver a detalle todo lo que ocurría con el cuerpo del rubio gracias a la ropa, por lo que no encontró mejor idea que abrir la boca.

     ─ Felix...─ ambos chicos se separaron, volteando la mirada hasta el pelinegro que se encontraba claramente afectado con la escena. ─ Quítate... ¿podrías quitarte la camisa?

     Lix sonrió coquetamente hacia los dos, pidiéndole silenciosamente a Minho que hiciera caso a la petición del tercero. Una vez abandonada la prenda en algún sitio del cuarto, continuaron con lo suyo, esta vez el castaño recorriendo con sus manos el cuerpo de su amado mientras lamía con fervor el cuello del mismo, alternando entre mordidas y chupones hasta llegar a los mismos pezones que apretó antes.

     Felix gimió con la humedad que rodeó su aureola en ese instante, atrapando el cabello del chico para atraerlo aún más hacia su pecho y arqueando su espalda para hacerlo incluso más fácil. Lloriqueó con placer cuando una succión pasó el límite del dolor que soportaba, moviéndose hacia abajo para chocar con la pierna entre las suyas y comenzar a frotar su erección contra esta.

     Hyunjin dejó de cruzar sus propias piernas cuando su miembro semierecto se sentía incómodo y estimulado gracias a los ruidos que el rubio no se molestaba en disimular.

     Se estaba excitando sin siquiera verlos en la verdadera acción, quizá era la luz roja alterando un poco sus sentidos o el espejo que le dejaba ver el otro lado de la situación, aunque no dudó del por qué cuando los ojos brillantes y mojados de lágrimas de Felix le observaron de pronto, teniendo que apretar hacia abajo su erección cuando dolió ante el pequeño lamento que los labios contrarios soltaron.

     Oh, de verdad quería participar.

     Minho sin esperar mucho más, levantó al menor al tomarle por el brazo, cambiando así su posición que ahora consistía en quedarse boca abajo con la cadera elevada y el pecho rozando las sábanas, volviendo mucho más fácil el siguiente paso en la mente del castaño. Aprovechó al quedar cara a cara con Hyunjin para mirarlo detenidamente, notando su ceño fruncido y la mano que cubría su entrepierna.

     ─ ¿Estás disfrutando del espectáculo?─ no recibió más respuesta que un simple gruñido bajo que le hizo sonreír.

     Felix levantó la mirada con los ojos entrecerrados, estremeciendo al pelinegro con su expresión sucia que nunca antes había visto. Mierda, que lo perdone Minho porque su polla tembló bajo la tela de sus pantalones. No perdió de vista al castaño retirando los bóxer del rubio para después tirarlos a un lado. Lamentablemente desde ese ángulo no lograba ver más que las caderas y rostro de Felix, al igual que la parte superior del mayor detrás del menor.

     Básicamente se estaba perdiendo todo lo bueno.

     El castaño, notando el problema de Hyunjin, cruzó su izquierda sobre los hombros de su pareja, elevando su cuerpo hasta que quedaron pegados y con la espalda del rubio chocando en el pecho del contrario. En esa posición era posible ver por completo la desnudez del menor, desde sus pezones erectos y el miembro húmedo apuntando en su dirección.

     ─ Yongbokie... ¿acaso te avergüenza mostrarte de esta forma a nuestro invitado?─ murmuró Minho contra la oreja del nombrado, llevando su mano libre hacia el frente para sujetar la polla del chico fuertemente. ─ Mira lo mojado que estás, apenas te he tocado.

     ─ Minho...─ el pelinegro miró fijamente la reacción del rubio, quien bajó sus manos hasta los muslos del mayor que se hallaban a sus costados.

     ─ ¿Qué ocurre? ¿No vas a contestar, bebé?─ acarició con lentitud el glande que apresaba entre sus dedos, consiguiendo pequeños espasmos y jadeos por parte del chico. ─ ¿Te das cuenta, Hyunjin?─ pronunció con profundidad, buscando los ojos del segundo mayor que no dejaban de seguir el recorrido que hacía su pulgar.

     ─ ¿Uhm?

     ─ Nuestro pequeño Jinnie está demasiado caliente para responder─ habló mientras soltaba los hombros del rubio, dirigiendo su mano hasta la boca del mismo para introducir tres dedos en la húmeda cavidad. El cuerpo de Hyunjin se removió con sorpresa.  ─ ¿Podrías decirme si ya está llorando? Que no te engañe, a él le encanta esto.

     Apenas veía con la luz roja, pero el pálido de todas formas dirigió su mirada al rostro de Felix, notando sus pestañas brillantes gracias a las lágrimas que caían por sus pómulos encendidos. Sus ojos chocaron y pudo notar que el mayor tenía razón.

     Lo estaba disfrutando.

     No pudo responder ante la vista, por lo que simplemente asintió con la cabeza y Minho lo entendió.
 
     ─ ¿Listo para escuchar a este pequeño gemir?─ no hubo tiempo para procesar las palabras del mayor cuando el mismo tomó la parte trasera de la cabeza de su pareja y empujó hacia abajo, hundiendo el rostro lloroso contra las sábanas y logrando empinar el culo desnudo del chico frente a él. Hyunjin ni siquiera notó el momento en que ya había enterrado sus falanges lubricados en aquel anillo hasta que el rubio chilló de dolor y gusto.

     Oh, mierda, no estaba listo.

     Las respiraciones agitadas tomaron lugar en el cuarto, los dos menores más exagerados a pesar de que solo uno estaba siendo preparado. Las sábanas se arrugaron entre las manos del menor, desesperado por un aire que le llegaba con dificultad debido a la posición. El roce entre sus paredes solo ocasionó más presión, gimiendo sin retener el impulso de mecer sus caderas de adelante hacia atrás.

     ─ ¡M-Más despacio!─ pidió, con el miembro doliendo y goteando sobre la cama, dudaba que llegara a durar mucho más si seguía de esa forma, pues la velocidad no disminuyó ni siquiera un poco, es más, se atreve a decir que el muy jodido de su pareja la aumentó.

     Hyunjin por su lado ya estaba demasiado distraído como para siquiera pensar en su historia, por lo que ahora se hallaba masturbando su propia erección bajo los pantalones, aún sin liberarla porque no se sentía correcto.

     Aunque nada se sentía correcto después escuchar los lloriqueos y quejidos de placer de Felix, quien sentía todo su cuerpo caliente, vibrante y cosquilleando en la parte de su abdomen que se contraía con cada embiste por parte de los falanges ajenos. Cuando logró correrse, levantó a propósito su cabeza, mirando al pálido con una sonrisa cansada que inevitablemente le hizo acariciarse más rápido.

     Minho se detuvo abruptamente en su labor, retirando los dedos que rápidamente se unieron a su otra mano para bajarse la ropa interior, lento y sin preocuparse en lo desesperado que se veía el menor después de estar desatendido.

     Definitivamente Hyunjin estaba colapsando.

     ─ Muy bien, cariño...─ dijo el mayor, desnudo al fin para el placer de los presentes. Se movió sin delicadeza sobre el rubio, acercándose lo suficiente para posar el glande sobre la entrada y comenzar a jugar cruelmente con este, mirando el como se contraía en busca de ser llenado a pesar de lo sensible que se sentía. ─ ¿Ya quieres que entre? Imagino que Hyunjin se sorprenderá de lo mucho que te gusta tragarte mi pene por completo, ¿no es así?

     El nombrado simplemente gimió al imaginarse la escena, encantando a la pareja que felizmente cumpliría con la fantasía.

     ─ Dios, Minho... entra de una vez─ no se hizo de rogar, gruñendo al introducir su miembro de una estocada hasta la base, consiguiendo un grito de Felix. Las respiraciones pesadas de los tres hicieron más tenso el asunto, lo suficiente para poner nervioso al rubio─ M-Muévete, por favor.
 
     ─ En eso estoy...─ respondió, retirándose hasta la mitad y volviendo a adentrarse tal como pidió Lix, repitiendo esta acción hasta que el ritmo alcanzó un punto perfecto. El choque de pieles enviaba una corriente eléctrica por el pelinegro, quien se centró en aliviar su propia erección que ya estaba a punto de estallar, jugando entre apretar y soltar la base hasta que sus músculos saltaban con placer.

     El ruido viscoso producido por el roce de su mano y el líquido preseminal apenas daba aparición, pero era lo suficientemente fuerte y atrayente como para que la pareja lo escuchara, logrando así que ambos pares de ojos se posaran en él. Hyunjin, sin soportar más lo ajustado que se sentía, liberó su polla ante ellos, enseñando lo mucho que estaba disfrutando a pesar de no haber hecho más que observarlos.

     Ante esto, Minho quiso calentarle mucho más, por lo que sabiendo del efecto que Felix tenía en el otro, con su derecha sujetó firmemente su pelo rubio, alzando su torso hasta que apenas conseguía afirmarse en la cama con la punta de los dedos. Como era de esperarse el menor gritó, más por sopresa que por dolor, aunque aquello claramente no le importaba en lo más mínimo al pálido que fijó su vista en él y su rostro lleno de muecas de placer.

     ─ Mi amor, creo que nuestro amigo necesita un poco de ayuda─ murmuró el castaño, pidiendo, más bien ordenando al rubio que hiciera algo.

     ─ ¡H-Hyunjin!─ lloriqueó, él no necesitó mucho más que eso para correrse en abundancia sobre su mano, elevando la pelvis en busca de una intensidad que le llevó al límite en su sobre estimulación. Echó su cuello hacia atrás, separando sus labios en un gemido silencioso. Dio los últimos tirones a su miembro mientras sentía que este no disminuía en su tamaño, cosa que se esperaba, aunque de igual manera le hizo sorprenderse.

     ─ Eso...

     ─ ¿Fue increíble?─ terminó Minho, tomando con su mano libre la cadera de su pareja y empujándolo hacia sí agresivamente, consiguiendo sus gemidos entrecortados con la nueva posición que adoptaron. La capa de sudor que cubría sus cuerpo era lo suficientemente atractiva como para que Hyunjin deseara probarla, por lo que desde su lugar le pidió permiso al castaño de forma silenciosa, mirándole como un cachorro apenado. ─ ¿Quieres unirte?

     El pelinegro asintió mientras Felix abría sus ojos brillantes, emocionado, volteando a ver al mayor para que le concidera el placer al ajeno.

     Después de aceptar, el pálido se acercó con cuidado hasta el borde de la cama, su cuello siendo atrapado entre los brazos desesperados del rubio por un soporte. No tardaron en juntarse en un beso desordenado por culpa de los empujes que recibía el menor, gemidos y jadeos entorpeciendo aún más la unión.

     Las manos inquietas de Felix recorriendo su torso en busca de desnudarlo por completo, tirando de su camiseta hacia arriba y separando sus bocas momentáneamente, uniéndose después de que Hyunjin jadeara contra sus labios al segundo de sentir su pene ser sujetado con fuerza, la suficiente para hacerlo temblar de la cabeza a los pies.

     Minho solo se enfocó en seguir embistiendo a su pareja, tensando su cuerpo cuando el rubio apretó sus paredes alrededor del miembro en su interior, logrando así que la primera corrida del castaño le llenara con ansias.

     ─ ¿Estás preparado para una segunda ronda, cariño?─ preguntó al menor, alejándose de los otros dos para recostarse de espaldas sobre la cama, invitando con unas simples palmadas en sus muslos al recién nombrado.

     ─ ¿Vamos a...?─ no completó su pregunta, temiendo intimidar al chico a su lado que les miraba con la confusión grabada en todo el rostro.

     ─ Que rápido lo captas.

     ─ Disculpen─ interrumpió el ajeno a la conversación─ ¿Vamos a hacer qué?─ Felix giró a mirarlo junto una sonrisa atractiva, aún con la mano acariciando de arriba hacia abajo.

     ─ ¿Te gustaría probar la doble penetración con nosotros, Hyunjin?

     ─ ¿Qué?─ realmente esa podría ser su palabra más icónica durante esta semana.

     Los amantes solo se rieron del tierno hilo de voz que dejó salir el pelinegro.

     ─ Eso... nunca lo hemos intentado antes y nos pareció una buena idea que tú seas el que nos ayude─ el rubio besó coquetamente su mejilla, separándose también para dirigirse a Minho, subiéndose a horcajadas sobre él y sin vergüenza sentándose en su miembro.

     Al segundo comenzó a frotarse contra este, sin despegar sus ojos y rostro sonrojado del pálido, mientras el chico debajo suyo sujetaba sus muslos una vez más para moverlo a su gusto. Casi se sentía como una invitación vulgar, más bien es lo que era pero en el fondo ya sabían que Felix la había aceptado hace un rato atrás.

     Por lo que así sucedió, quitándose por completo las prendas y dejándolas regadas por el suelo, a este punto aquel desorden era lo menos importante como para prestarle atención. Se subió y avanzó con sus rodillas hasta quedar detrás de la pareja, deleitándose de los pequeños temblores en el cuerpo de Felix, el sudor en su espalda y la corrida del mayor cayendo por su culo. Las trabajadas piernas del castaño que se asomaban por los costados del otro y las manos firmes que sujetaban al rubio.

     Era una vista que dudaba olvidar.

     A pesar de estar listo para lo que sea que viniera a continuación, se encontró nervioso y congelado en su posición, sin saber qué hacer exactamente porque esto es totalmente nuevo para el segundo mayor.

     ─ Y-Yo... no tengo idea de qué debo...

     ─ Hyunjin─ Minho llamó, con su voz fuerte que le quitó las palabras─ tranquilízate y nosotros te diremos qué hacer, tú solo disfruta de nuestro Yongbokie, ¿estás de acuerdo, amor?

     El más bajó asintió, sonriéndole al pelinegro a sus espaldas.

     ─ Sabemos que no me vas a lastimar, no tengas miedo.

     Muy bien, ni siquiera había pensado en la posibilidad de lastimarlo y ahora está comenzando a creer que es algo que ocurrirá.

     Se quedó en silencio, observando a detalle como el rubio introducía el pene del mayor una vez más en su interior, perdiéndose en la idea de que sería casi imposible que ese anillo tan apretado pueda con los dos al mismo tiempo.

     ─ H-Hyun, necesito que empieces a usar tus dedos si en verdad deseas esto─ jadeó, removiéndose con cuidado─ lámelos y mete lentamente uno antes de los demás.

     ─ Avísame si hago algo mal─ empujó la espalda del chico hacia adelante, logrando arquearla y acercándolo a Minho, dejando suficiente espacio para comenzar con esa locura. Acarició con su mano derecha alrededor de la penetración, notando que ambos respondían al roce de sus dedos en la zona. Estuvo minutos enteros estimulando a Felix hasta que por fin consiguió introducir su índice, de un lado hacia otro, de adelante hacia atrás para después meter otros dos. 

     No tenía ni idea de cuánto tiempo debía estar así pero ojalá no fuera mucho más, pues los pequeños ruiditos de Lix y la respiración pesada del castaño estaban endureciendo su pene con una fuerza increíble.

     Cuando las suplicas del rubio llegaron a sus oídos no se hizo de rogar, quitó su mano del camino para posarla en las caderas del otro, acomodando su glande en la entrada seguramente aún ajustada del menor antes de comenzar a empujarse contra él.

     ─ Hazlo despacio─ escuchó, sin saber de quién exactamente.

     El mayor sonrió, sin perderse las lágrimas en las mejillas de su pareja. Deseó distraerlo del dolor al dirigir sus manos a su miembro, acariciando demasiado lento para el gusto de este y manteniendo ese ritmo hasta que la base de Hyunjin chocó contra el rubio. Ninguno se movió, esperando que el cuerpo de Felix se relajara un poco y este dejara de sollozar por el ardor.

     Sabía que sería de esa forma, sin embargo, dolía lo suficiente como para estar quieto durante varios minutos, aunque esto no les interesaba a los otros dos, quienes estaban disfrutando bastante la presión y la intensidad de los apretones dentro de aquellas paredes.

     ─ Lixie, ¿estás seguro de esto?─ Hyunjin inquirió con la voz afectada, ronca y baja sobre el hombro del mismo, dejando cortos besos húmedos en busca de tranquilizarlo.

     ─ Claro que sí...─ el cansancio en su tono hizo a los otros dudar, más no dejó tiempo para que ellos reclamaran─ muévete de una vez.

     El pelinegro se movió con cuidado, jadeando acompañado de los otros dos apenas se retiró, dejando la punta para embestir una vez más. Era complicado, si siendo su primera vez ya era de esta manera, es normal que encontrara difícil moverse cuando no estaba solo ahí dentro. Se tomó su tiempo para hacerlo correctamente y no lastimar al rubio, esto volviéndose más sencillo cuando notó que al fin se acostumbraba a su tamaño.

     Hyunjin escondió el rostro con timidez en el cuello de Felix, desplazando sus manos por los costados de este hasta abrazarlo por su pecho, rozando intencionalmente sus pezones para hacerlo temblar. Minho no se quedaba atrás, ayudando con su trabajo manual al menor aún cuando este ya dejaba salir varias gotas de líquido preseminal.

     ─ N-No puedo más─ sollozó, a punto de liberarse cuando el mayor no se lo permitió, presionando su pulgar contra el orificio de su pene. El rubio se sacudió con fuerza entre los brazos del otro, de alguna forma logrando que el segundo miembro en su interior entrara más profundo. Su abdomen ardía y las lágrimas de frustración saltaban de sus ojos, desesperado por que acabaran pronto.

     Hyunjin besó lo que tenía al alcance de su rostro, llevando la mano a su mandíbula para sujetarlo en su lugar mientras las embestidas aumentaban su fuerza, presionando contra sus entrañas de una forma jodidamente placentera. ─ Estás llorando y aún así se nota que esto te encanta, ¿no?─ murmuró agresivamente en la piel del menor, lamiendo con fascinación el sudor en esta. Su izquierda se deslizó hasta su abdomen, manteniéndola ahí cuando se tomó un momento para respirar. ─ Dios, mira lo lejos que nos dejas llegar, Felix.
 
     La pareja lo miró extrañado, sorprendiéndose al bajar la mirada justo donde se encontraba su mano. Se notaba un pequeño bulto en el lugar, no tan grande pero lo suficiente como para caer en que se debía a los dos miembros en el interior. De alguna forma esto solo los excitó mucho más, volviendo a embestirlo con rapidez, esta vez siendo conscientes de como su abdomen se levantaba con cada golpe.

     Tras erráticos embistes y varios gemidos por parte de los tres, los mayores consiguieron su orgasmo, llenando y desbordando el agujero del menor con su corrida, la cual no dejaba de caer lentamente a los muslos tensos de Minho. No esperó para liberar el miembro en su mano que al instante expulsó un líquido transparente, provocando fuertes espasmos en el cuerpo sollozante que Hyunjin aún mantenía entre sus brazos.

     El pálido se retiró con un gruñido bajo, sentándose en una de las orillas de la cama mientras jadeaba con cansancio. Llevó las manos hasta su rostro para despejar un poco el bochorno presente en este, sin prestar atención a los murmullos a sus espaldas.

     ─ ¿Entonces?─ preguntó Minho.

     ─ ¿Uhm? ¿Entonces qué...?

     ─ ¿Esto funciona para tu historia?─ Hyunjin sonrió agotado.

     ─ Digamos que tendré que agregar otra persona a la escena.

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