capítulo dos.

          Joey moody se despertó con el sonido de voces lejanas y ese conocido compás de brujas y magos moverse por el Callejón Diagon, donde ella residía en departamento justo arriba de su propio negocio. Abrió los ojos, se los resfrego con las mangas de ese gran buso negro algo viejo y se levantó. El olor a las hiervas que ella usaba luego de quemarlas había impregnado el aire de su habitación, su cama estaba en el medio de esta y el color que primaba en las paredes era de un gris frío. Su cama era de dos plazas y a dos pies se encontraba un ventanal que daba justo al balcón. La luz se filtraba en la habitación y se podían ver pequeñas motas de polvo que se movían en el aire. Las cortinas que se desplegaban eran de un color blanco. Había un pequeño tocador frente a su cama y una biblioteca donde guardaba algunos libros y otros objetos. Recordaba con nostálgia las fotos guardadas en el cajón de abajo del tocador. Justo de un lado de su cama estaba un pequeño velador y un pequeño recipiente de vidrio decorado con flores. Tenía jazmines, que eran sus flores muggles favoritas.

Salió de su habitación y justo en frente de ella se encontraba su baño. Abrió inmediatamente las canillas de su tina. Luego de lavar su cara con agua fría para despertarse. Sus ojos mieles le devolvieron la mirada en el espejo y sus ojeras se podían deslumbrar a simple vista, dos posos violacios que no se borrarían hasta que pueda tomar unas vacaciones y no sabría cuando pasaría eso teniendo en cuenta que ella prácticamente se encargaba de todo y solo tenía un empleado más que se encargaba de vender dos días en la semana: sábados y domingos.

Su cara notaba el horario ajetreado de su rutina cotidiana, pero ese día hasta había tenido pesadillas en la noche y sabía por qué. El presente día era un día triste para la mayoría de las personas, porque era el aniversario de la batalla en Hogwarts y por su puesto sus sueños estuvieron plagados de pesadillas como siempre. Porque si bien ella había luchado ese día no había estado involucrada en otras cuestiones acerca de la logística interna, no fue parte de la orden del fénix ya que su padre la había mandado a Francia luego de que ella haya terminado el colegio.

Claramente cuando escuchó de su padre y la orden de fénix se dirigió a su ex-colegio a enfrentarse a uno de los peores miedos de cualquier persona, una guerra.

Ese día había perdido a muchas personas. Gracias a dios su familia la ayudaba lo suficiente para enfrentarse al día a día cotidiano que era inherente al dolor que cada uno sostenía en sí.

Mientras tanto tomo su varita de su mesa de luz, se dirigió a la cocina (que la verdad no era del todo pequeña) y con su varita hizo varios movimientos sin pronunciar los hechizos y automáticamente el café comenzó a prepararse.

En el baño y sumergida en su tina se preguntaba que debería hacer ese día, la realidad era que en esas fechas lo único que hacía era llorar y visitar el cementerio donde trataría de no hacerlo. Lavó su cabello y su cuerpo con sus lindos productos con olor a vainilla que hacían sentirla mejor de lo que estaba en ese momento. Al termino simplemente tomó una toalla del armario que tenía en el baño y seco su cuerpo y cabello, para después colocarse una bata. Su cabeza ahora estaba más clara luego del baño.

Con sus pantuflas rosas con peluche se dirigió al comedor donde sirvió su caliente café, tomó un sorbo y pensó en que debía cambiarse si quería ir a ese lugar nuevamente. Pudo pensar en su amiga y como no podía venir desde Estados Unidos ese día.

Raven Tonks por su puesto le encargo si podía hacer de apoyo para su sobrino. El no recordaba a sus padres obviamente, pero su abuela sí y ella en consecuencia siempre estaba muy mal en las fechas cercanas a este día. Raven no podía asistir al menos si quisiera que la demandaran por incumplir un contrato.

Por su parte Teddy tenía cinco añitos y era la cosa más hermosa que había en su vida. Era era el sobrino de Raven y ella su madrina. Ella casi lloraba cuando lo observa y veía el parecido a Remus y a Tonks.

Fue a su cuarto donde abrió su armario con todavía el café con azúcar en su mano. Tomaba sorbos mientras pensaba en que se ponía uno cuando iba a un cementerio. No sólo los sentimientos que llevaba consigo era una mezcla deprimente, además se encontraría por su puesto a personas que perdieron a las/la personas que daban luz a sus vidas y donde lo que quedaba eran retazos de lo que alguna vez fueron. Joey suspiro y tomó ese vestido formal y plano que manifestaba su estado. Ella por su parte estaba igual de rota que todos.

Sus ojos escanean en el espejo de su habitación su reflejo, sus cabellos rubios estaban lacios y naturalmente en orden, sus ojos ámbar estaban algo rojos y su vestido se veía decente en conjunto con unos zapatos negros con un leve taco y unas medias largas a juego. Se iba a reunir con uno de sus mejores amigos en el tren hacía Hogwarts y podía ver que el estaría triste también, contando lo cerca que estuvo de su muerte y como Harry lo salvo de ella.

Tomo su cartera pequeña y las llaves de su casa y se dirigió a la plataforma 9 y 3/4 y como ella vivía en pleno Callejón Diagon se apareció en un callejón que nunca veía la luz del día. Luego se dirigió tranquilamente hacia la estación. En su mente todavía recordaba como fue su primer viaje en tren luego del primer año de conmemoración de la guerra, siempre pensó en cómo afecto este suceso trágico a toda la comunidad mágica. Ahora era normal conocer a los Weasley, los Malfoy, o familias que tuvieron un rol decisivo en ésta, como su padre. Ella por su parte al haberse ido a Francia si bien era conocida, no mucha gente recordaba su rostro. Todos al contrario, conocían a su padre, pero probablemente a ella la conocieran más por su negocio que otra cuestión. Negocio que por cierto era uno muy fructífero, pronto tendría que abrir otra sucursal.

La joven llegó al bullicio de la estación pronto. La estación estaba llena y los adultos y jóvenes, estaban llegando y acomodándose en el tren, realmente luego de mucho tiempo también se podía asistir a esta conmemoración por trasladores al pueblo más próximo a Hogwarts, pero ella iría como se sentía más cómoda. Su padre ya debería estar allí, sus compañeros, amigos y demás debían de estar en el tren; pues ir acompañados en el duelo era la mejor contención.

"Hola!" la saludo alguien a quien ella conocía bastante bien.

"Oh, Cedric, ¡Dios! hace tanto tiempo que no nos vemos" lo abrazó, pues siempre fueron buenos amigos pero en los últimos años por la ocupación de el como profesor en Hogwarts era difícil su contacto.

"Te extrañe Joey, ¿Cómo has estado?"

"Hu, eh estado mejor. Eso te lo puedo decir". Sonrió tristemente.

"Si, puedo entender eso" respondió el. "¿Vamos? o debes esperar a alguien, yo te espero".

"Oh, si creo que deberíamos ir subiendo, Cedric. Y no no espero a nadie". La pregunta me hizo sospechar acerca de a quien esperaba, pero ella no iba a venir. El debía imaginarlo.

"Claro tienes razón, ven vamos" ambos subieron al tren. Cedric espero a que ella subiera primero mientras que Joey lo miró pensando en que el nunca cambiaría sus modales.

Pararon en la zona correspondiente y se sentaron en un vagón vacío que casualmente era uno que utilizaban en su adolescencia. Joey miró una vez más la estación.

𝖣𝗂𝗌𝖿𝗋𝗎𝗍𝖾𝗇 𝗆𝗂𝖾𝗇𝗍𝗋𝖺𝗌
𝗍𝗈𝗆𝖺𝗇 𝗎𝗇 𝖼𝖺𝖿𝖾́𝖼𝗂𝗍𝗈 ☕︎.
@𝗈𝗓𝗓𝗒𝗺𝗼𝗿𝗿𝗶𝘀𝗼𝗻:🕊️꒷꒦ ☂︎

pd: estaba no se cuando vuelva a publicar porque ando en semana parciales y deje una canción de the smiths🖤.