5: Dedos de pianista
YoonGi
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Entré a la librería esa tarde del martes y ví el libro en la vitrina como uno de los más vendidos. Yo no solía leer lo más popular porque muchas veces me he encontrado con romances juveniles y ese no es mi tipo de estimulación preferida, además ya no estaba para esas fantasías. Tomé el libro y lo pagué con la cajera llevándomelo a casa.
Lo comencé a leer cuando ya me había recostado, calcé mis lentes de lectura, me concentré mientras bebía café y tenia ruido blanco de fondo, me ayudaba a relajarme definitivamente. Tan interesante se había vuelto la historia que me había olvidado por completo de la noción del tiempo llegando hasta la mitad del libro a las cinco de la mañana.
Me levanté al día siguiente y mientras me preparaba bollos hervidos de verduras me apoyé en la encimera a leer con una erección en mis pantalones que me parecía indecorosa a pesar de estar solo luciendo mi pijama de algodón.
"Mierda esto es bueno, muy bueno"
Cerré el libro dejando marcada la pagina para comer en tranquilidad y me pregunté
"¿Cómo es que SunHi leía estas cosas? "
Hasta que de pronto me di cuenta del detalle de la falda y como se relacionaba con el libro, lo cual me hizo tomarlo y leer nuevamente el capitulo del primer acercamiento entre Min Suk y JiHu, los personajes principales del libro.
La forma en la que narraba la chica me daba la impresión que lo había vivido más de una vez y no parecía tan alejado de la realidad. Min Suk en el libro se tomó al menos una semana a través de su táctica de faldas y bragas coquetas hacer que JiHu alucinara con tocar o probar esa entrepierna que se dejaba entre ver con cada movimiento sugerente que hacía, volviendo a mi memoria la imagen vivida de SunHi y sus bragas rosadas bajo la falda color crema de ese martes.
Pasé mis manos por mi cabello sin ánimos de entender lo que sucedía o quizás sin querer asumir que estaba cayendo en la trampa de una chica que me seduce usando tácticas de un libro pero, podia ser un alcance nada más.
"¿Quién era yo para llamar la atención de una chica como ella?"
Apenas me cuido el físico, me considero demasiado pálido y mis mejillas son muchas veces abultadas haciéndome parecer un mandu al vapor, mis ojos eran muy rasgados y ni siquiera ha visto como luzco al correr o lo mucho que me sonrojo.
Me alisté para ir ese día a clases pero la directora me había determinado tareas que todos los docentes debían hacer durante la semana, así que determiné que el viernes podría ser un buen día para terminarlas ya que era algo más de gestión de archivos y orden. Para ello debía cancelar las clases y me comuniqué con cada niño del salón y sus familias exceptuando a SunHi. Si quería saber sus intenciones debía estar al menos a solas con ella para comprender su comportamientos o si llegábamos a hablar del tema nuevamente.
Cuando nos dignábamos a terminar la última carpeta que quedaba con partituras una de las hojas se deslizó lejos de la tela tras de ella y como si hubiera leído mi mente la fue a buscar. No se levantó para caminar por ella sino que gateó como si fuera un animal alzando su trasero en mi dirección dándome un plano completo de parte de sus bragas y como se movían sus nalgas y muslos al deslizarse por el piso hasta llegar al papel e hincarse para verlo. Tomé la otra parte de la partitura notando que el nombre era "Lujuria" lo miré y volví mi vista hacia ella quien me miraba desde su lugar.
Tomé un paño húmedo para limpiar mis manos mientras movía las carpetas jalando de la tela hacia un costado de la sala, de paso la miré para ver que estaba haciendo sentada en el piano y su fallido intento de alcanzar el pedal descalza, sonreí internamente y me acerqué a ella con la otra parte de la partitura.
—¿Quieres tocarla?—Le pregunté sintiendo que este era el momento perfecto para interactuar. No me cabía en la cabeza como podía estar a punto de hacer esto pero si ella al igual que yo estaba tentada, no veía el problema de jugar un rato.
—Claro—Me miró con sus ojos brillantes y grandes de cachorro haciendo que le acomodara la partitura en el atril.
Pensaba sentarme junto a ella para verla tocar pero cuando se levantó y me hizo la seña sutil para sentarme en el banquillo supuse que era lo que deseaba.
"Maldita sea"
Yo no me negaría, era una invitación y rechazarla sería imposible si se trataba de estar así de cerca de ella. Me senté y afirmé su cintura guiándola hacia mi entrepierna dejándola en el lugar preciso done quería sin incomodarla del todo en el caso de que mi fortaleza fuera mínima.
—Bien, se que sabes un poco más de las partituras así que seré nada más que tu acompañante de pedal y si necesito corregirte lo haré—Le mencioné para ponerla en un foco y ayudarme a mi mismo en es momento siendo embriagado por su perfume delicioso.
—Haré mi mejor esfuerzo.
Cuando comenzó a tocar quedé sorprendido y orgulloso en parte del avance que había tenido, si bien seguía siendo poco fluida era bastante buena para el tiempo que llevaba en clases. Quizás yo era un buen profesor despues de todo, sin restarle el merito a ella.
—Separa más los dedos—Le indiqué y cuando bajé mi vista noté sus muslos de apariencia suave y algo gruesos juntos entre mis piernas. Llegó a mi el pensamiento con un hambre voraz de separarle las piernas y subirla a las mías —¿Te molesta si te toco como al piano? SunHi—pregunté y ella asintió pero no era suficiente, necesitaba que estuviera segura y parecía nerviosa o intimidada.
—Contéstame con tu voz—Le hablé cerca del oído para saber si estaba convencida de lo que realmente quería, necesitaba que me lo pidiera.
—No, no me molesta.
— Sigue tocando la melodía, si lo haces yo también detendré — acaricié la cara interna de ambos muslos una vez que subí ambos a mis piernas logrando que separara un poco sus piernas y la tela de su vestido subiera un poco más dejando más piel al descubierto.
Ella siguió tocando y yo deslizaba mis dedos jugueteando con la piel interna de sus muslos. SunHi parecía tan concentrada tocando el piano, tan lejana a detenerse que debí ser más distractorio y comencé a subir un poco más su falda, más y más hasta rozar la costura de su braga rosa de encaje, me alejé y me volví a cercar haciendo que sus muslos se endurecieran y de paso sus nalgas también se removieran sobre mi entrepierna. Fue ahí cuando paró por primera vez despues de la primera instrucción.
Yo deslicé mis manos hacia sus rodillas pero sus manos se encontraron con las mismas a mitad de camino.
—No dejes de hacer eso, Sunbae— Su voz casi sonó como un susurro y apegó su espalda a mi pecho un poco más para volver a tocar el piano.
Seguí tocando la piel de los muslos pero no sabía con exactitud si debía ir más allá y masturbarla. Debía admitir que este juego me era tentador y seguramente también lo era para ella bajo a fantasía de ser tocada y yo de tocarla por primera vez.
Una de sus manos se levantó del piano y bajó hasta mi mano posándola firmemente contra su braga y la movió sin dejar de tocar con la otra ágilmente. Su mano llevó a la mía a pasearse de arriba a bajo repasando su vulva, enseñándome como hacerlo mientras yo sentía la desesperación de hacerla a un costado y acariciarla directamente.
Mis labios intencionalmente repasaron la piel de su cuello por instinto, la besé donde olía a caramelo y vainilla deseando que ese aroma me quedara impregnado. Y la melodía que tocaba eran teclas al azar que sonaban descuidadas, aquello podría delatarnos así que con mi mano libre la quité y la subí hasta mi rostro donde comenzó a acariciarme incluyendo mis orejas, que en ningún momento imaginé que me excitaría a tal punto.
—No pares— jadeó
—No lo haré—respondí frotando su clítoris contra su braga
—Siento que no llego—La sentía frustrada y sabía a lo que se refería.
—Déjame tocarte bajo la braga—Mi voz parecía quizás más un ruego —¿Quieres que lo haga?
—Sí.
—Córrela tu—Todo lo hablaba a su oído rogando que nadie nos escuchara o perdería mi empleo y de paso me iría detenido.
Ella obediente movió su braga y yo terminé por abrir más el ángulo de sus piernas para que al acariciar pudiera encontrar aquel punto de placer con mayor facilidad. Vaya lio que tenía entre sus piernas, lo mojada que estaba no podía ser verdad, con esa lubricación yo podría deslizarme en ella tan fácilmente que debí apretar mi mandíbula. Cuando comencé a rozarle la zona con uno de mis dedos de abajo hacia arriba ella soltó un gemido haciendo que mi mano tapara su boca con fuerza.
—Aguanta un poco—expliqué mientras acariciaba nuevamente a un ritmo suave para no dañarla. El vaivén que hacia su cadera buscando más de mis dedos me mostraba que le gustaba. Mi miembro duro bajo de ella se mantenía dentro de mis pantalones a menos que ella me lo pidiera y no sabía cuanto deseaba que rogara por el.
Sacudí mis dedos más y más sobre su clitoris hasta que su cuerpo se tensó y sus piernas se cerraron con fuerza al rededor de mi mano mientras que con el espacio que tenia las seguía moviendo hasta que todo acabó. Saqué la mano de su boca y con la otra acomodé su braga.
—Deberías ir a casa y cambiarte esas bragas mojadas—Le susurré y ella asintió levantándose lentamente de mi entrepierna hasta que pudo salir a buscar sus zapatos a un costado de la tela que seguía tendida en el piso. Yo bajé la mirada viendo hacia mis pantalones lo marcado que estaba mi pene y suspiré mirando el techo.
"Do, re, mi, fa, sol , la , si , do"
Repetí en mi mente buscando una forma de bajar la calentura y distraer a mi mente de lo que había sucedido pero su humedad seguía en mis dedos y ella aun no salía del salón.
—Sunbae—habló haciendo que la mirara —. ¿Qué puedo hacer por usted?—sacudió la suciedad de sus rodillas y pantorrillas. Su rostro estaba sonrojado y sus labios rojizos sin siquiera haber sido besados
"Montarme, lamerme, masturbarme, ahogarte con mi pene dentro de esa boquita hermosa"
—Ve a casa, SunHi—La miré detenidamente y algo en ella me causó lastima. Quizás tenía la intención de experimentar algo más que solo ser masturbada.
—Está bien—bajó la mirada y caminó para buscar sus cosas.
—Espera—Me levanté del banquillo y caminé hacia ella —¿Qué es lo que podrías hacer?—miré sus ojos grandes y brillantes, sus labios entre abiertos toda atenta a mi.
—Lo que me enseñes—Su mirada me recorrió desde el rostro hasta mi cintura.
—¿Hay alguien que te espere en algún lugar o te vas sola a casa?
—No, nadie. Me suelo ir a casa en taxi—Su mano subió hasta mi mejilla y repasó aquella con un dedo—. Mis manos estaban con polvo cuando te acaricié, Sunbae—sonrió mordisqueando su labio.
—¿No habías hecho esto antes?—Ella negó ante mi respuesta
—Solo para mi misma, pero nunca me había pasado así—limpió sus manos con el paño húmedo que colgaba desde la percha junto a nosotros.
—¿Era lo que deseabas?—busqué en mi bolsillo las llaves de la puerta.
—Se que hay más cosas que pasan pero estuvo bien—Su mirada en el piso parecía demostrar decepción.
—Estamos en un lugar muy inapropiado para hacer algo más, me ha costado mucho callar tus gemidos con mi mano—miré las llaves en mi mano con la idea de encerrarnos aquí pero no acababa de gustarme del todo.
—Quizás deba irme para que pueda cerrar el salón, es viernes y seguramente quiere descansar—tomó su bolso y sweater caminando hacia la puerta.
—SunHi— caminé hacia ella —¿No le dirás a nadie lo que hicimos?
—Lo prometo—Se giró para verme a los ojos —. Solo si pasa más veces
La miré relamiéndome los labios, al parecer mi estrategia había dado frutos. Ahora ella se iba a casa campante con sus mejillas rebosantes y rojizas por el orgasmo; mientras yo me quedaba con la sensación de que había hecho algo que rozaba lo poco ético
SunHi
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—¡Fue maravilloso!— sacudí mis pies en el aire mientras estaba recostada en la cama mirando l techo —¡MinHye él me hizo acabar tan rápido cuando me tocó y lo mejor es que sabía que hacer todo muy bien!—suspiré recordando el momento.
—¿Qué más hicieron?—preguntó ella ansiosa por saber más detalles pero no lo había.
—Nada. Yo me levanté de su entrepierna, me coloqué los zapatos y luego le pregunté que podía hacer por él pero no pasó nada.
—¡Mal, mal! ¡Debiste hincarte y juguetear con su miembro en forma de agradecimiento! Como Min Suk en el capitulo cinco en la oficina bajo el escritorio.
—¡Pero no soy Min Suk, MinHye! Estaba nerviosa y sabes que no se hacer eso, no quería quedar en vergüenza por eso le dije que haría lo que él quisiera pero creo que se dió cuenta que soy una estúpida—tomé asiento en la cama lamentándome despues de analizar la situación.
—¡No digas eso! Son cosas que pasan. Yo tampoco se como se hace así que no soy quien para burlarme de ti. Aun así ya lograste que te tocara—emocionada dió un pequeño grito al final de la frase.
—Creo que lo que más me gustó fue cuando me acarició las piernas y me cubrió la boca para que no gimiera tan fuerte—mordí mi labio —Quizás sea como JiHu y esa masculinidad dominante ¡Ahhh!
—¡Lo sé, también es mi parte favorita de lo que me cuentas!—rió tras la linea —¿Esto cuenta como perder la virginidad cierto?
—Creo que perdimos la virginidad desde que somos capaces de sexualizar todo con nuestra mente, pero me imagino que sí. Él tocó mi cuerpo como si supiera como hacerlo.
—¡Claro que lo sabe, se ha acostado con más personas en su vida!—La confesión de MinHye me molestó un poco pero no dije nada, nadie me permitiría arruinar el momento.
La puerta de mi cuarto sonó con dos certeros golpes llamándome a cenar así que corté la llamada y bajé. Tan rápido como pude volver, me duché y dejé la ropa en la cesta de la ropa sucia; miré mis calcetas sucias por el polvo de las carpetas viejas, recordé la forma en la que su mano se curvaba por mi cadera hasta mi vulva y me acariciaba en ese punto que tanto me costó encontrar y cubría mi boca mientras le tocaba el rostro con torpeza. Había sido mejor que cualquier cosa que pudiera hacer sola, es fantástico pensar que podría obtener más que eso.
Ahora debía aprender a como dar sexo oral si es que esto sucedía nuevamente y ofrecerme con más seguridad para que pueda verme como una mujer experimentada.
Mientras me prepararaba para dormir ingresé a la pagina incógnita de navegador y busqué lo que necesitaba dando con una chica que en su canal de contenido adulto mostraba como hacer que el sexo fuera una experiencia placentera desde el rol femenino siendo bastante grafica y explicativa, lo cual fue maravilloso para mi. Ni loca le preguntaba a mi madre sobre estas cosas, solo lograría preocuparla por muy liberal que se pronuncie a si misma.
Ahora que sabía unas cuantas cosas podría intentarlo, no perdería nada más que la dignidad y la vergüenza ante él pero existía la posibilidad de que él también me enseñara como hacerlo.
Se prendió!
Gracias por las lecturas, votos y los comentarios, me motivan mucho
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