17: Cuando el amor llama
YoonGi
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Debería ir a ver a mi madre, a mi familia.
Ese pensamiento se coló en mi mente de una forma inusual y no es que no quisiera a mi familia pero a veces me olvido que no estoy solo en el mundo. Quizas la vergüenza de sentirme un fracasado luego de la estafa que me hicieron me ha hecho perder el sentido de la empatía conmigo mismo o la conexión emocional, quien sabe.
Miré el calendario en mi teléfono y no logré dar con alguna fecha que me hiciera sentir "este es el día". Quizas vaya para el día de las madres o su cumpleaños, quizas le lleve un regalo o un pastel... quizas no vaya como en otros años.
Me pregunto si estar conmigo es algo del todo positivo.
Olvido contestar mensajes o leerlos, no me gusta llamar por teléfono y menos contestarlo cuando no me anticipo a ello. Considero que luego de que mi ex novia me terminara por una llamada de teléfono cada vez que uno suena me tiemblan las manos.
"Tengo que cumplir mis sueños" Esa fue su excusa pero cuándo Park me mostró que ella estaba sus vacaciones en Jeju, con ese tipo adinerado, comprendí que su sueño nunca fue vivir en Gangnam y tener un pug.
Me cuestioné por meses si había sido yo el problema o quizas ella y sus "sueños". A veces siento que tengo esos días sombríos en los que no me siento bien y ni siquiera se que personalidad estaba usando para agradar; al final del día soy yo en mi cama, en una soledad que no le logrado aprender a compartir.
SunHi se había ido y quizas para siempre. Luego de esa fantástica aparición de su padre en mi puerta deduzco que fue enviada fuera del país o a un conservatorio y me siento mal cuando digo su nombre en mi cabeza y sonrío como un imbécil porque esto no me pasaba ni en mis 15.
¿Por qué cuando pienso en ella recuerdo a ese helado de vainilla y coco que vendía la vecina anciana?
Ese helado era para lo único que ahorraba en los días de invierno en mi niñez, era la recompensa despues de los días crudos de escuela. Aun recuerdo lo mucho que lloré a solas en mi habitación cuando murió esa mujer, no la conocía, pero sabía que si ella no estaba viva esos helados ya no existirían más.
Hasta que ella llega con ese olor avainillado y coco, perfecto, ideal y me recuerda que siempre hay recompensa, me lleva a la infancia y me hace sentir que siempre se puede iniciar nuevamente. Me puedo derrumbar y levantarme de nuevo.
SunHi fue una suerte de despertar musical dentro de mi. Ese YoonGi de 20 años había revivido pero con menos rencor y tristeza guardaba, era él quien me invitaba a enamorarme de ella.
La puerta sonó y no fue hasta el tercer sonido del timbre que me di cuenta que aquello no solo pasaba en mi cabeza. Dejé el trago que estaba bebiendo en la mesa con el hielo a medio derretirse y abrí la puerta sin mirar nuevamente a través de la mirilla.
Y cuando la veo parada ahí con su maquillaje corrido sus zapatos de tacón en mano y el mismo vestido del recital junto a una mejilla en rojo vivo comprendo que la habían herido no tan solo físicamente sino emocionalmente. Jamás había visto a alguien tan roto como yo pero ella lo estaba como nunca.
Extendí los brazos sin preguntarle nada y me sentí rodeado de su olor especial y sus brazos. Besé su coronilla y descansé mi rostro sobre ella sin decir palabra alguna hasta que ella quisiera hablar.
—Mi sueño es hacer musica, Sunbae—habló contra mi pecho.
—Lo sé, te vi en ese escenario
—Perderé a mi familia si lo hago—suspiró entre su llanto.
—Tu familia está allá fuera, la gente que te escuchará y te admirará, esa será tu familia—Acaricié su cabello con cariño y tomé su rostro, limpié sus lagrimas con mis pulgares quitando los rastros de maquillaje, buscando llevarme la pena en los dedos.
—No han parado de llamarme ni enviarme correos para que trabaje con ellos y eso le molestó al punto de...—acarició su mejilla con un dolor emocional más que físico.
—Leeremos y escucharemos cada llamada y tomaremos decisiones—Sonreí orgulloso de ella.
—¿Ambos?
—Acaso no vienes aquí a pedirme que sea tu manager— Ella sonrió ante mi comentario y me vió a los ojos respirando profundamente.
—¿Harías eso por mi?
Haría muchas cosas por ti
—Claro que sí—Me separé de ella y llevé sus cosas adentro.
La invité a darse una ducha mientras yo le preparaba una sopa caliente de verduras. Se colocó una de mis camisetas y con una toalla envuelta en su cabello tomó asiento en la cocina a tomar su sopa, en silencio, mientras yo limpiaba mi colección de vinilos escuchado algo de musica casual y regaba mis plantas.
—Quiero tener un gato—Me animé a decir, lo supe desde que la dueña del edificio mencionó que podíamos tener animales algo silenciosos como los gatos.
—Sería lindo— Respondió ella bebiendo de su café frío.
—Quiero que te quedes todo lo que quieras— Le recalqué para que quedara clara mi preferencia.
—Gracias, la verdad es que te necesito mucho—.
Sentí sus pasos tras de mi y me estrechó por la cintura apoyando su rostro en mi espalda, aquello se sentía muy bien.
—¿Podemos dormir así esta noche?— Pregunté y asentí con una ligera sonrisa que ella no podía ver desde su perspectiva.
SunHi
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Era placentero sentir su calor tras mi espalda. Se había girado a media noche para abrazarme mientras yo no podía dormir. Temía que mi padre llegara y me tomara de un brazo, que me alejara de él.
No quería volver a mi casa y me lo repetí todo el camino. No me importaba si la vida de lujos que tenía quedaba a tras o si debía trabajar por primer vez en mi vida, yo lo haría por mi libertad.
YoonGi dormía profundamente tras de mi con una de sus manos rodeando mi cintura y la curva de mi trasero descansaba en la curva de su pelvis como dos piezas de un puzzle que encajan a la perfección, éramos el uno para el otro sin importar la diferencia de edad.
La camiseta que me había entregado para dormir se me resbalaba por la piel, su mano rozaba mi piel directamente, o mas bien reposaba contra mi piel desnuda ya que a simple vista dormía complacido con su nariz cerca de mi nuca, respirándome pausadamente.
Sentirlo tan cerca y ajustado a mi me incitó a pensar en sexo y mi mente jugando en contra recordaba sensorialmente como se sentía cada vez que él entraba en mi. Mi trasero se removió contra su miembro en reposo esperando una reacción. No se si esperaba que él se despertara a media noche y me follara, menos si le había dicho que estaba triste, no tenía sentido.
Me removí nuevamente y con una de mis manos subí hasta mis pechos y los acaricié hasta lograr que mis pezones reaccionaran, estaba ardiendo en lujuria esperando a que despertara de una vez. Una mujer como yo quería hacer cosas como a de lugar, ya estaba lo suficientemente excitada y despierta como para detenerme y él siempre ha recalcado que disfrutarlo era lo correcto.
Bajé mi mano a su entrepierna notando que mis movimientos habían tenido un efecto, no estaba tan firme pero se notaba que había comenzado a crecer y eso me daba confianza de meterme bajo las sabanas, bajar su pantalón y darle sexo oral, lenta y tortuosamente hasta que se despertara.
Cuando comenzó a gemir noté que había despertado y ya siendo consciente su miembro se erectó en su máximo potencial en cuestión de segundos. La sabana dejó de cubrir mi rostro y me encontró pasionalmente lamiéndolo y succionando su miembro en la madrugada.
—Oh SunHi— Gimió acariciando mi cabello —. Acabas de cumplir la fantasía de cualquier hombre—.
Sonreí mientras seguía trabajando ahí abajo sintiendo el sabor del presemen en mi boca y me detuve ya que no quería que él acabara así; Salí de mi escondite sexual y me quité la camiseta quedando solo en bragas y mis manos viajaron bajo la camiseta de él rozando su piel mientras mi centro rozaba su pene ayudando a lubricarme más y mas de lo que ya estaba.
YoonGi con una de sus manos hizo que me recostara en su pecho y bajó hasta mis bragas moviéndolas a un costado para alinear su miembro con mi entrada logrando el ángulo perfecto para entrar de una sola vez en mi. Mis labios liberaron un gemido ahogado contra su pecho y cerré los ojos mientras sentía sus embestidas y me sincronizaba con él para hacerlas mas profundas.
Acabé montándolo con nuestras manos entrelazadas ayudándome con el impulso, rebotaba sobre él como si estuviera en una pelota de pilates, sudaba mucho y disfrutaba viendo como mis senos se balanceaban en cada brinco.
—Te amo— Dijo e un susurro que seguramente creyó que no escuché pero se equivocaba, había sido el te amo más hermoso que me habían dicho jamás.
3 semanas despues
YoonGi había estado hablando con las diferentes disqueras e industrias que habían llamado despues de mi show y aceptó una reunión con una de ellas luego de hacer un sinfín de preguntas que lo dejaron más tranquilo respecto a tomar una decisión final. Yo confiaba en el ciegamente.
Yo estaba sentada en el sillón mirando redes sociales cuando me encuentro con una noticia que me eriza los pelos, doy un santo repentino del sillón haciendo que YoonGi me mire desde la cocina.
—¡Lee Nari sacará otro libro, se presume que sea la segunda parte de Oficina para dos!— Doy saltos de emoción ante la noticia como si fuera yo quien me ganaría un premio.
—Tenemos que ir a la firma del libro—YoonGi lo dice con tanta calma que me hace correr a él para abrazarlo y motivarlo a saltar mientras lava los trastes del desayuno.
—Tu no entiendes, Yoon. Por fin podré saber si JiHu fue a Japón para estar con MiSuk o si ella... ¿Crees que haya conocido alguien más?
—JiHu era un toxico SunHi, es obvio que puede aparecer alguien más en su vida
—Solo era un hombre confundido y tenía traumas de niño— Le miré mientras él parecía muy concentrado en lo suyo para luego darle un beso.
Terminé sentada en la encimera de la cocina secando los platos lavados. De fondo habíamos puesto un vinilo de esos que le gustaban a él, el viento de primavera se colaba por la ventana moviendo la persiana y las hojas de una planta trepadora en el marco de la ventana. Era simplemente perfecto.
YoonGi se giró a mirarme, hoy traía una camiseta negra contrastando con su piel blanquecina, su cabello había crecido y lo llevaba tomando en una media coleta, unos shorts deportivos azules marino y no llevaba zapatos, odiaba usarlos por casa.
Lo vi mirarme por unos minutos y cuando alcé la mirada encontrando la suya en mi me atreví a decirlo que llevaba pensando de hace meses.
—¿Seamos novios?—Le sonreí traviesa, casi como un juego pero la verdad es que estaba ansiosa
Él sonrió ladino y se acerco a mi acariciando mis muslos uniéndonos en un caluroso beso, quitó el paño y el plato que estaba secando desde mis manos y las puso entrelazando las suyas.
—Seamos novios—Respondió afirmativamente ante mi pregunta, con la misma frase que yo le mencioné.
¡Vivan los novios!
Ya queda poco para que termine esta historia y lo único que me queda es agradecer el apoyo. Por el tiempo de leerme y estar pendientes a las actualizaciones.
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