YoonGi

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Si me pongo a pensar si alguna vez escribí o dediqué una canción de amor no tendría que dar tantas vueltas. Pienso que quizas nunca me enamoré de la forma en la que debía, a paso lento, con calma y disfrutando el momento.

En mis 31 años jamás creí que podría caer rendido a los pies de una chica como SunHi, no porque no fuera lo suficiente sino que yo no me creía lo suficiente como para estar con alguien como ella.

Cuando la ví en su vestido negro junto al piano del mismo color me di cuenta que la chica que había entrado al salón meses atrás no era la misma que hoy se presentaba ante muchos. Me sorprendió al escuchar las primeras notas musicales que no era la canción que había estado ensayando estas ultimas semanas sino otra y quedé helado cuando al escuché cantar.

Su voz impresionó a todos, yo estaba ahí viendo la expresión de quienes estaban en primera fila y mi sonrisa se borró cuando lo ví a él. Sentado mirando fijamente a SunHi con un rostro enrojecido y las manos empuñadas, parecía molesto. 

A penas ella bajó debí advertirle del sujeto quien era una total estafa y cuando me la encontré en el pasillo hablando con él me oculté. Me concentré en escuchar lo que hablaban pero el parecía ser muy grosero y cercano así que me atravesé en el pasillo para evitar que algo malo pasara.

Verlo de nuevo fue una de las cosas mas incomodas que había vivido en los últimos años pero y sostenía las flores para SunHi y ella se volteó a verme con una mirada de auxilio. Al mirarlos juntos noté que había algo extraño y cuando este la nombró "hija" solo reverencié para mostrar respeto al menos frente a SunHi quien nos sabía que era el hombre del cual yo había hablado con ella hace unas semanas atrás.

La seguí al camerino para que bebiera algo de agua y descansara. La mire distraída y yo no podía fingir que también me sentía un poco incomodo.

¿Cómo un hombre como él podía tener un ser tan hermoso como SunHi?

—Sunbae—Me giré a verla notando que tenía algo en la mano y me lo entregaba —. Estoy es tuyo—.

Tomé aquello en mis manos y lo miré con detenimiento sin entender lo que era hasta que leí mi nombre en el. Eran mis demos.

No contuve la emoción y aunque quisiera saltar de alegría lo único que salió de mi fueron unas lagrimas silenciosas, alcé la mirada a ella y descubrí que sabía quien era su padre, sabía quien era yo y todo lo que había pasado; al ver sus rostro semi rojizo y con algunas lagrimas, me guardé el CD en mi chaqueta y me acerqué a besarla a modo de agradecimiento.

SunHi preguntó por la canción a penas me separé de ella, yo jamás pensé que era para mí, soy malo con las indirectas y ahora que recordaba parte de la letra me daba cuenta que era una declaración de amor al mas puro estilo musical.

—Puedes llamarme como tu quieras, Darling—.

Deduje que SunHi cenaría con su familia, al parecer su madre estaba afuera, la noté cuando se levantó a aplaudirle a su hija y no podía negar su parecido con ella. Cuando me devolvía por el pasillo me la encontré frente a frente y aunque quise evitarla no dio frutos.

—Hola, debes ser el Sr. Min, profesor de mi hija ¿no? soy la madre de SunHi—La mujer me sonrió amable, era extraño que al mirarla sintiera que SunHi se vería así en unos años.

—Sí, soy yo Sra. Lee—reverencié con respeto.

—Gracias por ayudar a mi hija, ella es una muchacha insegura que no sale de casa, sufrió de un cuadro depresivo hace unos años, estuvo muy mal— Miré a la madre con una sensación de angustia. Jamás hubiera pensado que SunHi podría haber pasado por esto —. No tenía pasiones pero ahora se nota que es feliz, incluso creo que está saliendo con alguien de su clase— Abrí los ojos impresionado ante lo que me decía —. ¿Usted sabe quien es?—Miró a su alrededor como su buscara a alguien en particular.

—No Sra. Lee no creo saber con quién sale su hija— me hice a un lado para seguir mi camino —. Un gusto conocerla—.

—Igualmente— Sonrió ella y caminó hasta los camerinos mientras yo salía del lugar.

Conduje hasta mi apartamento no sin antes pasar al supermercado por un trozo de carne y un vino, esta noche me haría una cena deliciosa celebrando que todo el esfuerzo como profesor puesto en SunHi había dado buenos frutos, también lo hacía para pedirle al universo de que ella tuviera buenas oportunidades, aun si no la vuelvo a ver.

Mientras comía mi cena viendo televisión sonó el timbre y por primera vez en el tiempo que llevo viviendo aquí no vi a través del ojo de pez quien era, sino que me lo encontré de frente como una sensación amarga en la garganta.

—Min YoonGi— Pronunció mi nombre como si lo hubiera ensayado de camino acá —. Necesito hablar contigo, es por SunHi

—Yo no tengo nada que hablar con usted—Intenté cerrar la puerta pero él me detuvo.

—No arruinaré tu estancia en la academia ni haré un escandalo al respecto pero quiero saber cuales fueron tus intenciones con mi hija todo este tiempo—Era un hombre de unos 50 y tantos con algunas canas, camisa y corbata, de reloj caros y aliento a cigarrillo.

—¿Me está amenazando?—Entrecerré la mirada analizando lo que estaba viviendo —. ¿Acaso cree que me aproveché de su hija por lo que usted me hizo?

—¿Cuánto dinero quieres?

—No me interesa su dinero Sr. Lee yo quiero que se vaya de mi apartamento—Intenté cerrar la puerta nuevamente pero él se negaba.

—¡Si crees que esto es un chiste no es así!—De un momento a otro se comportó de forma alterada y yo solo lo miraba, no podía ignorarlo. Él me recordaba que había hecho cosas mal en la vida, como confiar en él y fijarme en una chica menor —. ¡Es mi hija, tiene 19 años!

—¿Por que no se preocupa de tratarla como tal entonces?—Lo miré de pies a cabeza de forma despectiva —. Ella encontró en mi un adulto responsable en quien confiar cuando nadie lo hacia por ella— Ya no era yo quien alzaba la voz sino mi versión de 20 años —. El dinero y la codicia lo tienen envenenado— Cerré la puerta y me apoyé contra ella hasta que sentí que caminó por el pasillo y se marchó. 

El resto de cena no lo aproveché despues del mal rato, solo me quedaba pensar en lo vil que era ese hombre al querer ofrecerme dinero por dejar en paz a su hija, o que creía que yo quería vengarme. Yo no soy de a misma calaña que él, pero la gente mala vive con el karma susurrándole al oído y es por eso que creen que quienes los rodean son igual de malos que ellos.

SunHi

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Con mamá nos fuimos a casa donde me tenían un pastel muy bonito. La mucama puso mis flores en agua y mamá no dejó de mirarlas desde que salí del camerino.

—¿Quién te ha regalado esas hija?—Comía pastel muy animada sin sacarle los ojos de encima.

—Mi enamorado—Respondí feliz con esa sensación en el estomago que me había dejado YoonGi luego de su respuesta a mi canción.

—¿Ah si? ¿Y como se llama?—Ella curiosa me miró y espero mi respuesta.

—YoonGi— Le di otra cucharada a mi pastel y cuando la miré ella parecía estar pálida y no muy feliz de mi respuesta.

La puerta principal se abrió dejando entrar a mi padre viéndonos en la mesa principal mientras comíamos pastel, su expresión no era de felicidad y al mirarme fijamente reconocí  que algo tenía que hablar conmigo.

—SunHi, a mi oficina— Caminó directo a ese lugar dejando la puerta abierta, mamá bajó la mirada mientras comía pastel y yo no tuve de otra que caminar hasta el lugar.

Una vez adentro el cerró la puerta tras de mi y caminó hasta el escritorio donde tomó asiento sobre la superficie y me miró directamente.

—¿Te obligó ha hacer algo?—Preguntó sin tapujos.

—No entiendo de que me está hablando

—Tu y ese profesorcito de piano ¿Te obligo a robarme de mi oficina? ¿A cantar en esa presentación de hoy? ¡A acostarte con él!—Alzó la voz haciendo que mi corazón palpitara más rápido.

—¡No me obligó a hacer nada yo lo hice por mi cuenta y no me arrepiento!—Le alcé la voz sin miedo — ¡Me siento muy molesta respecto a todo pero sobretodo contra ti como padre y persona!

Respiré profundo y antes de que él quisiera callarme volví a hablarle.

—No me voy a ocultar más, ni siquiera porque que tu me lo pides. No entiendo como ahora te atreves a llamarme hija si toda tu vida me ocultaste ¿y sabes por qué? Por temor a que esa gente de la cual te aprovechaste se vengara de ti— Lo apunté.

—¡SunHi, silencio!—me gritó pero yo no me iba a quedar callada.

—¡No, no me voy a callar!— Lo desafié sin miedo —Ya me cansé— reí de nerviosa —Y si me llaman para un instituto o una disquera diré que sí

En cuestión de segundos su mano había impactado contra mi rostro haciéndome caer al piso, ambos nos quedamos en silencio y yo contuve mis lagrimas lo más que pude.

—Si tu llegas a aceptar una de esas ofertas te olvidas que soy tu padre— Salió de la oficina esquivando mi cuerpo en el piso.

Tendida en el suelo me replantee muchas cosas, entre ellas el significado de tener una vida exitosa y que era eso para mi familia, para mi padre sobretodo quien tenía una visión muy retorcida de lograr lo que deseaba en la vida.

Me fui a mi cuarto y me senté en el borde de la cama admirando todo a mi alrededor pensando en si llegaría a ser capaz de dejar todo de lado por un sueño . Quizas era mi momento pero ¿Por donde debería empezar?

Al siguiente día me quedé en cama hasta que la llamada llegó y no solo una sino al menos unas cinco llamadas ofreciéndome ser parte de desquieras y otras mas entorno a la composición musical y la respuesta parecía no estar en mi.

En el momento en el cual mi madre salió por una cita con amigas yo salí de casa con algunas de mis cosas en un bolso, no tenía tiempo para empacar una maleta o tratar de llevarme todas mis cosas, más que nada me preocupé de sacar dinero y guardarlo conmigo porque era lo único que me podia ayudar. 

Y a la primera persona a quien fui a ver fue a él.

Queridas nos acercamos a la recta final de la historia

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