Vigésimo Tercer Golpe
Vacío y oscuro
Me encantaría decir que las bolsas bajo mis ojos son de haber estudiado toda la madrugada para los exámenes quimestrales y no porque había llorado toda la noche, pero no era de ese modo. Porque sí, habían pasado ya varios meses.
Lily estaba preocupada, igual que Marcus y Jake, quienes lo tomaban más a la ligera, pero Lily sabía que algo había pasado conmigo.
Y sí, muchas cosas habían pasado conmigo, desde el hecho de saber sobre mi origen y descubrir quienes eran mis padres, hasta el hecho de saber que el padre de mi ex-novio era un superhéroe, lo que convertía a mi ex-novio a ser mi medio hermano.
Sin contar que mis padres también eran superhéroes y que, posiblemente, yo soy una.
No sabia que habia hecho tan mal en el pasado para que ocurrieran aquellas cosas, seguramente Hera se estaba regozando en su trono de tanta felicidad.
Camine como lo había hecho durante meses, sola y con los audífonos puestos en mis oídos, tratando de evitar aquellas miradas divertidas de las chicas, aquellas que estaban felices de saber que Damian Wayne y (T/n) Pri....., solo (T/n), habían terminado.
Sentí nuevamente como la opresión en mi pecho comenzaba, parecía que fue ayer cuando me fui corriendo de la mansión de los wayne.
Me sentía culpable, me sentía la peor persona en la tierra y puede que en todo el olimpo. Me había enamorado de mi hermano, y, después de todo.... seguía sintiendo aquello.
Cuando llegue al salon trate de ignorar lo mejor que pude a aquellas cotillas y solo trate de darle una sonrisa a mis amigos, cosa que no funciono como queria.
Me senté en mi sitio, y mire a un lado mio, no habia nadie en el, y era mi culpa. El pelinegro no había venido a clases, como lo había hecho durante todo el quimestre.
Decir que quería ir a verlo no sería mentira, decir que lo extrañaba, no sería mentira, decir que lo quería conmigo, tampoco sería una mentira, pero, no podía hacer nada de aquello.
Que ironía, pensar que cuando hay algo recíproco todo se va a la mierada por acción del destino, simplemente genial.
El sonido de las hojas puestas sobre la mesa solo captaba levemente mi atención, esta seria el ultimo examen y luego pasaremos al segundo quimestre. Medio año.
Coji mi lápiz y revise aquellas preguntas, parecía que mi cerebro lograba recordar las respuestas y con eso pintaba el círculo en una de las opciones.
El aula estaba en total silencio, todo parecía estar tan concentrados, a excepción de uno pocos que miraban la hoja con horror y tiraban su lápiz para hacer la de do pin gue.
Aquel silencio fue interrumpido por un gran estruendo, se escucharon gritos de alerta en las plantas inferiores. La profesora se levanto rápidamente tratando de averiguar lo que pasaba.
Segundos después una alarma se activo, incendio.
__ ¡Esto no es un simulacro, Repito, esto no es un simulacro! __ decía la profesora, y parecía estar más alterada que los estudiantes
__ ¡debemos salir de manera ordenada, no pierdan la calma! __ decía el presidente mientras le susurraba algo a la profesora, parecía que la quería tranquilizar
Antes de que pudiéramos salir del aula, un estruendo removió toda la planta.
__ ¡¡la Academia está bajo ataque!! ¡¡la academia está bajo una ata-djfb __ la voz del director resonó en los parlantes, pero para el susto de los estudiantes, parecia que habia sido callado
Los alumnos comenzaron a correr despavoridamente y en aquella conmoción, aproveche a coger la capucha roja de mi mochila.
Mis ojos zafiro solo podían observar escombros de los edificios, llamas ardientes se fuego y estudiantes corriendo de algo.
Una silueta pasaba por medio del fuego, parecía la muerte en persona, llevaba una túnica negra que tapaba su rostro y sus manos parecían estar en solo huesos, el fuego no llegaba a causarle dolor por lo que estaba cubierto de llamas.
Sentí miedo cuando levanto su rostro, no tenía nada, aquel rostro estaba en un vacío oscuro, neblina que llegaba a dar escalofríos porque no podías ver nada más que oscuridad.
Sentí que me miraba, aunque no tuviera ojos, se acercaba a mi pero yo parecía estar en un pequeño trance, parecía que no podía moverme, tenía miedo, pero sabía que no era por eso que no podía moverme.
Aquella cosa me estaba manipulando, me impedía moverme y me obligaba a ver su cara sin rostro.
Sentí el tacto frío de sus huesos en mis mejillas, sentí como si mi alma estuviera siendo arrebatada, tanto que dolía, y por ello grite...
Grité con toda mis fuerzas.
Aquel grito resonó en todo los escombros y parte de la estructura, llamando la atención de las personas que estaban cerca, pero aun asi no deje de gritar.
Sentí como aquel dolor era expulsado de mi, envolviendome en una calidez que podía considerar como paz.
Aquella expulsión del dolor era una luz dorada brillante, aquella que era tan fuerte que fue capaz de mandar a volar a aquello que me tenía inmersa en un hechizo.
La paz llegó recorriendo todo el cuerpo, liberando tensiones y haciendo que caiga de rodillas al suelo. No pude ver cuando la muerte, como le había puesto, se acercaba a mi a una velocidad anormal.
Pero no pudo hacer nada, porque salió volando nuevamente, mire aquello invisible que me envolvía, una pequeña capa diferente a mi alrededor, un escudo que solo podrías notar una mínima diferencia con el entorno.
Me pare un tanto tambaleante, el escudo era uno de los poderes especiales del collar, dependiendo su magnitud y tiempo, el escudo consumía cantidades altas de energía.
Como había practicado con Zeus, concentré mis sentido en solo una cosa, aquel poder que zeus decía que tenia.
Sentí como el calor invadía toda la zona de mi pecho subiendo a mis mejillas y regandose por todo el cuerpo, como si de circulación de sangre se tratase.
Aquella luz volvió a aparecer, con la diferencia de que estaba vez portaba la armadura.
El frío metálico de la diadema envuelve mi frente, mi cuerpo se encontraba protegido por todo el oro imperial de la armadura, y mis brazaletes mostraban unas afiladas cuchillas. ( es el mismo de el décimo golpe)
Aquella cosa corrió hacia mí, esta vez yo tambien corri hacia ella. Entre la velocidad de la corrida me deslize con mis botas al suelo, mientras que la muerte propinada un golpe a mi cuerpo que había "desaparecido" , propine un golpe en su estomago.
Escuche algo parecido a un alarido de dolor. Me pare nuevamente y esta vez sí recibí el golpe en la mejilla, el que le devolví en una patada al costado derecho de su torso.
Entre golpe a golpe decidí utilizar las cuchillas, pero no paso nada.
Las cuchillas no perforaron nada, solo entraron a su estomago como si de un fantasma se tratase.
Mi sorpresa fue aprovechada, y me dio un zarpazo con sus dedos huesudos que parecían garras, mi mejilla ardía y sabía que estaba sangrando un poco.
Volvió a atacar y esta vez me tiro al suelo en un solo golpe, me golpee tan fuerte la cabeza que me quede desorientada, estaba viendo borroso.
La sombra negra se acercaba mas a mi, sabia que esta vez el zarpazo no seria solo un rasguño en mi mejilla.
El frío de la mañana se sentía como nada en mi, después de todo, parecía que ya no podía sentir.
Todas las noches me levanto sudoroso, con mi corazón latiendo a mil, despertando de la pesadilla de tus ojos llenos de tristeza y tu rechazo hacia mi. Aquel recuerdo que me destruye noche a noche.
Volví a ser el mismo Damian Wayne, aquel que no soportaba ni una broma, que se levantaba con el odio hacia todos y que no dejaba de sentirse solo.
Todavia me seguia preguntando ¿Por qué? ¿por qué no me lo dijo? ¿¡por que mi padre no me dijo esto antes de caer por ti!?
¿por qué...?
Sentí como nuevamente las lágrimas rodaban por mis mejillas, vaya, me había vuelto tan sentimental.
Lo peor de todo, es que, aunque me hubieran avisado que serias una amenaza para mi corazón, no te habría podido evitar.
No te quiero evitar, y se que no es correcto, tanto que llega a ser destructivo, pero no puedo de dejar de sentir aquello.
Si pudiera cambiar algo de nuestra historia, cambiaría el hecho de ser un wayne y buscaría la forma de encontrarte de alguna manera.
Seco las lagrimas con mi chaleco de la Academia, después de varios meses, los exámenes quimestrales habían llegado, por lo que no me podía permitir faltar este día.
Quería verte, pero no quería verte sabiendo que ya no estamos juntos.
Apresure mi paso, llegaba tarde por 20 minutos. Pero algo me llamó la atención, un camión de bomberos a cuadras cercanas de la Academy
__ La academia de gotham está bajo una ataque, no podemos ir __ dijo un bombero de cabello negro cobrizo
¿La academia Gothan estaba bajo ataque? ¿que ataque?
__ hay un incendio Robert, somos bomberos, debemos apagar el incendio__ le contesto el otro bombero, aquel que parecia mas sereno y justo
__ ¡pero no cuando hay algun psicopata matando a alumnos de gotham Academy! __ dijo el que se llama Robert
(T/N)
Estas en peligro, no puede ser, debo estar allí en este preciso momento.
Me escondí en un callejón y cambien mi traje, corrí por los techos de algunos edificios queriendo llegar a tiempo.
Como habían dicho los bomberos,la academia estaba con algunos lugares en llamas y más que todo en escombros.
No entendía nada, ¿ por qué atacaron la academia?
Escuche el sonido de un golpe seco. Me dirigi rapidamente a ese lugar.
Tu pequeño cuerpo estaba el piso polvoso, tus cabellos despeinados y tu piel rosada estaba de un color blanco casi de color papel. El uniforme que llevabas puesto estaba en algunas partes rotos ¿que te había pasado? ¿¡quien te había lastimado!?
Te puse en un lugar donde pudieras estar a salvo, para poder partir la madre a quien había osado a lastimarte.
Mis ojos verdosos miraron buscando al responsable, no me habia dado cuenta que habían dos personas en el mismo lugar.
Una cabellera rubia que se movía con los golpes que propinaba y aquello que parecía ser sacado del informando, un manto de telas negras viejas y una cara sin rostro, pero eso no fue lo que me llego a sorprender.
La cabellera rubia pertenecía a una chica, con una falda de color rojo y una blusa azul con una gran S en su pecho de color amarillo.
__ ¿SuperGirl? __ pregunte confundido
Que rayos hacia supergirl en Gotham city, porque rayos en Gotham academy.
__ Hey robin, tus manos de mantequilla no me pueden ayudar, esta cosa esta dura de roer__ exclamo kara propinándole golpes al manto negro
Aun confundido me uní a la pelea, el manto negro se iba cansando de a poco, aunque seguía dando golpes certeros y muy fuertes.
Kara dejo que luchará con él mientras que dejaba que ella hiciera algo con sus habilidades, al final la cosa negra cayó al suelo por un gran golpe de Kara.
Después de eso ignore a kara y corrí hacia mi pequeña, sabía que kara me había seguido por el sonido de sus pasos, pero poco me importaba.
Poco me importaba todo el mundo a hora.
Acurruque tu cuerpo en mis brazos, tratando de calmar mi corazón acelerado.
Hace unos momentos, cuando te habia visto tumbada en el suelo, pensé que estaba apunto de perderte, por el echo de no ser el humano mas normal de todos.
Sin darme cuenta estaba llorando en tu hombro, sentí como te comenzabas a mover eh instintivamente colocaste tus brazos en mi cintura, volviendo a caer en un sueño.
__ gracias... __ susurre a la pelirubia, aquella me miró como si hubiera dicho lo mas extraño del mundo
__ ¿has dicho gracias? ¿seguro que la momia no te dio muy fuerte? __ pregunto con su características burlas
__ la has salvado por eso te doy gracias __ fue alli cuando pareció entender la situación, colocando una expresión seria
__ ¿Que es para ti? __ pregunto en un susurro
__ Es la persona mas importante en mi vida, junto a mi madre y hermanos le respondí sincero
Vi como sus ojos azules se abrían demasiado por la sorpresa, sabía que no se esperaba aquello.
Quise evitar que me siguiera mirando de esa forma tan acusatoria por lo que le pregunte__ ¿que haces aqui, kara?__
__ Vine a proteger a mi sobrina __ respondió seria y segura de lo que decía
__ ¿que....?__ fue lo único que pude articular
__ sí, aquello mas importante en tu vida, mi sobrina__ respondió
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