Extra 1
En casa de los Kent
"Muchas veces hay que hablar para que te escuchen, pero otras veces hay que callar para que te valoren"
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__ Los ojos son espejos del alma, cada uno de los sentimientos que no expresan con palabras, ellos lo expresan con solo mirarlos __
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Aun cubierta por dos abrigos de tela gruesa negra, mi cuerpo no dejaba de tirititear, aquellos grandes abrigos eran inútiles ante aquella helada brisa de la mañana.
La nieve caía en mi cabellera negra, mientras el viento soplaba por todo mi cuerpo. Los murmullos de la gente en la calle, los autos encerrados en el tráfico, todo tan ruidoso para ser tan temprano, pero aun asi, parecia que mis oidos solo podian escuchar esos ruidos como susurros.
Sentía que mis pensamientos se volvían más ruidosos que la propia ciudad, de aquella forma callando el ruido del exterior, definitivamente no estaba bien.
Me encontraba perdida, abrumada por una inmensidad de sentimientos que parecían ir desenfrenados, y yo sin poder controlarlos.
Enojo, eso era lo que sentía. Todo mi cuerpo consumido en una cólera que casi nunca experimentaba, un remolino de sentimientos abrumantes que me hacían llegar al mismo lugar, llegar a un desagrado profundo hacia aquellas personas, hacia Diana Price.
Quería que mi mente se despejara y dejar de sentirme tan mal. Sabia que estaba siendo consumida por el enojo, aquel latido incesante, aquella amargura en el interior de mi corazón me lo hacían saber con claridad. Me estaba haciendo daño, pero aun asi parecia que no podría controlarme, odiaba no poder controlarme.
Mis pasos eran pesados y lentos, tratando de demorar todo lo que pudiese y, de esa forma, calmar aquellos sentimientos que me volvían una adolescente inmadura. Suspire, mientra veia escapara aquel humo helado producto del suspiro.
Mis dedos cubiertos por los guantes tocaron aquel pequeño botón de color dorado, haciendo eco dentro de aquel lugar, escuchando un torturoso ding dong.
Mis ojos zafiros no se despegaban de la madera blanca de la puerta, aun cuando esta fue abierta.
De forma lenta y pausada, la mirada azulina chocó con la mía, debido al torturoso silencio, pude escuchar como su respiración se acelera de sobre manera. Diana price estaba frente a mí con una expresión digna de una fotografía, estaba perpleja ante mi presencia en la puerta de la casa Kent. Lo normal, tras olvidar el dia en que tu primogénita salía de clases y olvidarte de recogerla.
__ (T-T/n) __ susurro entrecortadamente, ni siquiera se atrevió a mirar mis ojos, solo jugaba con sus manos en el marco de la puerta
__ Hola Diana __ fue lo que le dije, cojiendo las tiras de mi mochila un poco mas fuerte, ejerciendo la presión necesaria para calmarme de alguna forma
__ Y-yo __ volvió a trabarse con sus propias palabras, queriendo crear alguna excusa para no sentirse mal consigo misma
__ Disculpa, tengo un poco de frió ¿Te importaría dejarme pasar? El director me dijo que había pedido mi residencia pero si no se sienten cómodos podría volver a la academia__
Solo asintio y me dejó un espacio para que entrara a aquella casa, sentía su mirada insistente en mi espalda, pero aun asi, no me dijo nada.
Mis ojos pasearon por los rincones de la casa, las decoraciones navideñas estaban en todo el espacio posible, aún más en la parte donde estaba la chimenea, llena de pequeños cascabeles y calcetines. La casa era grande y espaciosa para solo ser tres personas viviendo allí.
__ Disculpa...__ mi voz salió más ronca de lo que hubiese previsto __ ¿Donde me quedaré? __ dije mientras giraba mi cuerpo hacia ella
Solo evitó la mira y sus ojos azules se dirigieron al suelo, movió la boca nerviosa tratando de articular algo.
__ S-sigueme __ dijo mientras rápidamente subía las escaleras de madera que llevaban a lo que seria el segundo piso
La segunda planta era igual de grande que la primera, estaba llena de puertas y un pasillo extenso entre ellas, era como si estuviera en un hotel.
Camine junto a Diana, mirando detenidamente las puertas, tratando de no perder detalle la ubicación en la que estaría yo. Tras tres puertas del lado izquierdo, Diana abrió la cuarta puerta.
La habitación era de igual tamaño a la de la academia, paredes de color crema y un piso de madera oscura. La habitación estaba vacía, sin contar la cama para una persona, no había nada en donde guardar la ropa, ni alguna cómoda para poner cosas sobre el.
__ N-no sabia como decorarlo, por lo que lo dejamos así... __ fue lo que susurro tras de mi
__ Esta bien... __ dije sin interés alguno
después de todo, no me quedare mucho tiempo
__ S-si nece-sitas ayud-a estoy en l-aa primera puerta__ dijo mientras cerraba la puerta tras de ella, como si no pudiera aguantar un minuto mas en la habitación
Deje mi maleta en el piso, haciendo un eco entre todo el espacio. Mis ojos miraban atentamente todo lo que me rodeaba mientras me sentaba en el filo de la cama.
Mi corazón se estrujo de sobre manera, la habitacion parecia estar fría, no solo por la temperatura del invierno, sino de una forma más sentimental. Me sentía en un lugar desconocido, un lugar en el que me sentía incómoda y alejada del mundo, como sino fuera parte de él, como si las paredes me hablaran y me susurraron al corazón que yo no pertenecía ahí, como si susurran que estaba completamente sola.
Recosté mi cuerpo en la cama, saque mi celular de mi bolsillo y mire la pantalla del mismo. Revise superficialmente las notificación en la barra, encontrándome con llamadas de Lily, y mensajes de Marcus y Jake.
Suspire y tire el celular a un lado mio, oculté mis ojos debajo de uno de mis brazos y los cerré, esperando que el tiempo pasara rápidamente
Pense que no habia algo peor que aquella solitaria habitación pero, definitivamente, esto era mucho peor.
Hace unos minutos Diana me había llamado a la puerta de la habitación en donde me hospedaba, avisando que ella había hecho el almuerzo. Pense que seria una comida normal, como cualquier otra, pero al momento en que me sente y todo teníamos un plato de comida, comenzaron las miradas "discretas" de jon hacia mi y la incomodidad palpable de Diana.
Nadie decía nada en la mesa y no dejaban de mirarme acusatoriamente, y cuando enfrentaba alguna de aquellas miradas, las desviaban rápidamente.
Mire mi plato de comida, la verdad es que Diana no cocinaba mal, la comida sabia bien pero aun asi mi apetito ya se había perdido con tan incomodo y desagradable momento. Mi estomago comenzó a devolverse y la garganta se me comenzo a secar, ya no queria estar sentada allí.
__ Gracias por la comida.... __ susurre, aunque mi plato estuviera casi intacto
__ No has comido nada ¿estás segura de no querer comer? __ pregunto el pelinegro mayor, un poco molesto
__ Clark, dejala, seguro que está demasiado agitada __ susurro Diana tomándolo del brazo
__ No Diana, no se puede comportar así en una casa ajena __ Elevo la voz Clark
Mis mejillas se calentaron, no por sonrojarme o sentirme nerviosa, estaba molesta __ Disculpa ¿Que acabas de decir? __ mi voz grave resonó en todo el comedor
Mis ojos zafiro se encontraron con los del mayor, expresando la furia que estaba contenida en mi interior, aquella que Clark no esperaba. Sus ojos me demostraron arrepentimiento camuflado con el nerviosismo y la 'firmeza" de sus palabras. El pensaba que con aquel grito podría doblegarme de miedo, pero eso solo me enfureció más.
__ ¡Deberías tenernos respeto! ¡No puedes Hacer lo que se te apetezca en esta casa! __ grito "furioso" hacia mi
Diana trató de calmarlo, susurrando algunas cosas que no entendía por mi enojo, me miraba nerviosa , Diana lo sabía, si Clark no paraba algo malo ocurriría.
__ ¡Es verdad! ¡ Ella es una malcriada mamá ¿por qué la defiendes?! __ le siguió a su padre el pelinegro, mientras que su madrastra solo los miraba nerviosa y asustada
Silenciosamente trate de irme de la habitación , girando mi cuerpo y cerrando mis ojos, tratando de calmar mi pesada respiración al igual que los rápidos latidos de mi corazón. Pero, sentí como era jalada hacia la dirección tras mi espalda.
Los ojos de Jonathan chocaron con los míos, sus ojos furiosos queriendo desaparecer, pero tambien vi algo mas, yo me vi en sus ojos. En sus ojos mis zafiro parecían brillar de manera anormal, en ellos se veía contenidos un sentimiento aún más fuerte que el enojo que aquellos dos tenían hacia mi. Mis ojos reflejaban una carcel que contenía un mounstro, un lugar donde estaba encerrado el caos que parecía pronto ser liberado.
Su puño se elevó en el aire, tratando de conectar con mi mejilla izquierda, fue allí donde sentí que si seguia de ese modo no podría contener mi poder y, seguramente, todos saldrían heridos.
Algo en mi interior inconscientemente se encendió y tras él, una luz apareció de imprevisto en el lugar. El collar había sentido mis emociones negativas de desprotección activando rápidamente su escudo para protegerme. Despues del ruido brusco de algo golpearse, la luz desapareció dejándome ver a un pelinegro al otro extremo de la habitación, sentado de forma encorvada y con muecas dolorosas en su rostro. Al parecer el escudo lo había empujado tan fuerte que había chocado con la pared que daba a la cocina.
Clark se acerco rápidamente a su hijo, comprobando que no tuviera daños graves. Trate de irme nuevamente.
__ ¡Acaso no te disculparas! __ grito cuando se dio cuenta de que me marchaba, parándose y dejando a su hijo de lado
Sentí como todo el enojo recorría calientemente en mis venas, colo si mi sangre ardiera con todo ese enojo y se desprendiera en todo poro de mi cuerpo.
__ Callate __ le dije sin alzar la voz pero mi voz salió más ronca de lo normal, ni siquiera podía decir que era mi voz
Era un tono totalmente grave, no había pizca de similitud con mi voz natural, era como si una voz interior hubiera hablado por mi.
Vi como se retorció el y su hijo tras escucharme, miedoso y tratando de ignorarme para esconder el miedo que sentían por mi, pero yo lo podía ver en sus ojos.
__ ¡Acaso fui yo la que quiso venir a aqui! ¡No quiero ser parte de sus estupida familia que finge ser normal cuando todos ustedes son unos locos trastornados! __ les grite, ya sin ninguna barrera de respeto
__ que les quede claro, no se acerquen a mi sino quieren salir heridos __ fue la advertencia que les di
Realmente no lo decia por mi, lo decía por ellos. Estaba segura de que si me provocaban ellos saldría lastimado.
__ N-no te tenemos miedo__ dijo Jon
Su padre y el no entendían que aunque se creyeran valientes ante mi, yo sabia que era el monstruo de sus pesadillas.
__ Los ojos son espejos del alma, cada uno de los sentimientos que no expresan con palabras ellos lo expresan con solo mirarlos __ les sonreí cínicamente __ Sus ojos tiene miedo de ser devorados por mi, y si ven los míos, pueden darse cuenta de que tienen hambre de ustedes __ les dije dándoles la ultima advertencia
No sería mi culpa si la bestia salía a jugar con sus presas.
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