「 26 」
SIRENA.
angst ㅡ old tale.
merman edd ㅡ prince kevin.
「*inserte canto de sirena*」
October ㅡ 26 ㅡ 2O2O。
O3:38 AM。
The Little Mermaid ㅡ Megurine Luka.
Cuenta la leyenda qué, cuando estás cerca del mar, si cierras los ojos y escuchas con atención; podrás oír la suave voz de un joven que canta...
«“Aunque esté a punto de perder mi luz,
todos mis recuerdos siempre permanecerán;
Aún perdiéndome entre el mar y el cielo azul,
yo te miraré desde mi lugar...”»
En algún lugar, muy bajo el océano, se encuentra el reino de la reina Nazz, una de las hijas de Tritón. Y, exactamente, es un reino habitado por tritones y sirenas.
La reina Nazz tiene tres hijos varones. Ed, de catorce años; Eddy de doce, y Eddward de diez. Una noche, cómo tantas otras, la reina va al cuarto de sus hijos a saludarles antes de irse a dormir.
ㅡ Mamá ㅡllamó Edㅡ El abuelo nos ha contado historias sobre barcos y piratas, ¿cuándo podremos ir a la superficie a ver los barcos de los que habla?
ㅡ Cuando cumplan quince años... ㅡanunció la mujerㅡ Sólo entonces podrán subir a la superficie y ver los barcos.
Aquella noche ninguno de los hermanos pudo dormir. Los tres pensaban en como sería salir a la superficie, qué cosas verían, cómo serían de grandes los barcos de los que su abuelo siempre hablaba...
Ed fue el primero en salir, diciendo que el cielo era celeste, y no azul como se veía bajo el agua.
ㅡ No pude acercarme mucho, pero tienen algo que llaman arena y dicen que quema de día, y está helada de noche ㅡcomentó con asombro.
El segundo en ir fue Eddy, quién había visto doce barcos enormes varados.
ㅡ Hay algo que llaman muelle, ¡todos los barcos se detienen y salen de ahí! ¡con personas dentro! ㅡcomentó, maravillado por lo que había visto.
Eddward, llamado Edd o Doble D por sus familiares más queridos, viajaba por todos lados debajo del mar, veía cada cosa dentro del océano, y rogaba porque sus cumpleaños fuesen más cortos.
Intento, un par de veces, el engañar a su madre con que cumplía quince años, pero nadie le creía.
Ya tenía catorce, y casi cuatro años entremos de su vida había estado oyendo a sus hermanos hablar sobre lo increíble que era la superficie y las cosas que encontraban cuando salían a ella. Una vez intento escaparse e ir arriba, pero su hermano mayor le detuvo y lo llevo de vuelta a casa.
ㅡ Edd, hermano, no puedes hacer eso. No puedes subir a la superficie de ésta forma, aún falta tiempo.
ㅡ ¡Ya no lo aguanto! Tú y Eddy ya han podido visitar la superficie, han descubierto tantas cosas; ¿que quedará para cuando yo suba?
ㅡ El océano es grande, pero la superficie es aún más amplia que el mismo océano. Hay un montón de cosas que Eddy y yo no hemos descubierto aún, e incluso las cosas que yo he aprendido primero, a Eddy le han impresionado aún más cuando subió. Sé que ya has pasado mucho tiempo aquí, y ya has oído millones de historias, pero cuando veas la superficie por tu cuenta, verás que es aún más impresionante que como nosotros te lo hemos contado ㅡsonrió, tomándole de las manosㅡ Además, a mamá le encanta oírnos hablar sobre las mismas cosas, una y otra vez, y tú eres muy creativo, seguro que amara cuando tú se lo cuentes.
ㅡ No quiero esperar más...
ㅡ Eddy y yo hemos intentado convencer a mamá con que iríamos contigo a la superficie y que te acompañaríamos a dónde quieras ir, pero ella sabe que te dejaremos solo y por tu cuenta en cuanto nuestras cabezas salgan del agua.
ㅡ Gracias por preocuparse por mi, hermanos ㅡsuspiróㅡ Lamento ser un alga amarrada a su cola, a veces.
ㅡ Bah, eres la caracola más brillante de todo este mar ㅡbeso su frenteㅡ Ten paciencia, hermanito, pronto subirás.
Los días pasaron y la mañana anterior a su cumpleaños, se acercó ㅡcomo siempreㅡ a unos cuantos metros de la superficie.
La voz de Edd era dulce y suave, por lo que pasaba horas y horas cantando, haciendo de las historias de sus hermanos canciones de cuna para los niños más pequeños en el reino.
Entonces, a unos metros de la superficie, dónde no muchos podían oírle, comenzó a cantar.
ㅡ Luminosa vida, mi alma pedía, entre el mar y el océano vacío ㅡsuspiró, cerrando sus ojosㅡ Sueño con el día en el que pueda salir y vivir fuera del encierro de los mares... ㅡse silencio a si mismo de súbito, abriendo los ojos nuevamente.
Estaba lloviendo, por como se movía el agua sobre su cabeza, y una gran ola negra había pasado por sobre ella. Entre las nubes de oscuro color, entre todo el enorme mar, algo extraño bajaba desde la superficie.
Un hombre, parecía alto, sus cabellos eran naranjas y estaba vestido de azul. No era uno de ellos, era un humano. Un humano real.
¡Ni siquiera sus propios hermanos habían visto a un humano!
Su cuerpo y corazón estremecieron en tristeza al no verle moverse. Sabía, por sus estudios y su abuelo, que los humanos no podían respirar bajo el agua como ellos, así que nadó rápidamente hacia aquel hombre, llevándolo a la superficie, arrastrándolo hasta la orilla y acercándolo a la arena.
ㅡ Ed tiene razón ㅡse murmuró, mirando sus manos llenas de arenaㅡ Se hela cuando es de noche...
El muchacho estaba despertando y el sol despertaba con él. Le miró por unos segundos más, sus ojos verdes se abrían y el sol en lo alto reflejaba la belleza de éstos.
ㅡ ¡Príncipe Kevin, príncipe Kevin! ㅡgritaba una voz masculina con un pequeño acento.
Un animal extraño se había acercado al muchacho y a Edd, y en cuanto éste le vio, salió arrastrándose rápidamente hacia el mar.
Una vez dentro, nadó lo más rápido posible hasta llegar a su pueblo, no quiso ignorar a nadie, pero tenía apuros, así que pasó sin saludar a nadie. Llegó a su casa y nadó tras ella, metiéndose a su habitación por la ventana.
ㅡ ¡Por Poseidón! ㅡgritó uno de sus hermanos, mirándoleㅡ ¿¡Que diablos te ocurre!?
ㅡ ¡Subí! ¡fui a la superficie sin permiso! ㅡexclamó, esclavo del pánico.
Sus hermanos lo detuvieron y le hicieron tranquilizarse. Luego de tener un poco de paz mental, comentó todo lo que ocurrió. Quedaron en no decirle nada a su madre, y en no comentar nada a menos que estuvieran juntos.
Pero Edd no podía sacarse al muchacho pelirrojo y sus ojos verdes de la cabeza.
ㅡ♥️ㅡ
Habia oído tantas historias sobre las brujas del mar a las cuales no debía acercarse, que ya les tenía un poco de afecto a tales personas. Dentro de una cueva, al meterse dentro para buscar caracolas de colores, se había encontrado con una mujer... su cuerpo era diferente al de su especie; pues mientras su torso, brazos y cabeza era humanas, su parte inferior era la de un pulpo.
ㅡ ¿Qué estás buscando, aquí tan profundo, cariño?
ㅡ Caracolas de colores. Las que suelen ser magicas, a las que le puedes pedir deseos...
ㅡ ¡Deseos! Oh, cielo... ¿por qué pedirle deseos a una pequeña caracola, si aquí me tienes? ㅡle sonrió.
ㅡ Una bruja del mar... ㅡmurmuró por bajo su respiración, aferrándose a su bolso.
ㅡ ¡Bruja! ㅡgritó, espantadaㅡ ¿Cómo puedes llamarme bruja? soy una mujer que trabaja con magia, ¡pero no soy ninguna bruja!
ㅡ L-Lo siento...
ㅡ ¿Conoces a Chase? ㅡle preguntó, y sonrió cuando él dijo que síㅡ Yo lo he ayudado, con mi magia.
ㅡ ¿De verdad?
ㅡ Claro que sí. Puedo ayudarte a ti también, si es que quieres.
ㅡ ¿Puedes... convertirme en un humano? ㅡmurmuró.
ㅡ En un humano, en un pez, en algún animal vivo... de esos que viven allá arriba ㅡsonrió de ladoㅡ Pero, a cambio de darte piernas humanas, tu debes darme tu voz.
ㅡ ¿Mi voz...?
ㅡ Es el único precio a pagar.
Pensó, varias veces, intentando cerrar cada puerta en su cabeza, intentando tomar todo con calma. Cuando de sus labios salió un corto, pero poderoso, “sí”; la mujer comenzó a dar vueltas y vueltas, tocando cada roca dentro de la cueva, arrancando cada alga y poniendo todo sobre un cráter que brillaba en luces violáceas.
Su cola de suaves colores morados y lilas desaparecía poco a poco, transformándose en dos... ¿cómo era? ah, si; piernas y pies.
Se miró las manos y sus nuevos pies, y cuando quiso agradecer a la bruja, se quedó sin aire y tuvo que moverse hacia arriba.
ㅡ ¡Espera! ㅡgritaba la bruja, que por aquel embrujo que Nazz había enviado a hacer sobre ella, no podía salir de la cuevaㅡ ¡Aún no me has dado tu voz!
Y mientras seguía intentando impulsarse hacia arriba, oía a la mujer gritar blasfemias a su persona. Estaba a punto de morir, porque no podía respirar, hasta que vio a sus hermanos nadar rápidamente hacia él. Le ayudaron a subir a la superficie y, aunque le ha tomado tiempo, ha podido volver a respirar.
ㅡ ¿¡Qué rayos hiciste!?
ㅡ ¿¡Qué acaso no sabes que nuestra madre ha encerrado a esa bruja ahí por una razón!?
Edd, viendo a sus hermanos enojados y, sabiendo que estaban completamente decepcionados, simplemente suspiró.
ㅡ Ella me dijo que no era una bruja ㅡsollozó bajitoㅡ Lo siento, no sé lo que he hecho, yo solo...
Lejos, en algún lugar, aquel animal peludo al que Eddy le dijo que llamaban “perro”, aulló y ladró a su nombre, mirándole.
ㅡ Déjenme cerca de la orilla... ㅡmiró a sus hermanos con media sonrisaㅡ Será sólo una noche...
ㅡ Quédate ㅡmurmuró Edㅡ Quédate el tiempo que sea necesario para que te des cuenta del error que has cometido.
Debajo de esas palabras, debajo de ese corazón roto; Ed quería que su hermano tuviera la oportunidad que siempre creyó jamás podría tener. Una vez en la orilla, tomó unas extrañas bolsas y las puso sobre su cuerpo, sus piernas dolían mucho, sentía como si millones de cuchillos se clavaran en ellas.
Aquel animal peludo corrió hacia él y comenzó a lamerle la cara con amor.
ㅡ Hola, amigo ㅡacarició su pelaje, y se impresionó por lo suave de ésteㅡ Oh, ¡tu cabello es muy suave!
ㅡ ¡Nathan! ㅡgritaron su lado, y al voltear pudo ver al muchacho de ojos verdesㅡ Oh... hola... disculpa, ¿t-te está molestando?
ㅡ Oh, no, es bastante tierno ㅡle sonrió.
Sabía que las sirenas y los tritones podían ser muy encantadores, y por eso la gente a veces no se les acercaban, ya que creían que ellos podían introducirlos al mar y ahogarlos después... si, el mito más estúpido que los humanos creían.
ㅡ Dime, ¿nos hemos visto antes?
ㅡ No lo creo ㅡdijo, intentando no entrar en pánicoㅡ ¿Tú eres de aquí?
ㅡ Príncipe Kevin, un gusto ㅡle sonrió, tomándole la mano, para ayudarle a bajar de esa roca en la que estaba sentadoㅡ ¿Y tú?
ㅡ Eddward ㅡambos se miraron, y el de ojos celestes le sonrióㅡ Suelen decirme Edd.
ㅡ ¿Tu familia?
ㅡ Claro... y los peces y animales en el mar ㅡdijo, con orgullo, pero luego se dió cuenta de la mirada confundida del príncipe y rió nerviosoㅡ Bueno... creo que después de estar tanto tiempo en el mar...
ㅡ Si, lo entiendo ㅡrió leve.
Aquella tarde había logrado algo que pocos en toda un semana; encantar al príncipe. Hablaron, cenaron, tomaron postre y salieron a una caminata cerca de la orilla. Kevin le había contado que había unos papeles que no se pudrían en el agua, por lo que todo lo que escribiera, quedaría intacto.
Entonces, aquella noche, mientras miraba el mar por la ventana de la habitación en la que le habían dejado, escribió;
“Aunque mis piernas sientan todo el dolor,
podré soportarlo si a mí lado está él.
Pero que no pida que baile así como él,
yo le miraré desde mi lugar...”
Dentro de una botella de vidrio, envío su mensaje a sus hermanos...
ㅡ♥️ㅡ
Noche tras noche, en los míticos bailes, Edd se quedaba cerca de la puerta principal, a un lado de Nathan, mientras veía a Kevin bailar.
No sabía bailar, lo había intentado pero siempre pisaba a Kevin y luego de un par de vueltas su piernas se cansaban. Odiaba eso, odiaba no poder estar de pie y bailar junto a él.
Una muchacha de cabellos anaranjados había comenzado a dar vueltas por el lugar, mientras Kevin llegaba a un lado de Edd. Soltó su mano repentinamente y caminó directo a la muchacha de cabellos naranjas, tomándole la mano para comenzar a bailar.
Y no, sabía que no eran hermanos. Ella parecía muchísimo más joven, Kevin era hijo único, y sabía por sus risas y respetos que no se habían conocido antes. Sin embargo, estaba destrozado...
La fiesta continuó en el barco, harían una velada que duraría hasta el reino de la otra muchacha, por lo que el océano era el único testigo de su dolor.
Se acercó a la orilla mientras todos dormían y comenzó a cantar con suavidad;
ㅡ Ahora lo comprendo, resulta imposible que mi vida pueda unirse a la tuya, aunque grite fuertemente, mi voz en muy débil y no podrás escucharla nunca... ㅡsus lágrimas amenazaban con salir, así que dejó de cantar y miró hacia el agua.
Al poco tiempo de oír las olas, escuchó voces que le resultaban familiares, sus hermanos estaban mirándole desde abajo. Ed y Eddy le miraban con sorpresa, pero Edd sabía que no estaban bien. Se acercó a la parte más baja del barco y logró tomar las manos de sus hermanos.
ㅡ ¿Por qué, oh, por qué lloras lágrimas saladas como el mar? ㅡle canturreó Ed, sacándole una sonrisa a su hermano.
ㅡ No creo que el príncipe realmente me quiera...
ㅡ Entonces... ㅡmurmuró Eddy, dejando cerca de su hermano una daga hecha de piedra y hueso.
ㅡ Asesínale ㅡmurmuraron ambos hermanos.
ㅡ ¿Que...?
ㅡ Hablamos con la bruja... dijo que la única forma de que regreses es que mates al príncipe, te pongas su sangre en las piernas y saltes al agua ㅡexplicó Eddy.
ㅡ De otra forma... si vuelves al mar ahora... te convertirás en espuma ㅡle anunció Ed.
Eddward, entonces, no lo pensó. Tomó la daga y corriendo en silencio hacia la alcoba del principe, quién dormía solitario en la alcoba más alta, levantó ambos brazos con la daga en ambas manos... pero no pudo hacerlo.
La daga cayó al suelo y el príncipe se despertó por el súbito ruido. Le miró a los ojos y el de ojos color océano dejo sus lágrimas caer.
ㅡ No puedo... n-no puedo hacerlo... ㅡsollozó, intentando calmarse.
Kevin vió la daga en el suelo y se levantó rápidamente, le miraba incrédulo y al querer acercarse, el azabache salió corriendo de la habitación. Se acercó a la orilla del barco y pasó su cuerpo al otro lado, aferrándose con sus manos al borde.
ㅡ ¡Espera, no lo hagas!
Edd le sonrió de lado, mirándole con los ojos llenos de lágrimas; ㅡ Aunque ya nunca más me podrás escuchar... ㅡcomenzó a cantar, y a Kevin se le partía el corazón un poco más cada vez, amaba oírle cantarㅡ ...Nunca dejaré de cantar yo para ti, y rogar por los días en los que logres oír... Mi corazón siempre te lo dí ㅡmurmuró, y al ver a la multitud acercarse, se lanzó.
Lo último que oyó entonces, habían sido los gritos despavoridos de su amado. Al tocar el agua, su cuerpo comenzó a desvanecerse. Su madre y sus hermanos habían llegado a su rescate, y al verle en ése estado solo pudieron abrazarle y decirle cuánto le amaban.
Edd ahora era parte del mar...
ㅡ♥️ㅡ
Cuenta la leyenda qué, cuando estás cerca del mar, si cierras los ojos y escuchas con atención, podrás oír la suave voz de un joven príncipe que canta junto a su amado;
«“Aunque esté a punto de perder mi luz,
todos mis recuerdos siempre permanecerán...
Si algún día se unen el cielo y la mar,
ese día a mi lado estarás...”»
Ya no tengo más palabras...
Espero que les guste ♥️
Cuídense, y nunca dejen que
nadie les diga que lo que
ustedes creen real, no lo es.
“Todo es real, mientras haya
alguien que así lo crea”
ONE SHOT ㅡ 2753 palabras。
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