── XIX ──

«Falling in love»

   ¿Alguna vez te has sentido que estabas en el mejor momento de tu vida? ¿Alguna vez sentiste que aquel momento en la que estabas había tranquilidad y paz, una paz que hacía hacerte pensar que no sentías prisa por realizar tus planes, sino que te tomabas tu tiempo? Bueno, así mismo se sentía Kath en ese instante. Ella yacía en medio del gran salón de Cair Paravel junto al señor Tumnus y los castores; llevaba un vestido blanco con su corona plateada en su cabeza. Irradiaba felicidad pura.

La paz era tanta que por poco podía volverse palpable.

Una mano sostenía con fuerza la suya, al darse la vuelta, se encontró a Edmund junto a ella, quien le sonreía grandemente. Un subito calor recorrió su rostro al sentir que el chico posó una mano en su mejilla y la acarició suavemente mientras ella se acurrucaba en ella. Escuchó la suave risa que escapaba de sus labios, haciendo que ella sonriera.

Al abrir los ojos, vio como el muchacho se acercaba lentamente hacia ella; Katherine imitó su acción. Miles de emociones recorrieron su ser, aquella sensación indescriptible la hacia sentir que necesitaba urgentemente besarlo.

Sus labios estaban rosandose cuando un fuerte golpe se escuchó, haciendo que se separara de Edmund.

«Espadas» pensó. Corrió hacia el balcón más cercano y observó con horror la escena. Miles de Narnianos peleaban contra hombres frente a ella, con ellos llevaban catapultas quienes lanzaban piedras de distintos tamaños hacia el castillo. Los gritos de terror se escuchaban fuertemente mientras el fuego consumía el bosque.

── ¡Katherine! - escuchó que la llamaban de forma desgarradora.

Al instante en que ella se giraba, una gran roca chocó contra el castillo creando a su paso un gran pozo que no parecía tener fin.

── ¡Edmund! - gritó cuando vio como el chico caía en él.

El ruido de espadas se escuchó otra vez, haciendo que la chica despertara de golpe. Tomó rápidamente su arma y la desenvainó mientras se levantaba.

── ¡No peleen! - escuchó la voz de Lucy, así que la siguió.

Peter sostenía en lo alto una piedra y con un gran golpe en su rostro el cual se estaba por convertir en un moreton muy pronto, un muchacho intentaba sacar su espada del árbol y tenía un corte en su labio. Kathe rapidamente se posicionó frente a la niña con la espada en alto, pero rápidamente la bajó al ver a su alrededor.

Docenas de narnianos sostenían en altos sus espadas, hachas y mazos; los rodeaban y los miraban fijamente. Algunos gruñian, otros solamente sostenían amenazadoramente sus armas y les apuntaba.

── ¿Principe Caspian? - preguntó Peter fijándose en aquel muchacho.

── Si...  ¿Y tú quién eres?

── ¡Peter! - el grito de Susan se hizo escuchar haciendo que todos se sorprendieran.

Sintió una presencia junto a ella, por el rabillo del ojo notó que Edmund miraba asombrado como ella al grupo de narnianos. Sintió su corazón acelerarse ante el recuerdo de ese sueño y aquella sensación apareció una vez más.

Caspian observó la espada en su mano y dirigió su atención al muchacho frente a él.

── El gran rey Peter... - murmuró.

── Creo que nos llamaste.

── Si. Pero... Creí que serían un poco más mayores.

Peter le lanzó una mirada de incredulidad ante eso.

── Si quieres, podemos volver en unos años - dijo irónicamente.

── ¡No! ¡No! Claro que no - exclamó Caspian - Es que, no son lo que esperaban - dijo para verla a ella y luego dirigir su mirada hacia Susan.

── Ustedes tampoco - habló Edmund a su lado con un extraño tono de voz mientras lo veía fijamente al muchacho que tenia una mirada fría y la mandíbula tensada. Peter miraba a su hermano con una mirada divertida y negó antes de volver a aquel semblante serio, Katherine se extrañó ante eso y vio como Ed rápidamente posó su vista en un minotauro.

── Un mismo adversario une hasta los más antiguos rivales - habló un tejón.

── Así es - exclamó un ratoncito de gran altura para ser de su especie, llevaba una pluma roja en su oreja mientras que en su mano sostenía una delgada y pequeña espada - Hemos estado esperándolo, su majestad. Nuestros corazones y espadas están a su servicio.

── Por dios, que tierno se ve... - susurró Lucy a su lado viendo fijamente al pequeño roedor.

── ¡¿Quién dijo eso?! - exclamó este agitando su espada y buscando entre la multitud.

── Lo siento - escuchó la avergonzada voz de su amiga.

── ¡Oh! Su majestad - habló el ratón viéndola mientras guardaba su espada - creo que valeroso, valiente o astuto describiría mejor a un caballero de Narnia.

Katherine se río mientras negaba, el pequeño roedor tenía un ego muchísimo más grande que su propio cuerpo. Se acercó hacia aquella criatura mientras guardaba su espada.

── ¿Cómo te llamas, caballero? - preguntó mientras se agachaba para quedar a su altura ante las miradas expectantes de todos.

── Sir Repecheep, a su servicios mi señora - respondió este haciendo una reverencia ante ella.

── ¿Aceptarías un consejo mío?

── ¡Eso sería uno de los más grandes honores! - habló el ratón con un brillo en sus ojos.

── Cuando subas un escalón hacia la gloria, sube dos hacia la humildad - Repecheep quedó sin habla mientras ella se levantaba - Llegaras a hacer cosas grandes algún día, pero siempre manten los brazos listos para ayudar, incluso cuando la tarea no te guste.

El ratón pareció salir de su trance antes de hacer una reverencia.

── Muchas gracias alteza - la muchacha sonrió y miró hacia Peter, quien estaba mirando fijamente al ratón.

── Lo bueno es que al menos alguien sabe usar la espada - se escuchó el halago de Peter, Kath tuvo que luchar con la risa al ver como Caspian lo miraba incrédulo.

── Así es su majestad, y la he estado utilizando para poder conseguir armas para su ejército - le respondió el ratón entusiasmado mientras recibía miradas incrédula por parte de todos.

── Excelente, porque necesitaremos todo el armamento posible - expresó el rubio mirando al telmarino frente a él, este entrecerró sus ojos com si le quisise desafiar una vez más; sin embargo, solo frunció sus labios y asintió.

── Entonces, creo que vas a necesitar que te devuelva tu espada - dijo Caspian mirándolo serio mientras le extendía su arma. Peter lo tomó y lo enfundó con una fria expresión mientras caminaba hacia un centauro y le pedía que los guiara.

Katherine soltó un suspiro antes de ver a los tres Pevensies y a Trumpkin.

── Vayamos a por nuestras cosas.

ˏˋ 亗 ˎˊ

A pesar de que el cansancio gobernaba en su cuerpo, aquel encuentro con su pueblo y el lider que guiaba la misión habían causado una gran emoción, la cual hizo que sus energias se renovaran y pudiera aguantar el unico viaje antes de poder descansar en un lugar decente.

Edmund y Susan iban junto a ella, ninguno decía una palabra y solo caminaban siguiendo a Caspian y al centauro. Lo unico que causaba nerviosismo en la chica era la simple cercanía del muchacho junto a ella, con quien de vez en cuando, sin darse cuenta, sus brazos se rozaban al punto en que la hacía sentir un mar de emociones dentro de ella. 

Todos detuvieron su andar al divisar una montaña ante ellos, frente a este un pastizal lo recorría. Una pequeña base se hallaba frente a la colina. Katherine vio como había gente entrenando a lo lejos haciendo que sonriera levemente. Los narnianos se estaban preparando.

── El altozano - exclamó el centauro quien era uno de los sargentos - Es el lugar más seguro que hemos encontrado por ahora, los ratones eran los únicos quienes sabían de su existencia.

── Bueno, se ve que es fuerte - comentó ella sonriendole a la criatura haciendo que este le devolviera el gesto.

El camino hacia la entrada no fue para nada agotadora. Aunque era un terreno extenso, a Katherine no se le hizo un trabajo tan difícil cruzar por ello. El haber encontrado la base había hecho que sus energías se duplicaran, tenía ansias de vivir aquella experiencia como en el pasado. 

Dos filas de centauros se hayaban en los costados de la entrada, alzaron sus espadas y las extendieron en señal de reverencia. Los cinco reyes caminaron bajo ellas con elegancia mientras los demás los seguían detrás suyo.

El interior del altozano era inmenso, Katherine se encontró con muchísimas criaturas y animales forjando armas y armaduras. Las antorchas en lo alto iluminaban todo perfectamente.

── Quizás no eran lo que esperaban, pero es defendible - dijo Caspian. Kath le regaló una leve sonrisa.

── Es mucho más de lo que me imaginé, si tenemos que ser honestos - habló ella haciendo que el chico sonriera timidamente y se notó rapidamente su sonrojo en sus mejillas.

── ¡Peter! - llamó Susan - Creo que deberías ver esto.

Los demás la siguieron algo confundidos y se encontraron con un largo pasillo que, en sus paredes, llevaban dibujos algo desgastados. La chica pasó su mano sobre la superficie de esta viendo como dos niños estaban practicando con espadas. Se reconoció a ella y a Edmund en él.

── Ed, mira - le dijo tomando su mano acercandolo hacia la pared.

── Somos nosotros - susurró el viendo el dibujo mientras entrelazan sus dedos con los de ella.

── Es nuestra historia - se escuchó el murmullo de Lucy - ¿Dónde estamos?

Caspian los miro incrédulos.

── ¿Enserio no saben dónde están? - preguntó a lo que los cinco negaron. El chico tomó una antorcha y caminó por un pasillo - Vengan, siganme...

Edmund a su lado tomó una antorcha mientras sostenía con fuerza su mano y ambos seguían al telmarino.

Llegaron a un gigantesco cuarto oscuro, no se oía ningún ruido y olía a humedad y moho. Entonces, de forma rápida, unas llamas trazaron un largo camino por los bordes del lugar iluminando todo el ambiente. Una mesa se hallaba frente a ellos, partida a la mitad, detrás de este se alzaba un retrato detallado del mismísimo Aslan que los miraba fijamente.

Kath sintió un escalofrío pasar por su columna mientras veía aquellos ojos que parecian vigilarla.

Lucy se acercó hacia la mesa y puso una mano sobre ella.

── El sabe lo que está haciendo - habló Lucy viendo a Peter.

Este parecía negarse a ver al retrato del gran León, solo miró la mesa sin ninguna emoción en su rostro mientras mantenía la antorcha en lo alto.

── Creo que ya es tiempo que nosotros nos hagamos cargo de la situación - dijo.

Kath le regaló un leve apretón al chico a su lado haciendo que este devolviera el gesto.

«Pronto lo volveremos a ver» se dijo.

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Dos días después de haber conocido al Principe Caspian, este los trató con los mejores respetos y les enseñaba todo lo que tenían a su alcance para la guerra que él aseguraba que se acercaba. Habían sido dos dias en donde los reyes y reinas de Narnia se ponían al día con todo tanto en lo que había sucedido luego de su marcha como en su entrenamiento.

La muchacha de cabellos castaños estaba en ese mismo instante sobre una roca mientras veía el bosque frente a ella, estaba sobre uno de los bordes de vigilancia más cercano del suelo, pero el que era suficientemente alto como para disfrutar de la vista.

La brisa revoloteaba su cabello mientras el sol era cubierto por las nubes, ella tenía un extraño presentimiento de que algo ocurriría, peor no sabía que era. Meneó su cabeza quitando aquellos pensamiento y miró el paisaje frente a ella.

Escuchó unos pasos detrás suyo y se encontró con la sonrisa de Susan, quien se sentó junto a ella y miraba la vista.

── ¿Como has estado Kath? - le dijo.

── Muy bien, ¿y tú?

── También, espléndido en realidad.

── Y eso tiene que ver con alguien ¿verdad? - preguntó picaramente mientras Susan se sonrojaba.

── No - negó rapidamente la muchacha mientras se acomodaba su cabello haciendo que la chica se riera ante aquello.

── Yo creo que si, querida Susan. Esa razón tiene nombre.

── Solo, cállate.

La muchacha soltó una carcajada haciendo que la Pevensie golpeara su brazo, a pesar de eso solo incrementó su risa ante su nerviosismo.

── ¡Claro que no! Se que te atrae Caspian, Su.

Susan la observó y mordió su labio inferior, un sus orejas se volvieron rojas y sus pies empezaron a moverse.

── ¿Se nota? - preguntó tímidamente.

── Si, y mucho para mi gusto - bromeó haciendo que la chica riera - ¿Te está empezando a gustar?

Susan abrió la boca para replicar pero rápidamente la cerró. Desvió su mirada hacia el bosque mientras jugaba con sus manos.

── No lo sé... No se que siento exactamente...

Katherine tomó su mano y le dio un leve apretón.

── A ver, cuenta.

La morocha suspiró antes de recostarse contra la pared y mirar el cielo.

── Es una sensación algo extraña para ser sinceros; siento un revoltijo en el estómago cada vez que me mira o me sonríe. Siento que se me calientan las mejillas cada vez que lo descubro mirándome y... No lo se... Es extraño.

Hubo un pequeño silencio antes de que la risa de Katherine se escuchara una vez más, Susan rapidamente le dio otro golpe en su brazo.

── ¡¿De qué te ríes?! - exclamó la muchacha.

── ¡Oh Susan! ¿No te das cuenta de todo lo que dijiste? - respondió ella limpiando una lagrima que rodaba por su mejilla - Sonaste como toda una enamorada.

── ¿Enserio?

── Así es - le respondió haciendo que la chica se sonrojara. Ambas entonces empezaron a reirse una vez más ¿Quien diría que ambas reirían por un muchacho el cual parecía ser que su unico objetivo era apreciar la belleza.

Luego de que las risas de la castaña disminuyeran poco a poco, reinó un cómodo silencio entre ambas muchachas. El canto de los pájaros se escuchaban a lo lejos y la brisa soplaba levemente haciendo que Kath tuviera que acomodarse el cabello varias veces.

Sentía paz por primera vez desde que habían llegado al altozano; se estaba estresando rápidamente desde que ella, junto a Peter y Edmund intentaban ayudar y ordenaban a las tropas que hacer.

── ¿Así te sientes? - preguntó Susan sacándola de su trance. La chica se reincorporó y la miró extrañada.

── ¿A que te refieres?

── Me refiero a ti y a Edmund - le dijo - ¿Así te sientes con mi hermano?

Katherine se quedó un rato pensándolo, y la respuesta era clarísima para ella. Era un rotundo si, no había duda para aquello. EN ese instante recordó aquella descripción que Susan había hecho, y podía decir que era como ella sentía ante la sola presencia de Edwmund junto a ella.

── Creo que te lo aclaré una vez en Cair Paravel - le recordó la chica haciendo que la muchacha riera.

Una vez más el silencio reinó entre ambas. Kath suspiró y miró al cielo, el cual estaba poco a poco empezando a brillar gracias a las estrellas que lucían su luz en el cielo que empezaba poco a poco a oscurecerse.

── Si, así me siento - murmuró, sintió la mirada de la morocha sobre ella, pero Kath no la miró - Eso y mucho más.

Susan tomó su mano dándole un leve apretón, Katherine le sonrió mientras le devolvía el gesto.

Ambas se sobresaltaron al escuchar pasos acercarse hacia ellas. Pero se tranquilizaron al ver que era Edmund. Tenia la respiración agitada, el sudro se podía reflejar en su frente y tenía su espada colgada en la cintura el cual aferraba el mango con su mano derecha. Katherine se pregunto en si él era consciene de que no podía lucir más guapo que en ese momento.

── Peter está llamándonos para una junta.

── ¿Porque? - inquirió Susan.

── Parece ser que los Telmarinos ya saben nuestra localización - informó - Venga, vamos.

La Pevensie trotó rápidamente mientras que Katherine se levantaba y se estiraba, su cuerpo al instante se relajó gracias a aquella acción. De pronto se sintió observaba y miró de reojo para darse cuenta de la mirada del chico sobre ella y dirigió sus ojos hacia él.

── ¿Sucede algo? - murmuró ella.

── ¿Alguna vez te dijeron que eres linda? - exclamó él. Katherine abrió los ojos de par en par ante aquello, había esperado cualquier respuesta, pero no esa. Sintió el calor abrumar sus mejillas en ese instante y una agradable sensación se adueñó de su pecho mientras jugaba con sus manos nerviosa.

── No...

── Bueno, quiero que sepas que lo eres.

¡Holis tanto tiempo! ¿Cómo anduvieron? Espero que bien y.... TENEMOS CAP NUEVOOOOOOO ¿Qué les pareció?

pronto tendremos algunos eventos que nos van a volar la cabeza, así que les voy avisando que se agarren bien porque lo que se viene va a ser intenso jajajjajaja

See ya'!

RiderStilinski ── 22/06/2020 - edición: 14/02/2024