✧ 01. Welcome To Forks
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EL ROSTRO PALIDO DE Yoongi era reflejado en la ventana de aquel viejo taxi, distorsionado por la velocidad del auto y el paisaje lleno de arboles. Hace menos de media hora el joven de ojos rasgados había llegado a un pequeño pueblo llamado Forks, de clima frío, en donde la lluvia no daba descanso a las nubes y la población se reducía a 3120 personas.
Tras varias horas de viaje de Corea del sur a el estado de Washington el no iba a negar que la diferencia horaria lo hacía sentir cada vez mas agotado. Suspiro cansado, recostando su cuerpo en el asiento, colgando su cuello hacia atras en busca de comodidad. Aquello pareció llamar la atención del conductor del taxi, quien poso sus ojos en el espejo retrovisor.
- ¿Usted no es de aqui, verdad? - esa pregunta le parecio un poco estupida a Yoongi pero lo ignoro al ver la amable sonrisa del señor, tratando de entablar una conversación amena.
Aunque el no creia necesario eso.
- mnhum... Soy de Corea del Sur - una pequeña mueca de sorpresa aparecio en el rostro del mayor al escuchar el tono rasposo y grave.
Min lo volvió a ignorar al saber de que se trataba. Al contrario del estereotipó americano, el chico era de contextura pequeña, frágil a la vista, con rasgos delicados y finos que lo hacían ver afeminado. Nada parecido a los tipos rudos con mandíbula marcada de las películas estadounidenses, tendría que acostumbrarse a ello.
- Se lo ve demasiado joven, por que esta viajando solo? -
Ah, que molesto
-mi abuela murió -fue su respuesta, dejando incomodo al hombre
Después de eso el silencio volvió, Así tuvo tiempo para analizar el camino a lo que sería su nuevo hogar. El vecindario parecía ser un lugar tranquilo, lleno de casas blancas con pequeños patios en la parte delantera, lo suficientemente alejadas unas de otras para dar la privacidad necesaria.
Yoongi recordó a su abuela, lo bastante alejados para no escuchar ruidos molestos, como si la vieja hablara en el viento. Eso era algo que compartía con Yeong Seong, el gusto por lo silencioso y la calma de un espacio sin interrupciones, un lugar para permitirte disfrutar de la soledad. Seong amaba a Yoongi, como también amaba darle su espacio.
- Aquí es - El mayor indicó el destino, pero el chico solo frunció sus cejas
Su cara de desconformidad rompió con la expresión de calma que siempre cargaba en su rostro. Estaba desconcertado, esperaba encontrar una casa blanca de dos pisos, igual a las demás, pero del otro lado de la carretera solo estaba el bosque.
¿Qué se supone que haga, Olfateo la tierra y mágicamente llego a la residencia?
Debía ser una maldita broma.
- el señor Wang vive en el bosque con su hijo Jackson, ah ese muchacho parece siempre estar de buen humor - Yoongi lo miro incrédulo, sabía muy bien como era su primo, pero eso no resolvía su problema
- E-eh, no sabría indicarle el camino, la gente generalmente no va por ese lugar - respondió
- Por supuesto, a nadie le gusta perderse en el bosque -el hombre lo miro incomodo, cubriendo sus ojos con un gorro de lana por el nerviosismo
Los ojos oscuros de Yoongi eran intimidantes, aun mas con su aura elegante y llena de sarcasmo. El taxista solo pudo murmurar estrepitosamente una despedida junto a un tarjeta con su número de teléfono. Por si el joven asiático le pedida llevarlo a algún lugar, aunque le parecía imposible ya que en su opinión, no le había agradado a el líder de los min.
El taxi arranco, dejando a el chico con su bolso de mano frente al frondoso bosque. Bufo por lo bajo y comenzó a emprender camino. No había otra manera, debía tratar de encontrar la casa solo, aunque se perdiera entre los arboles. Debía haberle pedido el número de Wang a su secretario, pero era demasiado tarde para sus arrepentimientos.
Las hojas crujían bajo sus zapatos, siendo el único sonido constante dentro del bosque. Era extraño, no se escuchaban a veces ni animales cercanos, solo era el crujido de las hojas secas junto al viento.
A Yoongi no le molestaba el bosque, su abuela le había enseñado a amarlo desde pequeño con cuentos hermosos sobre las criaturas fantasiosas y con viajes a cabañas entre árboles igual de frondosos. Pero aun así a el joven asiático le molestaban las caminatas, en donde requería gran esfuerzo. El era un perezoso de primera, odiaba el sudor y todo lo referente a moverse, el prefería no hacer nada a gastar energía en cosas innecesarias.
Si por el fuera solo respiraría, ya que con eso no gastaba energía.
El sudor comenzaba a molestarlo, la cantidad de este incomodaba sus pasos. - bruja, no entiendo como te gustaba tanto esta mierda - Yeong Seong se las pagaría de alguna forma
- ¿por que tan molesto? -
Una voz tras su espalda, baja y grave tan calmada y misteriosa entre el viento, causo que el de estatura mas baja gritara con fuerza y temblara del susto.
- ¡Aigoo! Estas loco? Quieres morir? - no pudo evitar gritar, llevando una mano a su corazón que latía erráticamente en su pecho.
- Discúlpeme, no quería causarle un disgusto - el joven se acerco con sutileza, aunque había una cara de confusión en su rostro.
Debido al susto, Yoongi no se dio cuenta de que erróneamente cambió del ingles al coreano. Quiso morderse la lengua de la vergüenza, pero aun así su expresión no cambio.
Con la cercanía se pudo fijar en la figura de aquel adolescente, su piel era aun mas blanca que la suya, tan perfecta que seria la envidia de la población Surcoreana femenina. Su cabello era enrulado en pequeños rizos claros de color rubio. Pero lo que atrapo a Yoongi, de tal manera de casi caer vergonzosamente al suelo, fueron sus ojos. Brillantes, de un hermoso y único color dorado.
Sintió que algo tiraba de él , como si aquel rubio fuera tan magnético como el Oro en sus ojos. Un Suspiro escapó entre sus labios, totalmente ansioso, aquello no pareció pasar desapercibido por el chico de misteriosa identidad, quien río nervioso.
El líder Min casi se pierde entre la melodía de aquella risa, sino fuera por el carraspeo de su voz.
- ¿Quién eres tú? - volvió a su expresión tranquila, como si minutos antes no hubiese gritado temeroso
- Soy Jasper Hale, vivo en el bosque - aquella información extra había calmado un poco a Yoongi, sus dudas de que era un vendedor de órganos se disipaba un poco
Jasper no agrego más, el asiático tampoco, así que sin disimulo se quedaron mirando nuevamente, cosa que a Yoongi le hubiese molestado si no estuviese tan perdido por aquel desconocido.
-Puedo saber su nombre, señorito? - le incomodo un poco el apodo pero aun así respondió
-Soy Min Yoongi - el chico de cabellos rubios repitió el nombre por lo bajo, y para el agrado de Yoongi lo pronunció de manera correcta
- ¿Por qué estas en el bosque, Yoongi? - el de ojos rasgado ignoro el hecho de que aquel chico de extraños ojos dorados pareció saborear su nombre entre sus labios
- Tengo que llegar a la residencia Wang - así emprendió camino, al recordar que tenia que llegar pronto
- Déjeme decirle que esta en la dirección correcta, aunque escogió el tramo más largo - solo asintió.
- Ven, sería grato mostrarte el mejor camino - Min siguió la figura de Jasper , después de todo no tenia nada mejor
El camino de Jasper era mejor en todo los sentidos por lo que el de cabellera castaña no se quejo en toda la caminata. Suspiro feliz al ver a su tío en el porche de la casa, estaba exhausto y solo quería dormir.
-Gracias, Jasper -Quiso ser sincero y agradecerle por el gesto de amabilidad
Pero al girar su cuerpo lo único que encontró fue la tierra bajo sus pies y el balanceo de las copas de los arboles, sin la ancha figura del de ojos dorados entre el bosque. Había desaparecido, como si el viento se lo hubiera llevado.
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