✧ 00. The Beggining
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LA HIPOCRESÍA ERA parte de la vida de Min Yoon Gi desde que tenia uso de razón, y en aquella etapa de su vida nunca se preocupo de la misma. Hasta ese momento, tres meses despues de la desaparición de su abuela, en un sementerio. El dia en el que Min Yeong Seong murio.
Observo como lagrimas falsas adornaban los perfectos rostros de personas engalanadas con trajes negros de marca y vestidos propios de una semana de la moda. Escuchando los murmullos sobre la gran pérdida de los Min's y las preocupaciones de la junta directiva sobre el futuro de Hyben Corp. Aun asi, lo más cinico de todo, era enterrar una caja vacia.
— Mis mas sinceras disculpas, señor Min — escucho el murmullo a su lado, no presto atención al ver el maletin que colgaba en su brazo — solo quiero que sepa.... — aislado de todo, quedo de pie. Mirando la profundidad del hoyo y como poco a poco la madera era cubierta por la tierra, perdido en la incertidumbre.
El inversionista no tuvo paciencia alguna, ni siquiera en un dia como ese, ni siquiera en una situación como aquella. Sin despido alguno salio del lado del joven, susurando molesto sobre la impertinencia y el seguro destino en quiebra de Hyben Corp, porque claro, a ellos solo les importaba con cuanto dinero llenarian sus bolsillos tras la muerte de la vieja Yeongseong. Sin embargo, Yoongi no tenia tiempo suficiente para molestarse por ello, incluso no tenia tiempo para ordenar sus sentimientos.
Estaba bloqueado, ¿Debia llorar, debia sentirse triste? Lo unico que sentia era un instinto latente de que las cosas no estaban como deberian de estar, no sabía si era su humanidad biológica que no le permitía aceptar la muerte pero Yoon sentía, mas bien, sabia muy dentro de si que alguien como su abuela no moriría de forma tan poco prudente como un accidente en avión, donde mágicamente el cuerpo no se hallaba en escena.
Yeong Seong era una mujer con una inteligencia extraordinaria y muy calculadora, no era una presa fácil, no era alguien fácil de asesinar. Una mujer de mente compleja a la que le encantaba complicar aun mas la mente de otros, divirtiéndose al jugar con la inteligencia y paciencia de todo ser humano que osara a cuestionarla, Yoongi no se quedaba atrás en lo último.
Si ella estaba viva, no le dejaría un mensaje a la vista de cualquiera. Pensó, aclarando su mente de cosas innecesarias, y busco en el lugar menos esperado pero en cual aquella vieja pasaba horas demás. Su baño. Nadie era capaz de acercarse a ese lugar por el terrible olor a cigarrillo impregnado en cada toalla de baño, y ni que decir de aquel jacuzzi que solo tenia agua fría, muy poco cómodo para los niños ricos. La peor habitación para los miembros exclusivos y mimados del clan Min.
A Yoon Gi le importaba menos pero aun así nunca había entrado a aquel lugar, entrar significaba crear un trauma innecesario con su abuela. Siendo sincero, no era muy diferente a los demás baños de la casa. El jacuzzi al fondo, en una de las paredes el armario blanquecino lleno de toallas igual de blancas y perfectamente dobladas, frente a un lavamanos doble justo a un lado de un tocador con espejo con luces en los bordes.
Reviso minuciosamente el piso, ninguna baldosa mal cuadrada o con sonido hueco, el techo falso tampoco había sido removido ni nada escondido entre las hendiduras de las paredes.
— por que haces las cosas jodidamente difícil, vieja bruja—escupió al aire molesto pero juro sentir como algo soplo en su oído
No te asustes Yoon, la vieja no te solaría el cuello, seguramente te tira del balcón.
Ignoro el miedo y movió las toallas de su lugar, desparamándolas en el piso sin éxito de encontrar un fondo falso en el armario.
— ¿realmente moriste? —su cuerpo callo junto a las toallas, negandose a aceptar algo como eso
Los obres negros vagaron, y por primera vez en todos esos meses sintio que no podia aguantar la incertidumbre en su corazón, tenia ganas de llorar.
Apreto la ebras negras de su cuero cabelludo con desesperación — Estas buscando mal, tiene que ser en otra parte—
comenzó a guardar las toallas, mas bien dejarlas amontonadas en el armario, esperando que realmente se haya equivocado de lugar y encontrar la respuesta en otro. Una sonrisa se extendió en su rostro cuando sintió que una de las telas crujía bajo su toque.
A comparación de las demás toallas esta era mas gruesa y parecía que entre las paredes de tela había algo de textura dura, lo comprobó al ponerla frente a la luz y ver que un pequeño cuadrado oscuro se reflejaba en el centro.
Palmeo las manos dentro sus bolsillos, sacando la pequeña navaja de este. Corto el borde de la tela blanca y sin cuidado dio vuelta a la toalla para estrepitosamente caer algo de ella. Un sobre de color amarillento, antiguo, y con el mismo olor a cigarrillos.
Para Yoonie, que rayos haces en mi baño?.....
— Fósil decrepito, juro que no descansaras en paz ni en la otra vida —
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