𝗧 ࿐「 𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖮7 」
«𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗇𝗎́𝗆𝖾𝗋𝗈 𝗌𝗂𝖾𝗍𝖾»... [𝖮7]
❝𝗘𝗰𝗼𝘀 𝗲𝗻 𝗹𝗮 𝗼𝘀𝗰𝘂𝗿𝗶𝗱𝗮𝗱❞
Esa noche, la casa estaba en silencio, envuelta en una calma inquietante. El día había sido largo, pero gratificante. Kim había pasado más tiempo con el chico en el jardín, viendo cómo pequeños destellos de vida volvían a sus ojos oscuros, y aunque esos destellos eran fugaces, eran una señal de que algo dentro de él todavía luchaba por salir a la superficie. Sin embargo, a pesar de este progreso, Kim no podía deshacerse de la sensación de que había algo más, algo oculto en las sombras del pasado del chico, que aún no lograba entender.
Cuando finalmente se retiró a su habitación, Kim se dejó caer en su cama, exhausto. Cerró los ojos y dejó que el cansancio lo arrastrara al sueño, pero en lugar de la paz que esperaba encontrar, se vio arrastrado a un mundo de sombras y susurros. En el sueño, caminaba por un pasillo largo y oscuro. Las paredes estaban cubiertas de manchas de humedad y moho, y el aire era denso, casi sofocante. Podía oír el eco de sus propios pasos reverberando en las paredes, pero no había otra fuente de sonido. Todo estaba en completo silencio, un silencio que le pesaba en los oídos como una losa.
De repente, Kim se encontró frente a una puerta. Era una puerta pesada, de madera vieja y agrietada, con un pomo oxidado que parecía que no había sido tocado en años. A pesar de la sensación de peligro que emanaba de la puerta, Kim sintió una compulsión irrefrenable de abrirla. Extendió la mano y, con un esfuerzo casi sobrehumano, giró el pomo y empujó la puerta. Lo que vio al otro lado lo dejó sin aliento.
El cuarto al que había entrado estaba completamente oscuro, salvo por un débil rayo de luz que se filtraba desde una pequeña ventana enrejada en la parte superior de una de las paredes. A través de esa ventana, se podía ver una luna llena, su luz pálida apenas iluminando la estancia. En el centro del cuarto, Kim vio una figura encorvada en el suelo. Se acercó lentamente, el corazón latiendo con fuerza en su pecho. Cuando se acercó lo suficiente, se dio cuenta de que la figura era el chico.
Estaba de rodillas, con las manos atadas a la espalda y la cabeza gacha. Su cuerpo temblaba ligeramente, y Kim pudo ver que había lágrimas corriendo por sus mejillas, aunque sus ojos estaban abiertos, mirando fijamente al vacío. Kim intentó llamarlo, pero no pudo hacer ningún sonido. Trató de mover sus piernas, de acercarse más, pero algo invisible lo retenía en su lugar. Era como si el aire se hubiera vuelto sólido a su alrededor, impidiéndole avanzar.
El chico levantó la cabeza lentamente, y sus ojos se encontraron con los de Kim. Había una desesperación insondable en esos ojos, una súplica muda que rompió el corazón de Kim en mil pedazos. Era como si el chico estuviera atrapado en un infierno del que no podía escapar, y Kim se sintió impotente al darse cuenta de que no podía hacer nada para ayudarlo. Intentó gritar, pero su voz no salió. Intentó extender la mano, pero sus brazos se negaron a moverse.
De repente, el chico abrió la boca, y aunque no emitió ningún sonido, Kim pudo ver claramente las palabras formarse en sus labios. "Ayúdame." Esa simple palabra, dicha en completo silencio, resonó en la mente de Kim como un grito ensordecedor. Sintió un dolor agudo en su pecho, como si una mano invisible le hubiera arrancado el corazón. Quería ayudar al chico, quería sacarlo de ese cuarto oscuro y llevarlo a un lugar seguro, pero no podía moverse. Estaba atrapado en su lugar, impotente, mientras el chico seguía mirándolo con esos ojos llenos de desesperación.
Y luego, sin previo aviso, todo se volvió negro. El cuarto, el chico, el pasillo, todo desapareció en un torbellino de sombras, y Kim sintió como si estuviera cayendo, cayendo en un abismo sin fondo. Intentó gritar de nuevo, pero esta vez, ni siquiera pudo abrir la boca. Estaba atrapado en la oscuridad, sin ningún punto de referencia, sin ninguna forma de saber dónde estaba o cómo salir. El pánico se apoderó de él, y por un momento, pensó que nunca despertaría de ese sueño.
Pero entonces, con un sobresalto, abrió los ojos. Estaba de vuelta en su habitación, en su cama, empapado en sudor y con el corazón latiendo desbocado en su pecho. Respiraba con dificultad, intentando calmarse, pero el miedo que había sentido en el sueño todavía lo tenía atrapado en sus garras. Se llevó una mano a la frente, sintiendo el sudor frío en su piel, y cerró los ojos, tratando de calmar su mente. Pero las imágenes del sueño seguían presentes, como si estuvieran grabadas a fuego en su mente.
Tomó varios minutos para que su respiración se normalizara, y cuando finalmente lo hizo, abrió los ojos de nuevo. Fue entonces cuando lo vio. De pie en la puerta de su habitación, observándolo en silencio, estaba el chico. Sus ojos oscuros brillaban con una luz extraña en la penumbra, y su rostro estaba en sombras, haciendo que su expresión fuera difícil de leer. Pero había algo en su postura, en la manera en que estaba parado, que hizo que el corazón de Kim se detuviera por un momento.
━ ¿Estás bien? ━ preguntó Kim, con la voz apenas más que un susurro, todavía sintiendo los efectos del sueño.
El chico no respondió. Simplemente se quedó allí, mirándolo con esos ojos que parecían ver más allá de la superficie, como si estuviera buscando algo en el alma de Kim. Había algo inquietante en su presencia, algo que no encajaba, pero al mismo tiempo, había una vulnerabilidad en sus ojos que rompía el corazón de Kim. Era como si el chico estuviera atrapado entre dos mundos, uno de silencio y oscuridad, y otro de luz y esperanza, sin saber a cuál pertenecía.
Kim se sentó lentamente, tratando de no asustar al chico. Su mente todavía estaba nublada por el sueño, y por un momento, no estaba seguro de si estaba despierto o todavía atrapado en esa pesadilla. Pero cuando el chico dio un pequeño paso hacia adelante, algo en su mente hizo clic, y se dio cuenta de que esto era real. No estaba soñando. El chico estaba allí, de pie en su puerta, mirándolo con esos ojos oscuros llenos de preguntas sin respuesta.
━ ¿Tuviste una pesadilla? ━ intentó de nuevo Kim, con la esperanza de obtener alguna reacción.
El chico inclinó la cabeza ligeramente, como si estuviera considerando la pregunta. Luego, sin decir una palabra, asintió lentamente. Kim sintió un nudo en la garganta al ver ese pequeño gesto de afirmación. Era la primera vez que el chico respondía a una de sus preguntas, aunque fuera con un simple movimiento de cabeza. Se dio cuenta de que algo había cambiado, algo había roto el silencio que los había separado, aunque fuera por un breve momento.
Kim quiso decir algo más, quiso extender la mano y ofrecer algún tipo de consuelo, pero antes de que pudiera hacerlo, el chico se dio la vuelta y salió de la habitación, desapareciendo en la oscuridad del pasillo. Kim se quedó allí, sentado en su cama, sintiendo una mezcla de confusión, miedo y esperanza. No sabía qué significaba todo esto, no sabía qué era lo que había soñado ni por qué el chico lo había observado desde la puerta de su habitación. Pero una cosa era segura: había más en este chico de lo que cualquiera de ellos sabía, y Kim estaba decidido a descubrirlo, a ayudarlo, sin importar cuánto tiempo le tomara.
Kim se levantó temprano esa mañana, todavía perturbado por el sueño que había tenido durante la noche. Las imágenes de Jeon atrapado en un cuarto oscuro seguían grabadas en su mente, la sensación de impotencia se aferraba a su pecho. Caminó con pasos lentos hacia la cocina, decidido a preparar un desayuno para los tres, algo que pudiera aliviar la tensión que parecía haberse instalado en la casa desde la llegada de Jeon.
Mientras cortaba algunas verduras, escuchó murmullos apagados que venían del pasillo. La voz de su madre era apenas un susurro, y al asomarse discretamente, la vio con el teléfono pegado al oído. Su expresión era seria, la mano libre moviéndose en gestos nerviosos.
━ No sé cuánto más podremos seguir así ━ decía Suje, su voz apenas un hilo. Kim frunció el ceño, tratando de no hacer ruido mientras escuchaba ━. Sí, pero está en estado de shock... ¿Y si llamamos a alguien?
Kim decidió hacer su presencia conocida, aclarando su garganta mientras se acercaba. Suje se giró rápidamente, forzando una sonrisa al verlo.
━ ¿Con quién hablabas? ━ preguntó Kim con una ligera sospecha en la voz, intentando no sonar acusador.
Suje guardó el teléfono en el bolsillo de su delantal, caminando hacia él con una expresión más calmada.
━ Estaba tratando de averiguar cómo podríamos ayudar más al chico ━ respondió, evitando los detalles mientras se acercaba a la mesa para comenzar a disponer los platos ━. Estaba hablando con una amiga que conoce a alguien que podría tener experiencia en casos como este.
Kim asintió lentamente, aceptando la explicación aunque una ligera inquietud persistía en su mente. Aunque Suje parecía sinceramente preocupada por Jeon, había algo en la forma en que había escondido su conversación que no terminaba de convencerlo.
Intentando apartar esos pensamientos, Kim se concentró en la tarea que tenía entre manos. Mientras cocinaba, su mente volvía una y otra vez a Jeon, al extraño vínculo que sentía cada vez más fuerte y a la sombra de misterio que parecía rodearlo. Pero más que nada, estaba decidido a descubrir la verdad, tanto para el bienestar del chico como para la paz de su propia mente.
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Ⓒ︎𝖧𝖨𝖲𝖳𝖮𝖱𝖨09
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