𝗔 ࿐「 𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 14 」
«𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗇𝗎́𝗆𝖾𝗋𝗈 𝖼𝖺𝗍𝗈𝗋𝖼𝖾»... [14]
❝𝗠𝗮𝗿𝗰𝗮𝘀❞
Era una mañana tranquila. El aire fresco del jardín se mezclaba con el aroma de la hierba mojada por el rocío, creando un ambiente de serenidad. Kim había decidido salir al jardín a revisar algunas cosas cuando, a lo lejos, notó una figura agachada en el césped. Se acercó, y para su sorpresa, el joven que se había vuelto una presencia constante en su vida estaba allí, con un cuaderno abierto frente a él y un lápiz que se movía frenéticamente en su mano.
La escena era extraña. Nunca antes lo había visto tan absorto en algo. Parecía casi desesperado, dibujando una y otra vez con movimientos rápidos y tensos. Kim avanzó despacio, tratando de no interrumpir, pero la intensidad del joven no se apagaba. Lo observó desde una distancia prudente, notando cómo el chico apenas levantaba la cabeza, completamente concentrado en lo que estaba plasmando en el papel.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca para ver el cuaderno, Kim sintió un nudo en el estómago. La misma imagen repetida llenaba página tras página: una figura pequeña, que claramente representaba al joven, atrapada en una jaula de barrotes oscuros. Alrededor de la jaula, sombras largas y sinuosas parecían alargarse, rodeándolo, como si estuvieran a punto de engullirlo. Las sombras no tenían forma definida, pero había algo profundamente perturbador en su apariencia, en la manera en que parecían rodear a la figura indefensa en el centro.
Kim frunció el ceño, sintiendo una oleada de preocupación que lo atravesaba. No era solo el dibujo en sí, sino la intensidad con la que el joven lo repetía una y otra vez, como si estuviera atrapado en una especie de trance, incapaz de escapar de esa imagen que lo consumía. Sin poder contenerse más, Kim se agachó junto a él.
━ ¿Qué estás dibujando? ━ preguntó con voz suave, tratando de no sonar demasiado intrusivo.
El joven no respondió, pero sus manos, temblorosas y tensas, seguían moviéndose sobre el papel. Kim observó cómo el lápiz trazaba los mismos barrotes, la misma figura encerrada, las mismas sombras amenazantes. El ritmo del dibujo era frenético, como si algo dentro de él estuviera a punto de explotar.
━ Oye ━ insistió Kim, colocando una mano suavemente en su hombro ━. Está bien, no tienes que seguir dibujando eso. ━ El joven se detuvo, aunque su cuerpo aún temblaba levemente bajo el toque de Kim.
Por un momento, Kim creyó que había logrado calmarlo, pero fue entonces cuando el joven rompió a llorar, de una manera tan cruda y desgarradora que a Kim se le encogió el corazón. Las lágrimas caían en silencio, pero su cuerpo temblaba violentamente, como si todo el dolor que llevaba dentro hubiera encontrado una forma de salir a través de esos sollozos contenidos.
Kim no sabía exactamente qué hacer. Nunca lo había visto tan vulnerable, tan expuesto. Se sentó a su lado, envolviéndolo en un abrazo, sin decir una palabra, solo sosteniéndolo con fuerza, como si ese simple gesto pudiera protegerlo de lo que fuera que estuviera atormentándolo.
━ No estás solo ━ murmuró Kim, apretando un poco más su abrazo ━. No voy a dejar que nada te haga daño. Nunca más.
El joven enterró su rostro en el pecho de Kim, aferrándose a él con fuerza, como si fuera su única ancla en un mundo lleno de sombras. No necesitaba palabras para saber que algo oscuro lo perseguía, algo que lo mantenía atrapado en esa jaula mental que plasmaba una y otra vez en sus dibujos.
Kim le acarició el cabello, intentando ofrecerle un consuelo que quizás solo podía ser temporal, pero que en ese momento parecía ser lo único que el joven necesitaba. Sentía su propia desesperación mezclarse con la del chico, una sensación de impotencia que no podía sacudirse. ¿Qué clase de recuerdos lo atormentaban? ¿Qué significaban esas sombras, esa jaula?
El silencio entre ellos se extendió, roto solo por los suaves sollozos del joven. Kim lo sostuvo hasta que el llanto comenzó a calmarse, hasta que las lágrimas fueron menos frecuentes y su respiración volvió a estabilizarse. A pesar de todo, el chico seguía aferrado a él, como si temiera que soltarlo lo devolviera a ese oscuro lugar del que parecía estar huyendo.
━ Escucha ━ dijo Kim finalmente, inclinándose un poco para mirarlo a los ojos ━. No sé exactamente por lo que has pasado, pero no tienes que hacerlo solo. No voy a dejar que vuelvas a sentirte atrapado como en esos dibujos. Te lo prometo.
El joven levantó la mirada, sus ojos enrojecidos y llenos de una mezcla de miedo y desesperanza. Por un momento, Kim pensó que diría algo, que finalmente encontraría la manera de comunicar lo que sentía, pero en lugar de palabras, solo hubo un leve asentimiento, apenas perceptible, pero suficiente para que Kim supiera que, al menos en ese instante, su promesa había llegado a algún lugar dentro de él.
Kim lo soltó con suavidad, dándole el espacio que parecía necesitar. Se levantó y recogió el cuaderno, cerrándolo con cuidado. No había necesidad de seguir viendo esos dibujos por ahora. El joven se quedó sentado en el césped, aún recuperándose del llanto, pero con una expresión más tranquila, como si, al menos por un breve momento, hubiera logrado escapar de las sombras que lo acosaban.
━ Vamos adentro ━ dijo Kim, ofreciéndole una mano ━. Vamos a dejar esos dibujos por hoy.
El joven dudó por un momento, pero finalmente tomó la mano que Kim le ofrecía, levantándose con dificultad.
Era una tarde tranquila cuando un golpeteo en la puerta hizo que Kim levantara la vista de los papeles que tenía frente a él. No estaba esperando a nadie, lo que lo dejó con una leve sensación de inquietud. Caminó lentamente hacia la puerta, con una mezcla de curiosidad y precaución. Al abrirla, se encontró con un hombre robusto, vestido con un mono de trabajo sucio y una gorra que ocultaba parcialmente su rostro. Parecía un trabajador de reparación, alguien común a primera vista, pero algo en la manera en que lo observaba hizo que Kim se tensara.
━ Buenas tardes ━ dijo el hombre con una sonrisa que no alcanzaba a sus ojos ━. Me llamaron para arreglar una tubería.
Kim frunció el ceño, intentando recordar si su madre había mencionado algo sobre una reparación, pero no lograba hacerlo. Aun así, no era del todo inusual que Suje organizara esos arreglos sin decirle nada, aunque siempre lo mantenía informado. La extrañeza de la situación lo hizo sentir incómodo, pero decidió preguntar.
━ ¿Mi madre lo llamó? ━ Kim intentó sonar casual, aunque el presentimiento de que algo no estaba bien comenzaba a asentarse en su estómago.
El hombre asintió, pero su respuesta fue vaga, casi automática, como si su mente estuviera en otra cosa. Mientras hablaba, su mirada no permanecía fija en Kim, sino que constantemente se deslizaba hacia el interior de la casa, como si estuviera buscando algo. No había dado ni un paso dentro aún, pero Kim sentía que el hombre, de alguna manera, ya estaba invadiendo su espacio.
━ ¿Puede decirme su nombre? ━ preguntó Kim, ahora más directo, notando cómo el hombre evitaba hacer contacto visual.
━ Ah, claro… ━ El hombre murmuró algo inaudible, mientras volvía a mirar hacia el interior de la casa ━. Sería rápido. Solo necesito ver la tubería principal.
Kim no respondió de inmediato. El tono del hombre, su actitud evasiva, todo en él gritaba peligro. Retrocedió un paso, tratando de encontrar su teléfono en el bolsillo. Su madre siempre era muy cuidadosa con ese tipo de cosas, y si realmente hubiera llamado a alguien para hacer una reparación, seguramente le habría mencionado algo. Decidido a confirmar la historia, comenzó a marcar el número de Suje.
━ Solo será un segundo ━ insistió el hombre, esta vez con un ligero tono de impaciencia en su voz, mientras sus ojos seguían explorando el interior de la casa. Y fue en ese momento cuando su mirada se fijó en algo más allá de Kim.
Kim giró ligeramente la cabeza y, a la distancia, vio al joven, el mismo que había estado bajo su cuidado en las últimas semanas, parado en la sala, observando la escena desde el pasillo. Sin que Kim pudiera entender por qué, el semblante del hombre cambió de inmediato al ver al muchacho. Una sombra cruzó su rostro, y de un instante a otro, su postura pasó de ser meramente extraña a claramente amenazante.
Antes de que Kim pudiera reaccionar, el hombre dio un paso hacia adelante, lanzándose contra él con una velocidad y fuerza sorprendentes. Su objetivo no parecía ser solo entrar a la casa, sino algo más, algo que Kim no podía entender en ese momento. El ataque fue tan repentino que apenas tuvo tiempo de levantar las manos para defenderse.
━ ¡Espera! ━ gritó Kim, forcejeando con el hombre que intentaba apartarlo de su camino con un empuje brutal.
Pero lo que sucedió a continuación fue aún más inesperado. Antes de que el hombre pudiera siquiera tocar a Kim, el joven que había estado observando desde la distancia reaccionó de una manera que Kim jamás hubiera anticipado. Con una agilidad y fuerza sobrehumanas, corrió hacia la puerta y, con un movimiento tan rápido que Kim apenas lo pudo procesar, golpeó al intruso con una fuerza devastadora.
El impacto fue tan brutal que el hombre salió despedido varios metros hacia atrás, chocando contra la pared del pasillo con un sonido seco. Kim, aún recuperándose del shock inicial, observó atónito cómo el joven, el mismo que siempre había sido tan callado, tan frágil en apariencia, ahora estaba de pie, con el pecho agitado y los puños cerrados, como si una bestia dormida dentro de él se hubiera despertado.
El hombre, aturdido por el golpe, intentó levantarse, pero el joven lo sujetó por el cuello antes de que pudiera hacer ningún movimiento más. Kim observaba, paralizado por la escena que se desarrollaba frente a él. El joven lo sostenía con una fuerza casi inhumana, apretando cada vez más, sus ojos llenos de una furia desconocida, una furia que no había mostrado antes.
━ ¡Es suficiente! ━ gritó Kim finalmente, recuperando el control de sus sentidos mientras corría hacia ellos, intentando intervenir ━. ¡Detente!
El joven no respondió. Sus manos seguían apretando con fuerza el cuello del intruso, sus ojos fijos en el hombre como si estuviera dispuesto a matarlo allí mismo. Kim intentó separarlos, tirando del brazo del joven, pero la fuerza con la que lo sujetaba era imposible de contrarrestar.
━ ¡Por favor, déjalo! ━ Kim gritó con más desesperación ━. No lo hagas.
Fue solo cuando Kim comenzó a llorar, sintiendo la impotencia de la situación, que el joven finalmente reaccionó. Soltó al hombre, que cayó al suelo tosiendo, intentando recuperar el aliento. Kim, al borde del colapso, abrazó al joven con fuerza, sus lágrimas cayendo libremente mientras intentaba calmarlo, mientras intentaba calmarse a sí mismo.
El intruso, aprovechando el momento de distracción, se levantó tambaleándose y, sin decir una palabra, salió corriendo de la casa. El sonido de la puerta golpeando contra el marco resonó en el aire, dejando un silencio tenso tras de sí.
Kim se quedó allí, abrazando al joven que ahora temblaba, no de miedo, sino de algo más profundo, algo más oscuro que aún no comprendía del todo. Las preguntas se agolpaban en su mente, pero en ese momento, lo único que podía hacer era aferrarse a él, sin entender completamente lo que acababa de suceder.
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Ⓒ︎𝖧𝖨𝖲𝖳𝖮𝖱𝖨09
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