Epílogo ᥫ᭡ ˖
Había llegado el gran día, el día en el que ambos sellarían su amor con un beso y les dijeran que estaban oficialmente casados.
Ambos se morían de los nervios, pero estaban felices de que por fin pudieran ser los esposos Jeon.
Eunji, Dong su y Hyejin, estaban ya vestidos y nerviosos al igual sus padres. Karina también estaba ahí, ya que se negó a perderse tal día tan importante tanto para Hyejin como para los padres de su novia.
La mayoría de los guardias de Jungkook también estaban presentes, solo que Hyunjin y Jeongin estaban ayudando a Jimin con su traje y maquillaje.
— ¿Habías hecho esto antes? — Le preguntó Jimin a Jeongin, quien estaba por maquillarlo.
— En mi puta vida.
— ¡Jeongin!
— Es broma corazón. — Dijo para calmarlo. — Practiqué con Hyunjin toda la noche.
— Pensé que se me caería la cara. — Dijo Hyunjin.
Jimin rió y dejó que Jeongin lo siguiera maquillando, Hyunjin estaba sentado a su lado viendo su teléfono y de ves en cuando tomándose fotos con Jimin.
— ¿Que haces?
— Capturando el peor momento de mi vida. — sonrío y tomó otra foto.
— Debes llevarte bien con Jungkook, Hyunjin.
— Se me es difícil, pero trabajaré en ello.
Jeongin finalmente terminó de maquillar al rubio y este se miró en el espejo.
— Me gusta, gracias pequeño.
— No hay de que, ahora sal.
Hyunjin tomó la mano de su novio y salieron de la habitación para sentarse afuera y esperar a que Jimin saliera.
Jeongin levantó su pulgar en dirección a Jungkook dándole a entender que Jimin ya estaba listo.
Apenas Jimin salió el padre de Jungkook entrelazó su brazo con el suyo.
— Te ves hermoso Jimin. — Le dijo el hombre.
— Muchas gracias Señor Jeon. — Le agradeció. — Gracias por llevarme también.
— No hay de que, tu padre estaría igual de orgulloso que yo. — Besó su frente al llegar al altar. — Gracias por hacer feliz a mi hijo, te debo la vida.
— No cuando el me hace feliz a mi también.
El señor Jeon le regaló nuevamente una sonrisa y se fue a sentar junto con su esposa.
Jimin subió al altar con una sonrisa quedando con Jungkook frente a frente.
— Te ves hermoso. — Le susurró.
— Tu también te ves muy guapo.
Ambos se sonrieron.
— El día de hoy, nos reunimos para unir a Park Jimin y Jeon Jungkook como legítimos esposos, solo si estos aceptan, si no, no. — Se encogió de hombros el cura. — Sin darle más vueltas al asunto, Park Jimin, ¿Aceptas a Jeon Jungkook como tú legítimo esposo? Debes prometer amarlo y respetarlo hasta que la muerte los separe.
— Lo prometo y acepto. — Dijo el rubio.
— Jeon Jungkook, ¿Aceptas a Park Jimin como tú legítimo esposo? Debes prometer amarlo y respetarlo hasta que la muerte los separe.
— Lo prometo y acepto. — Dijo el castaño.
— ¿Hay algo que quieran decirle al otro?
Jungkook asintió y miró a Jimin, tomó sus manos y carraspeó para comenzar a hablar.
— Cuando comencé a enamorarme de ti, no voy a negar que sentí un poco de miedo pero
igual sentí tranquilidad por primera vez en
mucho tiempo. Fue bastante lindo saber
que nos gustaban las mismas canciones y que las disfrutábamos con la misma alegria, Fue lindo tener esas conversaciones interesantes que solo se daban en la madrugada cuando no podíamos dormir. Fue lindo conocer tus
anécdotas, experiencias y saber que te gustaba hacer en tus tiempos libres, cuales eran tus películas favoritas, que tipo de comidas no te gustaban, que cosas te hacían feliz. Fue lindo las veces que me iba a dormir junto a ti con una sonrisa en el rostro después de darnos muchos besitos antes de dormirnos. Es lindo despertar sabiendo que te tengo a ti, y estoy muy feliz de haber coincidido contigo.
Jimin sonrió dejando caer sus lagrimas, las limpió y dijo que también quería decir algo.
— Cuando creí que todo se venía abajo, llegaste a mi vida, que en poco tiempo te
convertiste en alguien especial. Y aunque llegaste en el momento menos esperado, fue el momento indicado, porque me salvaste. Con
solo tu presencia me hiciste sentir que todo
estaría bien, con solo hablar contigo me di cuenta que eras lo único que me faltaba para
sentirme completo. Y siempre estaré agradecido contigo, porque a pesar de que igual tenías tus días malos, decidiste quedarte
y alegrar los míos. ¿Qué hare si te pierdo? Es una pregunta que constantemente pasa por mi mente. ¿Qué haré si algún día me llegas a
faltar? ¿Quien me hará sonreír cuando tenga un mal día? ¿Quien me levantará el animo?¿Quien me dará los buenos días y las buenas noches? ¿Quien me hará tan feliz como
tú lo haces? Nadie puede llegar a ser como
tú, nadie va a cuidarme como tú lo haces, nadie va a hacer mis días más bonitos, nadie va a hacerme sonreír de la manera que tú los haces. Nadie va a tomar tu lugar, no eres reemplazable. Eres la primera y única
opción. Te amo con mi vida Jungkook, también me alegra coincidir contigo.
Y los aplausos no tardaron en llegar, Jimin sonrió dejando caer sus lágrimas nuevamente, sintiéndose completamente feliz de poder decirle todo a su ya esposo. Y es que realmente Jimin lo amaba, jamás había amado tanto a alguien como lo hacía con Jungkook.
Jamás quería separarse de él.
— Pueden besarse.
Jimin tomó sus mejillas y estampó sus labios contra los suyos.
— Te amo mucho. — Susurró el castaño al separarse.
— Te amo más mi vida.
Se sonrieron nuevamente y juntaron sus labios una vez más.
ꗃ 김 💵 전 ୬ 🤍
Años después...
— Papi. — Dijo la pequeña Eunji de ya dos años. — Jugo.
— ¿Quieres jugo?
Eunji asintió.
Mientras que Jimin le daba jugo a la pequeña, miró a Dong su, quien estaba por meterse un lápiz a la boca.
— No no. — Fue hasta donde el y lo tomó entre sus brazos. — Eso no se come bebé.
— ¿Malo?
— Si amor, comerse eso es malo. — Le quitó el lápiz y Dong su hizo un puchero. — No llores, ten. — Le entregó el lápiz. — Pero no te lo comas bebé.
— ¿No?
— No, si no te lo quitaré.
Lo dejó nuevamente en el suelo para que siguiera jugando y vio como Jungkook bajaba las escaleras con los ojos cerrados por el sueño.
— ¿Y tus pantalones? — Le preguntó al verlo solo en bóxer y una polera.
— Vomité sobre ellos. — Se acercó al rubio y lo abrazó. — Me siento mal.
— ¿Que te duele?
— La cabeza.
Jimin fue hacia la cocina y Jungkook se recostó en el sillón esperando a que su esposo le trajera una pastilla para su dolor.
— Popi. — Dijo Dong su.
Pero al parecer Jungkook se había dormido en el sillón, así que el pequeño niño aprovechó de rayar su rostro con el lápiz.
Rió y aplaudió al ver el rostro rayado de su papá, le pasó el lápiz a Eunji y corrió hacia la otra sala.
— Son aspirinas, también sirven para el... — Tapó su boca evitando reír al ver el rostro de su esposo completamente con rayas. Miró a Eunji y vio el lápiz en su mano. — ¿Que le hiciste a papá?
Eunji se encogió de hombros.
— Bebé eso no se hace. — Le dijo. — Trae una toallita del baño. — Le ordenó.
La pequeña niña fue por la toallita y se la entregó al rubio, este limpió el rostro de su esposo mientras que este apenas abría sus ojos.
— ¿Que haces?
— Eunji rayó tu cara. — Dijo. — Pero ya estás limpio.
— ¿Y mi pastilla?
Jimin fue en busca de la pastilla nuevamente y se la pasó junto con un vaso de agua.
— ¿Bebieron mucho?
— Como quince shots cada uno.
— Llamaré a Hyejin.
Jungkook tragó su pastilla al igual que el agua y volvió a recostar su cabeza en el sillón, Jimin fue por su teléfono y marcó al número de su hija.
— Hola señor Park, soy karina. — Dijo la chica. — Hye aún duerme.
— Cuando despierte dile que no por que tenga dieciocho años se puede emborrachar de esa manera, menos cuando va con mi esposo.
— Yo se lo diré señor Park. — Contestó la chica con una sonrisa.
— ¿Están bien? ¿Podemos ir a visitarlas?
— Todo bien y claro que pueden venir.
— Me alegro, nos vemos más tarde entonces.
— Adiós.
Jimin colgó el teléfono y miró a Jungkook aún recostado en el sillón.
— Escucha Jeon, si no quieres que te lance un vaso con agua levántate de ese sillón, báñate y vístete.
— ¿Cuando?
— Ahora ya.
Jungkook se levantó del sillón y subió las escaleras yendo a hacer lo que su esposo le había dicho.
Jimin tomó la mano de ambos niños para vestirlos también.
— No no. — Negó Eunji al querer vestirse.
— Bebé tienes que vestirte, vamos a visitar a Hyejin. — Le dijo. — ¿No quieres ir donde tu hermana?
La pequeña niña asintió.
Bambi llegó junto con gureum con sus correas en la boca a la habitación de los niños.
— ¿Ustedes también quieren ir?
Ambos perros ladraron.
— Déjenme vestir a los niños y les pongo su correa.
Ambos perros se sentaron en el suelo esperando a Jimin.
En cuanto terminó de vestir a ambos niños les puso la correa a ambos perros y fue a su habitación para vestirse el.
Jungkook ya estaba listo así que lo espero recostado en el cama.
— Que lindo eres mi amor. — Le dijo al rubio mientras se vestía. — ¿Quien será el hombre tan suertudo de ser tu esposo? Pues se casó con tremendo bombón.
— Cierra la boca Jeon.
— Solo digo lo que pienso.
Jimin le lanzó una almohada haciendo que Jungkook riera.
— Yo que te halago y me tiras una almohada.
— No digas esas cosas que me pongo nervioso.
— ¿Aún?
Jimin asintió con un puchero.
— Mi pequeño. — Jungkook se levantó de la cama y lo abrazó besando su mejilla.
— Quítate, deja terminar de vestirme.
Jungkook se alejó y dejó que su esposo se vistiera, Jimin se miró en el espejo conforme en como se veía y se puso sus zapatos.
— Tus pies son chiquitos como los de un bebé, de hecho se parecen a los de Dong su.
— Deja mis piecitos. — Jimin se terminó de atar sus zapatos y se paró de la cama, pero Jungkook jaló de su brazo haciendo que cayera arriba de él. — Tenemos que irnos.
— Dame un besito.
Jimin le dio un besito en sus labios.
— Otro, otro, otro y otro más.
— Son demasiados besitos. — Le reclamó. — No quedarán para después.
Jungkook rió.
— Te amo. — Le susurró acercando su rostro con el de Jimin.
— Yo también. — Le susurró de vuelta.
— Eres lo mas bonito que tengo, ¿Lo sabes, no?
Jimin asintió.
— Me lo has dicho muchas veces, así como yo te he dicho muchas veces lo mucho que te amo y lo mucho que me haces feliz.
— ¿Pensaste alguna vez enamorarte de un mafioso? — Le preguntó el castaño.
— Jamás se cruzó en la cabeza, pero estoy feliz de haberme enamorado de ti.
— Eres el chico de la mafia. — Dijo Jungkook.
— Tu chico de la mafia.
— Cierto, eres mi chico de la mafia.
Y se dieron un beso nuevamente.
El mafioso más grande de Corea del Sur rendido ante los pies del chico rubio que había tratado de estafarlo con dinero falso.
Quien lo diría.
Muchísimas gracias por llegar hasta el final de esta historia, espero que les haya gustado mucho acompañarme en el transcurso, gracias por apoyar cada actualización y dejar comentarios que en serio amo leerlos.
No se desanimen que aún quedan dos historias en proceso, así que nos vemos allá
Nuevamente gracias<3
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