Jimin estaba de lo más bien sentado en su sillón viendo televisión, no había sabido de Jungkook en casi tres días, no contestaba sus mensajes ni llamadas.

Eso lo preocupaba aún más.

— ¡Papá! — Le gritó Hyejin cerca de su rostro.

— No me grites Hyejin.

— No me estás escuchando, necesito que me prestes dinero. — Le pidió.

— Saca de mi billetera.

Hyejin buscó la billetera y sacó dinero.

— Gracias. — La chica tomó sus cosas y salió de su casa, afuera estaban sus amigas esperándola para salir, dejando a Jimin solo nuevamente.

La puerta se volvió a abrir dejando ver a Jungkook con una pequeña sonrisa. Jimin se paró de su asiento y empujó su pecho.

— Jimin.

— ¿Donde estabas? Te llamé mínimo treinta veces, casi cien mensajes Jeon. — Le reclamó.

— Estaba teniendo problemas con esto del dinero en Japón, tuve que viajar rápido. — Explicó. — De verdad perdón.

— Eres un imbécil.

Jungkook con un pequeño puchero se acercó a él a abrazarlo.

— Yo también te extrañé mi amor.

— Maldito idiota.

— ¿Puedes dejar de insultarme? Admite que me odias pero me extrañaste. — Le dijo con una pequeña sonrisa.

— Claro que te extrañé.

Jungkook besó repetidas veces sus labios.

— Te traje un pequeño regalo. — Le dijo en cuanto se separaron.

— Odio los regalos, más si son pequeños.

Jungkook rodó sus ojos y buscó el regalo en su mochila, sacó el objeto envuelto y se lo entregó a Jimin.

— Ábrelo.

Jimin abrió el regalo y se encontró con polera, sonrió hasta ver la cara de Jungkook estampada en ella.

— ¿Es una broma?

— Es el mejor regalo amor, admítelo.

Jimin rió.

— La usaré de pijama.

— Me conformo.

Jimin dejó su regalo en el sillón y fue a la cocina para hacerle un poco de comida a Jungkook, pues le había dicho que desde anoche que no había comido nada. Mientras que Jimin cocinaba le conversaba a Jungkook.

— Hyejin está con otro chico.

Jungkook abrió su boca sorprendido.

— ¿Me fui tres días y ya tiene otro novio?

Jimin asintió igual de sorprendido que el cuando se enteró.

— Se llama Seungmin, al parecer son amigos desde hace mucho años, yo no lo recuerdo la verdad. Pero me dijo se le había confesado la semana pasada y ella hace dos días le respondió. — Explicó Jimin. — Ella es libre de estar con quien quiera, aún que sea un chico drogadicto sin futuro, pero siento que aún no supera a Jisung del todo.

— Creo igual, pero como dices, ella es libre de estar con quien quiera.

Jimin asintió.

Iba a decir otra cosa pero su teléfono comenzó a sonad debido a los mensajes que le estaban llegando, Jungkook alzó sus cejas preguntándose que quién le escribía tanto a Jimin.

Por curiosas, y un poco de celos, fue hacia el teléfono de Jimin para ver quien era pero el teléfono fue arrebatado de sus manos.

— Jimin.

— No es nadie.

— ¿Es tu nuevo novio? ¿En tres días me cambiaste? — Preguntó con una mano en su pecho para dramatizar más.

— No es mi novio.

— ¿Quién es entonces?

— N-nadie.

Jungkook sabía que le estaba mintiendo, así que se acercó a él y con mucha facilidad le quitó el teléfono de sus manos. Alzó su brazo con el teléfono en su mano mientras que Jimin trataba de alcanzarlo para quitárselo.

— Vamos a ver quién es el nuevo. — Jungkook desbloqueó el teléfono de Jimin y vio los mensajes. — No me jodas.

— ¿Q-que?

— ¿Es el padre del que te hablo Hyejin? — Preguntó dejando el teléfono sobre la mesa.

— Ósea, si es él, pero no me dio su número con segundas intenciones. — Contestó.

— Necesitas una operación de ojos, urgente. — Le dijo. — Park, es claro que este calvo sin chiste te está coqueteando.

— No le digas así.

— ¿Y encima lo defiendes?

— No lo estoy defendiendo.

Jungkook suspiró mientras se cruzaba de brazos.

— ¿Estás enojado? — Preguntó con un pequeño puchero. — Bueno, no tendrías por estarlo, yo al menos no quiero nada con él. — Le dijo mientras se acercaba a Jungkook.

— No trates de sobornarme con tu sensualidad y tu rostro perfecto.

— De algo que sirvan. — Jimin dejó besos en su mandíbula ya que no alcanzaba más arriba, abrazó al cuerpo de Jungkook apretándolo un poco. — Te extrañé.

— No se nota mucho.

— En serio, casi muero de hipotermia, Hyejin se fue a quedar donde una de sus amigas por casi una semana, estaba solo y con mucho frío. — Le dijo mientras servía la comida en un plato.

— ¿El calvito no pudo calentarte?

— Basta Jeon. — Reprimió ya un poco harto. — No hicimos nada más que hablar, supéralo.

— Se me es muy difícil cuando el chico que me gusta habla con alguien que gusta de él.

Jimin rodó sus ojos.

La puerta se abrió dejando ver a Hyejin algo exhausta, dejó su bolso en el sillón y corrió a abrazar a Jungkook.

— Nunca más te vuelvas a ir, por favor. — Le pidió.

— No lo haré ¿Si? Lo prometo. — Jungkook besó la cabeza de Hyejin y le sonrió en cuanto se separó de su abrazo. — Ya me enteré que tienes otro novio.

— Si, seungmin es muy distinto a Jisung, el es muy bueno conmigo, pero siento que aún lo extraño. Bueno, se me pasa cuando lo veo besándose con las porristas.

— Jisung debió valorar a la chica que tenía en frente, demuéstrale que eres feliz sin él. — Le dijo sincero. — Ve a revisar mi mochila, te traje algo.

Hyejin fue nuevamente a la sala y buscó en la mochila el regalo del que Jungkook le hablaba. Encontró el objeto envuelto y lo abrió. Era un cámara que Hyejin había estado buscando en corea, pero lamentablemente no lo había pedido pillar, finalmente la tenía en sus manos.

— Si tú no te casas con él, lo haré yo. — Le dijo a Jimin. — Muchas gracias Jungkook, le daré un buen uso.

— No hay de que.

Hyejin se fue a su habitación con una sonrisa enorme por el regalo que Jungkook le había dado. Mientras que en la cocina Jimin trataba de conseguir el perdón de Jungkook.

— Estoy comiendo. — Le dijo Jungkook en cuanto Jimin trató de besarlo. — No hay besos para ti.

Jimin esta vez se sentó en sus piernas, trató de besarlo nuevamente pero Jungkook alejaba su rostro.

— Jungkook.

— No.

El rubio puso las manos de el castaño en sus cinturas haciendo que este lo abrazara. Dejó pequeños besos en sus labios al ver que este ya no se alejaba.

— Por favor bebé.

— Solo si me dices que no te gustan los calvos.

— No me gustan los calvos.

— Mientes, a ti te encantan.

— Claro que no.

Jungkook ya rendido de no poder seguir enojado con Jimin, estiró sus labios esperando un beso de Jimin el cual le dio al instante.

— Eres mi rubio, de ningún calvo más.

— De nadie más.

Jungkook abrazó un poco más su cuerpo diciéndole cuanto lo había extrañado.

— ¡Papá! ¡Ayúdame!

Continuará...