— ¡Papá! — Saludó Hyejin a su padre.

— Hola pequeña. — Namjoon la recibió entre sus brazos y besó su cabeza. — Ve a vestirte, te iré a dejar a la escuela.

Hyejin se fue hacia su habitación dejando a Namjoon y a Jimin solos en la sala principal.

— ¿En que estas metido?

— En nada, solo tengo que hacer unos pendientes, solo te pido que la vayas a dejar, luego yo la iré a buscar.

— Antes de que te vayas, yo quería decirte algo.

— Claro, dime.

— Y-yo...

— Estoy lista, ¿Nos vamos? — Dijo Hyejin ya lista con su uniforme puesto, tomó la mano de su padre esperando que se fueran al auto.

— Más tarde me lo dices, me tengo que ir. — Dijo esta vez Jimin. — Adiós cariño, que tengas un buen día.

— Te quiero.

— Adiós.

Jimin tomó sus cosas y salió de su casa, la cual recordó que tenía que pagar lo antes posible. Se subió a su auto y condujo hasta un supermercado, compraría las cosas más caras que pudiera, pagaría con dinero falso y luego de un par de días devolvería las cosas y le entregarían dinero real.

— Eres tan inteligente. — Se dijo así mismo mientras se estacionaba en el estacionamiento de el supermercado.

Entró al supermercado y tomó un carrito, comenzó a escoger juguetes, licuadoras, un televisor, un teléfono y un montón de cosas sumamente caras.

— ¿Celebra algo? — Le preguntó el cajero mientras pasaba las cosas por su caja.

— Mi hermano se está por casar, haré que escoja su regalo. — Explicó.

El chico asintió comprendiendo, vio como el rubio sacaba sus billetes y se los pasaba. El cajero los recibió y sacó una máquina.

— ¿Que es eso?

— Es para saber si los billetes son reales o falsos.

Jimin asintió, con un poco, mucho, de miedo, vio como el chico pasaba todos los billetes por aquella máquina. Suspiró y sintió como su alma volvía a su cuerpo al escuchar el sonido de que si eran reales, bueno, que habían pasado como reales.

— Tenga su recibo, tiene hasta treinta días de devolución.

— Adiós.

Con una sonrisa salió del supermercado y guardó las cosas en su auto, soltó un pequeño suspiro y se fue hacia su casa. En cuanto llegó guardó las cosas en su garage ya que no quería que Hyejin le hiciera un cuestionario de por que tenía todo ese montón de cosas.

Al terminar de guardar las cosas, le mando un correo a su gerente justificando el por que había faltado hoy. Según se le había muerte el perro, cuando Jimin era alérgico, y que tenía que acompañar a su hija en este triste momento.

Luego de mandarle su gran mentira a su jefe, se subió nuevamente a su auto para ir en busca de su criatura. Fue lo más rápido que pudo ya que se le estaba haciendo tarde, apenas llegó corrió hacia la entrada viendo a Hyejin sentada en los escalones, lo vio y fue hasta él.

— ¿Donde estabas? Casi no queda nadie en la escuela.

— Ya se, perdón, olvidé que hoy salías temprano. — Se disculpó para luego besar su cabello. — Hoy si te bañaste.

— Como lo prometí.

Jimin sonrió.

— Vámonos a casa, pequeña.

ꗃ 김 💵 전 ୬ 🤍

— Bien, ve a ponerte la pijama y a lavar tus dientes.

— ¿Me dejas comerme el resto de desayuno? — Le preguntó refiriéndose a los restos de rebanada de pizza.

Jimin asintió.

— Genial.

Con una sonrisa fue a su habitación para colocarse su pijama y lavar sus dientes, Jimin guardó la caja de pizza en el horno y lavó los vasos que habían ocupado. Mientras lavaba pensaba en cómo lo haría para devolver todas esas cosas, tendría que ir a otras tiendas para que no sospecharan si iba a la misma siempre.

— Papá.

— ¿Si?

— ¿Quién es el hombre en mi cama?

— ¿Q-que?

Jimin cuidadosamente tomó un cuchillo y le pidió a Hyejin que se quedara en la cocina, subió a pasos lentos y tratando de hacer el menos ruido posible. Con cuidado abrió la puerta de la habitación y efectivamente había un hombre en la cama de su hija, sabía que esto tenía que ver con el chico guapo de hace unos días.

Soltó un pequeño suspiro y trató de sacar el arma que había debajo del hombre, con cuidado la logró sacar y la guardó en su baño. Cerró la puerta de la habitación y bajó las escaleras.

Quería ir a dejar a Hyejin donde su hermano pero no podía dejar a ese hombre en su casa, ¿Y si le robaba? ¿Y si metía algún explosivo?

— Papá.

— Estoy pensando.

Hyejin escuchó un ruido en la parte de arriba así que trató de ver por las escaleras que pasaba, no logró ver nada y fue donde su padre para decirle.

— Papá, creo que el hombre se levantó.

— Ya vuelvo, quédate ahí.

Jimin volvió a subir pero esta vez yendo a su baño para tomar el arma, con un poco de miedo fue con esta apuntando a todo lo que estaba en frente de él. Escuchó ruidos en el baño de su hija así que fue lo más cuidadoso posible para ver de qué se trataba.

Aún con su arma apuntando, entró al baño y retrocedió al instante, pues el hombre también le estaba apuntando con un arma.

— Quiero un auto.

— Mis llaves están abajo, tómalas.

— Suelta el arma.

Jimin la lanzó hacia la cama y levantó sus manos, el hombre se fue rápidamente de su vista bajando las escaleras y tomando las llaves de su auto. Soltó otro suspiro pero de alivio al escuchar la puerta ser cerrada.

Bajó nuevamente y fue donde Hyejin.

— Hoy dormiremos juntos. — Anunció con una sonrisa.

— ¿El era uno de tus novios?

— No, el es amigo del trabajo. — Explicó.

— ¿Como entró?

— Basta de charla, a la cama señorita.

ꗃ 김 💵 전 ୬ 🤍

— No puedes llevar a uno de tus hombres a mi casa, tengo una hija.

— Estaba herido y no se me ocurría otro lugar. — Se excusó el castaño.

— ¿Estas loco? No lo vuelvas a hacer, además ahora me quedé sin auto.

Jungkook al escuchar eso, miró a uno de sus guardias y este le lanzó un par de llaves a Jimin.

— ¿Que es esto?

— Tu nuevo auto, no recibo un no como respuesta, ahora vete.

A Jimin no lo quedó de otra que irse en su nuevo auto, eran casi las ocho de la mañana así que podía ir a comprarse un café e irse a su trabajo.

— Buenos días, ¿Me das un capuchino? — Le pidió al joven que estaba tomando su orden.

— ¿Algo más?

— Un sándwich.

El chico asintió y tomó su orden, le dijo lo que debía pagar y Jimin pagó. Al tener sus cosas fue hacia su auto y comenzó a comerse su comida.

Mientras se la comía pensó en si había traído el recibo para poder hacer la devolución de las cosas. Al ver que si lo traía soltó un suspiro de alivio. Quería seguir comiendo su comida pero un hombre se subió a su auto, el mismo que había visto anoche.

— Ten. — Le entregó sus llaves de su auto. — Perdón por lo de tu cama.

Jimin se encogió de hombros.

— ¿Estas bien? Esa herida se veía grave.

— Estoy bien, gracias por preguntar rubio. — Le sonrió. — ¿Trabajas para Jeon? Por que no te ves como alguien que trabaja para la mafia.

— Algo así, tengo que lavar su dinero ahora.

— ¿En que rayos te metiste amigo?

— Veras, tengo un compañero de trabajo que me pidió que le entregara todo ese dinero falso ya que según me iban a pagar muy bien. El no podía ya que tenía un viaje. De estúpido fui y se lo entregué, descubrió que era falso y ahora tengo que lavarlo para entregarle el real.

— ¿Si quiera vas a ganar algo de eso?

— El veinte por ciento.

El chico asintió comprendiendo.

— Soy Hyunjin por cierto.

— Jimin. — Sonrió. — ¿Quieres que te deje en algún lado? Tengo que ir a mi trabajo ahora.

— Te acompaño.

Jimin se encogió de hombros y dio en marcha hacia su trabajo, en el camino fue conversando junto con Hyunjin sobre cosas triviales. Jimin estaba sorprendido de lo amable que era este chico, pues sus tatuajes, sus piercings y su lenguaje decían lo contrario.

Nunca juzgues a un libro por su portada.

Hyunjin mi hombre 😘