— Papá, ¿Crees que algún día podrías comprarme ese traje? — Le preguntó su hija, Hyejin.

— Claro que si cariño, papá hará lo posible para comprarte ese traje ¿Si?

— No quiero que trabajes tanto, te extraño.

— Tendré que hacerlo si quieres tu traje, bebé. — Le dijo Jimin mientras acariciaba sus hombros se agachaba a su altura. — Hablaré con el tío yoon para que te cuide ¿Si? Le preguntaré si puede llevar a Jisoo.

— Ella me cae bien.

— Lo se, solo serán un par de noches y luego tendrás tu traje. — Jimin besó su mejilla y le sonrió. — Vamos por ese helado que tanto querías.

— ¿Menta y chispas de chocolate?

— No puedo creer que seas mi hija.

Ambos rieron.

Jimin había quedado embarazado a sus dieciséis años, aún recordaba cuando había llorado al saber que tendría un niña. Al instante llamó Namjoon, su novio en ese entonces, avisándole que tendrían una hermosa hija.

Jimin obviamente no esperaba que a los meses que su hija naciera, su novio se fuera a quien sabe dónde. Fueron años y años que le costó que su hija creciera y que viviera con los lujos que ella quisiera, que no le faltara nada y que sea feliz, sobre todo que fuera feliz.

Fue hasta entonces que su hija cumplió trece y Namjoon apareció, trataba de ayudar en lo que más pudiera a Jimin para que no lo odiara más de lo que ya lo hacía. Hyejin por otro lado adoraba a su padre, había escuchado aquella disculpas que le había dicho namjoon y lo perdonó.

Namjoon ahora estaba casado, mientras que él seguía solo como perro en carretera, bueno, en realidad tuvo muchos novios, algunos se los había presentado a su hija y otros que era mejor no saber ni siquiera sus nombres.

El último lo había conocido en un supermercado, en el cual trabajaba de hoy en día, el chico ya no, por suerte. Su gerente era un total idiota, pero trabaja por lo mismo que todos.

Por el dinero.

Hoy era domingo, así que mañana se levantaría temprano a trabajar y a pedirle a su jefe unos turnos extras.

De todas maneras todo lo hacía por su hija.

— Papá, el señor te está pidiendo dinero. — Le dijo Hyejin moviendo su brazo para saliera de su estado de shook.

Un vagabundo estaba frente a él con un tarro para que metiera algunos billetes.

— No tengo nada, perdón.

— ¿Y con que compraste esos helados?

— Con lo último que tenía.

— Perra.

Jimin abrió su boca ofendido.

— No tengo dinero, lamento no tenerlo para ti.

— Vete al diablo.

— ¡No tú vete al diablo!

— Papá, cálmate. — Le dijo Hyejin mientras tomaba su mano y le pedía que se sentara en la banca. — Todo el mundo nos mira, por dios.

— ¡Hijo de perra!

— Listo, ya, papá.

— Ya me calmé. — Dijo para luego suspirar. — Vámonos, ya se hace tarde.

ꗃ 김 💵 전 ୬ 🤍

Eran exactamente las ocho de la mañana cuando Jimin ya estaba en su trabajo, había atendido ya a tres personas y ya se sentía exhausto. A lo lejos vio a su gerente así que le pidió a una de sus compañeras que lo cubriera, fue donde el hombre y con su mejor sonrisa se lo pidió.

— No.

— Por favor, mi hija quiere un traje y quiero cómpraselo, si hago más turnos posiblemente pueda comprárselo. Por favor, haré lo que sea.

— ¿Lo que sea?

— Si, lo que sea.

— Bien, nos vemos en tu casa hoy en la noche para conversar.

— Claro, gracias.

Su gerente le sonrió y se retiró de su vista, Jimin pudo soltar su aire retenido ya feliz de que podría conseguir el dinero.

Sin saber que es lo que su gerente quería a cambio.

ꗃ 김 💵 전 ୬ 🤍

— No tendré sexo contigo. — Le dijo Jimin a su gerente frente a él. — Sería un asco.

— Bueno, entonces busca otro empleo.

— ¿Que? No, espera... Yo, necesito ese dinero.

— Ya te hice un propuesta Jiminie.

— Bien. — Aceptó al ver que no tenía más opciones. — ¿Que quieres que hagamos?

— Quiero esto de manera romántica. — Le dijo mientras se sentaba en el sillón, le apuntó a su entrepierna con una sonrisa. — Hazlo.

Jimin asintió y agachó, le iba a desabrochar los pantalones pero Hyejin salió de su habitación.

— Papá, ¿Que estás haciendo?

Jimin movió su mano para meterla entre medio de los cojines y simuló que buscaba algo.

— Aquí está. — Sacó una moneda. — Ahí estaba, ya vas a poder irte tranquilo.

— Gracias Jimin, con esta moneda ahora si podré irme.

Jimin le sonrió y lo acompañó hasta la puerta.

— Tenemos esto pendiente.

— Si si, ahora vete.

El rubio cerró la puerta y le sonrió a su hija.

— De vuelta a la cama.

— ¿Puedo dormir contigo? Tengo pesadillas.

Jimin asintió con una sonrisa, ambos fueron hacia la cama y se acostaron. Jimin abrazó a su hija y besó su cabello.

— ¿No te bañaste hoy?

— Si lo hice.

— Park Hyejin, no me mientas.

— Bien, tal vez no lo hice.

— Eres un sucia.

Hyejin rió.

— Prometo hacerlo mañana. — Levantó su meñique.

— Si no lo haces, te castigaré. — Le dijo mientras juntaba su meñique con el de su hija. — Prometo que te conseguiré ese traje.

— Está bien papá.

— Te amo.

— Yo a ti.

ꗃ 김 💵 전 ୬ 🤍

— Hey Jimin. — Lo saludó Jackson, uno de sus compañeros de trabajo. — Escuché que harás turno extra esta noche, por que necesitas el dinero.

— Uhm si, ¿Por que?

— Te tengo un trabajo, nos vemos hoy en la noche en la parte de la bodega.

— Está bien.

Jimin se llevó todo el día pensando en para que Jackson quería verlo en la bodega, nadie entraba ahí así su miedo creció aún más. Atendió a toda la gente que más pudo con tal de quedar libre, apenas llegó la noche Jimin ya estaba por irse pero recordó lo de Jackson.

Con cuidado de que nadie lo viera fue hasta allá.

— Hey.

— ¿Para que querías que nos viéramos aquí? Hace frío. — Dijo mientras se abrazaba así mismo.

— Tengo un trabajo para ti.

— ¿Cual?

— Necesito entregarle esto a una amigo, pero lo harás tu, el dinero que te dé es tuyo ¿Si? Mañana me iré de viaje y no podré ir, ¿Aceptas?

— Claro, ¿Que es lo que tienes que entregarle?

— Dinero falso.

— ¿¡Que?! ¿Estás loco? No iré por la calle con dinero falso, ¿Y si me atrapan? tengo que ir a buscar a mi hija a su escuela.

— Dirás que es real y luego escaparas.

— ¿Y si me atrapan?

— Trata de sobrevivir.

Jimin fingió llorar.

— Tienes que hacerlo ahora.

— Son casi las diez.

— Te pagarán muy bien, ¿Quieres ese traje para tu hijo?

— Es niña.

— Da igual, ¿Lo quieres? Has esto y podrás comprarlo, incluso más.

Jimin peinó su cabello sin saber que hacer, el si quería ese traje para su hija, pero no quería cargar con un montón de dinero falso en sus bolsillos.

— Bien, ¿Cuanto tengo que entregarle?

— Medio millón.

— ¿Que?

— Ve, antes de que se te haga más tarde, tu auto ya está cargado.

Jimin frunció su ceño y asintió mientras pasaba sus manos por su rostro.

— Bien, lo haré.

— Ten. — Jackson le pasó un arma. — Si tienes que dispararle a alguien trata de dispararle en el pie, son menos años de cárcel, creo.

— Estas loco.

— Solo ve.

Jimin guardó el arma en su pantalón y fue hacia su auto, Jackson le había dado un papel con la dirección hacia donde tenía que ir así que ahí fue.

Tenía nervios, muchos nervios, ¿Y si lo mataba? ¿O a él le disparaban en el pie? No podía creer que estaba haciendo esto.

Cuando se estaba por arrepentir ya había llegado al lugar, se bajo rápidamente viendo el lugar al que había llegado. Era un callejón, nadie transitaba por ahí, bueno, eran las diez de la noche, no podía pedir más.

Era una gran bodega, no sabía cómo llamaría a quien sea que tenía que entregarle todo ese montón de dinero falso. Había una puerta en la cual tocó con sus nudillos, pero al golpearlo la puerta se abrió.

Todo estaba obscuro, solo la luz de los postes alumbraba un poco.

— ¿Hola? Vengo de parte de Jackson Wang, es mi compañero de trabajo, me pidió que viniera a dejar todo este montón de dinero. — Dejó las bolsas en el suelo y siguió mirando el lugar. — ¿Alguien?

Las luces del lugar de pronto se prendieron y Jimin pudo ver a un montón de hombres con armas apuntando hacia su cabeza, no hizo nada más que carraspear.

— Revisen el dinero. — Dijo una voz gruesa.

Jimin frunció su ceño al ver a un chico frente a el, de no más de veintiséis años. Era alto, castaño, con tatuajes en sus manos, brazos y cuello, lo hacía ver muy sexy.

— Es falso. — Dijo uno de los hombres.

— No lo puedo creer.

Jimin salió de su estado de shook en cuanto vio cómo el chico apuntaba su garganta con un arma.

— ¿Crees que esto es un juego?

— Y-yo no sabía que era falso, el solo me dijo que te lo trajera. — Se justificó. — Por favor no me mates.

— No lo haré, si lo lavas.

— No se como lavar dinero, jamás he hecho estas cosas, yo solo quería el pago.

— No se como lo harás, pero quiero mi dinero, si no, te mataré como un gallo y me desharé de tu cuerpo como un sillón viejo.

— Lo haré, tú ganas, pero quiero al menos el treinta por ciento de esto.

— ¿Que?

— Estoy lavando dinero falso, perra, no es cualquier cosa.

— Quince por ciento.

— Veinte.

— Listo.

Jimin sonrió victorioso.

— Ahora fuera de aquí.

Jimin se dio la vuelta y se fue de aquel lugar tan horrible, sin saber en qué putas se había metido.

Si que tenía inspiración 💃🏻

Esta historia no será tan larga, por lo tanto todo el drama y eso se viene junto, preparen los pañuelos 😎