|Jeon Jungkook;

Mi cuerpo actuó mucho más rápido que mi mente y en un abrir y cerrar de ojos me encontraba sujetando su muñeca.

La expresión en su rostro me advirtió que no sabía para nada de mi existencia ahí y su intento de zafarse de mí, me demostró que exactamente.

Había ganado esta jugada.

—Si intentas huir de mí, será peor para ti— advertí mirándola fijamente, intentado no dejar que escapara por muy impactado que aún me encontraba.

—Suéltame Jeon— demandó aferrando su mano libre a mis dedos que envolvían su muñeca.

Reí divertido antes de contestarle.

—Por supuesto que no lo haré, necesitamos hablar— y mirando de reojo a Yoongi le di a entender que se marchara.

Este me miró de regreso dándome un pequeño asentimiento de cabeza y luego miró a su ¿Amiga? Y susurró un pequeño lo siento.

Chae Won quería golpearlo, era algo que se veía con claridad.

Cuando Yoongi estuvo lo suficientemente lejos de ambos, guíe mis ojos a su cara, molesta, con el ceño fruncido y los labios apretados, intentado hacerle fuerza a mi agarre en su muñeca para soltarse.

Cosa que no lograría.

—Baja de la moto— ordené seriamente aún sin soltarla.

—No pienso hacerlo y juro que si no me sueltas ahora mismo...

—¿Qué?— interrumpí suavizando las expresiones de mi rostro a unas más burlescas.— ¿Iras a acusarme con mami y papi?— dije en un tono más fino a mi voz mientras le mostraba un pequeño puchero, sus ojos ardían en molestia.— ¿Prefieres que le diga yo a que se dedica su hijita preciada y la cual tiene prohibidísimo hacer este tipo de cosas?

Y lo que paso a continuación no me lo veía venir. Levantó una de sus piernas y con bastante fuerza le proporcionó una buena patada a uno de mis muslos.

Me dolió, sí

Me sorprendí, joder, sí

La deje escapar, ni en sus más deseados sueños.

Sintiendo la molestia recorrerme apreté un poco más su muñeca, acercándome a su cuerpo para agarrarlo con el brazo libre por el torso, asegurando este contra mi, solté su muñeca para utilizar ambas manos para sacarla por completo de la moto.

—Eh, eh, ¡Mi moto imbécil, se hará daño! — protestó, dándome varios golpes por la espalda.

No le tomé importancia, podría darle una moto nueva si ella lo quisiera.

Mientras Chae Won pataleteaba, pedía ayuda, me golpeaba e insultaba, yo movía mi cuerpo de un lado a otro en busca de un sitio en el cual no fuera molestado por terceras personas y donde ella no lograra escapar.

Y bingo, me encontré con una habitación vip.

Entre aún con ella sobre uno de mis hombros y la solté como si de un saco de papas se tratara sobre un sofá mientras que de forma rápida me giraba para colocarle el seguro a la puerta y tomar la llave, impidiendo por completo su escape.

—Eres un maldito estúpido— me insultó, mientras se quitaba mechones rebeldes de su campo de visión.

Se levantó y camino de forma violenta hacia mi, la detuve, colocándole una mano en la frente, manteniendo la distancia entre ambos.

—Escúchame bien, Mofletes— comencé diciendo.—Te vas a sentar en ese sofá y vas a estar calmada para que entiendas mejor lo que te voy a pedir y que claramente no vas a poder rechazar— dije, mientras empujaba su cuerpo aún manteniendo la mano.

Iba a protestar, pero solo le dio tiempo a soltar un pequeño chillido cuando tropezó con sus pies y cayó sentada, justo donde quería.

Teniendo su atención nuevamente (luego de esquivar otra patada de su parte) le di un pequeño tíngola en la frente con dos de mis dedos, ella se quejaba por el dolor provocado.

—No me golpees fuerte, animal— protestó con una voz más finita de lo normal, mientras sobaba la zona dañando.

—Perdón, por la fuerza— dije, pasando mi mano por la zona afectada, ignorado el pequeño manotazo que recibí de su parte. —Estuviste increíble — dije, con intenciones de cambiar el tema y suavizar su molestia, no mentía tampoco, realmente estuvo increíble.

Cómo era de esperarse, o como esperaba yo, su expresión cambió a una más nerviosa y quizás emocionada.

—Si...eso, trabajé mucho para ser increíble con la moto.

Se notaba... el tiempo, el amor, la disciplina y la dedicación.

Es que aún no me lo puedo creer del todo.

Me sigue pareciendo surreal, pues jamás me imaginé a Chae Won metida en todo esto.

—¿Cómo te metiste en este mundo?

—Eso no te interesa Jeon— contestó mirándome de reojo.

Me acerque soltando un pequeño suspiro para sentarme a su lado en el sofá, se alejó un poco de mí, recelosa toqueteando sus muñecas.

—Bien, creo que debes tener una idea de lo que hablaremos— comencé diciendo, mirando la lata de cerveza que habían dejado sobre la mesita que ocultaba nuestros pies frente al sofá.

—No voy a aceptar— soltó entre dientes alejándose más de mí.

Que testaruda es esta niña.

Me giré para verle de perfil, fruncí mis cejas y busqué en lo más profundo de mi ser , la tranquilidad.

Yo puedo, solo...trátala bien.

—Pues no me queda de otra que llamar a tus padres y decirles a lo que se dedica su amada y muy aplicada hija en las noches cuando seguramente ellos duermen— amenacé, de mis labios se escapó una pequeña risita involuntaria.

Bien hecho Jeon, eso de tratarla bien te sale de puta madre.

Sus ojos me miraron asustados, pues es más que obvio que le traería problemas si de mi boca llegara a salir algo.

—Sabes que lo único que estas consiguiendo con todo esto es que te odie más ¿verdad?

—Chae Won, no mientas, sabes que después de todo no me puedes odiar— le respondí seriamente, apretó sus labios con fuerza.— Yo te lo pedí por las buenas, no quisiste ayudarme, pues me toca ir a por las malas y no, no es mi culpa, tú te lo buscaste sola.

Tuvo intensión de irse, se levantó pero con la misma fue impulsada hacia el asiento por mis manos.

—Esto es muy sencillo, no lo compliques— le dije, cambiando de lugar, me senté frente a ella, en la mesa, quedando a la altura de su rostro, el cual me miraba enfadado.—Me ayudas estos seis meses fingiendo ser mi novia— hice una pequeña pausa, esperando alguna reacción de su parte. No hubo, así que continúe.— Y luego yo te recompensaré como quieras, con lo que quieras...

—Yo no quiero nada de ti, estúpido— prácticamente me escupió las palabras en la cara.

—Bueno, entonces como ya te mencioné anteriormente, me veo en la obligación de informarles a tus padres de este acontecimiento, pues como deberás saber es una completa locura que la pequeña Chae Won este practicando el deporte que casi acaba con la vida del hijo de sus mejores amigos— comenté llevando mis manos a mi barbilla, dándole una pequeña sonrisa.

No me va a ganar en esto.

La desesperación era visible en su mirada.

Estaba ganando.

—Tengo una condición, bueno, dos condiciones— comentó, quise festejar porque podía sentir el aire de Maldivas por mis fosas nasales, pero, me aguanté.

—Dime...

—Me ayudaras a mejorar mis técnicas con la moto, tus estrategias, secretos, trucos y más me lo enseñarás.

—Quieres que sea tu entrenador— le corte la conversación, asintió.— No tengo ningún problema con eso, continúa.

—Bien— se frotó las manos en su pantalón y me miró.—Me respetaras, no te burlaras de mí y cuando se acaben estos seis meses me dejarás en paz para siempre, seremos solo conocidos, como si nada hubiera pasado y sobre todo...dejarás de molestarme.

Me mantuve en silencio, varios segundos, no sabía como tomarme ese último pedido, pues me había pasado toda la vida siendo de esa forma con ella, molestándola, siempre que tuviera chance. Dejé escapar un pequeño sonido de mi garganta y levanté mi vista a la altura de sus ojos (no sin antes detenerme unos segundos en sus labios)

—Acepto— dije, sin más.

Me tendió la mano, asintiendo varias veces

—¿Trato?— preguntó

Alargué mi mano, rozando suavemente la punta de sus dedos con la punta de los míos, hasta que ambas palmas estuvieron juntas, apretadas por los dedos.

—Trato.

Puede que... ya no me sentía tan bien con esto.

—notita:
Lo sé, me demoré demasiado en subir capítulo, pero debía hacerlo en algún momento, claro, es más que obvio. Gracias por hacer que esta historia (que va bastante lento por mi parte) llegara a 1k de vistas, estoy encantada, agradecida y más.

Sois las mejores personas del mundo.

Besitos estrellitas mías <3