⋆⌇30. Ansiedad...
|Jeon Jungkook;
—Tenemos que hablar— le dije al tener el equipaje en la mano, Chae me miró frunciendo el ceño.
—¿Qué pasa?
—Chae... esto tiene que terminar.
Su rostro se torno confuso, como si no entendiera o no quisiera entender lo que le estaba diciendo. Extendí mi mano hacia ella, la cual por lo que era de esperarse se quedó mirando sin entender.
—¿Qué haces Jungkook?
Solté un pequeño suspiro, pasé la mano que le había extendido por mi cabello y la miré fijamente.
—Se acabo Chae Won, se acabó la apuesta, se acabó esta relación falsa, se acabó todo.
—¿Qué dices Kook?— negó varias veces acercándose a mí. —O sea sí, la apuesta terminó, pero nuestra amistad no.
Me reí por la gran estupidez que acababa de decir. Me alejé dos pasos de ella.
—¿Amistad?, ¿Crees que somos amigos?— pregunté incrédulo. —Bien, dejemos un par de cosas claras,— dije, señalandole con uno de mis dedos, molesto.— Nos besamos y luego hacemos como si nada, no, mejor dicho, me obligo a mi mismo a hacer como si nada porque a ti te daba igual, también vas y juegas con mis sentimientos, dices el nombre de Min en pleno manoseo y luego a la mañana siguiente después de destruirme por completo te acuestas conmigo y vuelves a hacer como si no pasara nada y fuéramos mejores amigos de toda la vida— le dije, molesto, cansado de ser un objeto para ella.
—Jungkook, escucha yo...
—¡No Chae Won!— le interrumpí, tan cansado de esta situación.—Me cansé de sentir algo que no va a ser correspondido nunca, de hacer cosas por ti y que me utilices a tu gusto. Estoy cansado de sentirme como una mierda, por hacerle daño a un amigo— quería llorar, se me comenzaba a formar un nudo en la garganta y sentía mi corazón latir desesperadamente.
Tomé una larga bocana, moviendo mi cuerpo hacia otro lado para no verle, para controlar mi sentir y poder seguir hablando.
—Estoy cansado de preocuparme por todos y que nadie lo haga por mí— y la voz se me comenzó a entrecortar.— De que nadie piense en mis sentimientos, soy una persona, siento al igual que él, que tú y nadie a pensado en mí.
Las primeras lágrimas se deslizaron por mía ojos, ya no me iba a permitir retenerme más, no iba a ocultar más dolor.
Estoy cansado.
Ella no decía nada, ella estaba callada, frente a mí, mirándome sin abrir la boca.
Nunca puedes esperar algo de alguien que no está dispuesto a dártelo.
Ella no estaba dispuesta a darme lo que yo anhelaba. A pesar de que yo le daría todo.
—Así que,— me recompuse, secando con brusquedad las lágrimas.—No quiero verte más, no quiero saber nada más de ti y espero que respetes mi decisión.
Y sin más me alejé, tomé mi maleta y me marché, dejándola ahí, en aquel sitio parada contemplando mi figura irse. Sentí la opresión en mi pecho, mis manos temblar y el dolor qué me consumía lentamente.
Siempre estuve interesada en ella, siempre me pareció una chica maravillosa, siempre la había querido más de la cuenta.
Yoongi tenía razón, tenía razón al decir que no la conocía, que no sabía quién era en realidad.
Hasta hoy.
╰──────── ⋆ ˚。🥊°⋆────────╯
El taxi me había dejado en la entrada del edificio donde estaba mi apartamento. Me sentía ansioso y con una presión en el pecho agobiante. Antes de ir en busca de las motos, debía dejar la maleta en mi apartamento.
Saludé a varios vecinos que me crucé por el camino y una vez que ingrese el código correspondiente y la puerta se abrió, deje la maleta en la entrada y me encaminé hacia el baño.
Abrí el grifo del lavamanos y me quede ahí escuchando como el agua caía. Mi cabeza era un sinfín de pensamientos. Mojé mi rostro para espabilarme un poco y sequé este con una de las toallas qué siempre tenía en el baño. Salí de este y me encaminé en busca de lo que más preciado qué había tenido en toda mi vida.
—Hola, buenas tardes— saludé al portero, el cual me ofreció una sonrisa como saludo. Me encaminé hacia el garaje trasero de la edificación, que mayormente se encontraba vacío.
Sentí un cosquilleo en mi estomago y apreté la llave que tenía en una de mis manos dudando...
Tener de vueltas mi motos... me hacían revivir tantos recuerdos.
Abrí la puerta sin darle más rodeos al asunto. Y encendí las luces, cuando la claridad comenzó a mostrarme el interior de aquel garaje, mi corazón dió un vuelco y la ansiedad se apoderó de todo mi sistema.
Ahí estaba, mi moto.
La moto de mi accidente.
¿Cómo es posible que esté como nueva?
Junsook...
Me acerqué a pasos cortos hacia ella y rocé mis dedos sobre la superficie de esta. Un pequeño suspiro salió de mis labios y las emociones comenzaron a salir de mi cuerpo como olas llegando a la orilla.
Me deje caer, sentándome en el suelo, llevé las manos a mi rostro y comencé a inhalar y exhalar con calma.
Cerré mis ojos.
Dejando que todos los recuerdos volvieran a mí.
El rugido de la gente, las motos aceleradas, la adrenalina de estar en la última vuelta a punto de ganar.
Y de pronto, todo pasó tan veloz.
Perdí el control de la moto, mi corazón se había agitado cuando en el aire mi cuerpo comenzó a alejarse de mi moto, cuando el impacto en el suelo fue tan brusco que aún podía sentir el dolor en mis piernas, en mi pecho.
Llevé la mano a mi muslo derecho, donde estaba la cicatriz qué había obtenido por la fricción ocurrida debido a que la rueda había caído en moviniento sobre mi cuerpo.
La ansiedad comenzaba a carcomer mi cuerpo, mi respiración se agitaba más en cada segundo que pasaba.
Luego estaba Chae.
Su maldito juego.
Sus manos sobre mi piel.
Sus besos.
Yoongi.
No pude aguantar por más tiempo, abrí mis ojos, abriendo desesperadamente mi boca en busca de obtener todo el aire posible para llenar mis pulmones de oxígeno, mientras llevaba las manos a mi pullover y agarraba este en un puño, me deshice de este sintiendo que la ropa quemaba mi piel y me dejé caer en el suelo por completo.
¡Vamos Jeon, contrólate!
¡Eres más que esto!
Mi pecho se apretaba, mi respiración seguía descontrolada y yo no podía obtener el control de mi cuerpo, sentía un cosquilleo en mis piernas, un temblor en mis manos y las lágrimas mezclandose con mi sudor frío.
¡Mierda, Jeon!
¡Reacciona!
Y de pronto sentí paz...
La presión en el pecho se había ido, el temblor de las manos, el cosquilleo en las piernas, la respiración descontrolada, poco a poco comenzaba a estabilizarme.
Estaba pasando, como siempre.
Las cosas malas siempre llegan a su fin.
Y al final solo queda eso.
Paz.
—Notita:
Holis, espero no haberlas hecho esperar tanto y espero que les haya gustado el capítulo.
Interactuen conmigo, déjenme comentarios, pregúntenme cosas, que se yo, hablen conmigo.
En serio amo, pero amo mucho leer sus comentarios e interactuar con ustedes.
Igual, si no les nace hacerlo, no los hagan xd.
En fin.
Os quiero ¿Oki?
😚🖤
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