⋆⌇23. Encantada en España.
|Jeon Jungkook;
El viaje había sido horriblemente largo, me dolía el trasero. Quité los audífonos de mis oídos cuando la aeromoza comenzó a hablar por los parlantes avisando que ya habíamos aterrizado.
Estiré mi cuerpo, siendo mi lugar bastante espacioso debido a estar viajando en primera clase, giré mi rostro luego de soltar un bostezo y reprimí una risita al ver como Chae dormía con sus labios entreabiertos por los cuales salía un pequeño ronquido.
Llevé una de mis manos a su rostro, apartando mechones de su largo cabello y deposité un pequeño beso en su frente para luego moverla un poco con intención de despertarla
—Chae, despierta— susurré suave y esta comenzó a moverse en su lugar.—Venga, hemos llegado— comenté nuevamente viendo como poco a poco abría sus ojitos.
—¿Uh?— dijo, pasando sus deditos por sus ojos.—¿Ya?— dijo adormecida.
Reí porque parecía una niña pequeña acabada de despertar de una siesta. Asentí revolviendo un poco su cabello.
Me levanté estirando mi cuerpo y recibiendo un beso por parte de mamá que había estado sentada en dos asientos más atrás al nuestro, tomé mi equipaje de mano y el de Chae y arreglé la capucha de mi abrigo para comenzar a caminar fuera del avión.
Esperé a Chae, para bajar juntos y hacer todos los trámites antes de salir del aeropuerto.
—¿Podemos ir en algún momento a por café?— preguntó inconscientemente llevando su mano hacía la mía para juntarlas.
Sentí mi corazón dar un vuelco en su sitio, pues nunca había hecho eso y por supuesto era un acto que provocaba mucho en mi.
Parecíamos novios.
Debíamos fingir que lo eramos.
Asentí volviendo a la realidad. Solté un suspiro y apreté un poco nuestro agarre para seguir caminando.
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El hotel era asombroso, bueno, creo que la palabra asombroso se queda corto para describirlo.
Los trabajadores nos esperaron en la entrada para darnos la bienvenida, pues no era algo común que los dueños de la cadena de los hoteles apareciera con prácticamente la familia entera. Así que, debo decir que se lucieron todo lo posible por darnos una buena y agradable bienvenida.
—Anda champán— dijo Chae tomando una de las copas que un camarero le ofrecía, agradeció en inglés y volvió a posicionarse a mi lado.
Yo no me quedé atrás, también tomé una y entre risas hicimos chocar las copas.
—Señor Jeon, familia, bienvenidos— dijo por supuesto en inglés el gerente general del hotel, tendiéndole una mano tanto a mi padre como hermano.
—¿Todo está justamente preparado como se planeó?— preguntó mi padre a lo cual el gerente asintió.
Ganándose la aprobación de mi padre quien sonrió y palmeo su espalda.
—Iremos a recepción a por las manillas, después cada cual a su habitación y pueden recorrer el hotel, nos veremos aquí en la hora de almuerzo para una pequeña reunión familiar que he planificado— comunicó mi hermano, en coreano para la parte de nuestra familia, mientras Amara hacía lo mismo pero en su idioma y con su familia.
Obedeciéndole todos fuimos en dirección a la recepcionista donde esperamos a ser atendidos rápidamente.
—¿Por qué han escogido este hotel?— preguntó Chae.
Miraba curiosamente una pared de mármol negro por la cual brotaba agua haciendo la simulación de la lluvia al caer, se podían escuchar las gotas al hacer contacto con un pequeño estanque lleno de flores de loto.
Detrás de la recepción había unas enredaderas que cubrían toda esa pared dejando un espacio en el centro donde mediante un cartel luminoso y elegante se leía el nombre del hotel.
—Mi hermano conoció a Amara aquí— le dije, su atención ahora había recaído en mi. —Se enamoraron en este sitio— dije, y logré escuchar como Chae soltaba casi en susurro un pequeño "aww"
—Que acto tan romántico es celebrar su boda en este sitio, les debe traer unos recuerdos muy lindos este lugar— murmuró, y solo me quedo asentir. Mientras la miraba encantado con la belleza de su perfil.
Sí... pero solo mi hermano y cuñada saben en carne y hueso lo que este sitio significa para ellos.
Chae agradeció a la recepcionista luego que esta le diera el código de la puerta de nuestra habitación. Y me agitó la mano enseñándome la fina manilla dorada que portaba su muñeca.
—Que elegancia— dijo en un tono divertido, solté un bufido, mirando mi propia manilla, dándome cuenta de lo exagerado que era mi hermano.
A diferencia de las manillas comunes, la nuestra portaba otro color y en ella se podía leer las palabras: Familia Jeon.
—Venga— le dije a Chae dándole un pequeño empujón por la espalda para que tomara una de sus maletas y caminara.
Tomamos algunas maletas, mientras que los empleados poniéndose en marcha con su trabajo nos hicieron dejar gran parte del equipaje a su disposición para ellos trasladarlos.
Al subir al ascensor cuyas vistas de la playa se podían observar al estar echo de cristal, Chae por supuesto no dejó pasar el momento ya que sacó su móvil y comenzo a grabar hasta que llegamos a nuestro destino.
—Tu hermano si le puso dedicación a esto— dijo Chae saliendo del ascensor teniendo como primera vista una lámpara de cristal que simulaban gotas cayendo.
—Y eso que aún no has visto nada— le dije, guiándola hacia nuestra habitación.
Sin evitarlo dejé escapar una carcajada cuando la boca de mi acompañante se abrió al ver el pasillo por donde pasábamos.
Parecía que estábamos en un bosque encantado, cada paso que dábamos era marcado en el suelo con una silueta azul intenso y si tocabas las paredes estas obtenían el mismo efecto. Habían árboles, flores y muchos tipos de plata y estábamos rodeados de pequeños estanques llenos de flores de loto. El techo del hotel no era un techo normal, estaba hecho de cristales obteniendo una iluminación propia del día y cada habitación estaba enmarcada por unas puertas doradas con relieves de raíces trepando sobre ellas.
Sí, el hotel era una fantasía. O por lo menos la última planta de este.
—Estoy viviendo un sueño— dijo, tocando con delicadeza una de las plantas para comprar si era den de verdad, río al ver que esta estaba viva —Me parece esto algo muy maravilloso
—Y exclusivo, prácticamente nadie tiene acceso a esta zona del hotel— le expliqué.
—Ya se porque se llama "Había una vez" parece un cuento de hadas— dijo con emoción deteniéndose justo delante de la puerta de la habitación.
Reí nuevamente por sus ocurrencias y negando me acerqué a colocar el código. La puerta se abrió después de dar la luz verde y darnos la bienvenida a la habitación con una melodía agradable.
Mi acompañante tan rápido como pudo soltó sus maletas y retiró sus zapatos, para con emoción correr hacia la cama, la escuché chillar y como su cuerpo lanzado hacía contacto con la cama. Me apresuré a llegar a donde estaba. Deleitándome con el lugar. Al final sí tenía razón al decir que era un cuento de hadas, las paredes de madera, con plantas por doquier, el olor a lavanda, y el espejo envuelto en enredaderas y flores encima de la cama hacían que en definitiva el sitio pareciera un cuento encantado.
Sonreí al verla reír a ella mientras daba saltitos sobre la cama, pero mi sonrisa fue borrada por completo al caer en cuenta de un detalle que atormentaba por completo mi tranquilidad.
—Hay una sola cama— dije, no muy de acuerdo con esto.
Chae levantó su cabeza para mirarme, sus cejas fruncidas me dieron a entender que no me entendía.
—Somos dos personas y hay una sola cama.
—Una muy grande y espaciosa, ¿Cuál es el problema?— cuestionó sentándose.
—Que es una sola— dije, dejando salir un poco de frustración, pues no tenía pensado pasar por esto.
—Kook deja el drama podemos dormir perfectamente aquí los dos, tú en tu lado y yo en el mío, no tenemos porque interrumpir nuestro espacio personal— dijo dándome una de esas tantas miradas que tiene que me explotan el corazón.
Dejé escapar un suspiro, intentando dejar ese tema de lado y ver como solucionarlo después. Me quité el abrigo, pues tenía bastante calor con el puesto y volví a estirar mi cuerpo mientras caminaba hacía la pequeña nevera que estaba en una esquina de la habitación, abrí esta y tomé una cerveza, la abrí y me dirigí hacia el balcón.
Un pequeño "wow" salió de mis labios al ver las vistas hacia la playa, se escuchaba la música, las voces de las personas y la brisa del propio mar.
—Oh dios— dijo Chae a mis espaldas. —Venga Jeon, mueve ese trasero iremos a hacer turismo— dijo emocionada y aplaudiendo, quise negarme porque en realidad tenía pensado dormir un poco.
Pero creo que será imposible.
—¿Dónde pusiste la crema solar?— chilló esta, mientras la escuchaba abrir una de las maletas. Solté otro suspiro dándole un sorbo a mi cerveza.
Serán unos días muy largos.
—notita:
¡Hola!, ¿hace cuanto no pasaba por aquí?
Perdón por la demora en actualizar, la semana esta que está finalizando fue mi entrada a la Universidad y por cuestiones de adaptación y tal me he demorado en actualizar.
Pido perdón.
Es que no empecé muy bien la Universidad pero ya ando más ¿motivada?, realmente no lo sé jsjsj.
En fin, espero que les haya gustado el capítulo, intentaré actualizar entre mañana o pasado de nuevo.
Aaaa claro, quería preguntarles algo. ¿Les parece mejor si establecemos días específicos para las actualizaciones?
En esta historia y en otras dos más. Quería consultarles primero a ver que les parece.
Sin más me retiro, gracias por leer.
Muak.
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