2 SEMANAS DESPUÉS

La rubia salió de la ducha con una toalla envuelta en su cuerpo. Habia vuelto a su casa tras la incomodidad que le causaba estar junto al gemelo menor, pero había sabido como arreglárselas para al menos ver casi todos los días a la azabache. Su hermano tenía razón, Elizabeth era una gran y agradable mujer, valiente y con una noble corazón.

No podia faltar el día de su boda, a pesar de que el desorejado tuviera que estar rondando por ahí. Se levantó para arreglarse temprano y poder ir cuanto antes a ayudar a preparase a la azabache.

Su expresión fue de total confusión cuando vió un hermoso vestido de color amarillo tendido en su cama. Tenia una nota encima, la que cojió entre sus finos dedos para leerla.

No podía permitir que no fueras igual que las demás damas, por Merlín.
Espero haber acertado con tu talla, le pregunte a tu hermano y espero que no se haya equivocado.

Nos vemos en la boda Noa.

Te quiere
Tu amiga Elizabeth

Sonrió al leer la nota, sin duda la amistad de estas creció a pesar de no conocerse desde hace mucho.

Tomó la suave y delicada tela viendola entre sus manos, para después colocarselo. Tenia un ligero escote y una larga falda del mismo color. Dió una vuelta sobre si misma, observando el vestido y sintiéndose como una niña pequeña que acababa de recibir su traje más preciado.

Su cabello estaba recogido en una coleta alta, dejando al aire libre unos mechones que recorrían su rostro.

Dos toques a su puerta la sacaron de su nube.

-¿Acerté?- preguntó burlon su hermano, abriendo la puerta.

-Acertaste

Respondió girandose hacia él, causando que su boca se abriera y musitara un sorpresivo "wow"

Esta dejo escapar de sus labios una leve risa, y sus ojos se agrandaron al ver a su padre retirando a su hermano del umbral.

-¡Mirate Ángel mío!- abrió el único brazo atrayendola hacia el con una hermosa sonrisa y sus ojos irradiando de orgullo

-Papá...

Sonrió apoyando su mejilla en su hombro, respirando el agradable y tranquilizante aroma que le proporcionaba su padre a sus fosas nasales.

-Estas preciosa cielo- dejó un beso en su mejilla- Ahora ve a esa boda, y conquista a todos los presentes.

-Papa, tengo novio - musitó sin poder ahogar la risa mientras su padre la tomaba de las manos para verla-

-Como si no existiera

Se burló, pues el Zabini no le agradaba ni lo más mínimo.

-Señorita, ¿nos vamos? ¿O acaso Elizabeth se arreglará sola?-bromeó Adriert, viendo como su hermana dejaba un beso en la mejilla de su padre.

Fue a paso rápido a su tocador para cojer el bolso de color negro que llevaba y para más tarde rodear el brazo de su hermano con el suyo, nerviosa porque la boda diera comienzo y ansiosa de ver a la azabache en su vestido de boda.

-Venga vamos, vamos- insistió la rubia tirando del brazo de su hermano

-Esta mujer...

Rió su padre viendo como Noareth arrastraba hasta la entrada a su hermano, orgulloso de ver en la mujer que se había convertido

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Su corazón latía a mil por hora mientras veía su reflejo, la vestido caía por el suelo, las abullonadas mangas le proporcionaba un toque medieval, su pelo decidió soltarlo cuando este estuvo rizado.

-Estas hermosa- habló primeramente la rubia abrazando a su amiga por sus hombros-¡No, no vayas a llorar!

Advirtió haciendo que la mirara a los ojos, los cuales brillaban al ver como su amiga estaba a un paso del altar.

-Me dejaste sin palabras -soltó una leve risa la Granger mirando a su amiga

-Totalmente

Concordó su cuñada. Ambas también poseían el mismo vestido que la Vance, representando el color principal de su casa, mostrándose orgullosa ante esta.

Unos toques, alarmaron a las mujeres quienes se giraron sobresaltada hacia la puerta en la que vieron como el pelirrojo desorejado y el hijo menor de la azabache (quienes parecían haberse reconciliados) tras esta.

-Dejenlos entrar- pidió Elizabeth, y las damas de honor tras dedicarle una sonrisa a la pronto recién casadas salieron de la habitación.

George caminaba con ojos brillosos a la mujer frente a el, recorriendola con la mirada mientras la mirada de la azabache era de total vergüenza, escondiendola tras su amplia y hermosa sonrisa.

-Merlín, Beth- musitó acercandose para admirarla entre sus brazos- Estas jodidamente hermosa

Una risa aliviadora escapó de los ahora, rojizos labios de la hija del Licántropo.

Por la mente de George pasó el pensamiento de que el era el hombre que la esperaría en el altar y el que tendría que secar las lagrimas que sin querer escaparon de sus ojos. Queria ser el hombre que se robaba sus suspiros, al que mirara con tanta intensidad como si ningún ser más habitará sobre la faz de la tierra, el único hombre al que ella amara y deseara. La mujer que amaba estaba frente a el, apunto de casarse. La mujer con la que deseaba pasar el resto de sus días, a quien deseaba ver con cada despertar y lo último que observar cuando el sueño lo ganara y con quien tal vez fomar una hermosa famila.

Eso iba a suceder, pero la mente de george dio un golpe en la realidad dándose cuenta que el único hombre que viviría eso era su gemelo, el hombre al que envidiaba con toda su alma por haberse enamorado de la misma mujer que el.

-Gracias, Georgie- agradeció con una sonrisa, abrazándose a su cuñado, para después ver a su hijo-¿Jackie?

Este se encontraba secando unas rebeldes lagrimas que empañaron su vista al ver a una de las mujeres que más amaba vestida de novia. (Claro iba a ser que en el primer puesto se encontraba esta e Hiraeth).

-Mira lo que me haces mamá- se acercó a esta, visualizandola con una orgullosa sonrisa en su rostro mientras sus ojos brillaban completamente de amor y cariño

La azabache estrechó al mayor de sus hijos entre sus brazos, intentado no sollozar por ningún motivo.

<<Te tengo un regalo- prosigió Jackson, sacando una caja de terciopelo del bolsillo de su saco- El tío George me ayudó a conseguirlo- le dedicó una sonrisa de agradecimiento a este, mientras abría la caja ante la expectante mirada de su madre.

La caja escondía una pulsera de plata que aseguraba que se ceñía perfectamente a su muñeca. En el centro de esta se encontraba escrito en cursiva la palabra : Orgullo.

Elizabeth la miró curiosa, por saber el verdadero significado se esta pero antes de preguntar, su hijo comenzó a explicar.

-Descubriras pronto el significado-aseguró colocándole en la muñeca derecha la pulsera- Ahora ve, la abuela te está esperando

Dejó un beso en su mejilla, para separarse y alargar su brazo para alcanzarle el ramo lleno de tulipanes de color blanco, siendo acentuados por algunas lavanda a petición de Fred, a quien le recordaba al aroma de su futura mujer .

-Los quiero- miró a ambos hombres tomando el ramo, para finalmente salir de la habitación.

Dejando a dos hombres con el corazón roto, a Jackson por la imagen de su madre en el vestido de novia y a George por casarse con su gemelo en vez de con él.

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La Madriguera Weasley estaba más animada y llena que nunca, las personas paseaban por el patio trasero donde había sido instalada la carpa donde se celebraría la unión de matrimonio entre Fred y Elizabeth.

La rubia se encontraba agobiada y nerviosa por que todo a su alrededor saliera bien, por lo que decidió ir a la cocina encontrándose a su hermano recostado en la encimera.

-¿Cómo esta Beth?- preguntó sin quitar la mirada del suelo

-Hermosa y hecha un manojo de nervios- comentó con cierta burla - Parece que la seguridad que siempre poseía se ha esfumado.

Adriert solo pudo articular una leve risillla al imaginarse en ese estado a la mujer.

-¿Te da pena que se case?- preguntó preocupada al ver el rostro de su hermano tomando asiento a su lado.

-Simplemente añoranza-musitó haciendo una mueca- Fred y ella se aman, puedo verlo

La mano de la Vance acabó en el hombro del mayor, mientras le dedicaba una sonrisa de apoyo.

Un pelirrojo desorejado pasó por la cocina, encontrándose con la esmeralda mirada de Noareth.

George la recorrió embelesado al ver a la mujer, era tan bonita como molesta; pero no podía negar que hizo que un pequeño brillo despertara en sus ojos.

Noareth cruzó también miradas con los ojos avellanas, se veía terriblemente guapo y sexy en ese esmoquin negro.

El sonido de una puerta cerrándose los sacó de su trance, haciendo que ambos girasen hacia la puerta.

Un alto pelirrojo con duras facciones, su rostro cubierto tanto de pecas como de cicatrices atravesó esta. Vestía una sencilla camisa blanca, con unos pantalones negros mientras su pelo rizado estaba suelto, dejando caer libremente sus mechones.

-Oh, por Merlín- se acercó a la entrada para verlo mejor-¿¡Charlie?!

Los cafés ojos se iluminaron con sorpresa al ver a esta, la hermana de su compañero y amigo de trabajo.

-¡Noa!- la atrajo en sus brazos, dándole vueltas en el aire ante la atenta mirada de el gemelo menor.

No entendía cómo su hermano podía tener abrazada a una mujer arrogante y a su vez despampanante como era la Vance.

Adriert también se acercó a abrazar a su compañero, sonriente de conocer a alguien de la familia mientras chocaba su hombre con el del gemelo .

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Caminaba hacia el altar rodeando el brazo de su abuela con una sonrisa que trasmitía seguridad y una inmensa felicidad. A pesar de los pensamientos contradictorios de la matriarca Weasley por que una mujer llevara a otra al altar, la Lupin decidió pasarlo por alto siendo animada por su futuro esposa a que hiciera lo que realmente le sacara una sonrisa, pues ers el día de su boda y todo se celebraría como ella gustase.

Los familiares mas allegados se encontraban en las segundas filas, pues la primera estaba vacía. Más que vacía, reservada para los familiares que desgraciadamente fallecieron; Una silla para Marlene, una para Remus, para Nyphadora , Sirius y para los tíos de el novio: Fabián y Gideon Preweet.

Delante de ella, sus hijos menores: Hiraeth Molly y Remus Orion su orgullo, los pequeños que se habían ganado cada uno de los fragmentos de su corazón, caminaban hacia el altar cada uno con una sortija.

Ginny, Hermione y Noareth iban detrás de ella, con una copia de su ramo en tamaño más pequeño, sus damas de honor estaban preciosas, totalmente deslumbrantes. Agradecía que sus mejores amigas la pudieran acompañar en un día como este.

A un lado del altar el padrino, George Weasley vistiendo un elegante esmoquin de color negro y una corbata roja, representado al igual los colores de la casa Griffindor, como el novio había indicado. También estaba radiante.

Al lado de este, su hijo mayor Jackson vistiendo una réplica exacta del esmoquin de su padrino, con una sonrisa en su rostro y sus brillosos ojos cristalizados. Estaba terriblemente orgullosa de el.

Y frente a sus ojos chocolate, los almendrados de su futuro esposo.

La mirada de Fred no se apartó ni un segundo de la azabache. Se quedó fascinado al verla caminar hacia él. Sus ojos cristalizados derramaba lagrimas que ni siquiera se molestaba en retirarlas.

Dos veces estuvo en esa posición, pero esta vez estaba más que seguro que la mujer que caminaba hacia el era la que quería ver el resto de su vida.

Elizabeth Lupin mordía levemente su labio inferior, tratando de retener las lágrimas cuando se encontró con la borrosa mirada de su prometido que la veía como si fuera una de las maravillas de La Tierra.

George alcanzó a oír como su hermano soltaba un suspiro de enamorado, y la situación comenzaba a hacer que su pecho ardiera más. Su vista se topó con la rubia que miraba todo fascinada, no podía creer cómo un rostro tan angelical escondía una molesta e irritable personalidad dentro de ella.

Pero Noareth Vance se encontraba malditamente hermosa.

Ron compartía miradas con Hermione, soñando con que su amada novia fuera la siguiente en ir al altar.

En cambio, Harry solo le había dado una leve mirada a la pelirroja a la cual no le pareció importarle, pues era el día de su amiga y su hermano; no se iba a preocupar por el elegido, no le iba a arruinar el magnífico día.

Elizabeth llegó a la altura de su prometido, donde su abuela la dejó no sin antes advertir al Weasley de que la cuidara y protegiera como si nadie más existiera en el mundo.

Cuando Fred, tomó la mano de su futura esposa, la azabache logró visualizar la misma pulsera que ella poseía en la muñeca izquierda, pero en vez de "Orgullo" esta vez la palabra "Prejuicio" predominaba en el centro.

Cruzó rápidas miradas con su hijo mayor quien le guiñó el ojo, para después pasar esta al pelirrojo.

Y Jackson había acertado con el regalo. Elizabeth era el orgullo, había mantenido a Hiraeth escondida para no volver a caer en las redes del Weasley, pero finalmente el orgullo tuvo que vencer . Y Fred era el prejuicio, sus opiniones a la Lupin cuando se reencontró con ella eran negativas, a la vez que hacia que a su hija. Pero ambos, con estas de lado y dejando que el amor se adueñaran de sus cuerpos.

Estaban completamentes destinados el uno al otro, de una forma u otra acababan siempre juntos.

Los votos fueron procesados, Fred tibuteaba con cada palabra intentando que los sollozos no le invadieran, pero fue en vano. Elizabeth no separó mirada de su esposo en ningún segundo, su labio inferior temblaba mientras sus lágrimas caían como un río por sus ojos.

Todos los invitados podían percibir a simple vista el amor mutuo que se tenía la pareja. Tras los votos, también se les escaparon alguna leve lágrima.

Remus e Hiraeth se acercaron a entregarle las sortijas a sus padres, para que estos se las colocaran teniendo que secar sus lagrimas para tener una perfecta vista del otro.

Fred atrapó los labios de Elizabeth en un apasionado y a la vez cariñoso y dulce beso, sorprendiendo a la Lupin quien gustosa correspondió. Las grandes y venosas manos del ahora Lupin-Weasley acariciaban las mejillas de su amada esposa, mientras esto disfrutaban del sabor del otro ( algo salado debido a las lagrimas que seguían derramando ) mientras los invitados aplaudían y vitoreaban a los recién casados.

Finalmente Elizabeth y Fred eran oficialmente el matrimonio Lupin-Weasley.

OMG POR FIN SE CASAN

MAÑANA PARTE DOS DE LA BODA

¿QUE OS HA PARECIDO EL CAP?

NOS LEEMOS, NO SE OLVIDEN DE VOTAR Y COMENTAR, LXS QUIERO <3