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Miraba el periódico frente a ella frustrada. Llevó una mano a su pelo, cansada de todo. A un lado, las gráficas de ventas.

Bajas.

Fred, que había optado por acompañar a su esposa ese día leyó la noticia y lanzó el periódico de nuevo a la mesa, enfadado por el despectivo modo del que se referían a su hermana menor.

MANDERLEY

Caza fortunas Weasley, del elegido al famoso jugador de Quidditch.

Como el mundo mágico debe saber, Ginny Weasley hija de una familia humilde como los Weasleys—y si, con humilde me refiero a un nivel económico bajo— no deja de sorprendernos. Desde su ruptura con el famoso Harry Potter,  o más bien conocido cómo el elegido que salvó al mundo mágico de las garras de Voldemort hasta el jugador debut de Quidditch, Oliver Wood.

Harry y Ginerva tuvieron un hijo, James Sirius Potter, nombrado así  por el padre y padrino de el elegido, para meses después divorciarse. ¿La causa? ¿Infidelidad? ¿Desamor? ¿O tal vez la Weasley se había cansado de aguantar al Potter solo por dinero?

Nunca se sabrá, pero solemos fiarnos más de la última opción. La jugadora de las Holly Heeds Arpees, es una total busca fortunas.
Ha sido captada frecuentando varias veces con el famoso jugador, Oliver Wood, en Gales donde ambos desempeñan su trabajo.

Varias fotos nos confirman de que hay algo entre ellos; muy juntos caminando, por las calles, besándose apasionadamente en rincones oscuros lejos de la vista de las personas..  ¿no me creen? Juzguen ustedes mismos, observando las siguientes imágenes.

La verdadera cuestión aquí es: ¿Es Wood otro jueguecito para la Weasley?

_____



¿No hay manera de borrar esta mierda?— masculló Fred con la mandibula apretada y el ceño fruncido.

—¿De veras crees que si la habría no lo hubiera hecho ya? Ginny y Oliver son mis amigos.— recordó la mujer, sentándose en su asiento mientras sobaba su cien.— Todo esto es una mierda, es imposible.

Sus ojos escocian, estaba a punto de caer en lágrimas frente a su marido. Fred se dio cuenta y se arrepintió de haber sido tan duro con ella hace unos segundos, pero él también estaba enfadado con el dueño de aquella revista, dejando a su hermana como una mujer que necesita a otros hombres para tener dinero.

Y Ginny Weasley era todo lo contrario, una mujer fuerte, valiente y trabajadora. Todo lo que tenía lo había logrado ella con sus propias manos, a pesar de lo mucho que le costó escalar la montaña para llegar a la cima.

Si bien su relación con el auror no salió bien ellos quedaron en buenos términos, pues entre ambos siempre hubo amor revosando, de eso no cabía la menor duda.

Fred se acuclilló a la altura de su esposa y giró la silla giratoria en la que estaba sentada para que lo mirara a los ojos. Entrelazó sus dedos y besó el anillo de compromiso que aún guardaba. Cada vez que la veía , una sonrisa se formaba en su rostro al recordar todo lo que pasaron.

—Ey cielo, podremos con esto ¿si?— intentó de animar con una leve sonrisilla, no queriendo ver a su esposa mal.

—No lo entiendes Freddie— Elizabeth desvió la mirada sin querer toparse con esos profundos ojos avellana que la debilitaban tanto.

—Pues entonces, hazme entender amor

Fred acarició el mentón de su esposa, para después tirarlo y hacer que lo mirara a los profundos orbes de avellana. El chocolate, estaba a punto de ser derretido.

—Las ventas están bajando rápidamente, y las de este periódico no dejan de subir. Ha ganado más que El Profeta en el último mes.— rompió a llorar sin contenerse, necesitando expulsar todo el rencor, estrés y agobio que tenía dentro de ella.— Siento que todo se va a la mierda, ya no ganamos lo mismo y tengo que pagarle a los trabajadores.

Explicó entre lagrimas y temblores por parte de su cuerpo. La áspera mano de Fred acarició su mejilla y retiró algunas lagrimas, viendola apenado y dolido. Lo que más odiaba del mundo era ver a su mujer llorar por algo que el no podía evitar que sucediera.

—Ey, verás que rápido se soluciona. Tienes un gran talento mi amor, no lo dudes nunca, confía en ti como yo lo hago.—retiro con su pulgar sus lagrimas— Y el dinero sabes que no es ningún problema.

Elizabeth seguía negando mientras sollozaba, le parecía irreal que en un día una revista desconocida le arrebatara todo lo que tenía .

La puerta de su despacho fue abierta sin llamar por Oliver, detrás suya Ginny y Scarlett quien le dedicó a la Lupin una mirada de arrepentimiento, por no poder parar a la pareja.

—Beth, tienes que borrar eso, tienes que hacer algo

Insistió Oliver, irrumpiendo a la pareja. Fred se separó de su esposa para recargarse en el escritorio. Elizabeth se aclaró la voz aún en la silla.

—Oliver.. yo no puedo hacer nada

—Pero Beth, debes saber..— fueron sus palabras interrumpidas.

—Ella no puede hacer nada, Oliver— farfulló el Weasley entre dientes, apretando tan fuerte el tablón de madera que sus nudillos se tornaron blancos—No es su periódico, no son sus trabajadores, no es asunto de Elizabeth.

Oliver chasqueó la lengua y apretó el interior de la mejilla, viendo a la pareja. Ginny carraspeó llamando su atención.

—Pero debe de haber una manera de que borren eso...— murmuró mirandolos esperanzada— Hablan de mi como si fuera..

Dejó las palabras en el aire, sin querer continuar soltando un suspiro resignada.

—No lo sé Ginny, pero la encontraremos. Creeme, he leído esta mierda y no estoy nada contento.—masculló Fred, irradiando de furia.

—Siento todo esto, pero no está en mis manos por más que quisiera.– comentó Elizabeth algo más relajada, mirandolos apenada— Las ventas de esta revista se han disparado, no entiendo que causa tanta revolución.

Oliver gruñó fastidiado y se pasó una mano por su pelo frustrado.

—Genial, ahora la noticia irá de boca en boca.

—Si no lo esta ya.— murmuró Ginny por lo bajo, molesta.—¿Quien coño escribe esta revista? Queiro denunciarlo por divulgar información privada.

Ginny tomó la revista que se encontraba encima de la mesa y la miro asqueada.

—Eso quisieramos saber nosotros Ginny..

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No quería separarse de él, de su pecho, del olor a pólvora que emanaba, de su calor corporal.

Se sentia segura entre sus  brazos.

George acariciaba su espalda y dejaba besos en su cabello, calmando a la rubia.

—Aquí estaras a salvo, no me gustaría que te quedaras sola en tu apartamento— siguió el Weasley con la conversación

—También puedo ir a la casa de mis padres—propuso— No quisiera molestarte, George.

Este levantó su mentón para que lo mirara a los ojos, incrédulo ante sus palabras.

—Mon ange, ¿te estás escuchando? Tenerte a mi lado es un privilegio, nada me hace más feliz— rozó sus labios para después unirlos en un dulce y cariñoso beso.

Noareth correspondió gustosa, inclinándose un poco más en su lugar para fundirse junto a él en el beso.

—¿De verdad?— cuestionó en el beso

El Weasley asintió, para seguir besandola febril y hambrientemente. Sus manos vagaron hasta acariciar su cintura, y su lengua se adentró en su cavidad bucal pegandola aún más hacia el.

Noareth se colocó sobre su regazo, acarició el cabello pelirrojo para después pasar a la zona de su cuello. Disfrutó de aquel beso acalorado.

George dejó los labios de la mujer, para comenzar a atacar su cuello nublado por la lujuria.

Noareth se tensó de inmediato, las grandes manos de George afirmaban su cintura y besaba su cuello.

—George..— llamó con los ojos cristalizados— George, detente porfavor..

Pidió apenada al tener que rechazarle, quería volver poder a entregarse a él, pero no podía, aún no estaba lista. Todavía sentía las caricias del Zabini cuando la tocaban o se miraba al espejo.

George al escucharla rápidamente obedeció, miró sus ojos y su corazón se estrujó al verla sollozando.

El esmeralda apagado, chocó con el café.

—Lo siento tanto George, pero de veras, no puedo, no puedo— sollozo mordiendo su labio inferior que temblaba.

Este negó tranquilizandola y acarició su mejilla retirando sus lágrimas. Besó dulce y cortamente sus labios.

—No te preocupes mon ange, tenerte a mi lado es más que suficiente.— aseguró acariciando su cabello.

La reacción del pelirrojo impresionó a la mujer, creía que le reprocharía, pues ella le había correspondido el hambriento beso, pero llegado el momento se dio cuenta de que verdaderamente no podía entregarse a él.

Se dio cuenta que George Weasley era el hombre que quería en su vida.

Noareth asintió bajando la mirada ahogando un sollozo,  para después mirarlo con ojos cristalizados por las lágrimas. Sobó su nariz para preguntar.

—¿Esta todo bien entre nosotros, Georgie?

Al Weasley le pareció tierna su actitud, sentía la necesidad de cuidarla y protegerla por el resto de sus días.

Estaba tan jodidamente enamorado de Noareth Vance, era como si tuviera un imán, por muho que quisiese no podía separarse de ella.

—Perfectamente, rubita

●●●

Erick revisaba sus cartas escritas; para Hiraeth y para su abuelo, sin duda.

Como era normal, Mason tuvo un shock al enterarse de que su adorada hija seguía vivia. El la dió por muerta, incluso se enfrentó con su "asesina" en un tribunal. Sus ojos se llenaron de lagrimas, para estrechar a la mujer que más amaba entre sus brazos.

Pero no iba sola, al ver que venía de la mano de un hombre y dos pre adolescentes lo sorprendió aún más.

Los mellizos adoraban a su abuelo, sin lugar a dudas.

—¿Erick? ¿Cariño, puedo pasar?— llamó Jessica a la puerta de su hijo, respetando su privacidad.

—Adelante mamá— se giró para ver como esta entraba y su padre estaba detrás suya— Tu también papá.

La pareja se adentraron en la habitación y tomaron asiento en la cama de su hijo junto a él, tras anunciarles que debían hablar.

—¿Te gusta la chica Lupin,  verdad?— preguntó Cedric, al ver la boba sonrisa que se instauró en el rostro de su hijo cuando le contó que se mensajeaba por cartas con ella.

Erick se sorprendió por la pregunta de su padre y se sonrojó furtivamente algo nervioso. Lentamente asintió.

—Me gusta papá, y mucho

Admitió, sabía que era algo complicado y más tener que ocultarle la  verdad sobre su madre.

—estoy tan feliz por ti, cariño mio— Jessica besó su cabeza—Te has convertido en todo un hombre, bueno, leal, responsable...

Erick le sonrió a su madre enternecido.

—¿Crees que los padres de Hiraeth me acepten, si alguna vez pasara algo entre nosotros?

Preguntó algo nervioso, era un tema sobre del que no solían hablar mucho, el pasado de Jessica. Pero la curiosidad poseía al joven Diggory.

—Tejón, ellos no saben sobre mamá. Así que supongo que si lo harán,  aunque a Fred le costará. Nosotros no somos grandes amigos, pero estoy seguro que sers capaz de alejar las diferencias

Aseguró Diggory, removiendo el pelo de su hijo completamente orgulloso.

Jessica lo miró sonriente, pero suspiró al recordar que aún no había salido de la casa. Nadie sabía sobre ella más que su familia.

Empezaba a agobiarse

¡Bienvenidos el drama ya comenzó!

¿Acertasteis quien era la pareja de Ginny?

¿Algunas opiniones o teorias?

Por cierto, ya está disponible Infieles! Por si gustáis ir a leerla!

Los amo!

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